Capítulo 45
1912palabras
2023-03-01 11:00
Capítulo 45: El Plan del Rey. 
***
"Muéstrales una sonrisa, mi descarriada; pero jamás una genuina", manifestó Archer, en un tono de advertencia. 

Así pues, Sariah acató lo que el hombre le había indicado.
"Que no soy una reina. No me llames de ese modo", soltó con frialdad.
"Pues deberíamos; ya que el Alfa...", comenzó. Entonces, nuestra protagonista le interrumpió molesta: "Te repito, que no te dirijas a mí como a una reina cuando ni siquiera soy de la realeza".
'Tranquila, mi descarriada; deja que te llamen reina. Tarde o temprano lo serás', le recordó Archer. 
En ese instante, el corazón de la joven latió con fuerza. Murmuró enfadada: "De verdad, no me hagas sonrojar. No estoy bromeando, ponte serio".
Él se rió, y dijo: ’Oh, déjalos nena... Te recomiendo más bien, hablar con las élites con mayor cuidado. No deberías ser grosera con ellos. No ahora‘. 

Sariah suspiró, y replicó: "Mi culpa. Lo siento". 
"No hay de qué preocuparse. Nos alegra que estés a salvo junto al heredero del Alfa. De hecho, perdimos contacto con éste; tal parece que sucedió algo en la casa real", explicó. 
Entonces, la muchacha sintió un dolor punzante dentro de su pecho; no obstante, no le mostró. Debido a que sería un acto de debilidad. 
"Puesto que, han capturado al Alfa; tendremos una reunión. He de tomar el mando, tal como lo dictó su persona en su oportunidad", anunció. 

Las élites asintieron con la cabeza.
"Nos complacerá escuchar tus planes, futura reina de la manada Bane", dijeron al unísono.
De repente, Sariah ya no estaba asustada ni mortificada. Es más, cerró los ojos; y al abrirlos mostró confianza, realeza y poder.
’Eso es, mi descarriada... Luego de esta guerra, serás mi reina y la de este reino‘, anunció Archer.
"Soy la futura reina, que ostenta el poder del rey; y cómo tal, se me exige ser suprema y superior", expresó. 
Así, todas las miradas se clavaron tan pronto como ella se sentó en el centro. En la sala se respiraba una atmósfera tremenda; fría e intimidante. Nadie se atrevió a hablar.
En efecto, ésta tampoco lo hizo; limitándose a observar a los allí presentes. Su expresión seria intimidaba a todos; recordando claramente cuando el Beta Dillon le mencionó que no mostrase piedad ni debilidad frente a éstos. 
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando Archer apareció en su mente. Pudo sentir la tensión en su voz, cuando preguntó: 'Descarriada, ¿podrías expresar mi plan?'. 
'Creo que no puedo, Alfa. Dado que es la primera vez que me encuentro con tu élite, es un poco ... raro', respondió. 
El caballero soltó una sonora carcajada, y replicó: 'Está bien, mi descarriada… No te comerán ni te lastimarán. No pueden dañar a mi futura reina'. 
Sariah sintió un escalofrío repentino. Enunció: 'Adelante'.
'Está bien, repite lo que voy a decir', empezó.
Esperando a que hablase, ella se aclaró la garganta y les enfrentó: "Creo que estamos completos. Así que, puedo discutir el Plan del Rey para la guerra que se aproxima". 
Uno de los élites levantó la mano, y dijo: "Disculpe, Joven Señorita...". 
Nuestra heroína arqueó las cejas, e interpeló: "¿Sí? Está excusado". 
Entonces, oyó a Archer reír en su mente, y expresar: 'Está perplejo; no sabe si puede cuestionar a mi descarriada o no'.
"Lo siento, no lo sabía", contestó ella. 
"Lo siento, continúa", permitió; centrando nuevamente su atención en la sala. 
"N-No estoy en contra de la decisión del Alfa, pero... se encuentra embarazada de su heredero. ¿Sobrevivirá a toda esta situación?", interrogó.
Sariah se quedó quieta, con la frente arrugada y maldiciendo dentro de su cabeza. Dijo a Archer: '¿Está loco? Maldita sea esta élite tuya'.
'Tranquila, mi descarriada. Solo responde', demandó. 
"Sí, puedo. Me han nombrado futura reina de su manada, y no me retiraré sin dar pelea. Solo estoy embarazada, nada de qué preocuparse. De hecho, todavía puedo patear algunas pelotas; no es problema', respondió con indiferencia.
