Capítulo 84
1931palabras
2023-01-20 00:01
"¡Vaya... eso es genial!, ¿cómo se siente?, yo solo tengo los sentidos promedio de un humano, lo cual apesta", se quejó, mirando al suelo ligeramente.
"Supongo que es como haberse transformado, pero sin la parte de transformarse, si es que eso tiene sentido", le expliqué, entrecerrando los ojos mientras pensaba en una mejor explicación, esa era una vieja costumbre.
"Ojalá los míos fueran así", murmuró: "No habría tenido que revisar todas las cosas de mi hermano para averiguar si había robado mi diario, seguro lo habría atrapado en un minuto", luego se cruzó de brazos y pataleó de manera infantil.

"No todo es tan bueno como parece", añadí: "Hay momentos en los que realmente desearía no tener los sentidos tan agudos, en especial el olfato", me sentía asqueada al recordar cosas que hubiera preferido mantener alejadas de mi mente.
"Ay... lo siento, debe ser difícil", dijo al tiempo que se estremecía y abría los ojos de forma cómica, y luego gorjeó: "¡Vamos a comer algo!" ¡Dios, esta chica parecía bipolar!
"Claro", dije, y la seguí mientras le preguntaba con mucho interés: "¿Cuánto tiempo llevas aquí?"
"Desde el día 20, mis padres me obligaron a venir con mucha antelación, lo único que les importa es que encuentre a mi pareja, parece que se quisieran deshacer de mí", respondió sin darle mucha importancia, como si lo hubiera repetido muchas veces.
"¿Quiénes son tus padres?", le pregunté mientras caminaba a su lado.
"Los beta de la manada Blue Diamond", refunfuñó, y me quedé atónita, todos sabían que esa manada eran una de las más importantes, solo por debajo de la manada Full Moon, la cual era la más grande y poderosa del mundo.

"Wow…", tragué saliva: "Supongo que no debe ser fácil", luego sonreí con tristeza y me di cuenta, por su expresión facial, que no le gustaba llamar la atención.
"Sabes...", comenzó: "Eres la primera persona que no ha intentado hacerse mi amiga para conseguir una posición más poderosa, por eso me agradas", me miró con una sonrisa, y yo se la devolví mientras tomaba un plato limpio y lo llenaba de waffles y muffins.
Ella se quedó mirando mi plato con una expresión extraña en su rostro.
"¿Cómo es que comes tanto y estás tan delgada?", preguntó sin dejar de mirar mi plato con asombro; yo me reí y sacudí mis hombros emocionada.

"Simplemente tengo un metabolismo muy rápido", dije con una sonrisa, y la arrastré a una mesa libre.
"No puedo creerlo", se quejó con los ojos llenos de celos, luego explicó mientras tomaba una fresa y la ponía en su boca: "Tengo que mantener una dieta muy estricta, de lo contrario, terminaré engordando más kilos de los que puedo bajar".
"No es justo", añadió, clavando su tenedor en una pera, y yo no pude evitar reírme, me hacía gracia su sufrimiento, pero ella hizo un puchero y dejó salir un pequeño gemido de su boca.
"Deja de burlarte de mi tristeza", se quejó, al tiempo que me pinchaba con el tenedor.
"Vale, vale, vale", me reí, levantando mi mano en señal de rendición: "Pero tampoco hace falta que me mates". El resto del desayuno lo pasamos entre risas, comida y charlas, como si fuéramos amigas desde hace mucho tiempo; bromeamos sobre los temas más aleatorios, hasta que anunciaron que todas las chicas se debían presentar en el auditorio.
"¿De qué crees que se trate?", me preguntó Avery preocupada, ese era su nombre, parecía como si estuviera desesperada por salir corriendo del edificio.
Y, francamente, yo me sentía igual.
"No tengo idea, ni siquiera sé dónde se encuentra el auditorio", respondí con expresión de confusión, ¡al menos podrían habernos avisado antes!
