Capítulo 39
1419palabras
2023-05-11 11:22
De repente, Jayden me detuvo y me miró con sus ojos oscuros, como si quisiera ver el fondo de mi corazón. "Mia, todavía no estás sobria", dijo en voz baja y ronca. "¿Qué pasó?" 
Apenas escuché esto, lo solté y bajé la cabeza, sintiéndome derrotada. Era como si me hubiera echado un balde con agua fría. 
Él tenía razón; no estaba del todo sobria. 

Jayden era mi exesposo ahora y si algo me había pasado, ¿por qué tendría que buscar seguridad en él? 
Hice mi mejor esfuerzo por ocultar mis emociones y, quitándome los tacones altos, cambié mi expresión por una de indiferencia. "¿Por qué viniste?" Pregunté. "Ya es tarde". 
Jayden suspiró y se fue al sofá a sentarse. Lentamente, sacó un cigarrillo de la cajetilla que tenía en el bolsillo y lo encendió. "¿Invitaste a Hunter a cenar esta noche porque querías obtener el terreno del distrito Flower Forest? 
"Sí", respondí. 
No tenía la intención de ocultarle la verdad. Al fin y al cabo, ese tipo de cosas no se podían tapar con un dedo, así que decidí admitirlo. 
Jayden cruzó sus piernas y me miró fijamente. "Dijiste que querías buscarlo para pedirle disculpas", dijo. "¿Te causó problemas?" 

"No", respondí. "Cuando regresé, él ya se había ido". 
Jayden bajó la mirada y le dio una fuerte calada a su cigarrillo. "Ya no tienes que disculparte con él", afirmó con frialdad. 
"Claro que tengo que disculparme con él", respondí. "Si no lo hago, puede negarnos la licitación". Incluso si no quería pedirle disculpas, tenía que hacerlo por el bien de la empresa. 
Jayden me miró con los ojos entrecerrados. "Cambiarán al líder del departamento", dijo en voz baja. 

