Capítulo 53
1109palabras
2023-07-26 10:39
Mi cuerpo palpita, la necesidad física de tenerlo, de sentirlo me abruma.
Mis ojos estan centrados en observarlo, esta de pie entre mis piernas y su pecho imponente sube y baja al compás de su respiración agitada, sus ojos grises me ven con tantas ansias como yo a él.
Sus piernas presionan para abrirse paso entre las mías. No soy dueña de mis pensamientos ni acciones, de manera que las abro de forma desvergonzada dejándole ver mi necesidad. Sonríe al verme complacido por la respuesta de mi cuerpo.
Una de sus manos sostiene el peso de su cuerpo mientras la otra recorre el camino desde mis labios hasta mi cadera como si me estuviera dibujando. Su tacto es electrizante.
Las caricias tortuosas de sus dedos rozando mi clitor*s me hacen erizar por completo.
Me suelta y se acomoda entre mis piernas observandome de manera lujuriosa.
Recorre mis pliegues y luego inhala fuerte, haciéndo que mi rostro se ponga rojo de vergüenza!
- Puedo oler tu deseo y no imaginas cuanto me enciende eso - Me dice mientras toma mi mano envolviendo su miembro con ella.
- Ves los estragos que produces en mi cuerpo! Ahora vas a tener que hacerte cargo de lo que despiertas. - Me dice cerrando los ojos mientras apreta fuerte mi mano haciendome sentir sus venas palpitantes.
Mi mano se ve pequeña rodeándo su imponente falo, mis dedos no se logran juntar.
- ¿Tengo tu permiso para marcarte? - Me pregunta con sus ojos viajando por mi cuerpo.
- Aja - Es todo lo que logro pronunciar.
- Después de esto no habrá marcha atrás. Seras mía! Estaras vinculada, me pertenecerás tanto como yo te pertencezco a ti. Y puedo ser muy exigente y obsesivo. - Me dice sonriendo de manera sexi.
- Aja - Es mas un gemido que una palabra, pero es todo cuanto mi cerebro logra conectar.
- Soy muy demandante Victoria! Quiero y voy a tomar todo de ti! - Le escucho decir mientras uno de sus dedos se introduce con facilidad en mi interior, estoy completamente mojada, excitada y ansiosa!
Siento sus manos en mi cadera acomodándome en la mitad de la cama, y sus labios pegarse a los mios, mi boca se abre dándole paso a su lengua. Mis manos suben por su cuello atrayendolo más, eliminando cualquier espacio que quedara entre los dos.
Siento la cabeza de su verg* en mi entrada húmeda, deseo que lo haga! Me esta torturando!
Pero depronto el frío me hace estremecer se ha levantado.
¿Que paso? ¿Por qué se aleja?
El vacío que me deja me hace sentir abrumada.
Lo veo de espaldas buscando algo entre lo cajones.
Ay por Dios!!! ¿No podía dejarlo para después?
Cuando por fin se gira en sus manos trae una pequeña caja de ¿Condones?
- Estas muy fertil! Y aunque sería un sueño ver tu vientre abultado... Hacerlo seria poner en desventaja a mi hermano y los hijos que tendras serán de los dos- Dice mientras rasga la bolsa de plástico que sujetan sus dedos.
Cierro fuertemente los ojos presintiendo lo que sigue. Pero solo siento sus labios depositando besos en cada parte de mi cara, bajando por el cuello hasta llegar al pecho, su lengua humedece mis pezones que están duros por la constante estimulación.
Su mano acaricia suavemente mi rostros hasta que sus dedos rozan mis labios.
Mi boca se abre y succiono con fuerza uno de ellos.
Su mano libre toma su miembr* y lo guía hasta mi entrada introduciéndose un poco haciéndo que los dos jadeemos de placer.
Luego sus manos se posicionan a mis costados.
Y siento como va entrando poco a poco, apesar de estar tan húmeda su tamaño me genera molestia al abrirse paso.
- Ahora comprendo por qué te llama así mi hermano. Eres completamente estrecha! - Dice mordiendo su labio y cerrando los ojos tratando de disfrutar el momento.
- Nuestra pequeña! - Dice empujando completamente su longitud haciéndome dar un grito mezcla de dolor y placer.
La invasión es completa, deliciosa...
Sus rodillas se clavan en el colchon y sus manos me sujetan hasta que quedó frente a él, mis piernas se enrollan en su cadera y mis manos suben a su cuello sosteniendome de sus fuertes embestidas.
Sus labios humedecen mi cuello y sus manos recorren mi columna haciéndome estremecer.
Mis caderas suben y bajan mientras su miembr* entra y sale completamente bañado por mis jugos.
Presiono mis labios apretados contra su pecho tratando de callar mis gemidos
- No amor! Déjame oírte! No los reprimas, quiero escuchar que disfrutas! Solo somos tu y yo! - Me dice retirando mi cara suavemente
Sus venas se brotan y sus movimientos se intensifican haciéndo pegar mi frente a la suya mientras el orgasmo me llega.
Es como si el cuerpo se rompiera, tiemblo y mi interior lo presiona tratando de exprimirlo.
- ¿Estas lista? - Me pregunta entre jadeos mientras sus colmillos asoman.
Muevo mi cabeza en señal de aprobación y sus manos se acomodan en mis nalgas empezando un movimiento desenfrenado de subidas y bajadas.
Estoy tan concentrada en sentirlo que cuando presiona enterrando sus colmillos la sensación de adrenalina es tanta que me deshago dejando un charco de jugos en la sabana.
Duele pero es placentero.
Mientras me muerde siento como llega al extasis y se viene emitiendo un imponente gruñido a causa de su orgasmo.
Me levanta y saca el condon tirandolo no se donde, luego me acomoda en sus piernas acunandome mientras su lengua sella la marca.
Trato de pasar la mano pero me detiene
- Espera a que mi saliva selle y te ayude a cicatrizar - Me dice mirándome lleno de amor.
Depronto algo me asalta.
- Me haz marcado donde me marco Daniel! Haz borrado su marca! La haz borrado! - Le digo llorando aterrada tocando mi cuello.
- Hey! Calmate! Tranquila!!! - Me dice tratando de regresarme a sus brazos. - Su marca sigue ahí! Solo he puesto la mía al lado.
- Victoria, yo estoy para cuidarte y protegerte de la misma manera que él lo hace. No voy a causarte daño! Se que las cosas para Dániel no han sido fáciles, y que seguramente si hubiéramos estado en posiciones distintas yo habria actuado con el mismo temor que él. Pero me duele ver que le temas. Él no es un monstruo! - Dice y no puedo evitar recordar lo doloroso que fue recibir su marca.
- Yo lo sé. Se que él es un buen hombre y estar en este momento contigo es su mayor muestra de amor y sacrificio. - Le digo pegándome a su pecho.