Capítulo 64
687palabras
2023-01-21 00:01
"Es Tony", dije al tiempo que le lanzaba una mirada incómoda.
"Adelante, responde su llamada. Yo resolveré este pequeño problema", repuso al tiempo que me hacía una seña para que contestara el teléfono.
Luego se movió y se sentó más erguido. Puesto que mi cabello estaba enredado en los botones de su camisa solo podíamos movernos al unísono. Finalmente apoyé mi cabeza en sus muslos y me tendí en la cama. Tuve que atender la llamada telefónica en esa incómoda posición.
"¡Hola, Meita!", me saludó con gran alegría. Al parecer aquel día le había deparado alguna sorpresa agradable.
"Buenas noches, Tony", contesté mientras Aspeton tiraba de mi pelo.
Astepon trataba de desenredar mi cabello con brusquedad, como si fuera un inanimado ovillo de hilo. Tal vez había olvidado que estaba unido a mi cuero cabelludo. El dolor que sentía era cada vez más intenso.
"¿Ya cenaste?", me preguntó Tony muy emocionado. "Mi jornada de trabajo terminó temprano. Te extraño".
"Sí. Estoy a punto de comer", dije nerviosamente.
"¿Trabajaste horas extras hoy? Ya son las 8 en punto", me preguntó en tono sospechoso.
"No, no lo hice, pero sufrí un ligero contratiempo".
Le confié a Tony los problemas que había tenido mientras trataba de soportar con estoicismo el dolor que Astepon me causaba en el cuero cabelludo. Para atenuarlo movía mi cabeza incesantemente. De repente advertí que mi cabeza estaba apoyada sobre algo que se endurecía gradualmente.
Floreció como un hongo después de la lluvia, alcanzando toda su longitud al cabo de un rato. Ahora se mostraba fiero y triunfante, regodeándose en todo su poder y majestuosidad.
Al frotarlo con la cabeza escuché con claridad el grito que lanzó Astepon.
¡Dios mío, acababa de percatarme de que estaba acostada en su zona íntima!
Me sonrojé y traté de levantarme de inmediato. Había olvidado que mi cabello seguía enredado en los botones de su camisa.
"¡Maldición!", exclamé con rudeza. Luego me cubrí la cabeza y me acosté en su regazo. Podía sentir una masa palpitante debajo de mi cabeza.
La verdad era que mi cabeza reposaba en aquella masa. De repente, una sensación de calor se esparció por todo mi cuerpo de un modo incontrolable mientras pensaba en una serie de emocionantes posibilidades.
De repente se escuchó la voz de Tony a través del teléfono. "¿Qué sucede?", preguntó con preocupación..
"¡Nada! Acabo de ver una cucaracha grande, eso es todo", respondí mientras le hacía señas a Astepon para que fuera a mi tocador y trajera unas tijeras para cortar los mechones de cabello enredados en los botones de su camisa.
Noté que me escrutaba. Incapaz de adivinar sus pensamientos, evadí su mirada.
Aquella reacción fisiológica suya era algo completamente normal; seguramente no le prestaría demasiada atención a mi comportamiento.
"Entiendo", dijo Tony en tono relajado. "Estaré de regreso el viernes por la tarde. ¿Qué te parece si vamos a cenar el viernes por la noche? Yo...".
En ese momento no lograba concentrarme en lo que me estaba diciendo, pues me veía forzada a moverme simultáneamente con Astepon. Avanzamos hasta el tocador, medio en cuclillas y arrastrando los pies.
No podía recordar dónde había dejado las tijeras, así que me veía forzada a doblar las piernas en una incómoda postura mientras mantenía la cabeza reclinada en su pecho. Comencé a buscar las tijeras en el tocador mientras sostenía el teléfono en la mano.
Entretanto él me ayudaba a buscar las tijeras en silencio.
Por fin logré encontrarlas en el cajón y lancé un suspiro de alivio. Sin embargo, había estado en cuclillas durante tanto tiempo que al intentar ponerme de pie mis piernas no me sostuvieron y caí. Automáticamente aferré su cintura con la mano en la que sostenía las tijeras. ¡Ahora mi rostro estaba justo entre sus piernas!
Había vuelto a suceder. ¡Una vez más estaba literalmente frente a su virilidad!
Sin embargo, a diferencia de lo que había sucedido la última vez en el baño, esta vez gimió de dolor.
Entonces se oyó la voz fría e inquisitiva de Tony a través del teléfono. "¿Qué estás haciendo? ¿Acaso estás en compañía de un hombre en tu habitación?", preguntó.