Capítulo 60
2094palabras
2023-07-03 16:52
-Nathalia espera -escuché la voz de Valeria que se acercaba.
-¿Qué quieres Valeria? -Le pregunté frunciendo el ceño.
-¿Aún estás enojada conmigo? No recuerdas la llamada que te dije que no fui la causante...
-Ya Valeria por favor, no atraigas ese tema que ya eso ya pasó. Darwin habló conmigo y...
-¿Se reconciliaron? –Preguntó con curiosidad.
-Él quiso, pero es mejor guardar la distancia, fue mi decisión.
-¿A dónde vas? ¿A tu casa o vas a otro lado? –Insistió.
-Tengo que hacer una diligencia antes Valeria –Me enojaba que tuviera que contarle lo que iba a hacer, acostumbraba a ser reservada en mis cosas.
-¿Te acompaño? –Preguntó de nuevo.
-No –negué con la cabeza-. Ve a casa debo ir sola.
No entendía por qué Valeria insistía en involucrarse en mis cosas. Si yo quería hacerlo sola.
Un mensaje de texto había ocasionado que con movimiento apresurado yo llegara al establecimiento comercial impaciente.
Entré a la oficina de laboratorio, me dirigí a la chica sentada en su escritorio.
-Me llegó un mensaje de ustedes, que ya tenían el resultado de la prueba de ADN.
-¿A nombre de quién está?
-Nathalia, es mi nombre.
-Ok, espera un momento.
Ese momento me resultó eterno ya que estaba llena de impaciencia. ¿Será positivo? ¿Saldrá negativo? Eran mis interrogantes.
-Aquí tiene -La chica me entregó un sobre con el documento doblado en su interior.
-Gracias.
-Coloque sus datos aquí, por favor –me acercó una página impresa.
Mi mano temblaba por los nervios que estaba sintiendo por saber el resultado, coloqué mi firma como pude y me retiré de esa oficina.
Quise abrir el sobre, pero me contuve. De igual forma iba a reaccionar… ¿alegre? ¿Triste? Realmente ¿que era yo que yo quería encontrar escrito en el papel?…
Aguanté la curiosidad hasta llegar a mi casa, y encerrada en mi cuarto analizaba. En realidad ¿quería encontrar a mi hija? Me había acostumbrado a mi vida actual, era mantenida por mis tíos y al parecer ellos estaban contentos con mi hija fallecida. Carlotas no tenían que cuidarla mientras yo fuera a la escuela y Bryan no tenía que gastar de su sueldo para mantener una niña pequeña y yo, había dejado de trabajar para dedicarme a los estudios. A pesar de todos mis días estaban bien, en soledad, pero no preocupaba a nadie.
Si el resultado salía positivo el que más pagaría sería Darwin, ahora sin su mujer a la única a quien tiene es a la niña… Darwin ese hombre que hace pocos días me había confesado su amor por mí. Él, un hombre perfecto e inteligente, está calificado para ser un buen esposo, pero nuestro amor no podría ser… ¿O sí? Me preguntaba… y mi respuesta era, si él era el padre de mi hija debiera odiarlo por habérmela secuestrado del hospital, por ello, preferiría que la prueba fuera negativa…
-Que Ashley no sea mi hija –rogaba-. Me quedaré con Darwin y tendré futuros hijos con él…
Abrí el sobre y leí el documento…
Las lágrimas empezaron a correr por mi rostro…
-¡Aaaaa! -Grité. Pensé que me llenaría de tristeza ya mi deseo no se había cumplido, pero mis gritos fueron de alegría, el resultado me salió… Positivo -¡Soy la madre biológica de la hija de Darwin!
Sentía las ganas de ir al cuarto de Carlotas y contarle la noticia. Que había conseguido por fin a mi hija. Pero me contuve, aún era un enigma como llegó Darwin a poseerla. Aun intuía que mis tíos tuvieron algo que ver con su desaparición.
¿Cómo lo averiguo? Entré al cuarto de Carlotas, cuando eran las tres de la tarde, ella estaba recostada en su cama mirando su celular.
-Hola tía Carlotas.
-Dime Nathalia –me dijo ella sin voltear a verme, sabía que se me haría difícil entablar una conversación en su habitación, yo acostumbraba a ser distante con ella desde que entré a la adolescencia.
-¿Qué haces? –Le pregunté cuando mi respuesta era evidente.
-Aquí, escribiéndole a Griselys, quiere asociarse conmigo para vender trajes de baño.
