Capítulo 26
1836palabras
2023-02-08 10:18
"Sí, sí, sí. Tiene razón, señor Bo...". El empleado al que Yanxi había sermoneado asintió de forma obsecuente y se puso muy nervioso. En su interior maldecía por haber abierto la boca. Estaban hablando del examen de ingreso a la universidad, ¿por qué tenía que meterse en la conversación?
"Una muchacha en mi familia también rindió el examen de ingreso a la universidad y se ubica entre las veinte mejores calificaciones de la provincia S. Tanto la Universidad Huaxia como la Universidad de la Ciudad Capital se la disputan, y hasta le ofrecieron becas completas", prosiguió Yanxi.
Se hizo un largo silencio, nadie sabía qué decir. 

Con razón el señor Bo se había enfadado, tenía un hijo en la misma situación. 
Pero si solo tenía treinta años, ¿cómo era que tenía un niño en edad universitaria? Tal vez había sido padre de adolescente, por lo que se conocía de él, no sería nada extraño que tuviera un hijo ilegítimo.
"El hijo de un pariente".
Al ver sus extrañas expresiones, Yanxi intentó disimular.
De repente, el señor Sun recordó que después de la reunión matutina hacía unos días, Yanxi había dicho que quería revisar los puntajes cuando se publicaran, no esperaba que el insensible presidente de la compañía se preocupara tanto por sus familiares. De inmediato tomó el periódico y se lo mostró con respeto.
"Señor Bo, ¿cómo se llama el hijo de su pariente? Los veinte mejores puntajes se anunciaron hoy, si obtuvo una beca completa, debería estar entre los tres primeros. Mire, aquí está Nan Qi, ella tiene la mejor calificación en el examen de ingreso a la universidad".

"¿Quién es?". Yanxi levantó la vista confundido.
El señor Sun se sobresaltó, y le mostró la página donde decía: "Escuela Secundaria Noah, Clase 8, Grado 3, Nan Qi, mujer".
¿Qi era el mejor promedio del año en el examen de ingreso a la universidad?
No lo podía creer. No era de extrañar que las principales universidades compitieran por ella y le ofrecieran becas, algunas intentaban convencerla de que se quedara con ellos. Los resultados de la muchacha eran descomunales.

