Capítulo 57
1833palabras
2023-06-30 00:54
Capítulo 56
*Narración por Nathalia.
Un sentimiento de Soledad me invadía acostada en mi cama; no podía confiar en nadie, no quería hacer nada, sentí un dolor en el pecho, una tremenda soledad sin saber por qué. si Darwin Solamente era un amigo, pero me emocionaba saber qué él tenía sentimientos por mí. Quizás muy en mi interior me agradaba tanto y me hacía vivir unos momentos felices, segundos felices, me hizo recordar un sentimiento de felicidad que poseía cuando mis padres estaban vivos, cuando íbamos a salir para el parque, cuando reíamos y veíamos una película juntos.

Estando con Darwin volvía a tener ese sentimiento, pero ya no… él de repente no quiere saber nada de mí, se enteró de mi vida pasada, la vida que no quería que se enteraran. Y estoy tan arrepentida de haberme dejado llevar por mis antiguas amistades.
-Estoy tan arrepentida de haber consumido esos estupefacientes cuando cursaba el inicio del tercer año, cuando estuviese por graduarme, mis hechos hicieron atrasarme.
Mi estómago rugía con ganas de comer y mi ánimo tenía de preparar algo, me sentía desbastada.
Una triste soledad me invadía, ni podría concentrarme a estudiar para los exámenes de la próxima semana. Sacar buenas notas ahora no me entusiasmaba.
Quería llorar y no podía, simplemente mis lágrimas no salían porque no había un motivo real que lo produjera. Darwin y yo solamente éramos amigos. Él era mi profesor y era mi jefe, solo eso ¿porque me sentía tan triste porque haya discutido conmigo? Solo por el hecho de que haya averiguado que fui una persona bebedora, ¿porque me haya juzgado por ser posesiva de hombres?
Me gustaba, no podía negar que si me gustaba, no podía negar que llegó un momento en que lo deseaba, que quería estar con él, que quería vivir con él. No podía admitir aquello, que yo quería borrar en ese momento, pero la mente no me dejaba.

No hallaba como eliminar esos sentimientos y lo extrañaba, lo extrañaba como extrañar a mis padres, como algo con quién mi cuerpo deseaba estar, como algo con quién yo quería compartir.
-¡Pero no es posible! ¡Ya no es posible! ¡Debo alejarme de El definitivamente! –Grité para poder comprenderlo- Solo Necesito la prueba de ADN en mis manos para quitarle la niña...
Ashley, ese nombre no se lo había colocado yo, pero si es ella tendría que tenerla, ella curaría todos mis males y a llenaría ese vacío qué se encontraba en mí. -‘‘Quisiera cambiarme de escuela para no ser la alumna de Darwin, pero debo terminar graduarme ahí, es lo mejor. Para irme prontamente de mí casa y hacer mi propia vida.
Todo eso lo decía en mis pensamientos cuando la depresión me consumía más y más, cerraba los ojos y casi dormía cuando eran las dos de la tarde, que ni el almuerzo había probado hasta que mi celular repicó.

No quise contestar porque mi voz sonaría casi apagada. Al revisar la mensajería me pregunté si sería buena idea salir, ir hasta allá me haría cambiar de ambiente y alejarme de la desesperación interna.
Tomé mi decisión, me arreglé, pique algo para calmar mi estómago y salí.
Hola Margaret, hola Lola -le dije a mis antiguas amigas cuando me subí en su auto.
-Me alegro que hayas aceptado la invitación Nathalia, hace meses que no compartimos -Dijo Margaret.
-Claro, siempre rechazas nuestras invitaciones -dijo Lola.
-¿Qué ha sido de la vida de ustedes? -Les pregunté cuando llegamos a una tasca restaurant y pedimos unas copas.
-Excelente, bueno hemos estado trabajando en proyectos para la graduación, algo muy estresante, pero mandamos a hacer los informes con otros –dijo Lola.
