Capítulo 43
1310palabras
2022-12-15 10:35
Ahora quería desaparecer entre la multitud porque mi participación en el programa Beauty Makeover era un secreto. Por lo tanto, si me encontraba con alguien que conocía en esta fiesta, el secreto saldría a la luz. ¡Cosa que no quiero!
¡Tengo muchas ganas de huir, pero mis instintos me decían que el hombre ya venía hacia mí!
Entonces entré en pánico y pensé, ¿cómo le explico por qué estoy aquí? ¿Debo ser honesta o hacer de cuenta que estoy aquí por error?

Pero el tiempo que tenía para pensar era muy corto, porque ya podía escuchar el sonido de pasos deteniéndose detrás de mí.
—Buenas noches, hermosa muchacha —dijo el chico a mis espaldas.
Como respuesta cerré los ojos, gemí por dentro y me di la vuelta, avergonzada:
—B-buenas noches, Tony.
Así es, el hombre que acababa de decir mi nombre en medio de la multitud era mi colega: Tony, el director del proyecto.
Noté que vestía un elegante traje negro, sostenía una copa de champán y me sonreía.

¡Dios sabe por qué tenía que encontrarme justo con él aquí! ¡Espera! ¿Por qué estaba aquí?
Al pensar en esto me quedé atónita por un momento, y de repente me di cuenta de que esto es lo que quiso decir cuando dijo: 'Nos vemos esta noche'.
Para ser honesta, Tony no era una persona atractiva a primera vista. Por el contrario, su carisma se descubría lentamente al pasar tiempo con él.
Sin duda, Tony era uno de los hombres más carismáticos de la multitud, aunque no el más brillante. No tenía mucho contacto con él, pero estaba muy impresionada porque cuando nos conocimos no me despreció por mi gran tamaño y reconoció mi capacidad de trabajo.

