Capítulo 66
1447palabras
2023-05-01 00:02
“¿Sabes lo que hará Teresa mañana por la noche?”, preguntó Jenny a la asistente que se encontraba a unos pasos atrás de ella, mientras terminaba de probarse un vestido.
“Escuché que estará trabajando en la portada de septiembre para Secret”, respondió la asistente, acomodándose la gafas sobre el puente de la nariz, luego de haber investigado de manera exhaustiva todos los compromisos de Teresa.
“No puedo creerlo. No puedo creer que no haya habido ninguna reacción de su parte”, dijo Jenny con crueldad. Cada vez que recordaba la humillación por la que Teresa la había hecho pasar, lo único que quería era despedazarla. “Quiero que averigües en donde será la sesión de fotos y, para asegurarnos, consigue a alguien que la retenga ahí. Solo de esa manera podré sentirme segura…”

“No te preocupes, sé cómo arreglarlo”, dijo su asistente, ocultando en sus ojos el profundo significado de aquellas palabras. Ya se había vuelto experto en intimidar a Teresa y, después de todo, Teresa había sido la sustituta de Jenny, tiempo atrás, habiéndole causado entonces gran cantidad de problemas.
“Por cierto… Quiero que te comuniques con la clínica con el mayor de los secretos… Luego de la ceremonia de premiación iré a abortar a este niño…”
A pesar de que sabía la avidez con la que Jenny perseguía la fama y la fortuna, no podía creer que fuera capaz de sacrificar a su propio hijo para lograrlo. ¿Qué tan despiadada podía ser una mujer así? Al mismo tiempo, le preocupaba cuál podía llegar a ser el destino de Jenny si Aston se enteraba de aquello.
Y se preguntó cuánto esfuerzo le habría tomado a Teresa el llegar a donde se encontraba actualmente.
Y aunque no lo expresó en voz alta, sabía bien que si Jenny y Aston se convertían en enemigos, Jenny no podría convertirse jamás en la segunda Teresa, sin importar todo su profesionalismo, cualidades y habilidades. Tenía que confesarlo, Teresa era mucho mejor que Jenny.
Pero era obvio que Jenny no pensaba de esa manera….

......
A la mañana siguiente, en la oficina del Director Ejecutivo de Spark Entertainment.
Como la persona proactiva que era, Willie, luego de enterarse el día anterior sobre el programa de desarrollo de talentos propuesto por Aston, de inmediato comenzó a buscar a las candidatas adecuadas que tenía en mente, convocándolas para una entrevista en las oficinas de la compañía. En total, la selección se redujo a tres chicas.
Las tres eran chicas de alrededor de dieciséis años, altas, delgadas, de piernas largas y con hermosos rostros radiantes de vitalidad juvenil.

