Capítulo 51
1070palabras
2022-12-15 17:17
“No me importa qué fue eso, Damen. No estamos juntos, así que puedes estar con quien quieras y yo también. Tampoco tienes que explicármelo porque, a decir verdad, no quiero saberlo ¿vale? Haz lo que quieras”. Cogí el cuchillo y seguí cortando las fresas.
“¿Y si quiero que estemos juntos? ¿Y si quiero explicarte todo y comenzar de nuevo? ¿No importa lo que yo quiero?”, preguntó.
“Perdiste todos esos derechos cuando me rechazaste”, respondí sin voltear a verlo. Cogí las fresas cortadas, las coloqué en un recipiente y se las di a Evangeline para que comenzara a comer. Mientras volvía a la tabla de cortar con las fresas que sobraron, Damen extendió la mano y me sujetó del brazo. Sentí un cosquilleo a lo largo de mi brazo y mi cuerpo entró en un frenesí. Lo único que podía pensar era en poner mis manos en su cara y besarlo con pasión, pero la imagen de él y la p*ta de mi hermana juntos fue todo lo que necesité para quitarme las dudas y controlar mis hormonas. ¡Est*pidas hormonas de lobo!

“Tendremos que hablar de esto algún día, Cassidy. Quiero que regreses, cometí un error al rechazarte. Fui inmaduro y est*pido. Debería haber corrido hacia ti cuando te encontré en mi cumpleaños, pero mi pad…”, comenzó a explicar, pero se detuvo cuando Riley entró en la habitación.
“¡Así que!”, gritó, dando una fuerte palmada que nos hizo saltar a los dos. Damen se apresuró a soltarme y volví a la tabla de picar a toda prisa. “¿Qué hay para desayunar? ¿Y también me puedes dar una aspirina?”, me pidió.
“Sí, claro. Espera”, respondí. Saqué yogur de la nevera para los dos y unas aspirinas también para ambos. Le entregué su yogur y añadí las fresas al mío. Ambos ignoramos a Damen por completo, pero una parte de mí deseaba que hubiera terminado su oración hace un momento. Creía que estaba a punto de explicarme todo… ¡Un momento! ¿Por qué me importaba cuál era su razón? Él me había rechazado, fin de la historia. No me importaba cuáles hubieran sido sus motivos, él había elegido seguir siendo un mujeriego en vez de a su compañera.
“Te veré en el entrenamiento…”, se despidió mientras caminaba hacia la puerta. Parecía herido y un poco enfadado, como si sufriera al vernos a Riley y a mí juntos. Sentí una pizca de culpa por todo el dolor que le estaba causando, pero recordar mi propio dolor fue todo lo que necesité para olvidarlo.
“¿Qué fue todo eso?”, Riley me preguntó una vez que Damen se había ido. Una parte de mí estaba triste por verlo irse, pero otra parte estaba feliz de que se hubiera ido. Era como si estuviera dividida en dos y cada mitad quería lo contrario.
“No estoy segura”, respondí sin ser muy precisa y volví a comer mi yogur. Fingí estar concentrada en mi comida y Riley, siendo tan intuitivo como era, vio a través de mi mentira. No obstante, en lugar de obligarme a hablar, se limitó a decir que se lo contara cuando me sintiera lista. ¿Lista…? ¿Qué quería decir con esto? ¿Cuando estuviera lista para decirle que había pasado? ¿Cuando estuviera lista para superar a mi compañero? ¿Cuando estuviera lista para aguantar verlo con mi hermana? Porque verlos juntos nunca dejaría de dolerme… ¿Qué estaba pensando? Ya no podía sentirme mal conmigo misma por culpa de Damen.

‘‘Despierta, Cassidy. ¡Eres mejor que todo esto!’, me regañé a mí misma. Era justo lo que temía que sucediera cuando volviera a la manada. Que volviera a ser la antigua Cassidy, la que era pisoteada por el resto, la que era empujada por todos y era débil. Ya no era esa chica, yo era más fuerte que este est*pido vínculo. Damen no podía controlarme así.
Las cosas tenían que cambiar, comenzando por el entrenamiento.
 
Punto de vista de Briella

Todo estaba volviendo a la normalidad
La llegada de mi compañero había hecho que mis planes retrocedieran unos cuantos pasos, pero ahora descubrí que podía hacer que esto funcionara a mi favor. Supe que él era mi compañero en el momento en que entró en el claro con la mocosa de Cassidy en sus brazos. Sin duda alguna, era su padre. No podía negar que me dolía pensar que había tenido una hija con alguien que no fuera yo, su compañera, pero nunca planeé estar con él, así que no tenía derecho a sentirme dolida por algo así. Me sentía un poco culpable por haber elegido no estar con él, tal vez él no esperaba que su compañera hiciera algo así, pero toda la culpa y el dolor valdrían la pena al final.
Había puesto la trampa esta mañana en la cocina. Cuando vi a Damen solo, mirando las escaleras que llevaban a la habitación de Cassidy, me apresuré a hacer mi jugada. Él no se dio cuenta de que estaba frente a él hasta que fue demasiado tarde y ya había tirado de él para darle un beso. De pronto, Cassidy entró muy feliz en la cocina. Lo había planeado todo a la perfección, ya la había escuchado y sabía que Damen estaba distraído porque también la había oído. Puse mis brazos alrededor de su cuello para que pareciera un beso de verdad y también para sostenerme porque, cuando la sorpresa inicial del beso pasó, él me sujetó de los brazos e intentó empujarme. Sin embargo, no tuvo que intentarlo por demasiado tiempo porque Cassidy no tardó en llegar y solo entonces lo solté. Él se quedó boquiabierto mientras yo le sonreía a Cassidy. Una expresión de dolor se formó en su rostro, pero la ocultó con una dura coraza que ya sabía controlar. ¿Por qué había tenido que volver?
Tras nuestro breve intercambio de palabras, salí de la cocina y los dejé solos, pero esto no fue todo lo que dejé atrás. Había dejado la semilla de la duda en la cabeza de Cassidy. Sin importar si ella hubiera pensado que Damen había cambiado o no, mi pequeño beso hizo que pareciera que seguía siendo el mismo. Me había asegurado de que Cassidy nunca se interpusiera en mi camino. Mi plan estaba de nuevo en marcha.
Había echado a perder mi plan la primera vez, pero esta vez nada se interpondría en mi camino.
Mi plan funcionaría y me convertiría en la Luna de esta manada dentro de poco tiempo.