Capítulo 43
971palabras
2022-12-15 17:04
Punto de vista de Cassidy
¿De dónde demonios había salido todo eso? Yo nunca hablaba así… Fue como si mi voz se hubiera llenado de algún tipo de energía que me había hecho sentir poderosa… Casi como si fuera yo quien estaba a cargo de ellos… Bueno, sí que me había hecho cargo de todo. Sonreí. Nunca me había defendido así, no frente a todos ellos. Siempre me desahogaba después con mi madre a solas, o estos últimos meses con Riley. Sus caras de asombro habían hecho que valiera la pena el viaje de vuelta. No sabía si estaban sorprendidos por mi repentina aparición, por el hecho de que no estaba muerta, o porque también era una metamorfa y una muy fuerte. Quizás era por el hecho de que había lanzado a su débil Alfa a través del claro con una patada, aunque también podría haber sido por tener una hija… ¿Tal vez había sido todo lo anterior combinado? Era lo más probable, habían experimentado varias etapas de conmoción. No pude evitar soltar la carcajada que había estado conteniendo tras ver sus caras.
Me dejé caer de espaldas sobre mi antigua cama, riendo. Riley se limitó a sostener a Evangeline en sus brazos mientras me miraba como si estuviera loca. “¡Sus ca… Sus caras eran tan… tan di-divertidas!”, tartamudeé entre risas. Él también soltó unas cuantas carcajadas y Ev se unió a nosotros por alguna razón. Su risa era aguda y muy linda.

“Estaba viendo todo desde la casa, ¡y estaban tan sorprendidos que creo que algunos de ellos incluso se c-a-g-a-r-o-n en los pantalones! Y si no lo hicieron cuando llegaste, ¡de seguro lo hicieron cuando pateaste a ese Alfa a través del claro!”, exclamó Riley. Deletreó la mala palabra de nuevo para evitar que Ev la repitiera.
“¡Bueno, nunca debió haber intentado atacarme en primer lugar! ¿No sabía las consecuencias de atacar a una mujer metamorfa? ¿Y a una que no sabía si había recibido algún tipo de entrenamiento? ¿Te parece justo? ¿Crees que un Alfa debería actuar así? Ellos están para proteger a los miembros de su manada. Bueno, esa fue toda la protección que pudo ofrecer. ¿Y viste lo fácil que fue vencerlo? ¡¿Puedes creerlo?! Se supone que los Alfas son más fuertes que la mayoría y él estaba muy por debajo de eso. Fue como patear una almohada…”. Divagué hasta quedarme sin aliento y por fin me quedé en silencio para respirar.
“¡Mamá!”, mi niña medio gritó al oído de Riley mientras se estiraba hacia mí. Él me la entregó y mi pequeña sonrió feliz.
“¿Cómo se sintió? ¿Por fin sacar todo eso de tu sistema?”, preguntó Riley después de que me calmara de mis risas y desvaríos.
“Me sentí muy empoderada”, respondí casi contenta. “Sentí como si yo fuera el Alfa y ellos tuvieran que escucharme. Se sentía tan natural y…”. Me quedé en silencio. “¿Sabes a lo que me refiero?”, le lancé una pregunta retórica.
“Para nada”. Riley se rio, sacudiendo la cabeza y respondió de todos modos. “Pero, hablando en serio, Cass. Ahora eres su legítima hembra Alfa…”, me recordó. “Creo que hoy usaste tu voz de Luna. Aunque no deberías haber sido capaz de usarla porque tú y Damen no os habéis apareado…”. Gruñí, pero me ignoró. “Ni nunca lo harán”. Me relajé ante esto último. “No deberías haber sido capaz de tener acceso a tu voz de Luna todavía. Tal vez si estuvieras marcada o algo así sería posible, pero no lo estás, así que… No sé cómo lo hiciste”.

“Yo tampoco. Fue como si mi loba estuviera sincronizada conmigo a la perfección y todo encajara en su sitio. Estaba destinada a liderar, lo siento en mis huesos. Mi loba quería demostrar su dominio y creo que fue ella la que logró usar la voz de Luna para demostrarlo”, expliqué mi hipótesis.
“Supongo que nunca lo sabremos”. Se encogió de hombros. “Vamos, tengo hambre. Cocina algo para mí, por favor”, dijo medio ordenando y medio pidiéndomelo.
Me reí y acepté. Llevé a Evangeline al piso inferior entre mis brazos mientras Riley cargaba la silla para bebé que habíamos traído con nosotros en la mañana. Habíamos salido cerca de las nueve de la mañana después de empacar todo y acomodar a Evangeline. Luego llegamos a las once, cuando mi madre nos había dicho que comenzaría el funeral. Supuse que habíamos llegado en el momento perfecto. No podíamos arriesgarnos a que nadie supiera de antemano que iba a hacer la entrada que hice. Jake y mi madre nos habían recibido. Supuse que ella le había dicho a mi hermano que yo estaba viva. No nos dijimos nada debido a la falta de tiempo, pero le di un abrazo rápido. Después, salieron corriendo hacia el funeral porque llegarían tarde. Debió haber sido una escena extraña, la familia de luto llegó tarde.
Senté a Ev en su silla y comencé a buscar algunos ingredientes para cocinar. De repente, me detuve y le pregunté a Riley: “¿Te parece bien una lasaña?”. Él asintió emocionado. Entonces, sonreí y seguí buscando, pero no encontré mucho. Si esto era todo lo que tenían, debía ir a comprar más cosas. Supuse que tendría que trabajar con los pocos ingredientes que había aquí. ¿También debía cocinar para la manada? Pensé que sí. Mientras preparaba la comida, algunas personas comenzaron a acercarse a la cocina poco a poco. Parecía que les gustaba lo que olían. Incluso yo tenía que admitir que olía bien.

“¿Qué estás preparando?”, preguntó un miembro de la manada con timidez. Parecía de mi edad o tal vez mayor. Su cabello rojo y rizado, su cara llena de pecas y sus ojos verdes contrastaban con el cabello castaño y ojos marrones de la mayoría del resto de la manada. Si no me equivocaba, se llamaba Charlie o algo así…