Capítulo 22
1082palabras
2023-03-09 20:24
La noche había llegado y yo una vez más encerrada en la habitación que habían asignado para mí, pensando en todo lo que había pasado después del desayuno.
No podía creer que había explotado de tal manera que no solo me había dañado a mí, sino que también a mis amigos tratando de controlarme.
Cuando todos habíamos terminado el desayuno, Emmet nos había llevado a los límites de sus tierras, en ese momento no entendí el porqué, no obstante, después de que mis amigos y mi novio me habían terminado de contar todo lo que en realidad éramos algo se apoderó de mí, era como si no me pudiera controlar a pesar de lo fuerte que me resistí.
Emmet me dijo que eso que me controlo era mi magia, la magia que por muchos años mi madre trato de controlar para que no se saliera de control, la furia y el enojo que sentí en ese momento al saber todo lo que mi madre me ocultaba hizo que mi magia se saliera de control y que por eso tendría que controlar todos mis sentimientos de ahora en adelante, las brujas eran elementales, algunas tenían como elementos el agua, el fuego, el viento, la tierra, sin embargo, había otras como yo que los controlaba todos y eso hacía que fuera más peligrosa cuando me enojaba o estaba triste.
Era tanta información para un día, pero no podía culpar a los chicos, yo les había pedido que fueran sinceros, los más sinceros que podían ser, ya no quería que nadie me ocultara nada y aunque al principio no había creído lo que me estaban diciendo, después de un rato que ellos mismos me mostraron lo que eran no tuve más remedio que creerle a todo lo que me estaban diciendo, ellos eran sobrenaturales y también lo era yo y la mayor parte de las personas que vivían en Nueva Orleans.
Los gemelos eran vampiros, una rara especie de vampiros tenía que recordarme, eran mitad vampiro y mitad humanos, ellos venían de un padre vampiro y una madre humana, la cual se había convertido en vampiro en el momento que ellos terminaron de nacer, ya que si no la convertían después del nacimiento de los gemelos era muy probable que ella no sobreviviera.
Aine era mitad hada y mitad bruja, su padre era un brujo y su madre un hada, por lo que ella es más poderosa que un hada común, por lo que podía hacer más hechizos que una, pero sus hechizos eran más débiles que una bruja pura, sin embargo, ella dijo que no le interesaba ser más fuerte de lo que era.
Y Emmet, mi novio, era un hombre lobo puro, uno demasiado importante por lo que llegue a entender y yo era su compañera, aunque podía negarme a serlo, podía decir que no lo aceptaba como mi compañero y todo lo nuestro terminaría en el momento que se lo dijera, sin embargo, yo creía que era más complicado que eso, no podía negarme, así como así.
Un golpe en la puerta de mi habitación me saco de mis recuerdos de este día, supuse que sería Aine, preocupada por mí, sin embargo, al abrir la puerta vi la cara sonriente de la mamá de Emmet y todas mis alertas se despertaron, no sabía que era lo que ella quería conmigo, pero con lo que paso esta tarde no creía que fuera nada bueno, lastime a su hijo después de todo.
- ¿Puedo pasar?
Tarde en contestarle un par de segundos, sin embargo, después asentí y me hice a un lado para que ella pudiera pasar a la habitación, para posteriormente cerrar la puerta después de que ella entrara.
-Sé que eres la compañera de mi hijo- Me dice ella sentándose en mi cama- Y jamás osaría a pedirte esto si no fuera porque en verdad me preocupo por él.
- ¿Quiere que me aleje de su hijo?
-No- Niega ella frenéticamente- Quiero que aceptes públicamente en la fiesta de Nochevieja que serás su compañera, no solo por él, sino también por ti, mi hijo te cuidara y te protegerá.
- ¿Y qué me dice del amor? - Le pregunté mirándola a los ojos- ¿Él podrá amarme? ¿Podremos tener una familia normal?
-No puedo asegurarte de que mi hijo te ama o que en algún momento de su relación te ame- Me responde- Ustedes se conocen hace poco tiempo y creo que ninguno de los dos está enamorado del otro, simplemente sienten atracción y de parte de él es un sentimiento más fuerte porque su lobo te reclama como suya, aunque aún no lo hayas aceptado y eso te puedo asegurar que Emmet está luchando demasiado para que su lado animal no te marque como suya.
-Él tiene temperamentos diferentes por ratos
El recuerdo de la mañana de Navidad vino a mi mente, cuando él quiso atacar a Cassiel porque yo tenía su olor.
-Todos nosotros lo tenemos- Me explica- Tenemos dos temperamentos, el de nuestro lobo y el de nosotros mismo como humanos, somos seres distintos, pero a la vez iguales y eso hace que cuando estamos en nuestra forma humana, nuestra otra forma pueda dominarnos cuando estamos enojados, sin embargo, sé que puedes dominarlo, ya que tienes el mismo carácter de tu madre.
-No conocí a mi madre como ustedes la conocieron- Dije con pesar- Al parecer mi madre era una completamente farsa conmigo.
-Tu madre tenía muchas facetas- Me informa con una sonrisa- A veces podía ser feroz cuando lastimaban a los que amaba, pero otras veces podía ser gentil y astuta, traía a más de un hombre detrás de ella por su personalidad, pero el que termino ganando todo su amor y respeto fue tu padre, lastimosamente no pudieron vivir su amor por los problemas familiares que produjeron tus abuelas, sin embargo, creo que eso es deber de tu padre contarte.
-¿La conociste?
-Era mi mejor amiga- Me dice- Por eso haré todo lo que está en mi poder para protegerte y mi hijo también lo hará, nosotros no buscamos un mejor estatus social, ya lo tenemos.
-Lo pensaré.
Ella asiente y se para de la cama para luego acariciar mi cabeza.
-Te pareces realmente a ella.
La miré asombrada, nadie me había dicho que realmente me parecía a ella, ni yo misma creía que me parecía a ella, pero el que ella me lo dijera me hizo extrañamente bien.
Salió de la habitación, dejándome sola con mis pensamientos.