Capítulo 52
1565palabras
2023-02-26 00:01
Bo Yanxi estaba parado en la puerta. Vestía de traje y tenía el rostro lívido y la mirada furiosa.
"Sr. Bo...", tartamudeó ella, sin poder evitar dar un paso atrás.
Bo Yanxi la miró con frialdad y guardó silencio.

Esta chica sabía esconderse muy bien porque desde el día en que desapareció del hospital, ella bloqueó su número para que no pudiera contactarla.
Después de investigar unos días, Tang Yan finalmente encontró el lugar donde se hospedaba.
"¿Qué está haciendo usted aquí?", dijo ella, sin más remedio.
"¿Qué crees tú?", contestó él abriendo finalmente la boca.
"Err..."
"Nan Qi, ¿alguna vez lograste entender quién eres en realidad?", dijo él dando un paso hacia adelante, cubriéndola con la sombra de su alta silueta.

"Sí lo sé ...", respondió ella bajando la cabeza con aire de culpa.
Bo Yanxi resopló y dijo: "¿Entonces, con quién está casada esa mujer que se quiere divorciar sin hablar con su esposo?"
Nan Qi parpadeó confundida e inclinó la cabeza a un lado para tratar de entender su pregunta, y contestó: "Pero Sr. Bo, claro que se lo dije. Además, le expliqué todo claramente en el hospital. Yo acepté casarme por el bien del bebé. Sin embargo, en vista de que no hay niño, ¿por qué no puedo solicitar el divorcio?"
Bo Yanxi estaba tan molesto que tenía brotadas las venas de la sien. Luego le preguntó: "¿Tú crees que el matrimonio es un juego de niños?" 

