Capítulo 15
1284palabras
2023-03-24 13:52
¡Encierren a esos b*stard*s y a esa z*rr* para que no salgan a lastimar a nadie más otra vez!
Al ver que ella no se había sentido amenazada, Aston se puso un poco nervioso y preguntó con cierta inquietud: "¿Ya no me amas?".
"¿Entonces, tú sí me amas?", le devolvió ella la pregunta.
Este cr*tin* tiene doble moral, porque por un lado quiere acostarse con Jenny, pero por el otro me pide que lo siga amando. Sin embargo, ella no podía querer a nadie más.
Como no tenía su conciencia limpia y se sentía culpable, Aston respondió con cierta ambigüedad.
Desde su primera cita hasta el momento en que Teresa se había enamorada perdidamente de él, Aston sólo se había aprovechado de ella. Era evidente que el sentimiento no era mutuo.
"Estamos a punto de casarnos. ¿No puedes dejar de hacer pataletas? Como mi esposa eres la única persona que puede permanecer a mi lado. Además, también creo que lo más justo es que ayudes a los artistas de la compañía. Por ello, no me disgustaría si desistieras de la idea de aceptar el acuerdo".
Después de escuchar con indiferencia las palabras de Aston, Teresa contestó: "Entonces tienes que prepararte mentalmente porque de ahora en adelante no pienso retractarme de nada".
Acto seguido, ella se fue de Spark.
Aston no entendía cómo ni por qué de repente, Teresa había empezado a comportarse como una persona totalmente distinta.
Quizá se estaba comportando así porque había visto esas fotos ambiguas en Internet, y sentía mucha rabia. Por su parte, él tuvo que dedicar un buen tiempo tratando de persuadir a las mujeres.
No obstante, Jenny había perdido su papel de imagen, y por ello debía apresurarse a calmarla. Tal vez en unos pocos días, ese asunto podría solucionarse, cuando Teresa ya no estuviese tan enojada.
Teresa siempre había estado dispuesta a sacrificarse y a ceder a favor de los demás, y por eso nunca la habían apreciado realmente.
Después de salir a toda prisa de ahí, ella pudo finalmente respirar aliviada. Desde el momento en que había perdido toda esperanza de salvar esa relación, ella pudo apreciar sin problema la realidad que tenía enfrente. Por fin había caído en cuenta de que Aston era una escoria y que no iba a sentirse mal por su causa.
"Teresa puedes irte ya para que puedas descansar y mañana nos encargamos de firmar el contrato", afirmó Brittny encantada.
"Puedes mudarte a mi apartamento. Después te entrego las llaves, pero no hay problema si quieres cambiar la cerradura. Si Aston te pregunta algo, sencillamente le dices que lo estás haciendo para cuidar de mí".
Teresa no tenía ningún interés en casarse, y ese cr*tin* ya se había dado cuenta de ello.
"¿De verdad? Entonces puedo ahorrarme el dinero del alquiler", dijo Brittny, quien era muy ambiciosa y siempre estaba pensando en el dinero. Luego agregó: "Por cierto, ¿qué relación hay entre el presidente del Grupo Comcast y tú?"
Teresa le respondió sonrojada: "No tengo por qué responderte eso".
Howie todavía no había regresado, cuando ella llegó a la casa.
Ella había imaginado muchas veces cómo sería su vida después de que finalmente se casara. Una de sus fantasías era que podría cocinarle a su marido y servirle la comida cuando llegara del trabajo.
Teresa fue a la cocina y dijo: "Permíteme, yo lo hago".
El cocinero se quedó estupefacto, pues tenía diez años trabajando para la familia Simonson, y como conocía muy bien las reglas de la casa, se negó cortésmente a la petición de Teresa, diciendo: "Señora, no se preocupe que yo me encargo".
"Debería aprovechar de irse temprano hoy. En realidad, quería cocinarle algo a Howie", le explicó ella, mientras le pedía a los demás que salieran de la cocina.
Luego se puso el delantal, lavó las verduras y empezó a cocinar. Sin embargo, su intención no era ser engreída ni demostrar su poder.
