Capítulo 62
2505palabras
2023-07-05 16:54
-Se te hace un poco difícil cuidar a la niña ¿verdad? Ahora sin Yoskarly -Comenté yo.
-Yoskarly casi no la cuidaba, se la pasaba viajando. Acostumbraba sin mi autorización a pagarle a una amiga para que estuviese días manteniéndola, solo para que yo pensará eso, para que yo la viera como una buena madre y me dedicara más a los negocios -expresó Darwin con seriedad, como si estuviera inconforme con la actitud de ella desde antes- Yo la he cuidado mejor, eso de que un padre soltero no puede seguir adelante con sus hijos es una falsa teoría.
-Disculpa, no lo dije por nada malo –expresé.

-Te entiendo. Me preguntabas por ella ¿verdad? Ashley está bien. La cuida la comadre. Voy a esperar que cumpla los dos años para inscribirla en la escuela.
Dijo. Al perecer no le gustaba mucho hablar sobre la madre y el cuidado de su hija, pero había aceptado la invitación de Darwin para eso, debía hacer un esfuerzo y entrometerme en su vida aunque se llegue a molestar.
-¿Y la señora que la parió quién era? Me da curiosidad.
-Nadie importante –respondió.
-Dijiste que esa no quería a la niña ¿cómo una madre no quiere a su hijo?- Insistí para que me hablara más de ella.
-Era una loca, tenía problemas, algo así.

-¿Algo así? ¿Quiere decir que no estás seguro? –Aunque sea con cucharilla le iba a sacar las palabras.
-Es que no es algo que me consté.
-¿No era tu antigua mujer pues?- Le pregunté.
-No, ni siquiera lo conocí –Negó con la cabeza mirando hacia otro lado.

-¿Cómo no vas a conocer a la mamá de tu hija? ¡No tiene sentido!
-¡Tampoco tiene sentido que lo sigas preguntando eso! Quedó en el pasado -dijo Darwin con la cara llena de tristeza.
-Ashley es adoptada ¿cierto? -Pregunté directamente. Él debía responderme, me urgía averiguarlo ya.
-Me la dieron recién nacida –confesó- es mi hija y jamás supe quién la parió.
Me quedé paralizada al escuchar esa confesión. Darwin no era el padre de la niña, aunque el mismo no quería admitirlo. Me llené de melancolía
-¿Hay un baño por aquí cerca? -Pregunté.
-Creo que vi un baño por aquel lado -me dijo Darwin señalando con el dedo.
El baño no era para soltar el líquido de mi vejiga, aún no tenía ganas, era para soltar el llanto que producía mis lágrimas reprimidas.
No podía llorar frente de Darwin, no había una razón para eso. No hubiese podido rebelarle la verdad de mi tristeza.
Y trataba de procesar lo que me acaba de decir…
‘‘Su madre era una loca’’
-¿Una loca?
‘‘Tenía problemas psicológicos y no la quería’’.
-¡¿Quién fue el causante de ese comentario?! ¡¿Quién me la arrebató y se la entrego a Darwin?! ¡¿Quien fue capaz de decirme loca cuando ya era una persona sana inteligente y si quería a mi hija?!
-Seguramente fueron mis tíos ¡cuánto los odio! ¡No es posible y todavía lo niegan! Me dicen que falleció, fueron los causantes de arrebatarle a la niña. No puedo seguir viviendo con ellos…
¿Cómo haría yo para llevarme a la hija a la casa? Si fueron los principales causantes de su desaparición. No había más nadie, nadie más pudo haberme quitado la niña, mis tíos la dieron en adopción para no hacerse responsable de ella y que solo me dedicara al estudio. Estaba segura de mi deducción…
Analicé el siguiente comentario de Darwin…
‘‘Ni siquiera la conocí, me la dieron un recién nacida’’.
