Capítulo 30
507palabras
2023-06-28 18:37
No puedo parar de llorar. El susto y el agobio de todo lo ocurrido sigue en mi cuerpo y aunque a Elisa ya no le duele tanto el tobillo, no puedo dejar de pensar en qué se ha hecho daño por mi culpa.
Eros se acerca despacio a nosotras y nos abraza a las dos al mismo tiempo. De nuevo esa sensación, siento de nuevo ese escalofrío que me recorre entera y siento también como me tranquiliza su presencia.
Gabriel llama a un taxi para que nos lleve de vuelta a la manada, como no tenemos a nuestros lobos todavía no nos curamos rápidamente, así que alguien debería curarle el tobillo a Elisa.
Aprovecho que Elisa está discutiendo con Gabriel sobre la necesidad o no de llevarla al médico y cojo de la mano a Eros, que se sobresalta y me mira con los ojos bien abiertos.
“Gracias, Eros… ya es la segunda vez que me libras de alguien… Se está convirtiendo en una tradición, un poco desagradable, eso sí…” intento hacer broma con el tema para que Eros se ría, pero me mira muy serio.
“Lo mato, Ellie, juro que si te vuelve a tocar un solo pelo, lo mato. Me tiene harto ese imbécil que no sirve para nada, se puede ir a la mierda de una puta vez”. Me sorprendo al ver a Eros tan cabreado, realmente está enfadado y no sé qué decirle para calmarlo.
Así que lo único que se me ocurre es apretarle fuerte la mano y susurrarle un “tranquilo”, con la esperanza de que recupere la compostura. Sin embargo, su reacción es bastante distinta a la que me esperaba, pues tira de mi mano para levantarme y abrazarme con fuerza.
“¿Estás bien? ¿Ha llegado a hacerte algo? “, su tono ha cambiado de la rabia a la preocupación mientras noto cómo me revisa de arriba abajo.
Le digo que no con la cabeza y Liam nos indica que los taxis ya han llegado, así que subimos y nos dirigimos a la manada. Acordamos que Joseph, Liam Y Eva llevarán a Elisa al médico, pues viven cerca, mientras que los demás iremos a la casa de la manada y así Eros me acompaña a casa de camino a la residencia.
“Primero Mark y después el imbécil de Derek, ¿qué cojones le pasa a la gente, están todos locos?” Gabriel resopla entre dientes mientras Rachel le da un codazo para que se calle. Eros gruñe por lo bajo y entiendo que no está de buen humor, las dos veces ha tenido que echarme una mano y me siento bastante inútil.
Hacemos el resto del trayecto en silencio y cuando llegamos a la casa de la manada Gabriel y Rachel se despiden de nosotros, pues Gabriel decide acompañar a Rachel a casa por si se encuentran con Derek.
Caminamos sin decir nada hasta mi casa y cuando estamos cerca de los bancos de madera, indico uno de ellos con la cabeza. Eros parece entender por qué asiente y nos sentamos en el banco.