Capítulo 47
1219palabras
2023-02-21 00:01
"Yo tampoco sé qué está pasando, pero no creo que Melissa haya tomado la iniciativa de borrarlo por su cuenta", respondió Hannah frunciendo el ceño, ya que se quedó bastante confundida después de escuchar a Tiana.
Esta la miró extrañada mientras reflexionaba al respecto. Un momento después, como si descubriera algo importante, ella abrió la boca y se quedó así durante unos segundos. De repente, volteó a ver a la otra chica y preguntó sorprendida: "¿Crees que es el señor presidente ordenó que sus hombres hicieran algo? De lo contrario, ¿quién sería tan poderoso para eliminar algo de Internet en tan poco tiempo?".
Mirándola, Hannah se rio de sus especulaciones tan ridículas y replicó: "¿Crees que él tendría tiempo para preocuparse de mis asuntos cuando tiene que resolver conflictos de importancia internacional todos los días?".
Tiana curvó los labios. "Bueno, eso no lo podemos saber".
Hannah hizo una mueca y se quedó en silencio. Sin embargo, en su corazón, creía que su amiga se equivocaba rotundamente.
Aunque era un hecho que ella había dado a luz a un bebé, no quería que William lo supiera, pero si él llegara a enterarse...
"Por cierto, ¿sabes quién es el padre de tu hijo?", preguntó Tiana con curiosidad.
"No tengo idea", respondió. Luego la miró y sacudió la cabeza.
"¿De verdad no lo sabes?".
Hannah volvió a negar. "Lo único que escuché fue que él quería tener un bebé, porque su prometida tuvo un accidente y estaba en coma".
"¡Vaya! La misma razón de siempre ¡Parece que hay muchos hombres leales en este mundo!". Con ambas manos en el volante, Tiana se concentró en el camino que tenía por delante y suspiró.
Pero Hannah se quedó intrigada cuando escuchó eso. "¿Qué quieres decir con que siempre es la misma razón?".
"¿No recuerdas que la prometida del señor presidente también está en coma? ¡Precisamente por eso él ha permanecido soltero, e incluso crio a su hijo sin ayuda!", explicó ella distraídamente, con los ojos en el camino, sin darse cuenta de que la mirada de su amiga estaba llena de tristeza.
"Sí, probablemente él sea un hombre fiel. Estoy segura de que ama mucho a su prometida".
Asintiendo con la cabeza, Tiana agregó: "¡Cierto! Escuché que el presidente se había mantenido célibe por respeto a ella. ¡Bueno! ¿No te parece increíble que él nunca haya establecido una relación cercana con una chica? Dicen que es tan leal que ni siquiera mira a otras mujeres".
De repente, Hannah se volvió hacia ella y exclamó con tono serio: "¡Tiana!".
"¿Sí?", la chica también la miró de reojo.
"¡Pareces saber mucho sobre la vida privada del señor presidente!".
"Pues...". Ella sonrió torpemente y respondió: "Son solo los rumores que he escuchado. Además, sabes que me gusta chismorrear".
Con una leve sonrisa, Hannah recordó que su amiga era muy platicadora y que tenía una amplia gama de amistades, incluso en diferentes círculos sociales, así que decidió no hacer más preguntas.
Quizás, ella estaba diciendo la verdad.
.....
A la mañana siguiente, cuando Hannah se fue a trabajar algunas personas la reconocieron e incluso corrieron tras ella para pedirle su autógrafo. Después, unos jóvenes le pidieron que se sacara una selfi con ellos.
Antes de eso, ella realmente no se sentía famosa, a pesar de que sus fotos al lado de los presidentes abarrotaban las noticias en Internet.
De todos modos, ella no era como esas celebridades que harían cualquier cosa por sus fans, pero se tomó fotos con quienes lo solicitaron, e incluso les escribió una amable nota personalizada al darles su autógrafo. Sin embargo, para evitar perder más tiempo y no tener problemas, decidió tomar un taxi con el propósito de llegar rápidamente al trabajo, porque si iba en autobús se arriesgaría a llegar tarde por las interrupciones de sus admiradores.
