Capítulo 9
1992palabras
2023-02-14 07:46
Ver más allá de lo que pasaba a mi alrededor era mi lado fuerte, sin embargo, en este momento, aunque las cosas me parecían raras, lo único que podía ver era a mis nuevos amigos, los cuales aún estaban dormidos a excepción de una persona la cual no sabía a donde se había metido.
Solo había dormido un par de horas después de que venimos de comer con Emmet y cuando desperté a las dos de la madrugada él no estaba en su cama y de eso ya había pasado dos horas, quería ir a buscarlo, sin embargo, tenía miedo de perderme, el internado era de verdad muy grande para que yo me aventurara a ir a buscar a mi amigo, por lo que aguarde despierta, mirando por la ventana la luna llena que aparecía en el cielo, no había estrellas y eso me parecía raro, pero lo más raro fue que escuche un aullido de lobo cerca, no sabía que por acá había lobos.
Me levanté de mi cama y miré hacia afuera, todo estaba oscuro, no había nadie afuera, hasta que lo vi, vi a un lobo, el más grande que podría haber visto y miraba para mi ventana, sus ojos brillantes observaban hacia donde estaba yo por lo que me volví a acostar y cerré la cortina, jamás había sido una persona miedosa, no obstante en este momento preferían no ser valiente, ya no tenía a mi mamá para que me protegiera, ya no tenía a nadie más que a mí misma y la única aventura que iba a conocer desde ahora en adelante sería la que podía leer en mis libros.

Poco a poco volví a cerrar mis ojos, aún preocupada porque Emmet no había vuelto, pero segura de que él estaría bien porque conocía este lugar más de lo que conocía yo, capaz se había ido a encontrar con alguien y aunque ese pensamiento me molesto, también me había tranquilizado por lo que deje que el sueño se apoderara de mí una vez más.
Cuando desperté nuevamente los mellizos estaban parados en la puerta de la habitación y Aine estaba tocándome el brazo para despertarme
- ¿Vas a ir a desayunar? - Me pregunto sonriendo- Emmet ya nos está esperando en el comedor.
-Si voy a ir- respondo bostezando- Ustedes adelántese, voy a prepararme y en unos minutos los alcanzo
Los tres asintieron y me dejaron sola en la habitación, por lo que suspire y me levante de para cambiarme de ropa, lavarme la cara, peinarme y lavarme los dientes, al terminar de hacer eso, me dirigí hacia la puerta y salí, pero me sorprendí de que cuando abrí la puerta una persona me esperaba afuera de la habitación.
-Si vienes a buscar a los chicos ya se marcharon- Dije cortante empezando a caminar hacia el comedor.

-Vine a buscarte a ti- Me dice y yo, aunque me asombra, no vuelvo la mirada hacia él, sigo caminado hacia delante mientras escucho unos pasos que vienen atrás mío- No tendrías que confiar en tus compañeros de habitación.
No respondo, no quería hacerlo, tenía tanta vergüenza de mirarlo, no entendía cómo había sido posible que yo me acostara con él, no es que fuera feo, era el chico más lindo que había visto nunca, pero se suponía que estaba guardando mi virginidad para alguien que amara por eso siempre rechazaba los ofrecimientos de los chicos que simplemente me gustaban, porque quería al que entregara mi primera vez fuera el primero y el último, sin embargo, ahora ya eso no podía ser.
-Tienes que saber que no paso nada esa noche- Me dice y yo me detengo- No es que no hayamos querido, si te toque y si me tocaste, pero no llegamos a profundizarlo mucho, por lo que no tienes que evitarme por eso.
-No te conozco- Le digo aun dándole la espalda- Pero un chico que se aprovecha de una chica cuando no está en sus cinco sentidos no es alguien al que quiera cerca.