"Yo sé dónde es, pero no quiero ir, ¿y tú?", preguntó mientras se pasaba las manos por su cabello color rojo fuego.
"Yo tampoco, pero estoy segura de que llamarán a lista y será un problema", suspiré, dejándome caer contra la pared, en este momento, realmente me hubiera gustado poder huir.
"¡Atención! ¡Todas las chicas os debéis presentar en el auditorio en cinco minutos! ¡Todas las chicas!", volvió a enfatizar la misma voz por los altavoces.
"Parece que no tenemos elección", se quejó Avery, frotándose la frente, y yo sacudí la cabeza mientras caminaba detrás de ella; cruzamos varios pasillos hasta que nos detuvimos frente a una gran puerta, y cuando la empujamos para abrirla, entramos en una gran sala, llena de sillas y con un escenario enorme al frente.
Miré alrededor, había muchas chicas, era como un mar de cabellos rubios, castaños, negros y rojos, lo cual me pareció j*didamente extraño; aunque cada una parecía venir de un lugar diferente, tenían los rasgos típicos de un lobo metamorfo, la estructura corporal musculosa pero delgada, los reflejos ágiles y todas las otras características.
Entonces la vi, era la típica rubia estadounidense, con brillantes ojos azul marino, cabello ondulado de color rubio blanquecino y un cuerpo de modelo, tan delgado que causaba terror.
Era Jamilah, esa p*rra del infierno.
Había ido a la secundaria con ella, era la 'abeja reina' de la escuela, todo el mundo estaba bajo su hechizo, excepto yo; era la única que veía a través de su falsa apariencia. Jamilah no era una de esas 'z*rras', o la típica abeja reina, era muchísimo peor; el tipo de persona que deberías evitar a toda costa, se aliaba con todos sin que nadie lo supiera, y se aseguraba de que la amaran.
Si alguien no se ponía de su lado, entonces esa persona se tendría que enfrentar a un infierno, ella le haría la pelota al resto de los alumnos, haría que le tuvieran lástima, y luego contratacaría usando a todos los demás para hacer presión social, la había visto en acción. Recuerdo a un chico, Jarrod, que la vio besando al novio de su mejor amiga, así que fue y se lo dijo, y la chica pronto se convirtió en su ex mejor amiga, al igual que su novio; ese mismo día, Jamilah les dijo a todos que él estaba mintiendo para tratar de separarla de Melanie.
Todos le creyeron, y le tiraron m*erda a Jarrod por 'mentir' y tratar de separar a dos chicas que eran prácticamente hermanas; sin embargo, yo le creí a él, por lo que Jamilah me consideró una potencial amenaza, porque aunque no era tan popular como ella, aún así yo tenía poder sobre algunas de las personas más influyentes de la escuela.
El club de medios.
Yo era la jefe del club y controlaba la radio de la escuela, informaba sobre eventos estudiantiles importantes, fiestas y otras cosas; también tenía que grabar videos, así que instalé cámaras por toda la escuela, sabía que el beso de Jamilah había quedado grabado desde dos ángulos, y ella no podía hacer nada al respecto.
Sin embargo, decidí que no me metería con el sistema social de la escuela, así que le ayudé a Jarrod diciéndole a todos los del club que él había confundido a Jamilah con Melanie, porque ambas tenían el cabello rubio y del mismo tono, lo cual fue suficiente para convencerlos, y pronto se corrió la voz de que todo había sido un error.
El problema es que Jamilah nunca superó el hecho de que yo tuviera más poder en esa época, ¡por lo que todavía me guardaba mucho rencor!
Cuando me miró, primero vi sorpresa en sus ojos, pero al instante se convirtió en celos, y luego en ira; Melanie seguía a su lado, como siempre, pero ahora tenía el cabello teñido de un color rojo fuego brillante, al menos así era más fácil distinguirlas.
"¡Allí!", Avery señaló unos asientos cerca de uno de los extremos del escenario, asentí con una sonrisa y caminé entre la gente, tratando de no tropezar con nadie; nos acomodamos en nuestros lugares, miré alrededor y vi que ya todos se comenzaban a sentar, y el bullicio finalmente se calmó.