Willie observó a las tres chicas sentadas frente al escritorio de Aston, donde ella se encontraba sentada, y preguntó: “¿Qué te parece? Me topé con estas chicas durante la competencia de modelos. Una de ellas, Serina Mathews, es la más parecida a Teresa.”
Aston miró a la chica más alta de las tres. Bien vista, su apariencia se asemejaba mucho a la de Teresa, especialmente dada su hermosa nariz. Sin embargo, en términos de temperamento, quedaba muy por detrás.
“Sé que está muy lejos de ser una Teresa, pero es muy joven y Teresa pasa ya de los veintiséis. ¿Crees que una modelo pueda logra mucho a esa edad? Mírala, ha tenido que luchar muy duro para llegar a donde se encuentra ahora.”
“¿Hemos revisado cuidadosamente sus antecedentes?”, preguntó Aston, con preocupación.
“Por supuesto que sí. Puede que Serina no provenga de una familia de diamantes, pero la suya es una familia culta y sé que no nos decepcionará”, respondió Willie, entregándole el expediente de Serina.
“Confío en hacer posible que Serina camine en las más importantes pasarelas internacionales.”
Mientras los hermanos discutían acaloradamente sobre el asunto en la oficina de Aston, Teresa, quien se encontraba al otro lado de la puerta, podía escuchar con claridad todo lo que decían. Había regresado a las oficinas de la compañía luego de recibir una notificación de la misma para que recogiera los regalos que habían sido dejados por sus fanáticos. Al llegar, se sorprendió de que todos aquellos regalos hubieran sido abiertos y revisados por gente de la compañía.
Momentos después, la puerta de la oficina se abrió y de ella vio salir a tres hermosas jóvenes a quienes Teresa examinó con atención, sobre todo a la chica llamada Serina.
Teresa sonrió desde el fondo de su corazón al admitir que el nivel de disgusto entre aquellos hermanos no tenía límites.
“¿Qué haces aquí?”, preguntó Willie, con una expresión de disgusto en su rostro al encontrarse inesperadamente a Teresa.
Teresa arrojó uno de los regalos, el cual había sido abierto y desempacado, frente a Willie y le dijo: “Así que luego de que tuvieras que compensarme por incumplimiento de contrato, ¿has quedado tan pobre que te ves obligada a desempacar mis regalos?”
“Cuida tu actitud, Teresa”, le advirtió Willie, y con severidad agregó: “El que ahora disfrutes de algo de fama no significa que no sigas siendo una artista de la compañía, y debo recordarte que soy yo quien se encarga de dirigir a los artistas. Además, aparte del hecho de no haber recibido una invitación para la Noche de Esplendor, me permito recordarte que has sido proscrita de la industria de la moda. ¿Con qué derecho te atreves a levantarle la voz a un mando superior de la compañía?”
“¿En serio… no recibí ninguna invitación?”, preguntó Teresa, dirigiéndole una mirada burlona y desdeñosa a Willie.
Aston realmente estaba sorprendido por la actitud de Teresa, cada vez más temeroso de que ella se enterara sobre la Noche de Esplendor…
Pero Teresa, en ese sentido, se revelaba como una mujer dura, capaz de resistir antes de permitir que alguien pudiera vislumbrar lo que había en su corazón.
“Pues claro que no…”, respondió Willie con firmeza. “¿Por qué lo preguntas? ¿Acaso no estás satisfecha con eso? ¿Es que acaso deseas también asistir? Pues déjame decirte que es una pena, porque no tendrás la oportunidad…”
“Por favor, Teresa; debes concentrarte en la sesión de fotos para la revista de esta noche y no podrás hacerlo si siguen pensando en la Noche de Esplendor. Recuerda que es muy fácil perder la concentración”, dijo Aston, mientras jugueteaba con su pluma, y agregó: “Simplemente no fuiste invitada a la Noche de Esplendor. Ya, déjalo así. No vale la pena que desperdicies tus energías obsesionándote con ese asunto.”
Teresa se limitó a reír entre dientes, sin enfadarse por la provocación de Willie. Al contrario, encontró muy divertida aquella escena, conociendo todas las cosas interesantes que estaban por suceder.
“Por supuesto, continuaré cumpliendo con mis deberes como modelo. Pero la próxima vez que alguien vuelva a desenvolver mis regalos a mis espaldas, ¡prepárate para recibir una notificación de mi abogado!”
“Bueno, nunca pensé que a alguien como tú, la prestigiosa heredera de una antigua familia de perfumistas, pudiera encontrar algún agrado en regalos sin importancia.”
“No se trata de los regalos… Simplemente no pienso permitir que nadie se aproveche de nada que tenga relación con Spark, así se trate de un miserable centavo…”, respondió Teresa, a punto de marcharse, cuando Aston se apresuró a alcanzarla, tomándola del brazo, como para evitar que se fuera.
“¿Ya ha sido negociado el contrato con TQ?”
“Claro que sí”, resopló Teresa.
“¿Cómo hiciste para comunicarte con la gente de TQ? Es sabido que es notoriamente difícil poder trabajar para ellos.”
“Oh, no tienes que preocuparte de eso”, dijo Teresa, con una voz cada vez más tranquila, aunque dejando traslucir en ella un toque de orgullo.
La capacidad de trabajo de Howie era algo que Aston nunca sería capaz de superar, ni aunque lo intentara durante el resto de su vida.
Aston decidió dejar de sondear a Teresa, pues cada palabra que él decía, en un intento de hacerlo y, mientras la veía alejarse, seguía dominado por un sentimiento de frustración al no poder entender lo que pasaba por la cabeza de Teresa.
“Sospecho que Teresa sabe lo de la Noche de Esplendor, Willie…”
Willie permaneció en silencio y pensativa un momento y luego respondió: “Ya sea que lo sepa o no, no puedo permitirle que aparezca en ese banquete, así que será mejor que te encargues de que tenga algunos problemas, Aston. Ya sea que realmente esté en una sesión de fotos para una revista o que tenga en mente otros planes que desconocemos. Es necesario mantenerla vigilada en todo momento y no permitir ninguna equivocación.”
“De lo contrario, no nos quedará otra cosa que ver cómo crece esta amenaza que se cierne sobre nosotros.”
“Sí, lo entiendo”, respondió Aston de manera significativa. “Nunca volveré a cometer el mismo error de nuevo.”
¡Él nunca permitiría que Teresa tuviera otra oportunidad para conspirar contra Spark!