Además, era conocido como el soltero de oro de la compañía, y sabía que muchas chicas estaban enamoradas de él. Por ejemplo, Galilea había expresado su admiración por Tony. Pero, ¿por qué había aparecido en esta ocasión? ¿Acaso también era mentor del Beauty Project?
—¿En qué estás pensando? ¿Por qué tus ojos se apagan? —al decir esto Tony de repente se inclinó hacia mí, su cara estaba a solo centímetros de la mía, e incluso pude oler el gel de su cabello.
Entonces entré en pánico y di un paso hacia atrás para poner algo de distancia entre nosotros.
—¿Qué estás haciendo aquí? —pregunté confundida—. Esto es...
Pero en vez de terminar la frase me quedé vacilando. Para ser honesta, no lo conocía bien y no estaba preparada para contarle mis secretos.
—¡Adivina! —me respondió en un tono travieso, y luego incluso me guiñó un ojo.
Dios, realmente no esperaba que Tony fuera una persona diferente fuera del ámbito laboral. ¡Su tono de voz y comportamiento, tan vivaz y divertido, era completamente diferente de la seriedad que mostraba en el trabajo!
Entonces di unos pasos rápidos y titubeantes hacia atrás y balbuceé: —Lo siento, tengo una misión personal que cumplir.
No hace falta decir que también entré un poco en pánico, luego me di la vuelta y fui rápidamente en la otra dirección. Pero no me imaginé que Tony me alcanzaría de nuevo. De hecho, me siguió y se rio suavemente: —¿Tienes una misión que cumplir? Déjame adivinar, ¿tu tarea es saludar a las personas de manera proactiva y hablarles amablemente?
¡Él realmente había adivinado lo que estaba haciendo! Aceleré un poco por la sorpresa, pero el camino que tenía delante llegó a su fin. ¡Si seguía más lejos, chocaría contra la pared!
Finalmente, no tuve más remedio que detenerme frente a una mesa cerca de la esquina, y Tony, naturalmente, se detuvo a mi lado.
—¿Me tienes miedo? —preguntó.
—¡No! —respondí apretando la esquina de mi abrigo y respondiendo en voz baja—. Estoy un poco incómoda con la situación.
—Je... —Inmediatamente escuché que Tony soltaba una risita y, por un momento, me sentí aturdida. 
¿Qué estaba pasando aquí? ¿Tony se estaba riendo de mi actuación? ¿Estaba fingiendo ser amistoso conmigo porque nos vimos en la oficina antes? ¿Acaso sería como Hayden, un hombre hipócrita?
Pero los recuerdos dolorosos que me traía pensar en Hayden eran algo en lo que no quería enfocar mi mente y, al darme cuenta de que Tony y Hayden eran probablemente el mismo tipo de personas, elegí huir.
Entonces corrí hacia la multitud con sentimientos encontrados, pero escuché la voz sorprendida de Tony detrás de mí:
—¡Espera! ¿Entendiste mal algo?
No logré alejarme mucho porque Tony me alcanzó rápidamente. Entonces miré a mi alrededor un poco incómoda y me di cuenta de que nadie nos estaba prestando atención, lo que relajó un poco mis nervios.
—¿Mi comportamiento te hizo sentir incómoda? —preguntó seriamente Tony, luego de pararse frente a mí. 
No quise responder a esa pregunta, así que desvié la mirada de la mesa hacia el postre y respondí con un simple silencio.
—Lo siento, no fue mi intención —dijo Tony—. Simplemente me pareces linda.
Escuchar esas palabras me dejó aturdida por un momento.
¿De qué estaba hablando? ¿Acaso está diciendo que era linda? ¡Debía estar imaginándolo!
—Has cambiado mucho. Recuerdo la primera vez que te conocí, parecías muy asustada. En el segundo encuentro te volviste mucho más confiada y, para ser honesto, cuando te vi hoy en la oficina editorial casi no te reconocí porque tu apariencia y temperamento han cambiado mucho —continuó Tony. Luego explicó que no quiso ofenderme al reírse. Finalmente, agregó que estaba dispuesto a ser mi compañero de conversación.
A todo esto, no me había dado cuenta de que era una persona tan habladora, y no tenía idea de qué decirle.
Luego, justo cuando estaba tan avergonzada que no sabía qué responder, escuché a Tony decir de nuevo: —No me malinterpretes. Trabajamos en la misma empresa y no tiene nada de malo ayudar a un colega.
Francamente, estaba tentada a rechazarlo porque estaba actuando con demasiado entusiasmo, lo que me daba un poco de miedo, pero no sabía cómo expresarle con tacto mis sentimientos. Mientras dudaba,  miraba hacia la entrada del salón de banquetes ¡y vi una figura familiar entrando!
¡Era Astepon! ¿Cuándo había vuelto a salir? Y... ¿por qué estaba con otra mujer, y encima que tenía un cuerpo tan atractivo? ¿Y por qué esa mujer sostenía cariñosamente su mano?
La mujer de pie junto a Astepon se veía exquisita y hermosa, tenía el cabello grueso y alisado, y su piel un bronceado muy saludable que la hacía lucir llena de energía. Además, su cuerpo era muy sexy: tenía buenos senos, cintura esbelta, caderas rectas y brazos con líneas musculares suaves, lo que era claramente el resultado de muchos ejercicios.
Y ni que hablar de su rostro, que le daría a cualquier mujer, incluida yo, un complejo de inferioridad.
Para ser honesta, cuando vi a Astepon con su brazo alrededor de ella y una sonrisa amable en su rostro, me sentí mal por dentro, como si hubiera comido un limón muy amargo.
Mientras caminaban entre la multitud, naturalmente se conviertieron en el centro de atención. Inmediatamente escuchó a mucha gente a mi alrededor elogiando a Astepon y a la mujer, diciendo que son perfectos el uno para el otro.
Al oír esto me sentí aún más incómoda. Aunque no hacía mucho tiempo que conocía a Astepon, le tenía admiración y cariño. Después de todo, era un hombre encantador, y siempre estaba ahí para mí cuando estaba en problemas, como un ángel, resolviendo todo tipo de dificultades. 
Sin embargo, tenía claro que no era lo suficientemente buena para Astepon ya que le gustaban las mujeres como esas: guapas y elegantes. Por mi parte, creo que nunca en mi vida me convertiría en una mujer así.
Solo una mujer tan hermosa como ella podía ser digna de un hombre como Astepon.
Cuando pensé en ello, no pude evitar alegrarme de que mis sentimientos por Astepon no sean particularmente profundos y de que podía evitar salir lastimada.