-Ah ok –dije acercándome a ella. En realidad mi intención no era conversar con ellas sobre sus negocios.
-Deberías promocionar las piezas en tu escuela –habló mi tía con entusiasmo.
-¿En mi escuela? No, eso me da pena, pensaran que soy una pobre comerciante –dije con amor propio.
-Aunque sea muéstrales el catálogo digital a tus amigas.
-No tengo amigas tía. Todos me miran con mala cara.
-¿Que sucede contigo Nathalia? Tú no eras así. Antes eras una muchacha con bastantes amigos, alegre y no te daba vergüenza nada, ahora yo no sé qué te pasó –dijo mi tía con enojo.
-¡No sabes lo que me pasó! ¡Acaso olvidaste que mi vida se arruinó luego de salir de ese Maldit!…
-Nathalia, eso era por tu bien, además te sirvió de algo, eres una mejor muchacha. ¡¿No te dabas cuenta?! ¡Estabas perdida entre el alcohol y drogas, eso te hubiese podido llevar a la cárcel o a una muerte repentina! –dijo mi tía con enojo.
-¡Ya lo sé tía! Por eso mi vida es diferente, pero no estoy conforme con ella. Todo hubiese sido mejor si hubiesen evitado que mi hija falleciera.
Al decir esto mi tía me miró seria. Yo sabía que a ella no le gustaba que tocara ese tema, pero era la manera de descubrir la verdad.
-Nadie puede evitar la muerte Nathalia, cuando llega, llega.
-No le hubiese llegado si ustedes la hubieran cuidado. Sigo pensando que ustedes son los que me alejaron a la niña.
Le dije, ella siguió con su teléfono y me ignoró. Si era verdad o mentira mi hipótesis con ella no lo iba a averiguar.
-Al parecer nadie te va a sacar de ese pensamiento -dijo tía Carlotas.
-Y si te dijera que soy madre de nuevo.
-¡Si vuelves a salir embarazada te vas de esta casa Nathalia! –Expresó Carlotas a través de un regaño.
-Quise decir es que mi hija está viva, no eso –dije con preocupación- ¿así que te me correrías si tuviera otro hijo? ¿Así que estas contenta? ¿Pensando que mi hija está muerta? Para tu información ¡mi hija está viva y la conseguí!
Me di la vuelta y salí del cuarto apresuradamente envuelta en llanto, mi melancolía se suscitaba porque mi tía no me apoyaba, ni siquiera se detenía un momento a escucharme, ni a analizar por qué yo decía frecuentemente que mi hija estaba viva.
Los olvidaré, si ellos no me apoyan la recuperaré sola, y van a tener que aceptarla aquí en mi casa, no me pueden correr porque soy menor de edad, cuando mis padres fallecieron ellos se quedaron con mi custodia y si llegan a sacarme de la casa la ley de protección del adolescente los sancionará si llegara a demandarlos –dije secando mis lágrimas y entrando a mi habitación.
****
-Nathalia, estas muy callada y preocupada, ¿estás en tus días? ¿Enferma? -Me preguntó Valeria al salir del salón de clase.
-No me siento muy bien, vamos a tomar algo –Entramos al cafetín y pedí un refresco.
-Puedes tomarte una pastilla, te duele la cabeza –Insistió.
-Es ella…
-¿Qué? –Preguntó sin entender a qué me refería.
-Salió positiva la prueba de ADN.
-¡Ay Nathalia no puede ser! ¡Qué alegría! –Valeria me abrazó con entusiasmo.
-La hija de Darwin es mía. Ahorita en la clase de matemáticas divisaba al profesor preguntándome como llegó la niña a sus manos –dije con una gran melancolía.
-Eso es algo que no me has contado –dijo Valeria.
-Es algo que no sé –Expresé.
-Si te acostaste con él y te embarazaste, me imagino que quiso a la niña en un inicio ¿no?
-¿Cómo Valeria? No me acuerdo haberme acostado con él en un inicio y él no parece reconocerme.
-No dijiste que te acostaste con él, ¿que lo conociste en una disco? –Preguntó.
-Estuve con él hace seis meses aproximadamente Valeria, la niña ya tiene año y medio.
-¿Cómo es eso? Entonces él no es el padre de la niña.
-Si lo es, la niña se parece mucho a él, más que a mí. Podría ser que quizá yo andaba transformada, bien vestida, y…
-Bueno si me dijiste que consumías estupefacientes algo te hizo olvidar con quien estabas teniendo sexo –Opinó.