-Le pagamos a una amiga para que nos valla redactando lo que tenemos que ir exponiendo para los cierre de proyectos –confirmó Margaret.
-Cuanto me alegra muchachas que ya estén por graduarse. Me decepciona que yo aún sigo en tercer año –dije bajando la cabeza de la tristeza.
-Debiste haber ido a las clases con la barriga, muchas chicas de bachiller lo hacen. Pero tú decidiste aceptar el consejo de la doctora y guardar reposo.
-No era por el reposo Lola, en realidad me daba vergüenza que me vieran embarazada, lo que pudieran pensar de mí.
-Eres una mujer y y salir embarazada es normal –dijo Margaret. También tengo una amiga que tiene un hijo y estudia con nosotras -Me dijo Laura.
-Yo no le he echado la culpa a mi barriga, le echó la culpa a mis tíos y al horrendo hospital psiquiátrico -dije con la imagen del centro de rehabilitación en mi mente.
-Bueno, pero sea como sea, no hay marcha atrás, la vida continúa en pocos meses estarás en cuarto y tú verás que ese año se pasará muy rápido -aconsejo Margaret.
-Sí, así lo veo, por eso quiero también salir con calificaciones no tan bajas. Pero estos días me ha costado estudiar, he estado un poco distraída mentalmente.
-¿Y en qué has estado pensando? ¿En chicos? ¿Qué hay que no me cuentas? –Interrogó Lola con curiosidad.
Ya no podía seguir encerrada en mi mundo, debía aprovechar a mis amigas para desahogarme.
****
-Me gustaba alguien, él creo que estaba enamorado de mí. Pero ya no me quiere –confesé.
-No te quiere y ¿se pelearon por qué? –Preguntó Margaret.
-Descubrió mi antigua vida –les dije yo-. Pensó que soy una aprovechadora de hombres, que me la paso consumiendo y soy una persona degenerada.
-¡Jajaja! –Rió Lola a carcajadas- ¿Qué clase de hombre será ese? Nosotras nos la pasamos con chicos a quienes no les molesta nuestras vidas, más bien consumen con nosotros y eso los excita.
-Claro Nathalia, para que se moleste por ese simple hecho, debe ser un hombre de alta sociedad o refinado o no sé de buena conducta, será –indagó Margaret.
-Sí, es un profesor –afirmé.
-¡Jajaja! Nathalia ¡pero qué gustos! ¿Cómo que un profesor? ¿Y así mucho mayor? –Interrogó Lola entre risas.
-Ese centro de rehabilitación como que te dejo más loca Nathalia ¿cómo te va a gustar un profesor? esos son aburridos e insoportables –dijo Margaret.
-Así pensé que era, hasta que lo empecé a tratar. Totalmente distinto a lo que aparenta es muy gracioso, divertido y un muy muy detallista y dedicado –dije suspirando.
-¿Quién será ese profesor? ¿Da clase en nuestra escuela? ¿Lo conocemos? –Interrogó Lola.
‘‘Ay no’’ -dije mis pensamientos- eso no podía revelarlo, nadie podía enterarse que Darwin y yo teníamos una relación eso sería un conflicto escolar.
-Es mejor que no lo sepan, además no creo que volvamos.
-Nathalia pero no puedes dejarnos con esa curiosidad -dijo Lola.
-Está bien, jugaremos a las adivinanzas ¿quién podría ser? Nathalia no tiene malos gustos, ni tampoco le ha gustado los viejos de más de cuarenta años; así que debe ser uno joven y simpático –dijo Margaret.
-¿Pero en nuestra escuela habrá algún profesor joven y simpático? –preguntó Lola.
-El único que he escuchado que las muchachas de primer de segundo año hablan mucho es el profesor Darwin –dijo Margaret.
-Sí, pero no creo que sea él el quién Nathalia habla. Ese ha rechazado a todas las muchachas, nunca lo he visto salir ni hablar con ninguna de las jóvenes de la escuela -dijo Lola.
