Capítulo 68
1388palabras
2023-05-03 00:02
"¿Era mucho pedir que estuvieras pendiente de ella?" El editor de TQ había expuesto a Willie al escarnio, y ahora éste no tenía más remedio que entrar con el rabo entre las piernas, deseando que se abriera un hueco en la tierra y se lo tragara.
Aston miró a Teresa, quien iba unos pasos delante de él con una emoción inexplicable en los ojos. "Sin duda, ella sabía desde el principio que habíamos roto su invitación. Por ello, poco importa lo que hagamos para protegernos porque ahora nos está observando desde las sombras, analizando cada uno de nuestros movimientos".
"¿De verdad crees que es tan inteligente?" Willie le echó toda la culpa a Aston por no hacer las cosas bien, y le explicó: "Espera y verás a qué me refiero. Si no la detenemos hoy, no podremos hacerlo en un futuro".
Jenny miró a un lado a ver los hermanos, en especial al engreído de Willie quien tenía esa estúpida mirada. En realidad, Teresa no era tan lista, pero todos la había subestimado y sin darse cuenta habían bajado la guardia, error en el que incluso ella había caído...
Aunque Teresa estaba poniendo todo su empeño para ir escalando posición, eso no importaba porque aún le faltaba mucho camino por recorrer para ganar el premio. Por ende, ella aún tenía oportunidad de derrotarla.
Después de todo, ella ya había probado el néctar de las reglas sobreentendidas.
Cuando el grupo armó todo ese alboroto en la entrada, Spark no pudo neutralizar en ningún momento a Teresa Holland y la noticia se regó como la pólvora. Aston se percató de la cara de burla de los invitados, pero hizo su mejor esfuerzo para disimular la rabia. Luego, la gente se ubicó en sus asientos, los cuales podían estar entre el área central y la parte posterior de la sala, dependiendo del estatus que tuvieran en la industria. De esa manera, evitaron temporalmente la mirada de los demás y recuperaron el aliento. No obstante, nunca pensaron que Teresa estaría sentada en la segunda fila cerca del escenario.
A su izquierda, estaba el editor de TQ y a la derecha uno de los miembros del jurado para la elección de la modelo del año. Ese juez era la misma persona que había hecho un acuerdo tras bastidores con Jenny.
¿Por qué Teresa siempre tenía tanta suerte?
Aunque ella y ese hombre no se conocían, Jenny no podía evitar sentirse nerviosa y culpable al mismo tiempo, porque en el fondo sabía que en efecto sí lo era.
"Jenny, ¿te pasa algo? Te están sudando mucho las manos", preguntó Aston.
"No me pasa nada. Sólo estoy un poco nerviosa", respondió Jenny con una sonrisa, sin prestarle mucha atención.
Podía decirse que la Noche de Esplendor era como la ceremonia para la elección de la modelo del año, donde estaban presentes muchas celebridades y seguidores de la moda.
Teresa estaba escuchando con atención el discurso de apertura del presentador, mientras que el juez sentado a su derecha miraba obsesionado sus piernas. El Sr. Reynolds era popular por ese comportamiento lascivo, y fue justo por eso que Jenny pudo aprovecharse de él.
Para colmo, ese señor no sólo estaba hipnotizado con las piernas de Teresa, sino que se atrevió a voltearse para decirle directamente: "Señorita Holland, usted es muy hermosa y además debo confesarle que he leído sus últimos informes y la considero una verdadera profesional. Por ello, tengo grandes expectativas con su trabajo".
Teresa se dio cuenta al instante de que le estaba poniendo un pequeño peine y respondió cortésmente: "Gracias por el cumplido".
Cuando el Sr. Reynolds entró en confianza y continuó acercándose a ella, Eliot, editor en jefe de TQ, la tocó por un hombro y le dijo: "Si quieres te cedo mi puesto porque quiero hacerle unas preguntas al juez".
Teresa cayó en cuenta de que Eliot había acudido en su ayuda y de inmediato esbozó una sonrisa de agradecimiento, y cambió de asiento con él.
Eliot quería evitar que relacionaran a Teresa con alguna noticia negativa que pudiera manchar su reputación, ya que pensaba que ella era una modelo muy profesional con un potencial ilimitado.