-Pudo haber sido, ay Valeria, cuanto me arrepiento de andar en esos mundos.
-Lo importante es que dejaste esas cosas y conseguiste a tu hija.
-Sí, conseguí a mi hija –dije con voz seria.
-Deberías estar feliz. ¿Por qué no te alegras? –Preguntó Valeria.
-¿Qué hago ahora? ¿Cómo la recupero si la tiene él? –Pregunté para que me diera un consejo.
-Tienes que decírselo Nathalia. Por ley él te tiene que entregar la custodia total de la niña.
-¿Tú crees? La ha criado por año y medio, yo ni siquiera salgo en su partida de nacimiento.
-Si el caso es grave deberás recurrir a un abogado, tienes que demandarlo por robo, la secuestró desde el hospital eso debe ser penado.
-Solo fue un rumor que llegó a mis oídos Valeria, no tengo pruebas de eso.
-Lo primero que tienes que hace es enfrentar a Darwin –díselo. Ve a su casa o cítalo en un lugar y cuéntaselo.
-Me va a odiar para siempre por quitarle a su hija –Opiné.
-Lo peor que puede hacer es rasparte matemáticas y estamos en el último lapso, vas bien en las evaluaciones anteriores.
-Lo quiero, quiero mucho a Darwin y no quiero hacerle daño –Expresé desde mi corazón.
-¿Que estás diciendo Nathalia? Cometió un delito contra ti al secuestrarla, deberías odiarlo. ¿Lo prefieres a él que a tu hija?
En realidad sabía que debía odiarlo, era mi deber, pero en mi interior no existía ni una gota de rencor.
-¡No! Es decir, no lo sé.
-¿Todavía lo dudas? Tanto esfuerzo que hiciste para encontrarla y ¿la vas a dejar ir? –Preguntó desesperada.
-No pienso abandonarla, pero tengo que encontrar un modo de decírselo sin hacerle daño.
-Lo bueno es que sabe que habías salido embarazada, puedes irte por ahí.
-Si, a él le contaron que falleció. Igual que piensan mis tíos.
-¿Y a ellos? ¿No les dijiste? –Preguntó Valeria.
-No me creen, y no insistí para que lo supieran porque no sé si estarían contentos, algo me dice que ellos tuvieron algo que ver con su pérdida. Mi tía me amenazó con que me correría de la casa si salía embarazada.
-Todos los padres dicen eso y al final se ponen contentos con los nietos –Opinó Valeria.
-Pero Carlotas no. Yo desconfío de ellos.
-Y si le dejas la niña a Darwin y solo la vas a visitar de vez en cuando, hasta que tengas tiempo suficiente para atenderla, podría ser.
-Sería un abandono Valeria. Sé que se siente crecer sin mi verdadera madre, es horrible, se siente sola, sin apoyo por más que mi tía se portara bien conmigo siempre la extrañé.
-Es diferente Nathalia –a tu madre la perdiste a los seis. Tu hija aún no te conoce.
-Y qué pensaría Ashley cuando creciera que su madre no la quiso. Que prefirió el estudio y el trabajo que criarla. Sería una decepción para ella, Nathalia.
-Aparte de que tú la quieres –adivinó Valeria.
-Por supuesto, yo en lo que me enteré de mi embarazo dejé de consumir, lo que dijeron de mí no era cierto lo que me tendieron fue una trampa. El día más feliz de mi vida es cuando la sentí chupar mi pezón por primera vez. Es sentir que le di a luz a alguien, es amar a una vida que provino de mí.
-Entiendo Nathalia, bueno lo que sea que decidas te apoyo.
Y apoyo era lo que necesitaba, pero ¿qué era lo que iba a decidir?
Debía dejar a un lado mis miedos y acercármele, lo primero que debía averiguar era si él era el verdadero padre de la niña y como llegó a obtenerla, para ello, debía hablarle, irme por debajito. Quizás se sienta mal conmigo por haberlo rechazado, por el bien de la niña debo recuperar su amistad.
Al salir del cafetín vi pasar al personaje principal de nuestra conversación.
-‘‘Darwin, te extraño, he pensado en lo que me dijiste y yo, me equivoque…. ¡No,no,no!’’ –Me jalé los cabellos de la desesperación cuando ensayaba lo que le iría a decir a Darwin.
Todo había estado bien, hasta que yo metí la pata rechazando su amistad. Que haré para acercarme de nuevo a él sin hacerme pasar por una tonta que ahora si decide salir con él, nuestro encuentro debería ser por casualidad, pero no dentro de la escuela…