-No me aproveche
-Eres el primer elegido de mi abuela- Le digo dándome la vuelta para mirarlo a los ojos- Y por lo poco que sé, sé que todos quieren ser parte de mi familia por lo que no te creo el hecho que me digas que no aprovechaste la oportunidad, sin embargo, tienes que saber que yo no me llevo por lo que mi abuela quiera, ella puede querer el mismo cielo y a mí jamás me va a importar, por lo que si no te importa te quiero lo más lejos posible de mí, porque jamás en mi vida me voy a casar con alguien como tú, ni aunque te hubiese dado mi virginidad.
Me doy la vuelta una vez más y empiezo a caminar mirando hacia delante, no quería perder el tiempo con alguien como él, no cuando era manejado por la parte de mi familia que aún no quería ni siquiera conocer, prefería estar con mis amigos por el momento y distraerme un poco, lo necesitaba, no quería pensar en mama en estas fechas y en lo sola que me encontraba, porque a pesar de que los chicos me habían explicado que tenía dos hermanos y un padre, no los conocía y para mí eran completamente unos extraños.
Antes de que lograra llegar al comedor vi que Emmet caminaba tranquilamente así mi con una sonrisa en los labios, cosa que me causo un revoltijo en mi estómago.
-Te estaba por ir a buscar- Me dice agarrándome de mi mano derecha y entrelazándola con la suya- Vamos, escogí tu desayuno por lo que tienes que comerlo todo.
Le sonreí y los dos caminamos de la mano así, de la mano, como si fuéramos dos enamorados.
Las cosas con Emmet eran tan naturales desde que lo había conocido, no me sentía de la misma forma como me sentía con los chicos que había conocido antes, él me así sentir como si perteneciera a cualquier lugar donde él estuviera y era tan raro, pero a la vez tan lindo, que daba miedo, siempre hui de las cosas que me parecían lindas, sin embargo, acá estaba, con el chico más lindo del internado.
-Lilith- Me dice en un susurro- quiero hablar de algo contigo después del desayuno.
- ¿De qué?
-Después cuando terminemos de desayunar- Me dice- Los chicos se van a ir a práctica y Aine tiene que ir de compras con su padre por lo que vamos a poder hablar tranquilos.
No entendía por qué no me lo quería decir ahora, sin embargo, acepte que no habláramos en este momento y habláramos después de terminar de desayunar, ya que yo en verdad tenía mucha hambre.
Los dos entramos al comedor y sonreímos cuando llegamos a la mesa donde estaban los gemelos y Aine, los tres estaban concentrados en su comida, al parecer el que hayan ido al cine y después hayan venido sin haber comido, les estaba pasando factura en este momento.
-La próxima película que veamos no la va a elegir Aine- Se queja Tomás- Las románticas son las peores.
-Me dormí ni bien empezó la película- Dijo su gemelo apoyándolo- Al parecer los que dicen que esa película estaba buena no ven películas que son realmente buenas.
Aine los queda mirando a los dos con cara de pocos amigos, sin embargo, ellos todo el desayuno continúan quejándose de lo horrible que fue la película y que Aine los torturo toda una noche con esa película horrorosa.
- ¿Qué película vieron? - Pregunte intrigada- No recuerdo que haya películas románticas en estreno en los cines.
-Es que en el cine de acá muestran películas viejas, no de estrenos- Me explica Emmet mirándome comer- Muy pocas veces entran las películas nuevas de estrenos, por lo que te vas a tener que acostumbrar.
-Me gustan las películas viejas- Digo y miro a los gemelos los cuales me miraban disgustados- ¿Qué?
-Ahora tendremos que aguantar a otra- Se queja Maikel- Ya bastante era con una, ahora van a ser dos.
-No te voy a arrastrar a ver las películas que me gustan- Lo tranquilice- De ahora en adelante Aine y yo podremos ir solas al cine, sin ustedes, así no tendrán que lamentarse al día siguiente.
Los chicos se miraron como si estuvieran aliviados y Aine me miro sonriente porque la había ayudado a salir de las críticas que tiraban hacia ella los gemelos.
-Nosotros tenemos que ir a la práctica- Dice Tomás parándose de repente mirando su reloj, después podemos juntarnos para la merienda.
Aine y yo asentimos con una sonrisa, pero posteriormente miramos a Emmet, el cual negaba con su cabeza y ambas sacamos nuestras sonrisas.
-Lilith y yo tenemos que encargarnos de algo- dice él parándose de su lugar y extendiendo su mano para que la agarrara- No sé si llegamos a la merienda, no obstante, estoy seguro de que nos vamos a reunir en la cena.
Yo Tome su mano con mi mano libre y con la otra mano agarre una fruta, no entendía cómo aún tenía hambre, siempre me había llenado con poca comida, sin embargo, desde que había llegado a este sitio comía más de lo que comía antes y eso era sumamente raro.
Salude a los chicos y a Aine con la mano que tenía mi fruta, mientras seguía a Emmet.
Emmet me llevo a la habitación y me dijo que me cambiara en el baño mientras él buscaba su ropa.
- ¿Adónde vamos a ir? - Le pregunte- Necesito saber qué es lo que me voy a poner.
-Ponte cualquier cosa- Me dice sonriendo- Te ves hermosa sin importar que lleves puesto.
Yo sonreí como una idiota y estaba segura de que me sonrojé por lo que aparte la mirada de la de él y me dispuse a agarrar lo primero que encontraba para poder correr al baño, jamás nadie me había mirado como él me miraba y mucho menos nadie me había dicho que yo era hermosa por lo que no estaba acostumbrada.
Me cambié lo más rápido que pude y cuando salí Emmet miro hacia mi dirección y se quedó quieto sin siquiera decir nada, me había puesto un vestido largo, una chaqueta porque sabía que afuera hacía frío, me deje el cabello suelto y aunque me debatí en sí usar maquillaje o no, preferí no hacerlo, prefería siempre estar así natural que estar toda pintada.
-Estás hermosa- Me dijo acercándose a mí mirándome fijo a los ojos, mi corazón empezó a acelerarse y no pude apartar mi mirada sobre la de el- Demasiado hermosa.
-No bromees- Le Susurro- Sé muy bien que no lo soy.
-Lo eres Lilith- Me dice a escasos centímetros de mí- Eres demasiado hermosa.
Él se agachó y nuestros labios se juntaron, de una manera que jamás lo había hecho con ninguna otra persona, o por lo menos no que yo recuerde.
Emmet me agarro de la cintura atrayéndome más a él, cosa que hizo que se sintiera demasiado bien, sin embargo, nos tuvimos que separar por la falta de aire.
- ¿Por qué?
-Porque me gustas- Me responde a mi pregunta- Desde la primera vez que te vi me gustaste y ahora vamos a ir a un lugar donde no te quiero llevar sin decirte lo que siento por ti, porque no sé si me vas a escoger a mí.
Yo lo miré sin entender, pero el no dejo que preguntara nada porque una vez más acercó su boca a la mía y empezó a besarme nuevamente, yo era una chica inexperta por lo que no sabía si lo estaba haciendo bien y la verdad esperaba que sí.
No sabía lo que me esperaba al salir de esta habitación con él y la verdad era que me intrigaba, pero en este momento lo único que tenía en mente era disfrutar este beso que estaba compartiendo con Emmet, lo demás se podía ir al demonio por un rato.