Capítulo 45
1359palabras
2023-01-17 00:01
"¿A dónde irás, Eli?", interrogó Jonathan. Durante dos días, se dio cuenta que Elissa se estaba comportando muy raro. Salía y se demoraba varias horas. No le habría parecido extraño si su ausencia tuviera que ver con su trabajo, pero como ella estaba desempleada, sintió curiosidad de saber en qué ocupaba su tiempo. 
"Hermano, te conté que encontré un empleo. Siempre voy para allá", explicó Elissa, pero Jonathan no quedó muy convencido de sus palabras. ¿Qué clase de trabajo le pedía a su personal que se reunieran en horas inusuales? Pero, él no quiso ahondar más en el tema porque creía en ella y sabía que no haría ninguna tontería. Elissa se dio cuenta de que él estaba angustiado y se sintió mal por decirle mentiras. "Tranquilo, hermano. Encontraré el dinero para el tratamiento y salvaré a Lia". 
"Sé que lo harás, Eli", afirmó, guardando sus preguntas. Elissa se despidió con un beso de Lia, quien estaba durmiendo, luego ella se marchó de la clínica. 

Elissa estaba molesta porque Carson la contactaba cada vez que le provocaba estar con ella. No importaba si era la madrugada o la medianoche. Elissa sentía que a él le agradaba burlarse de ella de esa forma y como había accedido a sus condiciones, no podía negarse. Parando un taxi, le dijo al chofer la dirección de la estancia de Carson. 
Estuvo en la finca en treinta minutos. Eran las ocho de la mañana y a ella le inquietaba el motivo de su llamada. Aunque lo más probable era que fuera para tener s*xo, lo habían practicado con mucha frecuencia. A Elissa no le gustaba aceptarlo, pero le encantaba hacer el amor con él. Ella pensaba que tal vez era porque no lo había hecho durante tres años y que por esa razón sus hormonas estaban alborotadas. 
Ella presionó el timbre, y aguardó a que él abriera la puerta. Un instante después, apareció la cara de Carson. Estaba usando solo pantalones elegantes negros, y su pecho estaba obscenamente desnudo. A Elissa le faltó el aire y desvió sus ojos para no caer en la tentación. Apartando su extraña manera de ser, Carson era un sujeto muy apuesto, y cuando estaba sin ropa se veía más sensual. 
En el rostro de Carson se dibujó una sonrisa al notar que Elissa se había sonrojado. "Por favor, entra", indicó. Cerró la puerta luego de que ella ingresó. 
Elissa no preguntó por qué él la había llamado, ya que a ella no se le permitía hacerlo. Aguardó a que Carson le explicara porque ella no tenía nada de qué hablar. Entonces, él sujetó su muñeca, como siempre lo hacía, y la llevó hasta la sala de estar, que estaba ubicada después del recibidor. "¿Desayunaste?", cuestionó. 
"No lo hice". Elissa había estado atareada atendiendo a Lia, además, ella casi nunca desayunaba. Él la soltó cuando ingresaron en el antiguo comedor que estaba pegado a la cocina. 

"Siéntate", dijo y Elissa obedeció. Él salió del lugar y ella lo esperó curiosa. Entonces, Carson apareció cargando una fuente y la puso sobre la mesa del comedor. Había un plato con huevos, tocino y pan con queso.  
"No tenías que preparar todos estos alimentos", expresó ella, posando su mirada en el plato porque sus pequeños actos de cortesía provocaron que su corazón se emocionara. Ella solo pasaría un mes con él, así que las cosas que él hiciera no deberían alborotar sus sentimientos. 
"Si no te alimentas bien, ¿cómo harás para estar conmigo en un rato?", dijo bromeando, lo que provocó que ella volteara a mirarlo. A ella se le pusieron las mejillas rojas y susurró algo suavemente. 
En ese momento, Carson sonrió para sus adentros y expresó: "Vamos a hacer lo que nos interesa". 