-Esas palabras comprueban que Darwin no es el padre de la niña. ¿Entonces quién será?... –Me pregunté y al no llegarme la respuesta a la cabeza expresé- Eso ya no importa, probablemente haya sido uno de los chicos de la escuela con los que bailaba en una discoteca alguna vez. Y así como yo no sé quién es el padre verdadero, ese padre ni siquiera sabe que tiene una hija. Mejor así, la niña será mía, solo mía. Y lo siento por Darwin pero la voy a recuperar.
Tres Golpes sonaron en la puerta del baño.
-¡Un momento! -Dije.
Me miré al espejo quise lavarme la cara y retocar mi maquillaje, pero duraría tiempo, así que solo limpié mis lágrimas.
-¿Te sientes bien? Es que vine porque estabas tardando -me dijo Darwin al verme salir del baño.
-Sí este… ¿podemos irnos? No me siento bien, creo que me cayó mal la comida.
-Ok, de acuerdo, vamos.
Le mentí hablándole mal de la comida, pero la verdad era que no me sentía bien. Pero era por lo mismo, por el problema de mi hija, la cena solo fue una estrategia para que nos fuéramos. Para excusar el mal que me sentía.
-Gracias por compartir conmigo me divertí ¿Y tú? ¿También te divertiste? –Él me preguntó en el momento en que íbamos de regreso en su auto.
-Sí –sonreí- La pasé muy chévere, gracias.
-Me alegro.
Se acercó para despedirse luego de frenar su auto frente a mi edificio. Me incliné hacia él mostrándole mi mejilla; pensé que quería besarme ahí, pero su boca se acercó a mis labios e inmediatamente me retiré antes de que me besara.
-Disculpa, pero te aseguré que tendríamos solo una amistad.
-Te entiendo no hay problema -dijo Darwin echándose hacia atrás, sin cambiar la expresión de alegría de su cara.
Tiré la manilla del auto y empujé la puerta. Alcé mi mano derecha moviéndola mientras sonreía y para despedirme y que no notará la seriedad que poseía en mi interior.
Y en realidad estaba sería, muy, muy melancólica. Tendría que entrar a la casa a vivir con los secuestradores de mi hija. Tendría que seguir teniendo una amistad con el padre adoptivo de mi hija.
-¡Qué karma es este! -Grité luego de que Darwin siguiera su camino en su auto y de entrar a mi apartamento.
Al acostarme no conciliaba el sueño, solo pensaba en él, en realidad era muy buen hombre, me gusta bastante, me divertía y se portó muy cariñoso conmigo.
-Sí mis tíos fueron los secuestradores no puedo seguir en esta casa. Darwin se pondrá muy triste si le arrebato la hija y yo no creo que consiga un hombre tan bueno como él para un esposo…
Puedo decírselo y la mejor opción sería que fuéramos los tres una familia. Darwin, Ashley y yo, como su madre verdadera.
****
*Narración por Darwin.
-Fue la mejor cita que he tenido con Nathalia, aunque ella me dice que solo quiere mi amistad yo sé que en el fondo también me ama. Así que iré lento con ella, no la apresuraré para que sea ella quien me busqué. Ella insistía en saber quién era la madre de la niña, yo sé que se preocupa que la niña crezca sin madre, ya que ella misma fue criada por sus tíos. Le rebelé accidentalmente que yo no soy el padre biológico, aunque creo que no habrá ningún problema, ella no parece ser chismosa y Ashley jamás se enterará cuando crezca, será un secretó que más nunca rebelaré –reflexionaba cuando iba en mi auto en dirección a buscar a la pequeña.
-Buenas noches Comadre –le dije cuando solo se asomó en la puerta sin la niña. Eso me preocupó, la última vez que la señora actuó así fue cuando Yoskarly vino de viaje y la pasó buscando de regreso.
-Buenas noches Darwin.
-¿Y Ashley?
-Está durmiendo. Me respondió sin moverse a buscarla.
-Ok, me la puedes traer –Insistí.
