Capítulo 25
1266palabras
2023-05-05 13:38
El taxi llegó a la casa y me di cuenta de que no tenía nada de dinero encima. Todas mis cosas se habían quedado en mi habitación. Ahora que caía en la cuenta, había estado tan asustado y preocupada por el bebé que no me había dado cuenta de que Brandon había pagado todo por mí. Me enojé conmigo misma.
¿Quién sabe si pudiera devolver el favor que me había hecho? Mientras pensaba en eso, el taxi ya se había detenido en la puerta de la casa. Le pedí al conductor que esperara un rato para que pudiera sacar un poco de dinero y pagarle.
Cuando estaba a punto de abrirla, Jayden apareció detrás de esta, un tanto alterado y con el abrigo a medio poner. Me hice a un lado para dejarlo pasar, pero esto nunca sucedió.
—¿A dónde fuiste? —me preguntó enojado.
—A ninguna parte —le respondí con la voz queda mientras me frotaba los brazos por el frío. Se dio cuenta de esto y me metió a la casa. Agarré el dinero para pagarle al taxista y salí de nuevo. Cuando regresó Jayden todavía estaba en la sala—. ¿No ibas a salir?
—¿Quién saldría a medianoche? —me preguntó bufando por lo bajo. Me quedé mirándolo con escepticismo porque claramente había estado listo para salir. Decidí que no valía la pena molestarme con él y me fui a mi habitación. Mientras subía las escaleras sentí su mirada penetrante en mi espalda, así que me detuvo y lo encaré. Supuse que quería interrogarme por el incidente con Lucas.
—No sé qué debo decir para que me creas, pero no lo boté de la casa. Odio a su madre y nunca lo consideraré como tu hijo verdadera, pero nunca le haría nada a un niño.
Después de eso, me di la vuelta dispuesta a seguir con mi camino. Sabía que era poco probable que me creyera, nunca lo había hecho en el pasado, pero al menos me había explicado.
—Te creo.
Esas palabras me dejaron pasmada pero me repuse rápidamente y continué con mi camino. ¿Me creía? Hace unos meses hubiera dado todo por un ápice de su confianza, pero ahora que finalmente había sucedido, no me sentía feliz. Quizás era el hecho de que había permitido que Madison volviera o que ya era muy tarde para que valiera la pena.
Al día siguiente, fui despertada de nuevo por alguien más.
—Señorita Clinton, levántese, la señora ha venido a verla. Está muy enojada con lo que sucedió —me pidió Jasmine con urgencia.
—Está bien, bajaré de inmediato —le dije entre bostezos mientras me espantaba por la hora. ¿Cuándo terminaría esta miseria?
¿Cómo se había enterado mi suegra sobre lo que había pasado? Aunque, quizás debería dejar de llamarla así, su nombre era Victoria Harris.
Jayden había dicho que me creía, así que seguramente no le había dicho nada. Lo que solo dejaba a Madison como la que me había delatado. Me cambié lo más rápido que pude, desganada, no había podido dormir bien y ahora tenía que encarar a la señora. Bajé las escaleras con ayuda del reposabrazos.
—¿Eso está roto? —le pregunté a Jasmine con curiosidad cuando llegué al segundo piso y noté la cámara de seguridad.
—Esa funciona, la única que está mal es la del primer piso.
—¿Y desde ese lugar se puede ver el pasillo? —le pregunté soltando un suspiro de alivio.
—Sí, señorita, ¿quiere ver la grabación?
—Sí, entra a la nube y busca la grabación de ayer en la noche desde las siete y media. Quiero ver cómo salió Lucas de la casa y se lo mostraremos a la señora.
Luego de ello, me acerqué a la sala de estar y entré con la frente en alto. Ni bien aparecí una taza de té salió volando en mi dirección. Levanté la mano para cubrirme pero igual me cayó un poco del líquido encima. Me estremecí ligeramente. Victoria estaba sumamente enojada.
—¡No te quiero volver a ver nunca más! ¿Cómo es posible que te la hayas pasado durmiendo tan plácidamente cuando el niño ha estado enfermo toda la noche?
Mientras hablaba, se acercó, enfadada, con la mano levantada abofetearme, pero ya la estaba esperando, así que la detuve con una mano.
—Señora, no fui yo.
—Estaban ustedes dos solos en la casa, ¿me estás diciendo que el niño salió de la casa por su cuenta? —me preguntó, lívida del enojo.
Madison también estaba presente, pálida como un fantasma, como si hubiera pasado una mala noche. Se mordió el labio inferior y trató de aparentar bondad.
—Mia, está bien que no te caiga, pero Lucas es solo un niño. ¿Por qué le hiciste eso?
Actuaba tan bien, era una pena que no se hubiera dedicado al rubro. Si hubiera sido otra persona la afectaba hasta la habría admirado.
—No sé cómo salió el niño, pero yo no lo hice. Si no me lo cree, mire los videos de vigilancia —le dije a la señora ignorándola.
—El monitor del primer piso está roto, ¿cómo podemos comprobarlo? —soltó rápidamente la mujer a lo que me le quedé mirando con indiferencia. En ese momento, Jasmine se acercó con su teléfono.
—Señora, Lucas salió solo de la casa a las ocho y media. Aquí lo puede ver en el video —le comunicó la joven mientras se lo entregaba.
—¿De qué tontería estás hablando? Lucas no salió solo, el monitor del primer piso está roto, ¿cómo obtuvieron ese vídeo? ¡Señora, no se deje engañar!
—Te confiaste demasiado —me burlé con una sonrisa de lado—. La cámara del primer piso no funciona, pero el pasillo y la entrada se pueden ver desde la cámara del segundo piso.
—¡No, imposible!
—Jasmine, trae a Lucas, por favor —le pidió Victoria después de revisar el teléfono. Su rostro prometía dolor.
—Sí, señora —asintió la mujer antes de subir las escaleras. Victoria se quedo callada fulminando con los ojos a la otra mujer.
Pronto, Jasmine apareció con Lucas y Madison comenzó a ponerse nerviosa.
—Pequeño, dime, ¿quién fue la persona que te sacó de la casa anoche? —le preguntó con calma. Lucas se veía cansado, pero levantó una mano para señalarme.
—Ella —dijo suavemente y fruncí el ceño.
—Dime, entonces, ¿cómo te sacó exactamente? —le preguntó esta vez y el pequeño miró a su madre con timidez.
—Señora, mi hijo todavía está enfermo, no creo que sea capaz de recordar las cosas bien.
Victoria se volteó para callarla de inmediato antes de volver a hablar con el niño.
—No tengas miedo. Solo dime lo que recuerdas —le pidió con la voz controlada. Lucas parpadeó rápidamente.
—La tía me odia mucho. Me llevó hasta la puerta, la abrió y me dejó afuera...
Me había preocupado porque algo saliera mal, pero vi con alivio que todo saldría bien. Yo me había ido a dormir a las ocho en punto, no había prueba alguna de que lo había sacado a la fuerza. Victoria dejó a Lucas en el sofá y le tiró el teléfono a Madison.
—¡Mira el video con tus propios ojos!
Victoria debía haberse dado cuenta de que un niño tan pequeño como Lucas no planificaba algo así por su cuenta, tenía que haber sido instruido por un adulto. Madison miró el video de vigilancia y lloró con lágrimas de cocodrilo.
—No sé lo que está pasando...
—¿Cómo no? Si no es la primera vez que haces algo así —susurré en voz baja con preocupación—. Señora, usted no lo sabe todavía, pero la última vez que Lucas tuvo un accidente aquí fue por culpa de Madison. Ella quería que me divorciara de Jayden.