Capítulo 28
1010palabras
2023-06-28 18:36
El verano pasó rápidamente, llegando el inicio del curso. Durante todo el verano Ellie y Eros no hablaron del tema, Ellie recibió un mensaje de Eros por su cumpleaños y él participó de su regalo junto a sus amigos, por lo que Ellie respondió con un simple “gracias por la felicitación y el regalo”. Ambos sabían que eso era peor, pues el curso iba a comenzar, tendrían que compartir clase y la tensión era palpable. Tenían una conversación pendiente que no sería nada cómoda, pero que era necesaria.
Ellie les había contado lo sucedido a las chicas poco después de que se marchase Eros, dejándolas petrificadas. Rachel era la que más había insistido en que hablasen, que eso había que arreglarlo pronto, pero Eva y Elisa decían que era mejor dejar pasar el tiempo y que se enfriase un poco la situación.
El domingo de antes de que empezasen las clases, Ellie se armó de valor y llamó a Eros. Sabía que él estaba ya en la residencia porqué el día anterior había mandado un mensaje grupal para quedar, pero Ellie se había excusado diciendo que tenía que cuidar de Leo.
Eros se sorprendió al ver la llamada de Ellie y contestó rápidamente, decidieron verse en la cafetería y a la hora acordada llegó Ellie.
Eros ya estaba allí, esperando sentado en una de las mesas de la terraza. Había elegido una que estuviese a la sombra y un poco más apartada para poder hablar tranquilamente. Sobre la mesa había dos frappuccinos y Ellie sonrió, nerviosa. “Vamos allá”, se dijo para sí misma.
Ellie se acercó y Eros se levantó, llevaba puesta una camiseta verde oscura de manga corta y Ellie pudo apreciar que se había tatuado el brazo hasta el codo.
“Hola, Ellie…” dijo tímidamente Eros. Ellie podía notar su nerviosismo y le contestó con una tímida sonrisa.
“Hola, Eros... me… Me gusta tu tatuaje nuevo”.
“Gracias…”. Se hizo un silencio incómodo, la tensión era palpable y ambos sabían que alguno de los dos tendría que romper el hielo y empezar con la temida conversación.
“Ellie, siento mucho lo que sucedió. Quiero que sepas que respeto muchísimo tu decisión y de verdad que nunca haría nada para herirte, y mucho menos algo que fuese en contra de tus principios… No sé qué me pasó, de verdad”. Eros sonaba muy arrepentido, pero, aunque dijo que no sabía lo que le había pasado, realmente era consciente que él se había dejado llevar por sus sentimientos, aunque eso era algo que no le confesaría a Ellie. No tenía ningún derecho a hacerlo, no después de lo ocurrido con Mark y después de cagarla hasta el fondo él mismo.
“No me pidas disculpas, Eros, ambos fuimos parte de eso… Yo me dejé llevar por la situación, por el momento, el alcohol, no lo sé… Además, debería pedirte disculpas yo, no tú…” Eros se mostró confuso, no sabía a qué se refería Ellie, “me fui de allí dejándote solo, y he estado ignorándote todo el verano.” Una lágrima recorrió la mejilla de Ellie, lo había pasado francamente mal durante esos dos meses, pues no sabía cómo gestionar todo lo que había pasado y lo único que se le ocurría era posponer la conversación día tras día.
Ellie suspiró, se secó la mejilla y continuó, “Me he portado mal contigo cuando en realidad estaba enfadada conmigo misma, por fallar a mis ideales…durante todo el verano las palabras de Mark me han acosado, y en vez de aceptar esto con madurez, lo he pagado contigo y te he estado ignorando, cuando tú no tenías la culpa”. Mientras acababa la frase iba desmoronándose, sentía como el nudo que tenía en el pecho y la garganta desde esa fiesta se deshacía.
Eros dudó, pero finalmente se levantó de la silla y abrazó como pudo a Ellie, notando como se le erizaba la piel. No sabía qué decir para consolarla porqué, lo que para otra loba habría supuesto un simple beso, para ella suponía perder un primer momento con su compañero.
Ellie se estremeció con el contacto de Eros, pero dejó que la consolara con ese abrazo, pues había echado de menos a su amigo y quería terminar con esta situación.
“Durante este verano he estado hablando con mi madre, y me ha hecho ver que sí, que puede que haya perdido ese momento con mi compañero, pero que realmente sí tendré un primer beso con él, aunque no sea el primer beso de todos… Me va a costar hacerme a la idea, pero prefiero eso a perder la amistad contigo, por ejemplo… Así que si, a pesar de haberme comportado como una gilipollas todo este tiempo, todavía sigues queriendo tener a una dramática como yo por amiga, me gustaría que recuperásemos el tiempo perdido”, dijo Ellie apartándose de Eros. Deseaba de verdad que él aceptase seguir con su amistad, pero tenía miedo de que la rechazase después de haberse comportado tan mal durante todo el verano.
“Ellie, yo nunca he dejado de considerarte mi amiga. Sabía que esto no iba a ser fácil de gestionar para ti, así que simplemente me limité a darte todo el espacio que pude. No te voy a decir que fue fácil, pero no tenía más alternativa, al fin y al cabo, estábamos en esa situación por mi culpa también”.
Los dos amigos se abrazaron y siguieron conversando. Poco a poco la incomodidad del principio quedó atrás y las cosas parecían seguir como antes del incidente, aunque para los dos algo había cambiado. Eros sabía que era preferible tener a Ellie como amiga que seguir en la situación de ese verano, aunque en el fondo le dolía pensar que aquél beso, que para él había sido como cumplir un pequeño sueño, para ella había sido la causa de su sufrimiento. Ellie sin embargo odiaba pensar que cada vez que estuviese a solas con Eros, su mente le recordaría que con él perdió la oportunidad de su primer beso de verdad con su compañero, aunque odiaba todavía más la idea de perderlo del todo.