Capítulo 74
941palabras
2023-01-31 00:01
El tiempo pasó rápido porque en un abrir y cerrar de ojos ya era sábado en la noche. A las 8 en punto, entré de la mano de Tony al salón donde se realizaría el banquete de celebración.
El lugar estaba lujosamente decorado, y una melodía elegante se escuchaba en todo el recinto. Asimismo, había muchos invitados vestidos de manera impecable y glamorosa. Al ver esa puesta en escena, no pude evitar sentirme en un ambiente surrealista.
En menos de un mes, pasé de ser una mujer descuidada e inferior a una segura de sí misma, y vestida con un traje de fiesta y joyas costosas.
Solía tener miedo de asistir a los banquetes, pero ahora estaba en esa celebración sin temor alguno, aunque aún sentía un poco de nerviosismo dentro de mí que logré disimular muy bien.
Lo más importante era que cuando estaba al lado de Tony, los ejecutivos que venían a saludarlo me veían con gran admiración y lo elogiaban sin dudar, afirmando que yo era una mujer atractiva, con buen gusto y muy valiosa.
Esas palabras me ayudaron a sentirme más segura de mí misma y yo sentía que ya me había adaptado a ese tipo de eventos.
Obviamente, Tony estaba muy acostumbrado a estar en esas celebraciones. Yo permanecí a su lado apoyándolo y escuchándolo hablar con los patrocinantes sobre los últimos acontecimientos de la industria del cine durante ese año. Sin embargo de pronto sentí un ligero malestar estomacal, y me incliné para susurrarle al oído lo que sucedía. Acto seguido, me excusé y me fui al baño tranquilamente.
Astepon me había enseñado normas de etiqueta y afortunadamente, el arduo trabajo que había realizado esa semana no había sido en vano. Al menos yo creía que había logrado presentarme como una persona educada y decente.
Tan pronto entré al cubículo del retrete, escuché las voces de Amelie y Galiliea que venía entrando al baño.
"Acabo de ver a Meita y el vestido que tiene parece un traje hecho a la medida. En realidad, quisiera estar equivocada", indicó Galilea.
Después de unos segundos de silencio, escuché el sonido del agua correr.
"¡Bueno! Tiene la cintura muy ancha y en realidad no se le ve bien ese vestido tan lujoso. De hecho, no puede ocultar su baja ralea con toda esa ropa y joyas costosas, porque la mona aunque se vista de seda, mona es y mona se queda", comentó Amelie destilando envidia, y después agregó: "De verdad no sé qué es lo tiene Tony en la cabeza. ¿Por qué escogió a una mujer tan fea como Meita para que lo acompañara al banquete? No importa cuánto maquillaje se ponga, lo cierto es que nunca me va a llegar ni a los talones".
"Jajajaja...", se carcajeó Galilea durante un rato y añadió: Ella es por lo menos el doble de tu talla".
Me senté en el retrete, tratando de contener la rabia que siento por dentro, y al final logré controlarme.
En ese momento estaba ahí como la pareja de Tony, y si me peleaba con ella en el baño, todos se darían cuenta, y él quedaría en ridículo ante los demás.
Tras pensar en eso, cerré los ojos y respiré profundamente, rezando fervorosamente para que ambas se fuesen.
Sin embargo, al parecer ellas creían que estaban en un salón de belleza, pues siguieron conversando.
"En serio, parece un gran tractor negro y me parece muy cómica la manera como se contonea cuando camina", dijo Galilea.
"¡Ay! Me hiciste recordar algo. ¿Te acuerdas de sus fotos en traje de baño?", se burló Amelie con saña y añadió "La pobre estaba tan desesperada que entró al baño de caballeros a espiarlos. ¡Qué lamentable su actitud! Ah pero nunca voy a olvidar la imagen de su mirada avergonzada suplicando clemencia, cuando la tenían agarrada por la cabeza. Ella es realmente patética. Mucha gente debió haberla visto en esa situación, y por eso no entiendo cómo Meita tiene el valor de aparentar que nada de eso sucedió y continúa trabajando en nuestra empresa".
Por un momento me sentí aturdida y experimenté una puntada fría y dolorosa en el pecho, como si me hubiesen clavado un cuchillo.
Realmente ellas sabían cómo minar mi seguridad y la confianza en mí misma, pues estaban reabriendo heridas que acababan de sanar pero que estaban empezando a sangrar de nuevo.
Escuché otro estallido de risas al otro lado de la puerta, pero en ese momento, no sabía si estaba enojada o triste.
"Tú eres la estrella de la noche en este banquete", escuché nuevamente la voz de Galilea, quien después agregó: "Mientras que Meita está destinada a ser el hazmerreír de todos. Por supuesto, ella está tratando de quitarse ese estigma, pero el destino de algunas personas es estar siempre en el elenco de reparto. Por ello no entiendo, ¿cómo se atreve a competir con la protagonista? ¡De verdad que su actitud es triste y patética!"
Amelie rio triunfante y dijo: "Espera y verás. Esta noche voy a hacerla quedar en ridículo y ¡así podré deslumbrar aún más a todos!"
"Jaja, realmente estoy esperando con ansias el momento del baile porque sin duda, ella va a sorprender a todos los invitados. ¡Jijiji! ¿Quién no querrá ver a esa ballena moviéndose con torpeza en la pista de baile? ¡Ése será un espectáculo digno de ver!.."
Terminó la conversación y por fin suspiré aliviada.
Debo admitir que me dolieron sus palabras, pero no iba a dejarme abrumar por eso. ¡Por supuesto que no pensaba rendirme tan fácilmente!
Amelie quería ponerme en ridículo en la fiesta, pero yo no podía permitir que se saliera con la suya, ¿verdad?