Capítulo 83
1745palabras
2023-08-25 15:04
La cena posterior a la ceremonia discurrió con alegría y jolgorio. Todo el mundo se acercaba a felicitar a los nuevos líderes, que también acababan de casarse. La pareja estaba pletórica, sonreían sin parar y disfrutaron de la fiesta con sus amigos hasta bien entrada la madrugada, cuando la fiesta terminó. Se despidieron de los familiares y amigos que habían aguantado hasta el fin de fiesta y subieron al coche que los llevó al hotel de la manada, donde les esperaba la suite principal.
Mientras más se acercaban a la habitación más crecía el nerviosismo entre la pareja, <<¿será posible?>> se dijo Eros a sí mismo, <>, y es que sí, aunque hubiesen estado juntos muchas otras veces, ambos sabían que esta vez era especial, esa noche se marcarían y completarían su vínculo para siempre.
Con timidez abrieron la puerta de la suite principal y prendieron las luces, ambos se quedaron boquiabiertos. Era una habitación grande y luminosa, en tonos crema con acabados en negro y dorado. Una cama king size llena de pétalos de rosa presidía la habitación, mientras que al fondo había un enorme ventanal con una terracita, ideal para desayunar. El baño de la habitación también era grande, y contaba con una ducha walk-in pero también con una bañera con hidromasaje. Eros observó la bañera e inmediatamente Kai le mandó imágenes mentales de varias formas de aprovechar la bañera con Ellie, lo que hizo que Eros se excitara.
Ellie notó el cambio de estado de Eros, lo miró y se rió.
“Parece que alguien está pensando en el futuro cercano, ¿puede ser?”, dijo rodeándole el cuello con los brazos. Eros cogió a Ellie por la cintura y lo apretó con fuerza contra él, rozando su ya duro miembro entre los muslos de Ellie. Ella jadeó, ahí estaban esas llamas, esa electricidad que la recorría cada vez que se tocaban, esas corrientes que viajaban directamente a lo más profundo de su ser y le hacían perder la cordura.
“Pienso en el poco autocontrol que tengo cuando estás cerca, Ellie… eres como una droga de la que necesito siempre más”, le dijo hundiendo su nariz en el cuello de Ellie, aspirando su aroma. Ellie se estremeció, sentir el aliento de su compañero en su cuello era algo que la excitaba muchísimo, y él lo sabía. Eros aprovechó y mordisqueó el lóbulo de su oreja, provocando que Ellie soltara un involuntario jadeo y encendiendo todavía más a Eros.
“Ellie, no puedo aguantar más, mi cuerpo y mi alma te reclaman, Kai reclama a Kyrie, te necesito”. Los ojos de Eros estaban oscuros, una mezcla entre su excitación y la presencia de un Kai revoltoso, deseoso de estar con su compañera. Ellie sentía lo mismo, estaba nerviosa pero definitivamente se sentía preparada, lo deseaba con todas sus fuerzas, y en respuesta asintió.
Eros la tomó de la mano y la acercó delante de la cama, donde le dió la vuelta y empezó a desabrocharle los botones del vestido, intercalando besos y suaves mordiscos en sus escápulas.
“Llevo…todo el día… soñando… con quitarte este vestido….joder”, las manos de Eros recorrían el cuerpo de Ellie mientras le desabrochaba el vestido y ella jadeaba ante su contacto, pronto llegó al último botón y deslizó el vestido caderas abajo. “Joder, Ellie”, suspiró Eros al deshacerse del vestido. Solo llevaba puesto un bonito tanga blanco y unas medias con ligueros, que acababan en los bonitos zapatos de tacón que había llevado puestos durante la ceremonia.
Ellie se sonrojó y sonrió, su compañero la miraba con deseo y hambre. Antes de que ella pudiera hacer o decir nada, Eros se lanzó directamente a sus pechos, rodeándolos con ambas manos, besándolos y chupándole los pezones. Ellie gemía mientras Eros la devoraba desesperado y tiraba de su cabello, la estaba volviendo loca. Él se separó de ella y la tumbó con delicadeza sobre la cama, separando las piernas con la rodilla.
“Eres preciosa, joder, y eres mía” gruñó.
“Tuya, cariño, siempre. Y tú eres completamente mío”, contestó ella, inclinando su cuerpo para besarlo con pasión. Tumbándose de nuevo Eros siguió acariciando su cuerpo hasta llegar al tanga, que deslizó con cuidado por sus piernas. Entonces se quitó la corbata y desabrochó su camisa, quitándosela rápidamente y tirándola al suelo. Ellie aprovechó el momento para desatarse los zapatos de tacón.
“No”, dijo Eros, deteniéndola, “quiero que te quedes con los zapatos puestos”. Ellie asintió, todo le parecía extremadamente excitante, su cuerpo era un manojo de sensaciones. Eros recorrió entonces el interior de sus muslos con las manos, tumbandose en la cama para mordisquear suavemente cada rincón que sus manos tocaban mientras Ellie se retorcía en una combinación entre cosquillas y placer. Entonces se dirigió directamente a su clítoris, recorriéndolo de arriba abajo con su lengua, con lo que Ellie gimió fuerte y desesperada.