El juez que la había estado viendo con insistencia se sintió avergonzado y la miró lascivamente. Aunque eran artistas de la misma compañía, no entendía por qué Jenny era tan fácil de complacer y Teresa tan arrogante. ¿Acaso ésta no estaba al final de su carrera como modelo?
Teresa se hizo la desentendida y siguió mirando al frente, pero en el fondo sabía que ese señor se pudo haber sentido ofendido...
Jenny los había estado observado en silencio y se percató de que ese viejo verde estaba viendo a Teresa otra vez. Por eso, pensó que su rival podría arrasarla una vez más, si decidera seguir el mismo camino de ella.
Después de todo, había un atajo para lograr el éxito y ella no veía ninguna razón para no tomarlo.
¿Por qué Teresa tenía que arrebatarle todo lo que ella tenía?
El presentador era muy ingenioso y divertido, y los invitados VIP estuvieron riendo en todo momento. Cuando finalizó el discurso de los organizadores y la ceremonia para la premiación de la modelo del año estaba por comenzar, un invitado misterioso también se aprestaba a hacer su aparición...
Howie...
Howie...
Teresa repitió para sus adentros el nombre de su esposo. Era una superestrella muy admirada y con una personalidad más deslumbrante que la de cualquier artista del momento ahí presente. Howie se veía más atractivo que los demás, y esa noche por primera vez se presentarían en público como pareja, aunque...
Nadie sabía que estaban casados.
"A continuación, le presentaremos un invitado especial....."
Apenas el locutor comenzó a hablar, se escucharon los gritos del público. Éste se sonrió e indicó que guardaran silencio, y después añadió: "Es más popular que cualquier superestrella y puede compararse con cualquier artista internacional. Se trata nada más y nada menos que del Sr. Howie Simonson, director ejecutivo de Comcast Entertainment".
Cuando el locutor guardó silencio, Howie salió detrás de los bastidores y caminó al centro del escenario. Se veía más alto de lo que era y su imponente figura lucía perfecta bajo la luz de los reflectores. Sin embargo, lo más importante era el aura imperial innata que surgía de su cuerpo, y que le imprimía un aire inalcanzable y por ende intimidante para los demás...
Howie miró detenidamente a su alrededor y finalmente vio a Teresa entre el público. Al cruzar miradas, al instante afloraron en sus ojos los sentimientos que tenían el uno por el otro. Fue sólo cuestión de segundos porque él desvío la vista hacia otro lado.
"Sr. Simonson, tiene usted la palabra", indicó el presentador.
Howie parpadeó unos instantes y el lunar negro que tenía en el lóbulo de la oreja derecha brilló como una piedra obsidiana: "Las puertas del Grupo Comcast siempre estarán abiertas para los mejores artistas".
Howie habló con sencillez, pero les dijo algo contundente: "A Comcast sólo le interesaban los artistas consolidados y fuertes y con ello le dio un reconocimiento a los que pertenecían a su empresa. Para él, ellos eran los mejores porque tenía el apoyo de la compañía. ¡Era como un mito imbatible...!
Teresa lo entendió aún mejor al escucharlo. Ésa fue la manera que Howie encontró para motivarla, porque ella sólo podría llegar a dónde quisiera, si tenía la fortaleza suficiente para lograrlo.
"Hmm... El color del traje del Sr. Simonson combina a la perfección con el de Teresa", dijo el presentador llamando la atención sobre el vestido que llevaba la modelo esa noche, quien estaba sentada justo debajo de ellos. ¡En realidad, era algo más que evidente!
Al ver que Howie llevaba un traje del mismo color, ella no pudo evitar sorprenderse.
Teresa nunca pensó que sería expuesta de esa manera, y tras permanecer unos segundos en trance, se puso rápidamente de pie y dijo sonriente: "Es un honor".
Todos sabían que a Howie no le gustaban los artistas que utilizaban diferentes métodos para escalar en la industria. Por eso, empezaron a preguntarse si Teresa había averiguado qué color de traje llevaría el Sr. Simonson, con la intención de usar un atuendo del mismo tono.
Muchos de los presentes estaban ansiosos por ver cómo iba a reaccionar Howie e igualmente esperaban presenciar el oprobio de Teresa...