Capítulo 38
1282palabras
2023-03-31 10:56
Howie les pidió a sus empleados que prepararan algunos vestidos para seleccionar personalmente el más adecuado. De modo que escogió uno de tubo, confeccionado con fibra metálica, para que lo usara Teresa. La prenda tenía una base blanca, que daba la impresión de una pintura clásica realizada con tinta, la cual obviamente simbolizaba la cultura oriental. Por eso, cuando ella lo llevara puesto, asemejaría a una deidad asiática. Además, el atuendo destacaba la esbelta cintura y las piernas claras de la chica, haciéndola lucir encantadora, con un aire de inocencia.
Howie se paró detrás de su mujer, pegando su pecho con fuerza a su espalda al tiempo que sostenía su pequeña cintura con ambas manos. "Eres como una obra de arte", dijo, mostrándose reacia a soltarla.
"Eso es porque tienes buen gusto", lo elogió ella. No sabía que él pudiera entenderla tan bien. Le contó que Secret utilizaría un tema oriental y también mencionó que la humillaron, tratándola como si fuera una novata. Por eso Howie eligió ese vestido, ya que deseaba que la representante de Secret se diera cuenta de lo que estaba perdiendo.

"¿Por qué quieres modelar? En realidad, a mí me gustaría mantenerte escondida para que fueras solamente mía", dijo Howie apoyando su barbilla en el hombro de Teresa.
"¡Y qué con Willie que se vuelve loca cada vez que te ve!", comentó ella. "Pero a mí no me importa, nos tenemos el uno al otro y nadie podrá meterse entre los dos. Seremos solo tú y yo".
"Eso es muy cierto", respondió él dándose la vuelta para besarla en los labios. En ese momento, ellos estaban parados frente al espejo, por lo que Teresa miraba su reflejo. Siempre que él la besaba, ella sentía un profundo placer, sin importarle si eran besos casuales o apasionados; le gustaba ser la única mujer que podía experimentarlos. De hecho, se sentía incómoda al pensar en su esposo besando a otra mujer.
"Bueno, me voy, porque no quiero llegar tarde", dijo ella, con el rostro lleno de rubor, mientras lo apartaba delicadamente.
"Pero cuando regresemos a casa, tendrás que compensarme", respondió él, soltándola.
Teresa asintió y lo besó, antes de susurrarle en la oreja. "Te daré todo lo que desees...".

Eran las siete de la tarde cuando llegó al parque de País U donde se celebraría el evento. No era tarde, pero tampoco muy temprano. Cuando sacó la invitación para mostrársela al empleado de la puerta, mucha gente ya estaba reunida en la sala de exposiciones, incluida su mentora, la señorita Bertha.
Todos los asistentes competían entre sí, pero la mayoría de ellos habían escogido estilos occidentales. Solo Teresa, lucía un encantador atuendo oriental que llamó de inmediato la atención de muchos de los asistentes, entre los que estaba Mina, la representante de Secret que la rechazó esa misma mañana.
De pronto, la mujer se acercó a Teresa con una copa de champán en la mano y dijo con sarcasmo: "Realmente no esperaba que vinieras hasta aquí a rogarme que te acepte para la portada de mi revista".
Teresa se rio entre dientes y respondió con dignidad: "Querida Mina, estás malinterpretando las cosas".

