Capítulo 22
1624palabras
2023-03-24 16:02
Teresa estaba muy sorprendida, pero no quería demostrarle a Howie lo avergonzada que se sentía. Además, destruir a esa escoria y esa p*rr* no merecía la ayuda de su esposo, porque le ensuciarían las manos.
Howie se percató de lo avergonzada que estaba y la consoló diciendo: "Eres mi esposa y mi deber es protegerte. Por ende, no te resistas tanto a recibir mi ayuda, ¿de acuerdo?"
Si Teresa volvía a rechazar su ayuda, él se sentiría decepcionado porque ella no estaba valorando sus buenas intenciones.
Ella prometió: "No te preocupes. Si me dices cuál es la debilidad del enemigo, estoy segura de que podré controlarlo".
Howie le acarició la cabeza sonriente.
Al ver lo enamorados que lucían, Brittny quería que se la tragara la tierra, pues sentía que estaba de más.
Los tres compraron boletos para regresar en el primer vuelo del día siguiente.
En el avión, la pareja se recostó el uno del otro cariñosamente, pero al bajar del mismo, cada uno se fue por su lado como un par de extraños.
Jayde, la nueva agente de Spark, estaba esperando a Teresa en la entrada del aeropuerto.
Llevaba una chaqueta de caza y unos tacones de ocho centímetros de altura. Miró el reloj impaciente, a través de sus enormes lentes de sol, mientras esperaba con gran desgano.
Tenía un actitud altiva, como si ella fuese una artista rica y famosa.
Teresa vio una mujer con un cartel en los pies que decía su nombre, pero fingió que no la había visto y se dio la vuelta.
Brittny no quería mal acostumbrar a una representante tan importante como ésa, y por ello, se fue detrás de Teresa.
Media hora después, Teresa recibió una llamada de Jayde preguntándole: "¿Dónde estás? ¡No me digas que aún no has bajado del avión! ¿El vuelo no aterrizó a la 1.00?"
"Yo ya salí del aeropuerto", respondió Teresa sin apresurarse.
"Te estaba esperando en toda la entrada. ¿Acaso no me viste?", le dijo Jayde enojada.
"Sí te vi".
"Entonces, ¿por qué no viniste hacia dónde estaba? ¿Por qué me hiciste esperar tanto?"
"Como llevabas puestos unos lentes de sol tan grandes, pensé que tenías miedo de que te reconocieran. ¿Acaso no te sentiste aliviada porque yo me regresé sola?", le dijo Teresa sin mostrar debilidad.
Jayde se quedó muda y volvió a enfadarse. Acto seguido, colgó el teléfono y corrió a la compañía.
Aunque había representado a varios artistas famosos antes, Jayde también había ofendido a mucha gente por su mal genio y falta de ética profesional.
Hacía algún tiempo, la habían recluido en un centro de rehabilitación por consumo de drogas, y en ese momento, estaba completamente desacreditada en la industria del entretenimiento.
Jenny la había invitado especialmente a trabajar con ellos, a cambio de un excelente sueldo, a fin de que la ayudara a encargarse de Teresa.
Sin embargo, en el primer encuentro, Teresa ya había osado hacerla enfadar.
¿Por qué esa modelito de quinta había tenido la audacia de desafiarla?
Lo primero que hizo Teresa al llegar a la compañía fue ir a la oficina de Aston, y preguntarle sin rodeos: "¿Cuánto tiempo estuve fuera? ¿No podías esperar que yo llegara para hablar personalmente conmigo?
Al mirar al hombre que tenía enfrente, ella percibió su enorme ironía. En ese momento, se preguntó cómo había podido estar tan ciega y enamorarse de ese sujeto tan horrendo.
"¿Desde cuándo estás con Jenny? ¿Seis meses, un año o quizás más?"
Al verla de nuevo, Aston se sintió inexplicablemente culpable y de inmediato cambió el tema, diciendo: "Acabas de llegar de viaje. ¿Por qué no te vas a casa a descansar y vienes otro día?"
"¿Cuánto tiempo llevan juntos?", preguntó otra vez Teresa apretando los dientes, y añadió: "¿Estás tratando de arruinarme la vida, divirtiéndote con otra mujer a mis espaldas?"
"¡Teresa, mide bien tus palabras!", exclamó Aston golpeando la mesa y diciendo con tono de burla: "¿Por qué te estás comportando como una arpía sin un ápice de ternura? Pues déjame decirte que aunque no esté con Jenny, ¡no soportaría esa agresividad, porque eso acabaría con nuestra relación tarde o temprano!"
"Entonces, ¿yo tengo la culpa de que me hayas engañado? Sr. Potter no sea tan cínico", dijo Teresa sonriendo con sarcasmo.
"Teresa, creo que deberíamos terminar con esta relación". Últimamente, Aston se había sentido culpable por lo que le estaba haciendo, pero en vista de la manera cómo se estaba dirigiendo a él, ese sentimiento de culpa desapareció por completo.
“Me enamoré de Jenny y decidí estar con ella. Para mí, el amor es la base del matrimonio y por ello, espero que no me obligues a permanecer a tu lado. A partir de este momento, para ti soy solo el jefe de Spark Entertainment, es decir, yo seré tu jefe y tú una artista que deberá rendirme cuentas y nada más".