Fruncí el ceño. Estaba un poco desconcertada. "¿Lo cambiarán?" Pregunté.
¿Cómo podían cambiarlo tan repentinamente?
Jayden sonrió con desdén y apagó el cigarrillo en el cenicero que dejaba siempre en la mesa de centro. "Sí", dijo. "Ya no pierdas el tiempo con él".
Suspiré, aliviada, puesto que Hunter me parecía un hombre demasiado despreciable. Tal vez, si le pedía disculpas, terminaría pidiéndome que fuera más sincera con él e intentaría aprovecharse de mí de nuevo. 
Quería decir algo para agradecer su ayuda, pero no pude decir ni una sola palabra. 
La aparición repentina de Owen había estropeado mi estado mental y ahora en todo lo que podía pensar era en la muerte de su hermana, Madison. 
"Ven a trabajar para Eastern Star", Jayden dijo en voz baja. "Puedes elegir el puesto que quieras. No trabajes más con Brandon". 
Estaba intentando controlarme una vez más. 
"Jayden, deberías saber mejor que yo que nosotros ya no tenemos nada que ver", anuncié con firmeza. "No puedes controlarme. Y, por favor, ya no vuelvas aquí a buscarme". 
Por fin había decidido cortar todo tipo de relación con él. 
Además, Madison ya estaba muerta y nunca podría reemplazarla en su corazón. 
Si empezaba algún tipo de relación amorosa con Jayden, yo sería la única que saliera herida... de nuevo. 
Jayden apretó los puños, se paró y caminó hacia mí con el ceño fruncido. "Ya te dije que Brandon no es quien crees que es", afirmó, rechinando los dientes. "Debe haberse acercado a ti con segundas intenciones". 
Era obvio que tenía un problema con Brandon, pero eso no tenía nada que ver conmigo. Aparte, Brandon me había ayudado cuando más lo había necesitado y me había llevado al hospital.
Resoplé. "¿Brandon tiene segundas intenciones?" Pregunté en tono sarcástico. "¿Qué hay de ti? La última vez, en la estación de policía, ¿no sospechaste de que era la causante del suicidio de Madison? ¿Y ahora quieres que trabaje para Eastern Star? ¿Por qué?" 
Mientras más pensaba en eso, más decepcionada me sentía, ya que Madison no solo había asesinado a mi madre, sino también a nuestro hijo. ¿Cómo podía ser tan indiferente a eso? 
Frustrado, Jayden se agarró la frente y suspiró. "No sospeché de ti en ningún momento", respondió. "Solo me preocupa que estés involucrada en ese asunto".
Fruncí el ceño, sintiendo que había algo que no me estaba diciendo. Hasta donde tenía entendido, Madison se había suicidado porque tenía miedo de su sentencia. ¿Qué otra razón tenía para quitarse la vida? 
"¿Qué quieres decir con eso?" Pregunté. 
Jayden volteó a ver por la ventana y su perfil era frío y angular. Vi que abría la boca para decir algo, pero se detuvo un par de veces. "Nada", dijo. "Te lo diré una vez que todo esté resuelto". 
Cuanto más repetía eso, más curiosidad me daba. ¿Acaso había algún secreto detrás de este asunto? 
Lo único malo era que siempre que intentaba preguntarle, él cambiaba el tema. 
"Ya puedes irte", dije, perdiendo la paciencia. "Quiero dormir". 
"Entiendo", Jayden respondió antes de irse. 
Al verlo salir por la puerta, sentí un vacío indescriptible en el corazón, pero me recordé a mí misma que ya había decidido cortar todos los lazos que tenía con él, así que esto era lo mejor. 
Suspiré y me fui a mi habitación para tomar una ducha y dormir. 
Aunque pensaba que la aparición de Owen me tendría despierta toda la noche, me quedé dormida apenas cerré los ojos. 
Aun así, no sabía si había logrado dormir porque estaba un poco borracha o porque había visto a Jayden después de volver a casa. 
......
Aquel día, recibí la carta de admisión de la escuela secundaria de primera clase de la ciudad. Mi madre estaba tan feliz que preparó una mesa llena de comida con la excusa que debíamos celebrar. 
Como eran las vacaciones de verano y Madison y Owen venían a casa a jugar, almorzamos juntos. 
Yo estaba muy emocionada por haber sido aceptada en la escuela secundaria de mis sueños y tomé mi copa para beber un poco de vino. 
Mi madre me había dado permiso, ya que era un día muy especial. De todos modos, estaba en mi propia casa y si me emborrachaba, podía irme a dormir. Nadie pensó que sería gran cosa. 
Mientras almorzábamos, mi madre recibió una llamada de mi padre, pidiéndole que fuera a la empresa porque había algunos asuntos que no andaban bien. 
Después de colgar el teléfono, mi madre se fue, advirtiéndome que no bebiera demasiado. 
Asentí y se lo prometí. De hecho, para ese entonces ya había empezado a sentirme un poco mareada y decidí ir a mi habitación a descansar.
Sin embargo, Madison me detuvo y me dijo que quería que me quedara con ella un rato más. 
En ese entonces, todavía no sabía la clase de persona que era realmente y, como pensaba en ella como mi hermana, no tomé ninguna precaución y decidí quedarme con ella. 
Me volví a sentar a la mesa y bebí unas copas más de vino con ella, pero estaba tan mareada que subí a dormir. 
Me acosté en la cama y me quedé dormida. Después de un rato, sentí un escalofrío y al abrir los ojos, me di cuenta de que había alguien encima de mí, tocándome. 
Intenté pararme, pero la cabeza me dolía demasiado e intenté empujar a la persona mientras tenía los ojos cerrados. "¿Quién eres?" Pregunté, luchando para que me soltara. "No me toques". 
Al escucharme, la persona se detuvo por un momento antes de volver a tocarme. Pese al dolor de cabeza, abrí los ojos y cuando vi lo que estaba pasando, me quedé helada. 
Mi torso estaba casi d*snudo y Owen estaba encima de mí. Sus ojos estaban llenos de l*juria; era como si quisiera comerme viva. 
De inmediato, empecé a gritar con todas mis fuerzas y a pedir ayuda. 
Owen se percató de que estaba completamente despierta e intentó contenerme, tapándome la boca para que nadie me escuchara. "No grites, Mia", dijo. "Prometo que seré cuidadoso". 
Aunque todavía era una estudiante de secundaria, sabía muy bien lo que quería hacer conmigo. 
Me sentía asqueada y empecé a llorar. Negué con la cabeza, desesperada. Quería pedir ayuda porque sabía que alguna de las mucamas vendría. Si seguía gritando, alguien vendría a salvarme. 
Por desgracia, no podía hacer ningún sonido. Estaba tan débil por el alcohol que me sentía aturdida y me dolía la garganta. 
Owen pareció notar que no estaba bien y me siguió tapando la boca para que no gritara.
Luego empezó a quitarme los pantalones y, a pesar de que luché con todas mis fuerzas para evitar que lo hiciera, él solo sonrió con malicia. 
"Sabes que mientras más luchas, más me gusta", dijo. 
No. No quería que él me siguiera tocando. 
Si lograba ultr*jarme, mi vida quedaría arruinada para siempre.