-Aunque Nathalia siempre se sale con la suya y consigue lo que quiere ¿será eso? –Indagó Margaret.
Ellas lo averiguaron y yo no hallaba como evadir la conversación, debía aceptarlo, ya estaba descubierto.
-Así es, mi profesor de matemática aunque no me gustaba en un principio. Teníamos algunas discusiones y él fue el que quiso salir conmigo en un inicio –confesé.
-¡Uy Nathalia! ¡Te sacaste la lotería con ese chico! -Exclamó Margaret.
-Sí jamás lo hubiera imaginado –expresó Lola.
-Chicas, entiendan que ya no estoy con él, no me quiere. Él tiene mujer –Intervine.
-Nathalia me sorprende, jamás pensé que te relacionarías con hombres casados, tú mismo dijiste que los evitabas –dijo Margaret.
-Evito y lo seguiré evitando yo soy mucha mujer para ser la amante de alguien –dije con seriedad.
-Entiendo, por eso lo dejaste- dijo Lola.
-Yo no lo dejé, solo era una amistad. Aunque Había algo más.
-No lo aprovechaste, se lo hubieses quitado a su mujer –opinó Margaret.
-Él dijo que terminaría su relación con aquella. Pero mis intenciones no eran esa. Lo que me molesta y me deprimió es que ahora ni siquiera me ha querido hablar por un chisme que le contaron sobre mí –dije con melancolía.
-¿Qué le contaron? -Preguntó Lola con curiosidad.
-Lo que les explique un inicio, ustedes mismas saben que yo he sido una buena persona a pesar de todo y al salir libre del centro rehabilitación jamás volví a caer en el alcohol, ustedes saben que los chicos que he tenido ha sido una relación corta de momento. Y jamás he tenido intenciones de acostarme con nadie para sacarle dinero.
-Tonto es él por creerle al chismoso. Solo debes descubrir quién regó información falsa y enfrentarlo –aconsejó Margaret.
-Ya lo enfrenté, a mi parecer era una amiga o una ex amiga mejor dicho –dije con la imagen de Valeria en mi cabeza.
-Muy posible, a ella también le gustaba y se llenó de envidia –opinó Lola.
Olvídate de eso amiga y de ser Pro profesor que le hace caso a chismes hijo Margaret.
Me levanté junto con ellas y llegamos al medio de la pista cuando las luces permanecían apagadas y solo se veían los colores que brotaban de la esfera de luces central.
Bailamos al ritmo de la música y eso me hizo despejar los pensamientos y eliminar un poco la depresión al cabo de un rato nos dio hambre y pedimos unos platos para comer y nos sentamos en la mesa nuevamente.
Empecé a saborear la comida cuando Margaret intervino para iniciar otra conversación.
-Nathalia debes saber; mi prima me preguntó por lo que te había dicho la vez pasada. De que tu hija estaba viva. Que no había fallecido y te la habían secuestrado.
-Me acuerdo de eso -intervino Lola- dijiste que la querías localizar aunque no estábamos de acuerdo con que tuvieras a cargo a una niña, aseguraste que la encontrarías ¿te quedaste con los brazos cruzados?
-Con respecto a eso amigas, no me he quedado con los brazos cruzados he descubierto una pista, necesito el resultado de la prueba de ADN para saber si la niña que tengo en mente es la mía.
-¿¡En serio Natalia!? ¡Eso no lo habías contado! –Exclamó Lola con asombro.
-Sí, explícame cómo fue eso ¿Y quién es esa niña a la que le tiene el ojo puesto? –Preguntó Margaret.
-Es algo que no es seguro muchachas, entiéndame, cuando tenga el resultado positivo o negativo les echaré todo el cuento, no se preocupen.
Yo les había hablado mucho en realidad, esto debía mantenerlo en secreto. No podía decirle de la niña de la que hablaba era la hija de Darwin. Y mis nervios solo rogaban que llegara el resultado de una vez, yo no podía esperar m