Capítulo 21
849palabras
2023-05-29 09:51
Dentro del pabellón del jardín de la familia Hyland, Giselle se encontraba con Daniel jugando al ajedrez. 
De vez en cuando, ella hacía comentarios ingeniosos que lo hacían reír a carcajadas.
Por lo que, mientras Amira pasaba por el lugar, vio a Daniel sostener la mano de Giselle y darle una palmadita suave.

Ella volvió furiosa a la sala de estar y en cuanto miró a George bajar las escaleras, preguntó: "Oh, no, ¿es posible que a papá le guste Giselle?"
George inmediatamente la reprendió en voz baja. "¿Qué tonterías estás diciendo?"
Amira resopló. "No son tonterías. ¡Acabo de ver a papá tocándole la mano!"
Anteriormente, durante una visita de Iris, ella le había insinuado que una mujer seductora como Giselle podría robarle el corazón a su suegro.
Al principio Amira descartó tal posibilidad diciendo que eso era una est*pidez. Pero después de haberlo visto tocándole la mano pensó que Iris estaba en lo cierto.
George frunció el ceño con preocupación y caminó hacia la ventana para mirar más de cerca el jardín, mientras Maverick bajaba de las escaleras.

George se volvió hacia él y preguntó: "¿Adónde vas?"
"A la oficina", respondió Maverick con tranquilidad con su traje sobre el brazo.
Con una mirada de disgusto, George instruyó: "La hermana de Gloria está aquí otra vez. Busca una excusa para sacarla de aquí."
Nadie en la familia Hyland, excepto Daniel, respetaba a Giselle.

Sin mostrarse sorprendido, Maverick se dirigió hacia el pabellón. Y mientras él se acercaba al lugar, Daniel exclamó al ganarle una partida a Giselle: "¡Ja! Gané de nuevo." 
Giselle suspiró, y con voz baja y apagada, dijo: "No soy muy buena en el ajedrez." 
Daniel la miró con cariño y dijo: "Ya te lo dije, no seas impaciente." 
Giselle tomó en cuenta el verdadero significado que había detrás de sus palabras. 
Ella estaba luchando con enemigos que se le acercaban por todos lados.
Si se desesperaba, pronto se encontraría sin salida.
Maverick llegó al pabellón para encontrar a Giselle haciendo pucheros juguetonamente mientras se aferraba al brazo de Daniel.
"Vamos, abuelo. ¡Déjame ganarte solo esta vez!"
Sus labios fruncidos de manera coqueta hacían resaltar su presencia seductora.
Los profundos y fríos ojos de Maverick permanecieron firmes e insensibles.
Daniel lo miró y palmeó la mano de Giselle. "Está bien, te dejaré ganar la próxima vez. Rick está aquí ahora, así que puede él llevarte." 
¡Eso era justo lo que ella quería!
Giselle se puso de pie y sonrió de manera sutil. "Señor Hyland, lamento molestarlo." 
Maverick no pronunció una palabra y le lanzó a Giselle una mirada fría antes de darse la vuelta para alejarse.
Anteriormente, mientras él caminaba a zancadas, Giselle tenía que trotar con sus tacones altos para seguirle el paso. Sin embargo, en ese momento optó por no hacerlo y decidió seguirlo a un ritmo pausado.
Su auto aún no había sido reparado, así que había tenido que llamar un taxi para llegar al lugar.
Si Maverick se atrevía a deshacerse de ella y dejarla plantada, ella se chivaría a Daniel.
Al llegar a la puerta, Giselle dejó escapar un repentino grito de dolor mientras bajaba las escaleras.
Maverick dio la vuelta y vio a Giselle agachada mientras se agarraba el tobillo en agonía.
"Mi tobillo está torcido, Sr. Hyland." Giselle levantó la cabeza con una mirada triste: "Duele mucho. ¿Podrías ayudarme?"
Sus habilidades de actuación eran excelentes.
Maverick permaneció inmóvil y la observó con una mirada fría al percibir sin esfuerzo los malvados planes de Giselle.
Por su parte, ella parecía abatida: "No te estoy mintiendo, es la verdad." 
Maverick se burló. "No hagas el ridículo con esas artimañas frente a mí", dijo antes de alejarse sin importarle el bienestar de Giselle.
Ella jadeó en agonía mientras reprendía en su interior a Maverick. Era un hombre despiadado y distante que podía abandonar fácilmente a alguien que lo necesitara. ¡Qué idiota sin corazón!
Ella lo siguió con dificultad, cojeando con su bolso a cuestas.
¿Fue un esguince de verdad o fue la cojera de su pie izquierdo lo hizo que cada paso fuera una experiencia dolorosa tan pronto como tocaba el suelo?
Giselle se vio obligada a brincar sobre un pie, lo que la dejaba empapada en sudor al llegar al auto.
Maverick la miró con frialdad. "¿A dónde quieres ir?"
¡Absolutamente despiadado hasta el alma!
Giselle se secó la frente, mostró una sonrisa seductora y dijo: "Quiero ir a donde tu corazón desee." 
Cursis líneas románticas fluían sin esfuerzo de sus labios.
Maverick se burló. "¿Es así como le coqueteas a mi abuelo?"
Giselle se quedó atónita, y luego con los ojos brillantes exclamó: "¿En serio? Maverick, ¿estás celoso?"
Él sonrió sin dejar su expresión tan fría y distante como siempre. ¡Qué cosas tiene esa mujer!
Giselle se rio entre dientes, a sabiendas que de ninguna manera estaría celoso por ella. Sin embargo, a ella no le importaba.
Se recostó contra la ventanilla del auto y su mirada se clavó fijamente en Maverick.
Después de una pausa, volvió a reírse entre dientes y sugirió: "Maverick, ¿y si me convierto en tu abuela?"