-Son casi las once, sé que llegarás y la acostarás en su cuna y vendrás bien temprano a traérmela cuando aún no se ha despertado, igual voy a ser yo quien le dé el desayuno, ¿cierto?
-Sí, de igual modo tengo que hacer eso diario, es mi hija y no tengo más apoyo.
-Si quieres ven a buscarla mañana en la tarde y pasas el fin de semana con la niña. Digo, para que no estés llevándola y trayéndola por ahí – aconsejó.
-¿Seguro que está aquí? Tengo que verla –Casi empujé a la comadre y entré a su casa directo al corral de la niña, la divisé ahí, bella y dormida.
-Si quieres llévatela solo era una opinión –dijo al ver mi carácter.
-Está bien, tienes razón, creo que no habrá problema si se queda aquí esta noche. Volveré mañana mi reina –Lancé un besito a mi bebé y salí al exterior de la casa.
-Nos vemos mañana Darwin -dijo despidiéndose.
-Hasta luego Comadre –Levanté la mano a través de la ventanilla del auto y arranqué.
Analicé mi actitud, cuando la comadre me dijo eso me había asustado, pensé que a la niña le había pasado algo, pero ahí estaba bien cuidada con la comadre, debía confiar en ella, la amaba como yo.
Llegué a mi hogar, me duché y me cambié cuando escuché el timbre de la casa sonar.
-¿Quién será? Si a mí nadie me visita, quizá sean los vecinos -pensé y me dirigí a la puerta.
-¡Hermano! -dije con emoción y le di un gran abrazo.
-Hola Darwin, tiempo sin verte.
-Añisimos sin verte- ven, pasa –dije con emoción al ver a mi hermano mi hermano. El cual vivía en otro país y llegó sin avisarme.
-¿Cómo han estado las cosas por aquí? –Preguntó él luego de entrar a la casa.
-Bien, No me dijiste que venías –le dije.
-Pasé por aquí temprano y no estabas, quería darte una sorpresa.
-Bueno eso sí que es una sorpresa, tu presencia me alegra.
-¿Viniste a traerme los papeles?
-Sí a saludarte vale ¿Qué tal tu vida?
-En mi trabajo del día a día –le respondí.
-Voy a ver que te brindo porque ahora he acostumbrado a comer en la calle.
-No te preocupes, ya cené, estaría bien algo de beber –dijo.
-Por aquí tengo vino te apetece -dije revisando el estante de la cocina.
-Claro, pero que sea un vino bueno -dijo en modo de Gracia.
-Claro, todo lo que yo compro es bueno, no me gusta nada que ver con nada chimbo.
Serví Dos copas y nos sentamos en la sala.
-¿Qué has hecho hermano? ¿Cómo está la familia? ¿Te casaste? -Interrogué con alegría.
-Aún no, estoy estudiando sabes, en la universidad, apenas voy por el segundo año. Tenía una mujer, pero ya nuestra relación se acabó. Tú sabes esas estudiantes lo que quieren es plata –dijo riéndose.
-Sí es difícil conseguir un buen amor. Yo salgo a veces con una, pero que va está, dura -le dije a mi hermano con la imagen de Nathalia en mi cabeza.
-¡Jajaja! Esas son las mejores, las difíciles –expresó.
-Claro, porque lo que difícil viene difícil se va. Y eso es lo que queremos, que no se vaya sí son buenas –dije sonriendo.
-Y que estén buenas por dentro y por fuera.
-¿Y qué más? ¿Todo bien? –Pregunté por si había algo más que no me contaba.
-No tanto, hablando de la familia, sabes que mi papá está muy enfermo, al parecer va a fallecer –dijo mi hermano con preocupación.
-Esa es una noticia muy triste, él es el que te paga la universidad y todos tus gastos cierto.
-Claro, yo vivo de él.
-Y ahora qué horas vas a tener que trabajar ¿o tomarás las arriendas de los negocios?-Pregunté.
