No había podido dormir nada, ni siquiera había podido cerrar mis ojos, lo que era razonable, ya que había dormido demasiado por lo que me restaba de la semana y ahora no tenía nada que hacer, estaba en una casa extraña y me daba vergüenza salir de la habitación sola por lo que me dispuse a buscar un libro entre las cosas que había traído para poder distraerme.
Entre los libros que había traído también había unos cuantos que eran de mi mamá, por lo que me dispuse a agarrar uno que no tenía nombre y fui a mi cama para poder leer tranquilamente.
Me sorprendí al darme cuenta de que no era un libro, sino que era un diario, el cual no había visto antes, la letra claramente era la de mi mamá, la conocía de memoria, jamás me equivocaba y sabía que, aunque estaba mal leer diarios ajenos era una parte de ella, la única que me quedaba.

[Lilith ya tiene un año, sus poderes han despertado y no sé aún como ocultarlo, es realmente difícil hacer esto sola, extraño a Jonh y a mi mamá, no sé si voy a poder hacerlo bien sola, aunque en realidad no lo estoy, Daniel también está para mí y para mi hija, sin embargo, él es solo mi amigo y no puedo abusar de él, también extraño a mis hijos, pero, aunque muera por verlos, tengo que pensar en que es lo mejor para todos, no puedo rendirme aún.]
¿Poderes? ¿Qué poderes se supone que tengo?
Esas y más preguntas se asomaban en mi cabeza, jamás había hecho algo tan fuera de lo común, yo era la chica más normal y aburrida, por lo que mi mamá se habrá vuelto loca en ese momento cuando escribió eso.
Seguí leyendo poniéndome más cómoda en la cama.
[Daniel encontró una forma de que Lilith dejara de hacer magia y de que viera cosas que aún no quiero que vea, sin embargo, si en algún momento decido que quiero que ella conozca al mundo que pertenece, va a sufrir para revertir el hechizo y la única persona que lo va a poder hacer va a ser su mellizo, en una parte me parece bien, pero, por otra parte, no quiero que mi hija sufra de ninguna manera, sin embargo, sé que en algún momento lo va a hacer si le hago el hechizo, no voy a poder evitar para siempre que su abuela se la lleve, sé que en algún momento va a romper su palabra y va a hacer lo que sea para llevarla y ni John ni yo lo vamos a poder impedir.]
Mi mamá tenía razón, mi abuela ni bien mi mamá murió, me llevo a Nueva Orleans sin importarle nada.

[Las cosas han mejorado, Lilith ya no hace magia y es un alivio, puedo mandarla a la guardería y empezar a ganar más plata para que a ambas no nos falte nunca nada, sabía que a Daniel no le iba a gustar el hecho de que quiera irme, pero, sino que lo hago él seguirá pensando que algo puede pasar entre nosotros dos y la verdad es que no, en mi corazón y en mi mente solo existe una sola persona y ese es Jonh, siempre pensé que nunca me enamoraría de él, pero acá estaba extrañándolo más de lo que extraño a cualquier otra persona, mi deseo de volverlo a ver solo compite con el deseo de ver a mis niños otra vez.]
Me sentía en deuda con mama, ella había dado tanto para mantenerme alejada de Nueva Orleans, ella me había alejado de todo esto y yo ya no se lo podía compensar, ella no iba a poder abrazar a mis hermanos y tampoco iba a poder envejecer con la persona que ella amaba solo porque quería mantenerme segura, aún no entendía de qué magia mi mamá hablaba y tampoco estaba segura de si quería descubrir lo que ella quería decir con todo esto, tendría que preguntarle a alguien y la única persona que podía responderme todas las dudas que estaban en mi cabeza era mi padre, pero ahora estaba lo suficiente lejos para poder hacerlo o por lo menos eso creía, ya que Emmet había conducido demasiado para llegar a la casa de sus padres.
Dejé de pensar y leí un poco más, capaz acá estaban algunas respuestas para algunas de mis preguntas, sin embargo, cuando estaba dando vuelta la hoja alguien golpeo la puerta de mi habitación por lo que puse el libro debajo de mi almohada y fui abrir la puerta.
Cuando la abrí me sorprendí encontrar a Emmet, estaba vestido con un pijama sencillo y sus cabellos aún estaban mojados, por lo que suponía que recién había terminado de bañarse.

- ¿Puedo pasar? -Me pregunto- Necesito hablar de algo contigo.
Asentí y me hice aún lado para que pasara, yo también necesitaba hablar con él por lo que era bueno que estuviera aquí.
-Sé que lo que menos quieres hacer conmigo es hablar- Empieza diciendo mientras yo cierro la espalda- Pero tenemos que hacerlo, me comporte como un idiota después del encuentro con tu abuela y tu padre y lo lamento, simplemente necesitaba reflexionar, tú me gustas y no quiero que esto sea solamente un noviazgo de mentira, quiero que sea uno de verdad.
No sabía que contestarle, me había quedado quieta y él aún estaba de espalda a mí mirando hacia la ventana, esto era completamente sorpresivo para mí, había pensado que él quería hablar de cómo nos tendríamos que comportar ahora que estábamos en su casa con sus padres, sin embargo, el que él quisiera estar conmigo me asombraba de verdad, jamás nadie quiso estar conmigo y aunque quería decirle que sí, no podía, me había quedado paralizada.