Pasadas dos horas...
Luego de bañarse, Elissa se colocó el traje hacia atrás y se peinó el cabello para organizarlo. Después de comer, en el momento en que Carson habló de sus actividades juntos, tuvieron s*xo. A Elissa le dolía el cuerpo pero no estaba angustiada por eso. Observó a Carson, quien la veía fijamente a través del espejo, él estaba tendido en la cama desnudo. La manera como la observaba hizo que su cuerpo se excitara. Eso no le pasaba antes. El tiempo que estuvieron casados, su vida sex*al era muy tierna. Carson era muy respetuoso y dulce, pero ahora se comportaba de forma autoritaria. Y eso a ella asombrosamente le encantó. 
Cuando acabó de arreglarse, se levantó del tocador y se dirigió a buscar su cartera. "Dime, ¿ahora te vas a tu casa?", interrogó fisgoneando. 
Mientras ella organizaba las cosas en su cartera negó con la cabeza. "Entonces, ¿para dónde irás?", preguntó para saber un poco más. En ese momento, Elissa lo miró con una expresión seria: "Lo que yo haga con mi vida no es tu problema, Carson". Estaba harta de tener que decirle a los hombres sobre su ubicación. Parecía que nadie creía en su palabra y eso la hacía enfadar. 
En el rostro de Carson apareció una expresión lúgubre y la vio con seriedad. Antes de que él pudiera responder algo, ella añadió: "Nuestro convenio trata acerca de venderte mi cuerpo. No dejaré que te inmiscuyas en mi vida privada o que sepas para donde voy". 
Él crujió sus dientes y no comentó nada. Ella agarró su cartera y se marchó rápidamente del dormitorio, caminando hacia la puerta principal. 
...
Luego de varios días... 
Para resolver el dinero de la intervención quirúrgica, solo les quedaba un día. Por fortuna, Carson transfirió la suma acordada esa mañana. Elissa estaba muy sonriente cuando supo que ya lo tenía, así que sin perder tiempo, se dirigió a la clínica. Jonathan fue con ella, feliz porque Elissa había solucionado todo, pero también estaba angustiado porque no sabía cómo su hermana menor había conseguido una suma tan grande en tan pocos días. 
Cuando llegaron a la clínica, Elissa se dirigió a la oficina del Dr. Travis para informarle que ya tenía el dinero. Tocó la puerta de vidrio y cuando el médico dijo que ingresara, ella se dispuso a entrar al lugar.  
"Hola hermanos Williams", dijo el médico con una sonrisa en los labios. 
"Ey, hola, doctor". 
"Llegaron bastante temprano... la sonrisa en sus caras me hace pensar que traen excelentes noticias", expresó el especialista a modo de broma. 
Elissa hizo un gesto de afirmación con la cabeza y sus ojos soltaban destellos de alegría. "Ya tengo el dinero, doctor. ¿Cuándo se puede realizar la cirugía?". 
"¡Maravilloso, señorita Williams!", dijo el médico sonriendo. Luego añadió: "Conversaré con los directores sobre su caso, y hoy acordaremos la fecha de la intervención, que posiblemente se realice mañana". 
"Muchas gracias doctor. Luego de este procedimiento... mi hija se curará, ¿cierto?", interrogó Elissa con inseguridad y con miedo por la salud de Lia. 
"Puede estar segura de eso, señorita Williams. ¡Tu hija se va a curar! Las probabilidades de que la intervención sea exitosa son muy altas". 
Elissa y Jonathan intercambiaron sonrisas llenas de felicidad y una vez más le dieron las gracias al doctor. Luego, se marcharon del consultorio para ir a la habitación de Lia. 
Entonces, Jonathan le preguntó: "Eli, ¿puedes sacarme de una duda?". 
"Sí, dime, hermano". 
"¿Cómo hiciste para conseguir el dinero?". 
Elissa se quedó callada por un momento, su cuerpo se puso rígido y entendió que su hermano deseaba saber la verdad. Él no le creería si le contara que se lo dieron en el trabajo. Elissa se giró en su dirección y con una expresión de justificación dijo: "Confías en mi persona, ¿cierto?". 
Su rostro se apaciguó, "Tú sabes que sí. Pero Eli, ¿te metiste en algo...?". 
"Para nada, hermano. Es un asunto difícil de explicar. Solo te pido que creas en mí, ¿lo harás? No hice nada que perjudicara a nadie". 
Jonathan se dio cuenta de lo renuente que ella estaba, así que la dejó tranquila. Tomó aire profundamente e hizo un gesto de aceptación con la cabeza. "De acuerdo. Pero te diré algo, si te involucras en cualquier aprieto, siempre contarás con mi ayuda". 
En el rostro de Elissa apareció una sonrisa y luego le dio un fuerte abrazo. "Yo lo sé, hermano".