Capítulo 29
1581palabras
2023-06-07 04:53
SARA
No recuerdo exactamente lo que sucedió, lo que paso, lo que aconteció para que llegáramos hasta esta posición. Dada la circunstancia mi estado de confusión está al tope. Porque si no han entendido me encuentro muy confundida. Puesto que estoy abrazando al hombre el cual quiero ahorcar hasta asfixiarlo y siento la fecha que dice vergüenza pura está en un rojo carmesí que indica que en cualquier momento aquel contenedor explotara.
Y pensar que el fue espectador de mi momento debilidad. El cual tenía tiempo que no mostraba frente a una persona. Porque estoy segura que esto será un episodio que él en cualquier momento tomará como ventaja para sobornarme. Al tener presente mi idea, siento que ya estoy perdida. Pensar él me tiene en su poder, pero no me dejare, no lo hare. -Me podría soltar Señor McQueen. Por favor -Se aleja un poco sin soltarme en su totalidad en realidad.

- ¿Ya te sientes mejor? -Y cuando lo he estado.
-Sí. Ahora podría desenrollar sus brazos de mi cuerpo. -Es muy incómodo.
-Si claro. ¿Realmente te sientes bien? Porque podemos ir a la casa de mi hermana si no te siente bien para estar sola.
-Estoy bien y no hace falta, ya por favor suélteme.
-Bien. Pero está segura.
-Sí. Ahora suélteme.

-Está bien.
-Entonces sus brazos. -Y así ya no me rodea.
-Creo que debemos irnos. Se está haciendo tardes y debo empacar mis cosas.
-Tú cosas - ¿Qué te vas de viaje? -Yo y mi lengua suelta.

