Capítulo 12
1008palabras
2023-05-08 16:27
Giselle puso cara de inocente e inventó una excusa: "Lo siento, es que la sopa me quemó la lengua."
Daniel la miró fijamente y luego le dijo: "La sopa hay que tomarla sin prisa."
"Es verdad, Daniel", respondió ella con seriedad, cuya voz transmitía mucho respeto y admiración hacia el anciano.

El incidente pasó desapercibido para el resto, y Maverick finalmente soltó su pie, pero una ligera sonrisa se formó en sus delgados labios, revelando su satisfacción.
¡Qué hombre tan malvado!
Giselle quitó su pie con una expresión que era una mezcla entre furia y molestia, luego tanteó debajo de la mesa, palpando cada centímetro en busca de su tacón, pero todo fue en vano.
Al final, estaba tan molesta que le dio una fuerte patada a Maverick en la pierna, lo cual tomó al hombre por sorpresa, haciendo que se sobresaltara con la silla.
Este golpe tomó al chico por sorpresa, haciendo que se sobresaltara con la silla.
Entonces se escuchó un fuerte crujido de silla que resonó por toda la habitación, lo cual llamó la atención de todas las personas que estaban en la celebración.

Lo cual llamó la atención de todas las personas que estaban en la celebración.
El rostro de Maverick se llenó de ira y frustración, pero antes de que pudiera decir algo, Andrew intervino con un comentario burlón: "Maverick, ¿en serio haces tanto alboroto solo por una pisada que te hice sin querer?"
El rostro del padre de Andrew, Titus, se retorció, dejando ver su desaprobación: "¡Andrew!"
Él se rio y respondió: "Está bien, no volveré a decir nada".

Después de que terminó de hablar, le lanzó una mirada malvada a Giselle.
Esa mirada fue suficiente para que supiera exactamente lo que Andrew le estaba insinuando.
Cuando bajó la cabeza, Giselle vio que su tacón estaba bajo los pies de Andrew, lo cual tampoco le sorprendió.
De repente, la chica se sintió abrumada por una profunda sensación de pena.
A pesar de que fue Maverick quien los pagó, esos zapatos le habían costado una cantidad de cinco cifras, ¡y esta era la primera vez que los usaba!
Entonces Giselle no pudo seguir conteniendo su ira y le dio una patada.
Mientras ella le lanzaba golpes, Andrew los esquivaba, y así estuvieron por un tiempo hasta que Giselle terminó por golpear a Maverick por accidente.
La mirada del hombre se volvió fría e inexpresiva, sin dejar ver sus emociones, pero su rostro se veía cada vez más sombrío.
Al final, se puso de pie y dijo: "Abuelo, tengo algo que hacer, así que me voy al estudio."
"Adelante", respondió el anciano.
Giselle lo observó subiendo las escaleras y de inmediato su buen humor desapareció.
Andrew, por su parte, también perdió el interés y le devolvió el tacón.
La chica se lo puso, y le lanzó una mirada fulminante, al tiempo que le espetaba: "¡Mocoso inmaduro!"
Después de la cena, Giselle se escabulló al segundo piso mientras nadie prestaba atención.
La puerta del estudio estaba entreabierta, así que la abrió y entró.
Luego se aseguró de que quedara bien cerrada y caminó sensualmente hacia Maverick.
Él estaba sentado detrás del escritorio, con el humo del cigarrillo a medio consumir a su alrededor.
Fumaba tranquilamente con su traje bien entallado, lo que le daba un aire de temeridad y nobleza.
Ese temperamento moderado, pero bestial, que el hombre transmitía le encantaba a Giselle.
Entonces se acercó a él, se sentó a horcajadas sobre su regazo y envolvió los brazos alrededor de su cuello: "¿Por qué me has estado ignorando?"
Tenía una voz dulce y coqueta, llena de seducción y encanto.
Sin embargo, Maverick la ignoró y siguió fumando.
Un puchero de insatisfacción se formó en el rostro de Giselle, luego le arrebató el cigarrillo y le dio una calada.
Pero lo hizo con tanta fuerza que terminó atragantándose con el humo.
Maverick mantenía una postura relajada mientras la agarraba por la cintura con una mano, su mirada seguía indiferente, sin revelar ningún rastro de emoción.
Entonces la chica tiró el cigarrillo y se lanzó directamente a besarlo.
Se podría decir que era buena haciéndolo, en especial porque Maverick la había entrenado bien.
Durante el beso, el chico mantuvo los ojos abiertos y la miró con calma, tenía un dejo de burla en sus ojos mientras observaba la satisfacción de ella.
Un segundo después, le levantó la falda, le tapó la boca con la mano derecha y la empezó a p*netrar.
"No hagas ruido".
Giselle luchó por permanecer en silencio, y el crujido de la silla la ayudó a ocultar su momento de agonía.
Después de que terminó, la expresión de Maverick se veía mucho mejor, por lo que probablemente se sentía aliviado.
Giselle se quedó entre sus brazos, tenía el cuerpo tembloroso y la respiración agitada.
Entonces Maverick tomó su cintura y levantó su cabello sudoroso: "¿Ya estás cansada?"
Este hombre siempre la trataba mejor después de que tenían s*xo, cuando él estaba satisfecho, su voz se volvía más suave de lo habitual.
Giselle tragó saliva y le dijo con la voz ronca: "Ay... Estoy completamente agotada, eres tan increíble..."
Maverick curvó los labios, al parecer estaba complacido por sus palabras.
La chica aprovechó el momento, comenzó a juguetear con sus dedos y le dijo con la voz ronca y llena de timidez: "Rick... no quiero casarme con Vincent, ¿puedes ayudarme?"
Giselle era particularmente buena cuando se trataba de coquetear.
Por desgracia, estaba lidiando con un hueso muy duro de roer.
El hombre apretó su delicada cintura con un poco más de fuerza: "Giselle, eres demasiado codiciosa y eso no es bueno."
La chica entendió de inmediato lo que quiso decir.
Entre ellos, siempre se trataba de beneficio mutuo.
Y aparte de dinero, él no podía ofrecerle nada más.
Giselle se mordió los labios, no iba a darse por vencida: "Maverick, sabes que nadie se puede enterar de nuestra relación, en especial Gloria, ¿verdad?"
De repente, las pupilas del hombre se contrajeron, tomó su barbilla y le dijo con voz fría: "¿Eso es una amenaza?"