-Tú sabes que yo no sirvo para eso y él tiene su personal y él era el jefe de ahí, pero de todas maneras yo soy el hijo, el que debe heredar todo eso.
-¿Y aún no lo sabes? ¿Tu papá no ha empezado escribir su testamento?
-El abogado ha dicho que lo ha escrito muchas veces, pero no se decide, no sé quién más estará detrás de la herencia si soy el hijo único.
-¿No tendrá un hijo oculto? ¿O un sobrino favorito? –Pregunté con inquietud.
-Hijo no, sobrino podría ser –respondió- por eso debo pelear mi herencia, me debe corresponder a mí todo lo que dejó, ni siquiera tiene mujer ni ninguna criada a su cargo.
-Es extraño, debió haberte dicho que todo sería para ti. Si no te tocará ser un empleado de la empresa de tu papá –Opiné.
-Eso jamás –frunció el ceño- empleado no, jefe sí. Bueno me das la mitad de las peluquerías y con eso vivo y me pagó los estudios –dijo sonriendo, sentí que lo decía en broma de todas maneras debía quitarle esa idea de su cabeza de una vez.
-Olvídalo de los bienes de nuestra madre no te tocó nada y tú lo aceptaste así porque tenías toda la riqueza de tu padre.
-Eso fue así, pero las cosas cambian, no tendré nada si mi padre no coloca mi nombre en el testamento. ¿Y qué harás con los negocios en un futuro? ¿Pensaras ser un peluquero para siempre?
-No soy peluquero, soy dueño y administrador de salones de bellezas y distribuidora de productos. Además es la herencia de mi hija, ella sabrá qué hacer con las peluquerías al cumplir la mayoría de edad.
-Eso es mucho tiempo, aún está pequeña y hablando de ella ¿dónde está? Por la hora me imagino que está durmiendo, ¿puedo verla? –Preguntó mi hermano y se paró del sillón, me imaginé que iría directo al cuarto.
-Durmiendo, pero en otra casa, me la cuida una comadre –respondí.
-¿Qué es eso? ¿Cómo andas regando tu hija por ahí? –Preguntó en forma de enojo.
-Solo fue por esta noche, mañana la iré a buscar y pasaré todo el fin de semana con ella, me la cuida más que todo en las mañanas. Yo la voy a buscar en las tardes. Hoy me atrasé y decidí dejarla ya por esta noche.
-Entiendo, bueno quería saludarla, vendré luego, antes de irme para Estados Unidos vendré para despedirme de ustedes. Sabes que Ashley es mi sobrina consentida, mi única sobrina porque María Félix que está en Roma no quiere parir –dijo riendo.
Sí nuestra hermana está arraigada con el trabajo –Sonreí igualmente.
-¡Somos una familia de empoderados adictos al dinero! –Exclamó con alegría.
-Yo no tanto, tengo mis negocios, pero no me la doy de orgulloso.
-Deja de aparentar que eres un simple profesor Darwin –aconsejó- tú puedes dar más y tener más.
-Claro yo entiendo. Siempre voy produciendo.
-Así que me gusta, que tengas optimismo Darwin.
-Está bien hermano y ¿los documentos me los trajiste? –Cambié la conversación pidiéndole algo muy importante.
-Los tengo, pero te lo traigo luego. Hay que hacer una firma y puede que tengamos que ir los dos juntos –me dijo.
-Está bien, pero sabes que lo necesito, no te vayas a olvidar de eso –Insistí.
-Tranquilo Darwin. Lo tengo claro.
Le abrí la puerta para que saliera y me despedí de él.
Darwin es mi hermano menor, medio hermano, hijo de nuestra madre con otro padre. No lo veía desde hace un año. Desde que se fue del país no había regresado, y ahora al verlo visitarme me llené de alegría. Entendía que se fuera tan rápido el reloj marcaba más de las doce y me imaginaba que había tenido un día muy atareado por el viaje.