"Pero, ¿Qué pasa si el heredero se mete en problemas?", cuestionó. 
Sariah puso los ojos en blanco, y con cautela expuso: "El heredero del Alfa no causará ningún problema; no le permitiré. Nadie puede dañarle". 
"Estamos asegurando su…". Sariah cortó sus palabras: "Pensé que conversaríamos acerca del plan del Alfa. ¿Por qué distorsionar tus dudas sobre mi persona? Deberías estar preocupado por tu Rey, no por mí; ya que puedo arreglármelas sola".
El de la élite miró hacia abajo, rindiéndose. Manifestó: "Lo siento, Joven Señorita".
Sariah suspiró, y gruño a Archer: 'Me están poniendo de los nervios. Odio a tu élite. Me están estresando, y puedo sentir a tu heredero pateando como si estuviese de acuerdo conmigo'. 
'Déjalo estar, mi descarriada. ¿Empezamos, o quieres reprogramar el plan si no te sientes bien?', preguntó preocupado.
'No. Sigamos. El tiempo corre y la guerra se aproxima rápidamente', contestó con confianza.
'Muy bien; repite conmigo. Sin embargo, piensa que eres tú quién difunde los planes', dijo. 
"La guerra entre cazadores, y rebeldes será dentro de cinco días...", comenzó Sariah, transmitiendo lo dicho por Archer. Prosiguió: "Y acabamos de recibir una advertencia de la casa real. La explosión ocurrió porque los mismos ya están aquí, en el reino". 
Las élites jadearon; murmurando.
"¿Cómo ha ocurrido?", preguntaron los que estaban al otro lado de la mesa, 
Ella sonrió, y explicó: "Porque los traidores están usando magia oscura para ingresar. Están manipulándole todo, y quién sabe si a las personas de aquí también". 
Las élites del centro tragaron saliva; sus expresiones gritaban "nerviosas y preocupadas". Es más, temblaban. Sariah percibió lo asustado que estaban. Sonrió. 
'Nena... le provocaste. Sigue con el excelente trabajo, mi descarriada. Sé una reina', comentó Archer. 
"¿Por qué tiemblas, Sultan?", interrogaron. 
'Ese es Cadmus, mi descarriada; es el líder de las élites', informó el caballero. 
"Da miedo, para que lo sepas", respondió Sariah; observando cómo le lanzaba preguntas a Sultan acerca de los traidores. 
"¿Eres acaso uno de ellos? ¿Estás involucrado con Bella?", cuestionó Taurus. 
El mencionado negó con la cabeza; nervioso. Tartamudeó: "N-No lo soy...". Continuó: "¿Cómo puedo ser un traidor? La Señorita sólo se equivoca, ¿Verdad?". 
La fémina juntó los brazos por encima de la mesa; contemplando al susodicho con dureza. Se mofó: "¿Insinúas... que estoy mintiendo? ¿Y si te dijera que el Rey solo me ofrecía pistas?".
"N-No... No me refería a eso, Joven Señorita. L-Lo siento... No era lo que quería decir", manifestó; con los ojos fijos en otra dirección. Evitando en todo momento, el rostro de Sariah. 
'Oye, nena...', llamó Archer.
De pronto, la joven no prestó atención. Preguntó: "¿Qué?".
'Sáquenlo de aquí. Dile a Dillon que le meta en la mazmorra o que le deje sufrir antes de morir', instruyó. 
"Primero deseo jugar con él", replicó Sariah.
El muchacho maldijo. Rugió: 'Jugaremos en otra ocasión, mi descarriada. Tú y yo'. 
Ella gruñó: '¡Maldito seas, Alfa! Deja de decir tonterías. No quiero lo que estás insinuando. Qué asco'.
Archer se rió. Enunció: 'Continúa con los planes; pero primero, retírale de su asiento. No quiero que me sabotee'. 
'De acuerdo, sólo le asustaré', dijo. 
"¡Eres un traidor, Sultan! ¿Cómo pudiste hacerle esto a tu reino? ¡Criatura imbécil! ¿Cómo te atreviste a mancillar a las élites supremas?", protestó enojado Taurus.
En efecto, la mesa era un caos. Todos se hallaban molestos, excepto Sariah que se limitó a mirarles minuciosamente. Descansaba la espalda en su asiento; sus manos sobre su pecho, sonriendo. Aún así, no pudo permitirse que la habitación se tornase en un desastre. 
Así pues, golpeó el tablón; y en ese instante, sus ojos se tornaron fríos y peligrosos. No era la persona que acostumbraba a ser; de hecho, era superior. Las élites abandonaron cualquier discusión, asustados.