Ese era el último día del presidente de Fliysau en Lecharia. Tenían una reunión programada por la mañana y visitarían la Universidad de Oakleaf por la tarde, con el objetivo de conocer y saludar a los estudiantes internacionales.
Cuando Hannah llegó a la mansión del presidente, todo estaba como de costumbre. No obstante, mientras ella esperaba en el salón de intérpretes y se alistaba para irse con William al hotel donde se hospedaba el presidente de Fliysau, un guardia corrió hacia ella con un gran ramo de exquisitas flores rojas. Por consiguiente, en un instante los ojos de todos estaban sobre ella.
"Trajeron estas rosas para ti", explicó el guardia de seguridad, bajo la mirada de todos, al tiempo que le entregaba el ramo.
"¡¿Estás seguro de que son para mí?!", preguntó ella, atónita.
"En efecto, eso dice la tarjeta", respondió el guardia, asintiendo con una sonrisa.
Con una mueca incómoda, ella parpadeó, aceptando el ramo: "Gracias".
"¡De nada!", dijo el guardia, quien se volvió para irse.
Una vez que se quedó sola, miró el pesado ramo de rosas, asombrada de que alguien se lo hubiera enviado.
¿Quién podría regalarle un ramo de flores tan grande?
Hannah tenía mucha curiosidad de saber quién había sido, así que tomó la delicada tarjeta y la abrió para enterarse de parte de quién eran esas exquisitas rosas.
"Señor presidente", se escuchó una voz respetuosa, no muy lejos de allí.
Por alguna razón, Hannah entró en pánico e inmediatamente guardó la tarjeta sin leerla. Entonces, ella miró en la dirección de la voz y descubrió que William estaba parado cerca de ella, sin quitarle la vista de encima.
Antes de que ella bajara la cabeza presa del pánico, sus ojos se encontraron durante un par de segundos y ella lo saludó respetuosamente con un ligero movimiento de cabeza.
De hecho, cuando estaba trabajando, todo era totalmente diferente. ¿Por qué entraría en pánico cada vez que hacía contacto visual con William?
Después de mirarla, William desvió los ojos hacia el hermoso ramo de rosas.
La chica vestía un traje negro ajustado y una blusa blanca. Su alta figura, y sus labios rojos brillantes, unos hermosos dientes blancos junto con su tez tan clara, todo eso se complementaba con ese gran ramo de flores en sus brazos. De hecho, se veía tan hermosa que la gente no podía dejar de mirarla.
Sin embargo, el rostro de William se oscureció y comentó con frialdad: "Tommy es alérgico al polen de rosas, y nadie puede traer ese tipo de flores aquí".
"Entendido, señor". Rya asintió de inmediato acercándose a Hannah para quitarle las flores. "Lo siento. No puedes tener esto en la mansión del presidente".
"Está bien", contestó ella rápidamente, permitiendo que él se llevara las flores sin dudarlo y se disculpó: "Lo siento. No lo sabía".
Con una sonrisa, el gerente respondió: "Está bien. Simplemente, que no vuelva a suceder".
"¡Perfecto!", dijo ella asintiendo. "Lo tendré en cuenta".
Cerca de ellos, el presidente observaba a Hannah y, de pronto, empezó a caminar para salir. Como ella lo vio, se apresuró a seguirlo y fue tras él.
Fletcher, quien iba detrás de William, la miró avanzando con cautela como si hubiera cometido un gran error. El guardaespaldas sonrió con la cabeza baja al percatarse de ello.
Por otro lado, en la residencia Scott, Isabelle había contratado algunos especialistas para que plantaran un jardín de rosas, y eso le causaría problemas a Tommy. ¿Por qué no se dio cuenta de su alergia antes?
.....