“Tú eres fuerte” me dije a mí misma cuando me levanté y vi a todos en el comedor comiendo el desayuno, sin embargo, como se podía ser fuerte cuando yo podía ser la causa de que ellos murieran
“La depuración solo es para personas que hacen cosas malas” me recordé una y otra vez mientras fingía la sonrisa más radiante que podía “Ellos no son malos y no hacen cosas malas”
Aunque la verdad creía que la depuración no se regía con los mismos parámetros de maldad que yo me regía, había visto las muertes de personas que no se lo merecían, que habían hecho algo malo solo una vez en sus vidas y eso los había calificado como no puros por lo que no sabía quién iba a ser elegido o no y para mi pesar no conocía tantos a mis amigos o a mi familia como para saber si hicieron algo malo, aunque haya sido la mínima cosa.

-Relájate- Me susurro mi hermano demasiado despacio como para que alguien más escuchara- No tienes que fingir con ellos
Trate de hacerle caso, porque muy adentro mío sabía que tenía la razón, sin embargo, el ver sus caras sonrientes, la tristeza me invadía, no podía creer que confiaran tanto en mí o en mi hermano como para estar seguros de que nosotros no les queríamos hacer daño.
El primero en acercarse a mí fue Emmet y al instante mi loba se descontroló adentro mío, habían sido días agónicos para ella y había estado echándome la culpa a mí por el hecho de que él no estaba junto a nosotros, aun así, la mantuve a rayas todo lo que pude, hasta hoy que al parecer quería saltar arriba de él apenas sintió que se dirigía a mí.
Me abrazo y yo me deje envolver, apoye mi cabeza en su pecho para poder sentir su aroma, lo había extrañado también y necesitaba de él, tanto o más de lo que mi loba necesitaba.
-Perdón- fue lo primero que salió de sus labios, los cuales estaban apoyados en mi cabeza- Debí quedarme contigo y no huir como una presa asustada.
- Es entendible- Le recuerdo separándome de el para que viera en mis labios una sonrisa- Soy una especie rara que va a ir contra ti y los tuyos.

-No por elección
-Tienes razón- Concuerdo con el- Si les hago daño jamás será por elección, pero, aun así, les haré daño si no encontramos una forma de pararlo y dudo mucho que podamos, no conocemos a nadie que sea tan viejo para que sepa el hechizo que hicieron antes de nuestro nacimiento por lo que no nos queda muchas opciones.
-Si la tenemos- Me dice abrazándome nuevamente-Jamás pierdas las esperanzas.
Él entendía todo lo que yo daría para que lo que él tuviera razón en todo lo que decía, sin embargo, yo conocía muy bien que para que nosotros podamos revertir lo que nos hicieron primero teníamos que saber el hechizo y jamás habíamos podido encontrar una forma de saberlo, aunque habíamos intentado una y mil veces, por lo que no creía que ahora después de tanto podamos averiguar, así como si nada como hacerlo.

POV DESCONOCIDO
La luna llena seria en unas horas y tenía que encontrar una forma de parar la transformación de los Clutterbuck, si mi hermano hubiera servido para algo esto ya lo hubiésemos hecho hace mucho, como en nuestras vidas pasadas, sin embargo, ahora tenía que actuar sobre la marcha para que ellos no se transformaran porque así iban a poder controlar una cosa más de lo que en realidad eran y eso sería catastrófico para mis planes.
Yo los necesitaba débiles, controlables, para poder hacer lo que de mí se esperaba y por desgracia lo tenía que hacer solo, porque mi inútil hermano solo pensaba en mantener a la idiota de su mujer viva.
Si él en verdad supiera que ella en verdad no está entre la vida y la muerte, sino que está en un sueño profundo para que no intentara matarnos para proteger a sus crías y que aparte yo fui el que la puso así, él estaría en verdad furioso y la verdad no necesitaba a mi hermano furioso en estos momentos por lo que prefería hacer todo yo solo y que él estuviera por algún lado, muy lejano a mí.
Después, cuando cumpliera lo que tenía que hacer capaz, le diría la verdad para que pudiera despertar a la estúpida traidora, aunque despertarla era lo último que quería hacer, pero a veces por la familia se tenía que hacer sacrificios.
-Señor- Me dice la humana que me servía hace tiempo ya- La persona que esperaba está esperándolo en la sala.
-Está bien hazlo pasar
Ella se va para hacer lo que le había pedido y yo sonrió, el que él estuviera aquí quería decir que ya sabía quién era realmente yo, aunque le había tomado algo de tiempo, él jamás defraudaba y menos cuando se trataba de proteger a sus hijos.
Él entró y pude ver su rostro enojado, uno que jamás me había dirigido a mí, ya que por mucho tiempo me había considerado como una persona indefensa y la verdad si lo era, hasta el momento en que desperté, en ese momento supe quién era realmente y que tenía que hacer, aunque había una parte de mí que luchaba todos los días contra mí para para que no le hiciera daño a las personas que llego a considerar sus amigos.
-Tienes que dejar tranquilos a los chicos- Me dijo apenas entro el progenitor de los Stone- No puedes hacerle daño a Lilith y a Deimon.
-Yo no quiero dañarlos- Le dije con una sonrisa- Solo quiero que cumplan la misión por la que han sido concebidos- Él me mira con furia y se acerca a mí a grandes zancadas- Sabes que no puedes matarme.
-Capaz no pueda- concordó conmigo- Sin embargo, voy a disfrutar mucho intentándolo.
Le sonrió y antes de que él haga algo chasqueo los dedos, provocando que él cayera al suelo desmayado, solo quería que él viniera para que se diera cuenta de quien era realmente y que eso le pesara, ya que no iba a poder decir la verdad porque estaría revelando también su verdad, lo que provocaría que sus hijos y su amigo de toda la vida lo odiaran de por vida.
-Por ahora vas a llevar mi secreto- Susurro mirándolo- Pero te aseguro que aunque tú no abras la boca, las personas que más amas sabrán la verdad.