Teresa respondió con una sonrisa sarcástica: "¿No me vas a rescindir el contrato? ¿Qué pasó? ¿Acaso Jenny teme que quiera vengarme cuando me convierta en una modelo famosa?"
"Todavía te quedan tres años de contrato con la empresa", afirmó Aston de manera profesional.
"¿Ésa es la razón por la que aceptaste deliberadamente en mi nombre ese contrato tan mediocre?"
"Teresa, tú sólo eres una modelo del montón. Si consideramos tu situación actual, esa pauta se ajusta perfectamente a ti", dijo Aston, quien quería que se fuera porque no pensaba seguir hablando con ella. Luego añadió: "Si no tienes nada más que decir, puedes retirarte. Sólo me resta informarte que la compañía te contrató una nueva representante, así que de ahora en adelante, deberás limitarte a seguir sus instrucciones".
En vista de que a Aston no le importaba nada más, no tenía sentido seguir hablando con él.
Hizo un gran esfuerzo para disimular la rabia que sentía y le dijo esbozando una sonrisa: "¡Quien lo hace una vez, lo hace dos veces! Sólo espero que el Sr. Potter pueda resistir un poco más en esta oportunidad".
Después de decir eso, Teresa se dio la vuelta y salió de la oficina.
Spark Entertainment era apenas una pequeña agencia dentro de la industria del entretenimiento. ¡En menos de lo que esperaban, ella se aseguraría de que la misma desapareciera del mercado!
Después de que Teresa llegó a la oficina y se sentó durante un rato, Jayde regresó del aeropuerto.
Evidentemente, venía malhumorada por la treta que le había hecho Teresa. Apenas entró, perdió el control sin importarle la imagen que estaba proyectando y le dijo: "¡Tú eres una simple modelito de quinta! ¿Cómo te atreves a darle la espalda e ignorar a tu representante? ¿De verdad te consideras una persona importante? ¿Piensas que puedes hacerme la guerra? Pues lo creas o no, me voy a encargar de sepultarte en la industria del entretenimiento".
Teresa escuchó las palabras de su representante con mucha tranquilidad, y luego contestó haciendo una mueca: "Realmente no creo que puedas hacerlo".
"¿Me estás retando?", preguntó Jayde tan fuera de control, que le apuntó a la nariz, y añadió: "A partir de este momento, aunque te venda a un hombre en calidad de tercero, ¡nadie se atreverá a apoyarte!"
Tan pronto Jayde terminó la frase, Teresa le dio una bofetada.
Jayde estuvo a punto de lanzar una m*ldici*n, pero vio su imagen seductora reflejada en la pantalla del móvil de Teresa. "En vista de que quieres destruirme, ¿por qué no lo hago yo primero? Por lo pronto, voy a enviar estas fotos a las cinco principales plataformas de medios, ¿qué opinas de eso?"
Era una foto de hacía varios años, donde se veía a Jayde seduciendo a un director de la industria.
Sin embargo, tenía buena memoria y en segundos, Jayde cayó en cuenta de lo que estaba pasando. Por eso, se preguntó cómo había llegado esa foto a las manos de Teresa.
¡Pero, ella manejaba las cosas de manera muy rigurosa!
Al ver que Jayde ya no tenía la arrogancia de hacía unos instantes, Teresa prosiguió: "Sé que Jenny fue quien te trajo aquí. Por eso, a partir de este momento, no me molestaré en dirigirte la palabra, siempre que te comportes como una agente. Ahora bien, ¿me gustaría saber si aún estás dispuesta a pelear conmigo?"
Jayde comenzó a preocuparse porque de haber sabido que Teresa tenía algo en su contra, ella nunca habría aceptado la oferta de Jenny.
Acababa de regresar a la industria y no quería que la mandaran de nuevo al fondo del abismo. Por ello, su actitud cambió de inmediato.
"Teresa, era yo quien estaba ciega contigo. A partir de este momento, puedo colaborarte en todo lo que desees, pero por favor, no envíes esas fotos a las plataformas, ¿de acuerdo?"
Esa foto era su as bajo la manga y por eso, Teresa no lo sacaría hasta el último momento.
"No tienes que escuchar lo que voy a decir, pero quiero aclararte algo: En el futuro, debes cumplir con lo que se suponen son tus funciones. No deberíamos meternos en la vida de los demás, sino cooperar los unos con los otros y progresar juntos. Ahora bien, si te atreves a volver a conspirar en mi contra, te aseguro que te arrepentirás de haberlo hecho, ya que deberás asumir las consecuencias".
Esas pocas palabras habían sido suficientes para trastocar completamente a Jayde.
Toda su arrogancia había desaparecido y le dijo con absoluta sinceridad: "No te preocupes. Sé muy bien lo que debo o no hacer".
Al ver que Jayde estaba dispuesta a colaborar sin chistar, evidentemente, la actitud de Teresa cambió de manera significativa, y le preguntó como sin querer: "¿Cuándo se supone que debo empezar a trabajar con esa compañía?"
"¿Entonces sí vas a hacer la pauta con ellos?", preguntó Jayde confundida.
"Por supuesto, sólo dime la hora".