"Un traidor no tiene más que el infierno ganado; pero antes de ello, le arrebataremos la vida sin piedad", dictó la mujer. Tras una pausa, ordenó a Dillon: "Un castigo despiadado antes de quemarle. Dejadle salir de este lugar". 
"Quita esta mancha de aquí. Él no es adecuado para ser llamado un miembro de nuestra élite", culminó furiosa. 
Beta Dillon obedeció su orden. Así pues, Sariah empezó a hablar sobre el plan.
"El Alfa calculó que los cazadores y rebeldes estarían en el ala este del reino. Por ello, el escuadrón Alfa esperará allí. Millie y Lilac liderarán", explicó. 
"¿Qué hay de la entrada del palacio?", interrogó Icarus con frialdad.
"Los escuadrones Bravo y Charlie estarán al frente junto conmigo, Dillon y Leia", respondió ella.
Archer gruñó; en desacuerdo con su repentino cambio de planes. Advirtió: 'No irás a la guerra, Sariah'. 
'¿Qué? ¡¿Por qué?!', se quejó. 
'Es peligroso para ti y para nuestro bebé', replicó. 
La chica le interrumpió: 'No causaré ningún problema. Yo debería guiarles, Archer'.
"No... Escúchame, Sariah. Basado en mis cálculos, estás a punto de dar a luz uno de estos días. Cariño, no puedo permitirme arriesgar tu vida; simplemente no puedo. Por favor... hazme caso', suplicó.
'Hablemos más tarde. Continuaré con tus planes', se mofó.
Sucede pues, que ella suspiró; mordiéndose el labio inferior antes de continuar hablando entretanto visualizaba el mapa del reino.
"Desde esta zona, Cadmus y Taurus liderarán el escuadrón Delta. Y dado que ambos son hábiles con las armas humanas, son nuestra mejor oportunidad", sentenció. 
"De acuerdo. Será todo un placer, su majestad", secundó el segundo cortésmente.
Ahora bien, señalando todo el palacio, Sariah dijo: "Este lugar, será cubierto por los lobos del Alfa. Daré a luz en unos pocos días; esa es la presunción de mi compañero. Y este sitio, es perfecto para proteger al heredero una vez que comience la guerra". 
"Según el Rey, hay un pasadizo secreto donde su heredero puede esconderse. Les instruiré una vez que lleguen allí. Si no me equivoco, creo que Archer se los mencionó", expuso. 
Las élites asintieron con la cabeza en respuesta. Y es que, estaban asombrados por la estrategia de la chica; ya que Archer no les había dicho nada al respecto. Les aliviaba saber, que al menos su futura reina fuese inteligente en las tácticas y todo ello. 
"Muy bien. Ahora, el único problema es...Cómo salvar al Alfa durante la guerra", pronunció Cadmus.
Sariah negó con la cabeza; sintiéndose ansiosa de repente. Sin embargo, mantuvo la calma y anunció: "Archer se salvará; puesto que, es un rey Alfa inteligente. Podrá manejárselas solo. Limítense a orar por él, para que salga vivo y coleando... De lo contrario, no gobernaré este reino como su reina".
"Él no es solo un monarca, su majestad; es el gobernante de este reino, el más poderoso entre todos ellos", citó uno de los presentes. 
La fémina sonrió irónicamente. No esperaba que estas élites glorificasen y adorasen a Archer. Se dio por terminada la reunión; quedándose sola en la habitación.
Así pues, ella exhaló; cerrando los ojos mientras acaricia su vientre.
'Archer, vuelve vivo e ileso', murmuró.
'Lo haré, mi descarriada...', respondió; apareciendo de la nada.
"No gobernaré tu reino. Hablo en serio", anunció la joven.
Archer se rió. Entonces, replicó: 'Tú gobernarás; serás mi reina. Cásate conmigo'.
Sariah tragó saliva; y maldiciendo dentro de su cabeza, sin importarle que el hombre pudiese escuchar sus pensamientos, sopesó: '¡¿Me está ofreciendo matrimonio?!'. 
'No solo te estoy proponiendo matrimonio, mi descarriada...Voy a contraer nupcias contigo ahora mismo', enunció. 
El corazón de Sariah latió a toda velocidad. Le faltaba aire. No esperaba que él le dijese tal cosa, tampoco era que lo quisiese; pero allí estaba, hablándole sobre casarse.
"El matrimonio es algo sagrado, Archer. Es un acto serio en el que el amor es incondicional y no tiene límites", pronunció.