"Señor Bo, ¿se encuentra bien?", el señor Sun preguntó con cautela.
"Estoy bien". 
Recobró el sentido y respiró hondo para calmarse. Luego cogió el periódico y entró en su oficina. Después de confirmar y reconfirmar que en verdad se trataba de Qi, llamó a Yan Tang y le pidió que alquilara un lujoso salón de banquetes.
"Señor Bo, ¿se encuentra bien?", el señor Sun preguntó con cautela.
"¿Se firmó el contrato con el Reino de St. Dhia? ¿No estábamos todavía en tratativas?". El asistente estaba confundido.
"Mi esposa es la mejor estudiante del examen de ingreso a la universidad", declaró Yanxi con aires de superioridad.
"¿Cómo?".
"Que mi esposa es la mejor estudiante de este año, obtuvo la máxima calificación en Ciencias Integrales". Yanxi tomó el periódico y le señaló el nombre a Yan para que lo leyera.
El asistente estaba tan sorprendido que casi se le cae la mandíbula, no era de extrañar que el notorio señor Bo quisiera casarse con ella, estaban ante una mujer fuera de lo común. 
"Señor Bo, es muy simple organizar un banquete de celebración. El problema es cuánto quiere que haga por ella".
"¿Crees que no vale la pena festejar los logros de mi esposa con un banquete?", Yanxi cuestionó con una actitud desafiante.
"Los que no lo conocen no saben que su esposa tiene veinte años, piensan que se trata de un… un pasatiempo especial. Además, ¿no iba a proteger a su esposa? Con una reunión como tal, es imposible ocultar que están casados", le explicó aún desorientado.
Yanxi lo miró, se apoyó despacio en el respaldo de la silla y juntó las manos sobre las piernas.
"Yo... yo... ¿Dije algo malo?". Se le erizó la piel y retrocedió unos pasos. 
"¿Qué tipo de regalo le gusta a una chica de su edad?". 
Yanxi resopló y buscó en internet alguna opción. Después de revisar las alternativas, marcó el número del señor Cao. "Este año la señora es la mejor alumna en el examen de ingreso a la universidad, obtuvo la máxima calificación en Ciencias". 
Tang Yan no podía creer que estaba fanfarroneando frente al amo de llaves.
"No hace falta que prepares una fiesta, solo algunos regalos sencillos para ella... Por supuesto, ropa, carteras y joyas... Es posible que no esté acostumbrada, así que no tienes que esmerarte demasiado, colócalos en la habitación de al lado... Dile que son de parte mía por el éxito en el examen".
Cuando terminó de dar órdenes, volvió a mirar a Yan y le recordó: "Mi esposa es la mejor estudiante del examen de ingreso a la universidad". 
¿Estaba Bo Yanxi tratando de presumir ante él?
Después de un momento de silencio, el asistente lo felicitó por el logro que la señora Bo había obtenido.
"Mmm, prepara algunos dulces y distribúyelos entre los empleados, diles que mi chica es la mejor". Por fin se lo veía satisfecho, Tang Yan no esperaba que una persona como su jefe, que siempre había mantenido un perfil bajo, tuviera la idea simple y vulgar de presumir a su esposa. 
Si los hermanos del Noveno Ejército se enteraban, la reputación del rey Devil definitivamente quedaría destruida.
......
"No hace falta que prepares una fiesta, solo algunos regalos sencillos para ella... Por supuesto, ropa, carteras y joyas... Es posible que no esté acostumbrada, así que no tienes que esmerarte demasiado, colócalos en la habitación de al lado... Dile que son de parte mía por el éxito en el examen".
En el restaurante del hotel, Haodang y Qi conversaban mientras esperaban los platos, el tema de la charla era, más que nada "los niños". Cuando le preguntó sobre el control prenatal a la muchacha, el abuelo del bebé se puso nervioso.
"¿De dónde sacó el médico ese mocoso? ¿Es confiable? Un embarazo no es un resfriado, planeo contratar a un médico del hospital de St. Dhia. El lugar donde vives no es muy grande y hay demasiadas personas allí. ¿Por qué no te mudas a la vieja casa de la familia? Allí tendrás todo lo que necesitas".
El robusto mayordomo se acercó, hizo una reverencia respetuosa, sacó una pequeña libreta y se dispuso a tomar nota. "Señora, ¿qué platos le gustan? ¿Tiene alguna preferencia sobre el personal doméstico?".
Qi no supo qué responder, así que Haodang reflexionó por un momento y tomó la decisión por ella. "Por supuesto, inviten a los chefs de las ocho principales cocinas, incluidos los de comida occidental y del sudeste asiático para que el menú cambie periódicamente. Contraten médicos, niñeras, guardaespaldas y conductores. Ah, por cierto, también una nutricionista, y no olviden de conseguir un piloto confiable para que lleve a nuestra señora de compras en caso que quiera hacerlo en el extranjero".
Qi pensó que había visto muchas cosas en la vida, pero en ese momento, se dio cuenta de que todavía le faltaban muchas otras: estaba aprendiendo cómo era ser rico y caprichoso. Pero la lista de Haodang no había terminado allí, todavía sentía que no era suficiente.
"Qi, ¿tienes algún otro pedido? No entiendo la manera que las jóvenes de ahora se entretienen, pero dime lo que te gusta y se lo pediré al mayordomo", insistió. 
Qi se sentía muy indefensa. 
"Sr. Bo, si en verdad me ama, espero que pueda dejarme vivir a mi manera. Soy adulta y puedo cuidar bien de mí y de mi bebé".
"¿Cómo puedes decir eso? El bebé en tu vientre es el preciado bisnieto de nuestra familia, un futuro erudito destacado. Si algo sale mal, ¿cómo se lo voy a explicar a mis antepasados?".
Qi se sentía frustrada, era como si ella fuera solo un instrumento para dar a luz al niño. 
"No quiero guardaespaldas, choferes, ni médicos, quiero ser como tantas otras embarazadas en el mundo. Siento mucha presión. El médico dijo que este es un embarazo es delicado y que puedo tener un aborto espontáneo, así que será mejor que me respeten", susurró con tristeza y cabizbaja.
Ni bien mencionó "aborto espontáneo", Haodang se puso nervioso y retrocedió. "Está bien, está bien, haré lo que dices. Haremos lo que quieras, pero no te avergüences si tienes que pedirme algo, te lo compraré. Y si Yanxi no quiere... Mayordomo, ¿cómo va la cadena de tiendas de té con leche?".
Qi ya no sabía cómo explicárselo, como ella volvió a negarse, Haodang renunció a regañadientes a la idea de adquirir la cadena de casas de té, pero estaba resuelto a no aceptar la devolución del millón de yuanes. La muchacha tenía miedo de que se le ocurriera otra cosa, así que tuvo que aceptarlo.
Qi no supo qué responder, así que Haodang reflexionó por un momento y tomó la decisión por ella. "Por supuesto, inviten a los chefs de las ocho principales cocinas, incluidos los de comida occidental y del sudeste asiático para que el menú cambie periódicamente. Contraten médicos, niñeras, guardaespaldas y conductores. Ah, por cierto, también una nutricionista, y no olviden de conseguir un piloto confiable para que lleve a nuestra señora de compras en caso que quiera hacerlo en el extranjero".
Qi pensó que había visto muchas cosas en la vida, pero en ese momento, se dio cuenta de que todavía le faltaban muchas otras: estaba aprendiendo cómo era ser rico y caprichoso. Pero la lista de Haodang no había terminado allí, todavía sentía que no era suficiente.
"Qi, ¿tienes algún otro pedido? No entiendo la manera que las jóvenes de ahora se entretienen, pero dime lo que te gusta y se lo pediré al mayordomo", insistió. Qi se sentía muy indefensa. 
"Maestro Bo, si en verdad me ama, espero que pueda dejarme vivir a mi manera. Soy adulta y puedo cuidar bien de mí y de mi bebé".
"¿Cómo puedes decir eso? El bebé en tu vientre es el preciado bisnieto de nuestra familia, un futuro erudito destacado. Si algo sale mal, ¿cómo se lo voy a explicar a mis antepasados?".
Qi se sentía frustrada, era como si ella fuera solo un instrumento para dar a luz al niño. "No quiero guardaespaldas, choferes, ni médicos, quiero ser como tantas otras embarazadas en el mundo. Siento mucha presión. El médico dijo que este es un embarazo es delicado y que puedo tener un aborto espontáneo, así que será mejor que me respeten", susurró con tristeza y cabizbaja.
Ni bien mencionó "aborto espontáneo", Haodang se puso nervioso y retrocedió. "Está bien, está bien, haré lo que dices. Haremos lo que quieras, pero no te avergüences si tienes que pedirme algo, te lo compraré. Y si Yanxi no quiere... Mayordomo, ¿cómo va la cadena de tiendas de té con leche?".
Qi ya no sabía cómo explicárselo, como ella volvió a negarse, Haodang renunció a regañadientes a la idea de adquirir la cadena de casas de té, pero estaba resuelto a no aceptar la devolución del millón de yuanes. La muchacha tenía miedo de que se le ocurriera otra cosa, así que tuvo que aceptarlo.