Ella abrió sus oscuros ojos desorbitadamente y tras pensarlo bien le dijo: "Por supuesto que no. Es evidente que el matrimonio tiene un peso legal, pero el problema es que yo acepté casarme con usted únicamente por el niño. Por ende, como ése no es el caso y ya no existen los requisitos que deben cumplirse para contraer nupcias, nosotros debemos disolver ese nexo".
Sus razonamiento era tan lógico, que él se quedó mudo.
"¿O no es así?", preguntó ella, parpadeando sus enormes ojos con expresión de duda y sinceridad a la vez.
Bo Yanxi permaneció callado y su carácter intimidante se desvaneció al instante.
No valía la pena seguir discutiendo porque esa chica, que apenas había cumplido 20 años, aún le faltaba mucho por vivir. De hecho para la mayoría de las familias, ella sería sólo una niña malcriada.
Nan Qi no entendía nada sobre el matrimonio ni de las responsabilidades e incluso de los sentimientos involucrados en éste.
Él respiró profundo y luego dijo conteniendo la rabia: "Empaca tus cosas para que regresemos ya a la casa".
Nan Qi retrocedió unos cuantos pasos de manera inconsciente y le contestó: "Yo... yo no deseo irme de aquí. En realidad, quiero divorciarme de usted y por ello, no se vería bien que viva en su casa".
"Ya te dije que no habrá divorcio, así que vámonos ya", contestó Bo Yanxi casi a punto de estallar.
"No quiero", se negó ella con firmeza otra vez.
Él no respondió.
Tras permanecer unos minutos en silencio, Bo Yanxi se inclinó de repente, la levantó por las piernas y se la montó en los hombros.
"Ay...", exclamó Nan Qi sorprendida y preguntó: "¿Qué está haciendo?"
"Te voy a llevar a casa", respondió él.
"Estoy cocinando un hervido".
"¡Oh!"
Con el rostro impávido, Bo Yanxi entró de nuevo a la casa con ella en hombros, desconectó todos los electrodomésticos eléctricos, cerró la puerta y finalmente bajó las escaleras.
Se suponía que ella era una 'chica común y corriente' que no tenía mucha fuerza, por ello, Nan Qi no se atrevió a mostrar mucha resistencia, y permitió que él la llevara en hombros hasta el auto.
Afortunadamente, no vivía mucha gente en esa urbanización y por ello no se toparon con nadie en el camino.
Ya en el asiento del copiloto, Nan Qi dijo con tristeza: "Sr. Bo, ¿podríamos conversar? Creo que no nos estamos entendiendo".
"No habrá divorcio", contestó él. Realmente creía que no había ningún malentendido y por ello, le respondió de la misma manera.
El BMW negro se detuvo en el garaje, al llegar a Bo Villa.
Nan Qi se demoró lo más que pudo y luego se negó a salir del auto.
Bo Yanxi no perdió su tiempo hablando con ella, y utilizó la misma táctica para sacarla en hombros del auto.
Al ver semejante escena, toda la servidumbre abandonó sus quehaceres para observar con asombro lo que sucedía.
Nan Qi estaba roja de la ira y mientras él la llevaba en hombros, ella se iba halando la ropa y quejándose en voz baja: "Señor Bo, bájeme por favor; yo puedo caminar sin ningún problema".
Bo Yanxi no le prestó atención, y subió hasta el tercer piso y la arrojó en la cama.
Inmediatamente después, se aflojó el nudo de la corbata e hizo un gesto con la barbilla mientras decía: "Acuéstate ahí".
De pronto, ella frunció su carita y se colocó la mano en el trasero, moviendo la cabeza con desesperación mientras le pedía: "No quiero que me golpee".
Bo Yanxi la miró furioso y le preguntó: "¿No crees que te mereces una paliza por querer divorciarte de mí y escaparte de la casa?"
Ella respondió segura de sí misma: "Nuestro matrimonio fue un error, y lo primero que debemos hacer es corregir esa falla para poner las cosas en orden".
¡Al parecer la chica no se daría por vencida hasta que las cosas empeoraran de verdad!
Bo Yanxi levantó las cejas, estiró su largo brazo y la haló para acostarla sobre sus rodillas. Luego, levantó la mano.
"¡Ah...!", exclamó ella con la carita contraída por el susto.
"¿Sabes que actuaste mal, verdad?", preguntó él.
"Yo no cometí ningún error..." Ella sentía que su pequeño trasero estaba hirviendo y le ardía. Sin embargo, se mantuvo firme en su decisión.
"¿Vas a seguir diciendo eso?", prosiguió Bo Yanxi, mientras su pesada mano golpeaba el trasero de Nan Qi.
"Buuuu... Yo soy una mujer hecha y derecha. ¿Por qué razón me está pegando?", preguntó ella avergonzada y adolorida a la vez. Se sentía tan agraviada que sólo quería llorar.
"Porque eres mi esposa". La niña ha estado haciendo travesuras todo el día y por ello, hay que darle una buena reprimenda.
"Soy su esposa, no su hija", contestó ella, sintiéndose cada vez peor. ¿Por qué la había golpeado si podían conversar como adultos? Cuando era niña, su padre fue la única persona que le había puesto la mano encima.
Para su sorpresa, ahora que era una adulta, su esposo ya la había azotado varias veces.
Aunque no le había dolido, había sido una situación muy vergonzosa.
"¿Qué diferencia hay entre una hija y tú?", preguntó Bo Yanxi.
Ella no supo qué responder a su pregunta.
De hecho, no se había percatado de la gravedad de lo que estaba pasando, hasta que escuchó las palabras de Bo Yanxi. En todo momento, él estaba pendiente de lo que ella comía, bebía y hasta le daba una mesada. También la había ayudado a revisar los resultados de sus exámenes, a solicitar el ingreso a la universidad, y le había comprado ropa para premiarla...
¿Pensaba que estaba criando a una hija?
Al parecer, el señor Bo le estaba dando el amor que ella no había podido disfrutar con su propio padre.
Nan Qi estaba tan avergonzada que se cubrió la cara y dijo: "Ya soy una mujer adulta y no puede tratarme como a una niña".
Bo Yanxi ya no estaba de humor para seguir escuchándola, y siguió azotándola. Luego le preguntó: "¿Aún quieres divorciarte?"
Finalmente, él cayó en cuenta de que Nan Qi era demasiado inmadura para entender la situación.
Por ello, como no se podía razonar con ella, no tenía otra opción sino darle una lección.
Nan Qi gritó adolorida, pero sin prometerle nada, e insistió: "Pero Sr. Bo, de no haber sido porque estaba embarazada, jamás me habría casado con usted. Por lo tanto, debemos divorciarnos".
Esas palabras terminaron de sacarlo de quicio. Bo Yanxi le dijo con mirada fría y un tono gélido: "En mi familia, los hombres enviudan, jamás se divorcian. Tú decidiste casarte conmigo por voluntad propia y ahora quieres divorciarte. Desafortunadamente, ya es muy tarde para arrepentirte. ¿Qué crees que va a decir mi familia? ¿De verdad, pensaste que podías irte cuando te diera la gana?"
"Yo...", trató de decir ella, aunque sabía que se había equivocado. Por eso, sólo bajó la cabeza muy afectada y frunció los labios.
"¿Qué di*bl*s es lo que quieres?", le preguntó Bo Yanxi suavizando la voz, porque se calmó un poco al ver la expresión de su rostro. Luego se frotó las sienes en señal de impotencia.
¿Cómo pudo pensar tan siquiera por un momento que podía casarse con una chica tan ignorante?
"El divorcio", contestó rápidamente Nan Qi.
Se hizo un silencio en la habitación.
Mientras Bo Yanxi seguía en silencio, de pronto alguien abrió la puerta.
Bo Haodang entró como una fiera y levantó su bastón para intentar golpear a Bo Yanxi, mientras lo reprendía: "Muchacho, ¿qué hiciste? ¿Por qué tu esposa quiere divorciarse de ti sin motivo? Las últimas ocho generaciones de nuestra familia no recibieron ninguna instrucción, y nos costó mucho que uno de nosotros se casara con una estudiante ejemplar. Sin embargo, ahora tú quieres alejarla, ¿verdad? Por el bien de Nan Qi, decidí dejar unos días más a tu primo en prisión. ¿Acaso no te da pena conmigo y con nuestros ancestros?"