-Debemos irnos -Ignoro su pregunta.
-Sara...
-Debemos irnos.
-¿Te vas?
-No le incumbe.
-Claro que lo hace eres mi...
-No soy nada y a usted no le incumbe mis problemas o decisiones, porque son mis cosas. -Recalco - Así que por favor me podría llevar a mi casa, ya es tarde.
-Sara.. -Advierte
-Sara nada. Me quiero ir.
-Sara..
-No importa me iré caminando -Realmente no me quiero ir en pies le temía a todo lo que nos estaba rodeando, me sentía observada.
-Está bien discúlpame, te llevare hasta tu casa. No debes preocuparte -Es lo estoy haciendo principalmente.
-Entonces no perdamos tiempos y vámonos.
-Muy bien déjame salir primero.
-¿Por qué?
-Porque yo tengo el mando del auto y abriré la puerta.
-Pero estamos dentro de él auto.
-¿Quieres llegar a tu casa? ¿Sí o No?
-Sí.
-Entonces esta dicho. Yo saldré primero espera aquí hasta que yo te diga que salgas y no es una orden.
-¡Enserio! No lo sabía.
DAVID
Salgo del auto con el reciente recuerdo grabado en mi memoria. Miro a todos lados y arrastro mi atención hasta la mínima cosa, alertando la sirena roja dentro de mi cabeza. Haciendo sincronía con todos mis sentidos. Y aunque parezca que no haya nadie aquí, el está cerca porque puedo oír el débil palpitar de su corazón, como si estuviera cerca de mis oídos.
Nunca me imaginé volver a verlo. Tener su cara frente a mí y no poder darle todo lo que se merece y creer que una vez fue mi amigo, mi confidente. Pero aquella amistad se fue al olvido cuando la encontré con la consideraba que sería mi futura esposa y madre de mis hijos.
Pero ahora no me importa y no me daré por vencido. Sé que Sara es la indicada aunque sea un poco testaruda y no sepa con ciencia cierta lo que razón de mi comportamiento. Pero no importa porque yo y mi familia haremos lo posible para recordarle que nunca estará sola, especialmente yo, que seré su soporte por la toda la eternidad.
SARA
-No soporto estar encerrada aquí me recuerda la estupidez que acabo de hacer, la cual no será tan fácil sacar de mi cabeza o mejor expresado de mis recuerdos.
¡Qué vergüenza!
Él va a pensar que soy una regalada una fácil. Pero por Dios no lo soy, recuerdo perfectamente mi primer beso con el magnate estúpido, al igual tendré que recordar me que debo estar pendiente soy virgen en todos los sentidos. Y él es un peligroso para mí. Un hombre que a los lejos la palabra peligro le queda corta.
Muevo mi cabeza de un lado al otro despejando las ideas y escenarios vergonzosos e embarazosos recuerdos que embargan mi cabeza. Dirijo mi mirada hacia la ventana cerca de mí aun si me siento confundida con este hombre. Algunas mujeres estarían felices de tener a este hombre a su disposición, pero yo no me siento como una de ella. O una cualquiera que con solo una simple palabra de conquista estará a sus pies y los malos pensamientos volvieron.
Enfocando bien mi mirada puedo darme cuenta que el mira hacia todos los lados buscando algo en concreto y puedo conseguir saberla razón. Porque los escenario de hace un momento aun están muy frescos en mi cabeza.
Espero hasta que el me haga la seña de poder salir del auto y dejo los pensamientos a un lado. Porque realmente necesito despejar mi mente y estar pensando en todo lo sucedido me volverá loca. Porque ahora tendré que pensar no solo en mi futuro sino en mi presente.
¿Tendré que soportar su presencia?
¿Tendré su presencia en el trabajo todos los días?
O aprender a esconder mi dolor. No quiero ninguna de las tres personas que estoy comenzando a querer sufran si no llego a tener una relación con el hombre que está afuera vigilando. Sería mucho pedir la maravillosa paciencia, cual no la tengo y será difícil tenerla de todos modos.
Un leve golpe sobre la superficie vidriosa acapara toda mi atención. Entonces dirijo mi mirada hacia el sonido y lo encuentro indicándome que salga del auto. Hago lo que me pide porque realmente quiero llegar a la fortaleza de mi apartamento y alejar mi cuerpo del aire caliente que emana aquel estructurado cuerpo. Ya me estoy enloqueciendo.
¡Dios ayúdame!
Ten piedad de mí. Me afirmo a la idea de que no me necesito un hombre a mi lado. Debo recordar que él fue el causante de destruir todos mis sueños y a la persona que más amaba en este mundo. Y me repugna saber que él es mi padre. Realmente no sé traigo a colación el tema, solo sé que no necesito un hombre para sentirme bien.
Al abrirla la puerta el aire frio impacta sobre mi cara trayéndome la paz. Sin mirarlo al rostro me meto por la puerta del copiloto sin dirigirle palabra.
El camino hasta la ciudad pasa en total silencio y calma. Cuando llegamos a la calle principal de la ciudad las luces de colores nos llenan con su esplendor. .
-¿Entonces hacia dónde?
-Siga de largo y yo le indicare -Acata mi orden sin poner objeción y eso me sorprende. Pero lo dejare pasar, no quiero pensar más, estoy harta de pensar.
-Gire a la derecha y siga de largo. -Le indico -Deténgase aquí.
-¿Aquí vives?
-Sí y muchas gracias por traerme.
-No me darás un besito de despedida. Sabes que lo anhelo.
-Muchas gracias -Ignoro su petición y jalo de la palanca que se encuentra a mi lado para salir.
-Podría quitarle el seguro a la puerta.
-No. Quiero mi beso -Y retiro lo que dije de él. El es un idiota.
-¿Porque se esmera tanto en hacerme la vida imposible? -Estoy harta.
-No lo hago. Tú te la arruinas sola al no aceptar lo que sentimos. -¡Dios dame paciencia!
-¿Aceptar? ¿Esta bromeando?
-No lo hago Estoy hablando muy enserio..
-No puede ser. Yo le gusto ¡Oh por dios no puede..!
-¿No puedo qué?
-Recién me conoce.
-Pero el amor es sorprendente.
- Solo me conoce hace tres días y dice que yo le gusto. Usted está loco
-Sara...
-¿Quiero irme? Por favor quite el seguro.
-Sara.
-No me toque. - Grito cuando sus manos intentan tocar mi piel -Solo quite el seguro.
-Sara, Dios escúchame.
-No.
-No te imagines cosas que no son.
-Que no me imagine –Rio – ¡Habla enserio! –Grito –Usted me está soltando la sopa de sus sentimientos y quiere que esté tranquila. Esta demente.
-Pero te amo entiéndelo.
-Que lo entienda. No usted debe entender, puedo perder mi trabajo por su culpa.
-Sara cálmate. -Acerca su mano.
-Le dije que no me toque, que no escucho.
-Está bien, pero quiero que te calmes ok -Tomo aire y trato de aclarar mis ideas y calmar mi corazón. Esto es una locura.
-Estoy calmada, estoy calmada -Repito para hacerme a la idea.
-Muy bien. ¿Quieres hablar sobre el tema?
-No, solo quiero entrar a mi casa.
-Está bien. Te dejare ir -el sonido del cerrojo llega hasta mis oídos calmado mis nervios.
-Muchas gracias -Y abro la puerta lo más rápido para poder irme, porque ya no me siento bien aquí. Quiero alejarme lo más que pueda. Pero mi muñeca es sostenida antes de salir.
-Sara necesitamos hablar.
-No creo que sea necesa...
-Solo escúchame y después sacaras tus propias conclusiones.
-Señor McQueen por favor..
-No te alejes de mi No quiero perderte.
-¿Y cuando me tuvo?
-Acepta cenar conmigo -Me implora.
-Por favor realmente estoy muy cansada. Necesito irme.
-Entonces aceptas cenar conmigo.
-No creo
- Mañana estaría bien. Por favor piénsalo ¿Si? -Y como siempre mi bondad a veces me hace flaquear.
-Lo pensare. -Sonríe.
-Estaré esperando tu respuesta con muchas ansias. -Me suelta y así salgo rápidamente del auto. Sin volver a dirigir mi mirada hacia él y de igual manera cierro la puerta.
¡Hay Dios!
¿En qué diablos me he metido?