“Oh, diosa” Ellie agarraba con fuerza el cabello de Eros mientras este lamía y recorría los labios, la parte interna de sus muslos y de nuevo atacaba su clítoris, dificultándole la respiración. Cuando Ellie empezó a sentir que se acercaba el orgasmo, él introdujo dos dedos dentro de ella, haciéndole gritar de placer. Sin separar los labios de su clítoris, sus dedos recorrían el interior de Ellie y empezaron a penetrarla con fuerza. Ellie sentía como un gran calor se arremolinaba dentro de ella y entonces estalló en un jadeo mezclado con un grito, que la hizo temblar y sacudirse. Eros no paró de devorarla hasta que los temblores cesaron, lo que alargó el sonoro orgasmo de Ellie durante algunos segundos más. Aturdida se incorporó para besar a Eros, sintiéndose a ella misma en sus labios, poco le importaba, estaba caliente y desesperada, a pesar de su reciente orgasmo solo tenía dos cosas en mente: devorar a Eros y sentirlo dentro.
Una vez incorporada y mientras besaba a Eros con pasión, recorrió su musculoso pecho con sus manos, recorriendo con sus dedos sus abdominales. Sus manos se desplazaron directamente al pantalón de Eros, recorriendo la cinturilla.
“Te toca a tí, querido esposo”, dijo Ellie guiñandole un ojo. Entonces Eros se tumbó sobre la cama, siguiendo las órdenes de Ellie. Ella le bajó los pantalones poco a poco, procurando recorrer con sus manos su cuerpo e intentando que sus dedos rozasen “sin querer” su duro miembro. Una vez se deshizo de sus pantalones, Ellie se agachó para buscar la corbata de Eros, dejándole a este un primer plano de su culo desnudo, lo que provocó que Eros se pusiese todavía más duro.
“Joder Ellie, me matas con estas vistas”, gimió Eros. En ese momento Ellie se dió la vuelta con la corbata de Eros en la mano, sonriendo pícaramente. Para sorpresa de Eros ella le cogió ambas manos y las anudó con la corbata, colocándole las manos por encima de su cabeza.
Le dió un apasionado beso en los labios y entonces desplazó éstos a lo largo de su cincelado pecho, besando con cuidado cada centímetro de su piel. Cuando llegó a los boxers, se los quitó lentamente, dejando libre su duro miembro que se irguió ante ella. Apartando con una mano su cabello empezó a lamer y recorrer la dura polla de Eros, que se retorcía de placer ante el mínimo tacto. Eros jadeaba y gruñía, su cuerpo se debatía entre lo excitante que era ver a Ellie sin poder hacer nada con sus manos y el deseo que sentía de guiarla a través de su miembro. Ellie sabía la tortura por la que estaba haciendo pasar a Eros, así que decidió jugar un poco más y se tumbó de forma que mientras seguía chupando el miembro de Eros, podía mirarlo a los ojos, haciendo que Eros se volviese más loco. Pronto sintió como se aceleraba el pulso de Eros, y éste le jadeó.
“Si sigues así me voy a correr pronto, Ellie!”, ella sonrió y se separó de él para subirse a horcajadas encima de su dura polla. Él la miraba con los ojos como platos mientras ella acomodaba su miembro en su entrada y poco a poco la deslizaba dentro de ella, gimiendo mientras la penetraba.
Eros gruñó, necesitaba tocarla, quería agarrar con fuerza los duros pezones de Ellie que rebotaban arriba y abajo mientras ella lo cabalgaba.
“Desátame las manos, Ellie, necesito tocarte”, le gimió Eros, pero ella solo le contestó con una pícara sonrisa y siguió cabalgando, gimiendo cada vez con más fuerza. Eros sabía que Ellie estaba alcanzando su orgasmo y tiró con fuerza de sus muñecas, reventando así la corbata y sorprendiendo a Ellie cuando se incorporó sujetándose con una mano y metiéndose uno de los pezones de Ellie en la boca con la otra mano, para morderlo y tirar de él con suavidad. Ellie gritó y gimió, su orgasmo estaba a punto de llegar. Eros lo sintió y entonces sus caninos se desplegaron rápidamente, sabía que era el momento, se sacó el pezón de la boca e incorporándose un poco más se dirigió directamente al cuello de Ellie, clavándole los colmillos y provocando en Ellie el orgasmo más intenso de su vida.
Ella gimió y se retorció mientras sintió una explosión de sensaciones, su cuerpo abandonándose al placer, corrientes eléctricas recorriendo su cuerpo y el calor abrasador en la marca que Eros le acababa de hacer. Eros estaba enloqueciendo, las convulsiones de Ellie sobre su cuerpo lo excitaron todavía más y entonces se abocó sin remedio a su orgasmo, acentuado por Ellie, que aprovechó un momento de lucidez entre su orgasmo y marcó a Eros.
Ambos sintieron una conexión más fuerte que antes, como si de repente los dos fuesen uno para siempre. Los sentimientos de ambos se entremezclaban entre ellos, viajando de uno a otro, forjando el vínculo que acababa de completarse por fin.
<> oyó Ellie en su cabeza, entonces miró a Eros y sonrió. El vínculo se había completado y ahora estaban unidos, pudiendo comunicarse telepáticamente.
<>, contestó Ellie, mientras se besaban con dulzura y se dejaban caer en la cama, sudados y jadeando.
Eros abrazó a Ellie con fuerza, mientras ella se acurrucaba entre sus brazos y le besaba la mandíbula.
Y así, con esa sensación de plenitud y conexión total, Eros y Ellie se abandonaron en un profundo sueño, dejando atrás todo lo vivido y comenzando por fín una nueva era, una en la que podrían ser felices juntos.
FIN