"No lo creo... Tú sabías que utilizaré un tema oriental en mi sesión de fotos, por eso, has aparecido vestida así. Desafortunadamente, nunca cambio de opinión una vez que he tomado una decisión". Mina estaba pensando en lo que dijo Teresa sobre arrepentirse de no contratarla. Y aunque en este momento lucía realmente hermosa, no era suficiente para que ella cambiara de opinión.
"Además, el señor Potter de Spark dijo que carecías de ética y que aprovecharías cualquier oportunidad para subir de rango".
"Te repito que mi atuendo de hoy no tiene nada que ver con el trabajo", insistió Teresa con un tono de voz más fuerte. El alboroto llamó la atención de la señorita Bertha, quien en ese momento estaba cerca, rodeada de un grupo de invitados VIP con quienes conversaba acerca de la exposición.
"Eres realmente astuta, con razón Willie me advirtió que debía estar en guardia contigo".
"¡Por favor, Mina! Tu egocentrismo no te permite ver lo que está pasando en realidad". Después de decir eso, Teresa se dio la vuelta hacia la señorita Bertha, con una leve sonrisa en su rostro. "¡Mentora, qué gusto!".
La mujer, quien estaba un poco desconcertada, la tomó por los brazos con entusiasmo. "Ay, mi nena querida, no te he visto en mucho tiempo. ¿Cómo has estado?".
"Estoy bien, aunque nunca faltan los problemas", explicó Teresa.
Al escuchar eso, la mujer pensó en que ellas estaban discutiendo un momento antes, por lo que soltó a Teresa y miró a Mina. "¿Qué está sucediendo?".
'¿Cómo es posible?', pensó Mina, quien estaba muy sorprendida, preguntándose si sería verdad que la modelo no había asistido para rogarle que la incluyera en su proyecto.
¿Era amiga de la editora de Royal Magazine? ¡Al parecer ellas tenían una relación muy estrecha!
Teresa no ocultó nada y le contó todo a Bertha, por lo que después de escuchar toda la historia, la mujer pensó que algo andaba muy mal en Secret. De pronto, decidió ser franca con Mina. "Esta es la razón por la que tu revista se ha deteriorado. Rechazaste, querida, a una excelente modelo, solo para quedarte con una de segunda categoría. ¿Cómo puedes ser tan conformista? Dios, ¡qué ridículo! ¿Sabes cuántos premios ganó Kira cuando estábamos en País F?".
"¡A mí me dijeron que ella era una novata!", replicó Mina, con tono de confusión.
"Ella participó en el espectáculo del Maestro Bonai y fue una de las finalistas. En ese entonces solo tenía dieciocho años. ¿Dónde estabas tú?". Después de eso, Bertha tomó a Teresa cariñosamente del brazo. "Nena, no te enojes y dime en qué portada de revista te gustaría aparecer".
Mina miró cómo se alejaban, ardiendo de ira. Le había prestado atención a todo lo que Willie le dijo y solo por eso renunció a Teresa. No esperaba que la hermana de Aston fuera tan estúpida.
¡No! ¡Tenía que pedirle a Teresa que trabajara en su sesión de fotos.
En este momento, ese era el único pensamiento en la mente de Mina, quien olvidó por completo que acababa de asegurar que nunca cambiaba sus decisiones.
Teresa no volvió a mirar a Mina, porque podía adivinar lo que estaba pensando. Sin embargo, rechazó la proposición de Bertha y le contó todo lo que había sucedido a lo largo de los años. "Mi mentora, conozco muy bien mi posición actual y quiero recuperar el lugar que ocupaba hace tres años. De cualquier modo, agradezco tu amabilidad".
"Querida, mientras seas una persona consciente, nunca será demasiado tarde para empezar de nuevo", replicó Bertha, animándola con la mirada.
"Gracias".
"Mírate, has robado la atención de todos, una vez más. ¡No has cambiado en nada!".
Teresa escuchó sus elogios y sonrió humildemente. Había otras personas con grandes capacidades, pero no quería compararse con ellas.
Después de la exhibición, Bertha se encargó de conseguir un chofer para que llevara a Teresa de regreso a su casa. Pero cuando la chica se estaba subiendo al auto, salió Mina para detenerla. "¿Puedes darme cinco minutos?".
"¿Hay algo más que tengamos que hablar?", preguntó la chica, con voz firme.
"Mientras estés de acuerdo en participar en la sesión fotográfica de nuestra revista, te concederemos todo lo que nos pidas".
"¿No tienes miedo de que se enoje Willie?", preguntó Teresa con tono de advertencia. "Soy alguien que buscará venganza".
"Ya lo he dicho, no importa lo que pidas".
"Bueno... Ansío ver que cumples lo que prometes", respondió Teresa sonriendo, luego cerró la ventanilla y le pidió al chofer que se pusiera en marcha.
'Willie, mañana verás cómo han cambiado las cosas...'.