Cuando Howie regresó a casa, vio esa cálida escena. Tras observar las piernas tan hermosas y rectas de Teresa, él la abrazó suavemente y la besó en la nuca.
"No hagas eso que estoy cocinando", dijo ella.
Howie apagó la cocina, la cargó y la sentó sobre la encimera. Acto seguido, ella colocó sus delgadas y rectas piernas alrededor de la cintura de él.
"Estoy más deseoso de comerte a ti que a la comida que preparaste", le confesó él.
Teresa soltó lo que tenía en la mano y lo sujetó por el cuello, permitiendo que él le besara el lóbulo de la oreja.
Su deseo era evidentemente complacer a Howie, quien la besó con más intensidad desde el cuello hasta los hombros, una zona que estaba repleta de chupones.
"Si continúo descendiendo, creo que voy a comerte toda", advirtió él.
"Entonces permíteme bajarme", contestó Teresa, empujándolo a un lado y encendiendo luego la cocina de inducción para seguir cocinando los platos que había dejado por la mitad.
Howie lucía resignado, pero luego agarró el cuchillo de la tabla de cortar y le dijo sonriente: "Puedo ayudarte".
"¿Y el presidente de la compañía sabe cocinar?", respondió Teresa incrédula.
"¿No me crees? Entonces no tengo más remedio que demostrártelo". Howie empezó a cortar con gran habilidad unos finos bastones de papas para freír y le dijo: "La próxima vez no tienes que cocinar. Hiciste demasiadas frituras y eso no es saludable para ti".
"Está bien", asintió ella obedientemente.
Howie volvió a mirar sus hermosas piernas, y de pronto decidió que debía comprar una póliza para asegurarlas.
Aunque ambos estaban ocupados con sus propios asuntos, siguieron cocinando sus platillos favoritos. Poco tiempo después, ya había cinco platos sobre la mesa.
"Mañana en la noche tengo una sesión en Summerset Waterfalls y probablemente llegue tarde. Creo que no regresaré antes de las 8", le dijo Teresa, aclarándole su horario con antelación.
"¿Acabas de firmar el contrato y ya quieres correr a grabar un anuncio?", le preguntó él.
"Así es, porque la compañía está a punto de lanzar un nuevo producto al mercado. Por eso, debo grabar ese anuncio lo antes posible". Teresa pensaba que su trabajo era muy gratificante y añadió: "Quiero volver a estar en la cima".
"Así será", contestó Howie, admirando lo entusiasmada que estaba con su trabajo.
Él estaba ansioso de ver qué iba a hacer ella para castigar a la escoria y a la z*rr*.
Había una brisa fuerte y luego empezó a llover.
Jenny estaba tan molesta que llegó a casa de Aston, y rompió todo lo que había encontrado a su paso. Sin embargo, aún no se sentía satisfecha.
Ella pensó que podría conquistar al mundo entero y que todos cederían a sus deseos, gracias al bebé que llevaba en sus vientre. ¿Quién iba a decirle que perdería ante Teresa?
Apenas Aston abrió la puerta, se sorprendió al observar la escena. Luego cuando vio los ojos enrojecidos de Jenny, se acercó a abrazarla y le dijo: "Cariño, piensa en el bebé. No te hace bien enfadarte de esa manera".
"Teresa me robó el papel. ¿Acaso no me estás ayudando? A decir verdad, estoy muy decepcionada de ti", afirmó Jenny con saña y añadió: "¡Le voy a hacer la vida a cuadritos a esa p*rr*!"
Ella ya se había encargado de poner a la opinión pública en contra de Teresa en las redes, para que sus seguidores la empezaran a atacar.
¡Jenny estaba dispuesta a jugarse el todo por el todo, con tal de deshacerse de su única rival en el amor!
Asimismo, mandó a publicar en internet la agenda de Teresa de manera anónima, ¡con la esperanza de que sus enemigos utilizaran esa información para crearle problemas!
A partir de ese momento, ninguna de las dos tendría un minuto de tranquilidad.