Un hombre tomó su lugar en el podio y alguien del público se aclaró la garganta.
"Buenos días, chicas, es maravilloso teneros hoy a todas aquí, estoy seguro de que sabéis por qué habéis venido, ¿no es así?", preguntó el hombre en el podio con una sonrisa mientras miraba a la multitud, y todas las chicas aplaudieron, e incluso algunas gritaron de la emoción.
"¡Excelente! ¡Estoy seguro de que todas vosotras estáis ansiosas por conocer a vuestras parejas, así que comencemos!", vitoreó y aplaudió; entonces se escuchó un crujido entre las cortinas a su derecha, luego un hombre pequeño y regordete apareció y le entregó un papel al que estaba en el podio.
"Ahora voy a leer las fechas en las que se extraerán las muestras de sangre de cada una de vosotras, va en orden alfabético según vuestros apellidos", esta vez habló con menos entusiasmo; estoy segura de que no quería leer todos esos nombres, ¡diablos, yo tampoco querría!, éramos cientos de chicas.
"Si alguna no escucha su nombre, se debe reportar en la oficina principal, donde le informarán la fecha y hora de su Par Odor Lux", continuó el hombre con un tono casi robótico.
"Aquí vamos. El día 23, a las 10:00 a.m., será el turno de Jenna Abbey, Louise Abfort, Victoria Adonics, Sarah Agoura, Miley Amar", dejé de prestar atención mientras llegaba a la letra 'E', y pasó un tiempo terriblemente largo hasta que mencionó apellidos que empezaban con esta letra.
"Freya Eastwood, Julia Ensergaret, Halaria Estapol. El día 25, a las 3:00 p.m. será el turno de Leera Evans, Samantha Ezaret", y no me molesté en seguir escuchando, ya había dicho mi nombre.
El día 25, a las 3:00 p.m., extraerían mi muestra de sangre, y ya no tenía escapatoria, tan pronto como descubrieran quién era mi pareja, lo contactarían y le darían todos los detalles sobre mí, le entregarían las cajas con mis pertenencias, e incluso agregarían más detalles y fotos mías solo por gusto.
Estaba condenada para siempre.
"Lee, ¿estás ahí? ¡Tierra a Lee! ¿Hola?", sentí una mano que me abofeteaba suavemente, lo cual me sacó de mis pensamientos.
"Creo que no podremos escapar de esto", exclamé con tristeza, Avery tampoco quería conocer a su pareja, pero tenía una razón completamente diferente a la mía; ella solo quería vivir una vida de fiestas, mientras que yo no quería ser controlada, ni tampoco perder mi libertad.
"No te preocupes", sonrió débilmente: "Saldremos adelante, con o sin una pareja a nuestro lado", parecía que estaba tratando de convencerse más a sí misma que a mí; sin embargo, era bueno saber que había alguien más que no creía necesario un hombre a su lado para vivir una buena vida; el hecho de que fuéramos chicas no significaba que no pudiéramos vivir sin una pareja.
Era una idea tan sexista que me daba asco.
"Vámonos, ya no hay nada que hacer aquí, mejor disfrutemos de nuestra libertad mientras dure; de todos modos, también me extraerán la muestra de sangre el día 25, pero a las 4:00 p.m.", me dijo ella mientras me arrastraba fuera de la sala. La mayoría de las chicas hablaban de que su pareja sería un alfa o alguien poderoso, pero esto era muy poco probable; había alrededor de 70 manadas en todo el país, lo que significaba que solo había 70 alfas, y la mayoría seguramente ya tenía su pareja, así que la suerte no estaba de su lado.
Intenté salir con Avery de la sala llena de chicas, pero entonces me di cuenta de que estábamos atrapadas; había guardias apostados en cada puerta, y muchísimos más en la entrada.
Ahora la sala se había convertido en una prisión.