Capítulo 63
732palabras
2023-01-17 09:30
Nerviosa, Elissa miraba el edificio familiar en el que una vez trabajó: la Compañía Raymond. No sabía por qué Benjamin la había llamado de repente para encontrarse con ella aquí. ¿Se disculparía? Tal vez no. Negó con la cabeza y entró al edificio.
Los empleados se sorprendieron al verla; algunos, que eran sus amigos, se emocionaron y la saludaron con afecto. Ella también se alegró de verlos, pero les hizo saber que había venido solamente para hablar con Benjamin, no volvía a formar parte de la empresa.
Caminó hacia la oficina del director ejecutivo y llamó a la puerta antes de entrar. "¡Adelante!", gritó Benjamin desde el interior.
Respiró hondo y entró. Benjamin levantó la mirada hacia ella con una expresión tranquila en su hermoso rostro. “Elissa, gracias por venir".
Con una sonrisa forzada, se sentó frente a él. Había estado tantas veces en esta oficina, notificando a su jefe sobre sus próximas reuniones. "Entonces, ¿para qué me has llamado?"
“Primero, me gustaría disculparme contigo. Actué impulsivamente sin siquiera saber la verdad. Lo siento mucho, Elissa".
Hubiera querido reírse a carcajadas. ¿Qué estaba pasando? Todos se disculpaban esperando que los perdonara. ¿Era así de simple?
Suspiró, mirándolo directamente a los ojos. "¿Eso significa que ahora me crees que no entregué esos diseños?"
Él asintió. "Sí, me hicieron saber que fue alguien de esa empresa quien lo hizo. Debo decir que Amanda Hayes también está involucrada”.
Otra vez Amanda. ¿Tanto la odiaba? Elissa no estaba enojada; Amanda había obtenido su merecido. Se había enterado por Carson, quien ahora estaba en su apartamento con la excusa de ver a Lia, que enviaron a Amanda y a Kimberly a un centro de rehabilitación en el extranjero.
"¿Cuándo te enteraste?", preguntó Elissa.
“Hace unos días. Estaba en Ciudad B por temas personales y no podía ocuparme de temas laborales”.
Elissa asintió, sin hacer nuevas preguntas. "Entonces, ¿me perdonas?", preguntó con una sonrisa nerviosa.
“¿Por qué creen que después de cometer un error y de lastimar intencionalmente pueden pedir perdón? ¿Creen que todo estará bien?”, preguntó ella.
Benjamin se quedó sin palabras. Se movió incómodo en su silla. “Sr. Benjamin Raymond, para mí no es tan simple. Su disculpa no me devuelve ni el orgullo ni la reputación. No puedo perdonarlo".
"Gracias por decirme la verdad", dijo seriamente mientras se levantaba de la silla. Cuando se dio vuelta para irse, Benjamin la detuvo.
“Elissa, por favor. ¿Puedes volver a trabajar para mí? ¿Puedes volver a ocupar el cargo de jefa de diseño?"
Elissa se tensó y apretó los labios. No podía entender a estos hombres: cuando creyeron que estaba equivocada, la descartaron, y ahora que sabían la verdad, eran amables. Tanta hipocresía la enfureció. "No, gracias. No quiero volver a trabajar contigo”.
Tras decirlo, empujó la puerta y se dirigió hacia el ascensor sin saludar a sus amigos por última vez. Benjamin la siguió a toda prisa mientras los empleados observaban con curiosidad.
Elissa caminaba ligero, ignorando a Benjamin que la llamaba desde atrás.
Él corrió y, finalmente, la tomó de la mano, obligándola a detenerse. "Espera, por favor", dijo sin aliento, demorándose en volver a respirar normalmente.
"Benjamin, no deseo volver a trabajar contigo".
“Está bien, lo entiendo, no voy a obligarte. ¿Ya tienes otro trabajo?"
“No”, dijo ella avergonzada.
“Elissa, esta empresa te necesita. Yo te necesito. Eras nuestra mejor empleada y diseñadora, lamento profundamente haberte acusado ese día. Elissa, este trabajo está hecho para ti”.
Elissa lo miró, sopesando qué debería hacer. No tenía trabajo, estaba desempleada. Criar sola a su hija no iba a ser fácil y pronto se quedaría sin dinero. No estaba segura de su decisión de regresar a Ciudad B, Lia no quiere irse de aquí.
"A Georgina no le gustará y no quiero problemas…"
“Ella no creará ningún problema, te lo aseguro. Además, ya no trabaja aquí”.
“Es tu prometida, Benjamin. Que trabaje aquí no es el problema, solo quiero que no me acuse de... seducirte".
Benjamin asintió sonriendo. "Eso no pasará, confía en mí. ¿Considerarías volver?”
“Necesito tiempo para pensarlo”, afirmó Elissa. "Te notificaré mi decisión". Se despidió y comenzó a irse, pero Benjamin la detuvo otra vez.
"Ella no es mi prometida, ya he dejado en claro quién me gusta, Elissa", dijo con determinación, mirándola directamente a los ojos.
El corazón de Elisa dio un vuelco, sabía lo que él quería decir. "Que tengas un buen día".