"Estoy bien".
Frankie la miró y luego echó otro vistazo a Zachary, que yacía en el suelo con el cuerpo maltrecho. Acto seguido, sonrió y preguntó: "¿Hiciste eso?".
"Sí", asintió sonriendo.

"¿Quién... quién eres?". Zackary se aferró al lugar del cuerpo que le dolía y se tumbó sin fuerzas en el piso. Luego, apretó los dientes y los miró a los dos. "Ustedes... ustedes dos... ¡Será mejor que tengan cuidado!".
"Mi nombre es Frankie Scott. Si te atreves a hacerme daño, me aseguraré de que lo pagues". Dicho esto, Frankie miró a Hannah, que estaba a su lado y advirtió en un tono de voz mucho más serio: "Y si te atreves a tocarle un mechón de cabello otra vez, tu reputación se arruinará para siempre en Lecharia". Terminó de hablar, extendió la mano, sostuvo a Hannah en sus brazos con delicadeza y le dijo: "¡Vamos!". Ella asintió con una sonrisa y se marcharon.
......
......
"¿En verdad estás bien?".
Salieron del restaurante Amuse y Frankie se ofreció a llevarla de regreso a casa él mismo, con su propio automóvil. Preocupado, confirmó una vez más que se encontrara bien mientras la examinaba en busca de otras lesiones. 

Para tranquilizarlo, ella le repitió de manera afable: "Llegaste justo a tiempo, estoy bien".
Frankie, en una actitud traviesa, levantó las cejas y le sonrió a Hannah, que iba en el asiento del pasajero. "Tienes que agradecerme como corresponde por salvarte la vida".
"Es que no sé cómo agradecértelo todavía", le respondió de manera animada.
La volvió a mirar y pensó por un momento antes de preguntar: "¿Has cenado?".

"Aún no".
"Yo tampoco he comido, puedes pagarme con la cena".
Después de soltar una risita, ella le preguntó: "¿Qué quieres comer?".
Volvió a levantar las cejas y suspiró con tristeza. "Esa es una pregunta muy difícil. Probé toda la deliciosa comida en Sashie, por lo tanto, ya nada me impresiona".
"¿Te importa si te llevo a un restaurante viejo? ¿Lo encontrarías inapropiado para tu clase social?". 
"¿Clase social?". Largó una carcajada tan fuerte que parecía haber escuchado la broma más divertida. "¿A qué clase social crees que pertenezco? ¿Qué tipo de lugar crees que es apropiado para mí?".
"Vamos, entonces. Está cerca del centro comercial donde me viste ayer". Toda la conversación le parecía divertida.
"Está bien".
......
El lugar al que se refería era el Royal Restaurant que era al que había ido el día anterior. La comida era muy buena allí, sin embargo, el lugar era un poco pequeño y estaba deteriorado. 
Después de llegar al lugar, sintió que sus preocupaciones habían sido en vano, porque vio que él se desenvolvía como un habitué, parecía estar familiarizado con el lugar e incluso se mezcló con los clientes asiduos a la perfección.
"¿Ya habías estado aquí?", no pudo evitar preguntar con curiosidad después de ver lo bien que encajaba.
Con dos vasos de papel llenos de agua en las manos, se sentó y respondió a su pregunta con sinceridad mientras le entregaba uno de ellos. "No, nunca había estado aquí. Mi hermano y yo trabajábamos ocasionalmente durante el verano porque no nos daban dinero en nuestra época de estudiantes. Así que, a veces, teníamos que llenar nuestros estómagos en camiones de comida barata".
Hannah no lo podía creer, al parecer los niños de la familia Scott tenían que trabajar durante el verano para tener algo de dinero e incluso comían en camiones de comida como cualquier otro estudiante. 
¡Vaya sorpresa!
"¿Por qué? ¿Es extraño?". Frankie quedó perplejo ante la reacción de Hannah.
Ella asintió y le confesó: "Bueno, ¿quién hubiera pensado que los altos y poderosos directores ejecutivos del Grupo Scott aceptarían trabajos de verano y tendrían que sobrevivir sin dinero cuando eran jóvenes? Y ni que hablar de alimentarse en camiones de comida".
Frankie estalló de la risa. "No te preocupes, solo unas pocas personas saben esas cosas".
La familia Scott era muy reservada, sobre todo el lo que tenía que ver con su vida personal, nunca le revelaba nada a personas que no conocían. Por supuesto, ahora que William era el presidente, habían excepciones.
"¿Y yo soy una de ellas? Si el mundo se entera de que tú y William trabajaban durante el verano, ¿sufriré las consecuencias?", Hannah bromeó. Sus ojos brillaban como si estuvieran llenos de polvo de estrellas, ella nunca supo lo fascinante que le resultaban a Frankie.
Aturdido, se vio reflejado en sus grandes ojos y rio. "No, te lo dije voluntariamente y yo mismo asumiré las consecuencias".
Satisfecha con su respuesta, asintió y, risueña, tomó el vaso para beber un poco de agua. Después de eso, ella lo miró y dijo: "Tú en verdad…".
Cuando notó su vacilación para continuar, preguntó desesperado: "¿Qué?".
Ella esbozó una sonrisa y le contestó: "No te pareces a nadie de la familia Scott, y mucho menos al director ejecutivo del Grupo Scott".
"¿Cómo se supone que debe lucir la familia Scott? ¿Cómo debe actuar el director ejecutivo de la empresa?", refutó Frankie tentado de la risa. 
Por un momento, ella lo miró fijo, luego, bajó la cabeza e intentó ocultar su risa. "Yo tampoco lo sé, pero creo que puedes ser un buen amigo. Algo así como el chico de al lado".
"Me gusta ser el chico de al lado", asintió después de mirar el rostro sonrojado de ella mientras reía con la cabeza ladeada.
En ese momento, Hannah recordó la situación de hacía un rato y quiso saber: "Oh, por cierto, ¿por qué estabas en el restaurante Amuse? ¿Cómo fue que viste que me secuestraban?". 
Aunque solo se habían visto tres veces, ella se sentía muy cómoda con él, como si fueran hermanos; no había ninguna sensación de incomodidad entre ellos, en absoluto.
"Tenía algo que atender, salí del ascensor, escuché tu voz y te seguí de inmediato", respondió con naturalidad. 
A decir verdad, algunos amigos lo habían invitado a cenar allí, pero como se había topado con Hannah por casualidad, no tuvo más remedio que cancelar sus planes.
"Oh, entonces, ¿frustré tus planes?".
"Para nada. ¿Quién era ese anciano...? ¿Por qué...?". Frankie sintió curiosidad.
Aunque no había logrado su cometido, hasta un tonto podría darse cuenta de que Zackary no tramaba nada bueno cuando Frankie entró a la habitación para ayudarla.
El semblante de Hannah cambió al escucharlo, pero respondió con sinceridad: "Esa persona es el socio comercial de mi papá, quien justamente hoy cumple años. Me invitó a su celebración en el restaurante Amuse, pero debí imaginarlo, no sería una simple cena en familia. Cuando llegué sentí que todo era muy extraño, así que inventé una excusa para irme. Ya sabes lo que pasó después".