Capítulo 38
1334palabras
2022-12-01 15:38
El punto de vista de Stella.
"Quiero probarte, Stella". Dijo Tyler, mientras su mirada estaba fija en la mía para ver mi reacción. Por lo que, me quedé con la boca abierta. No podía referirse a lo que yo creía que era.
Me percaté de que mis labios se habían separado y mi boca se encontraba abierta.

"Aquí abajo". Él contestó a mis pensamientos y metió su mano entre mis piernas. Esta experiencia debe impresionarle porque intentó contener su sonrisa.
Fruncí el ceño y su dedo llegó a tocarme, haciendo que soltara un suspiro. El dedo de Tyler dio suaves golpes sobre mis pliegues mientras seguía mirándome a los ojos.
"Estás excitada". Su voz era más ronca que de costumbre. Su aliento caliente me rozó la oreja y me pasó la lengua por el lóbulo.
"¿Podrías decir algo para que no sienta que soy el único que quiere esto, aunque sé que no es cierto?" Sonrió y me retorcí mientras aplicaba más presión en mi zona sensible.
No podía hablar porque mi cuerpo ardía por su contacto. Él retiró su mano y yo gemí.
"Por favor... no pares". Me quejé.

"Bueno, ¿por qué no hablaste como te dije?" Me preguntó de golpe y retrocedí. No quería a este Tyler, quería al Tyler risueño y juguetón.
"Me distrajiste". Dije y me moví para sentarme pero él se levantó y se sentó sobre mí, apoyando su peso en sus rodillas separadas.
"Entonces, ¿quieres que lo haga?" Sabía que él era consciente de que sí, solo quería que lo dijera en voz alta.
Asentí con la cabeza y él movió el dedo de un lado a otro.

"Quiero que lo digas, si no lo haces, me voy a casa". Dijo y se bajó de mis rodillas.
Me puse a analizar los pros y los contras de esta situación. La humillación de decirle a Tyler que quería que me besara ahí abajo, ¿valdría la pena que lo hiciera para experimentar esa sensación?
Si se sentía tan bien como lo que me hizo Tyler con sus dedos el otro día, entonces sabía que lo valía. Estiré la mano y le agarré el hombro para evitar que se alejara más de mí.
"Bien, quiero que lo hagas". Suspiré vencida.
"¿Quieres que haga qué, Stella?" Tiene que estar bromeando. ¡Sabía exactamente lo que quería que haga!
"Ya sabes... Bésame". Dije y su sonrisa se amplió. Se inclinó y me plantó un beso en los labios.
"¿Es eso lo que querías?" Sonrió y le di un manotazo en el brazo. Iba a hacerme rogar.
"Bésame ahí..." Me sonrojé y me cubrí la cara con las manos. Él las apartó, riéndose y yo fruncí el ceño. "¡Me estás avergonzando a propósito!" Fruncí el ceño. Sus manos seguían sobre las mías.
"Lo sé, lo siento. Te dije que quiero probarte, y te voy a hacer sentir tan bien". Murmuró contra mi abdomen. Mi pulso latía en mis oídos y olvidé por un momento que estábamos en el sótano y que mis gemidos podrían ser escuchados por la tía Lucy y Debra. Por suerte, era una casa grande.
Me sonrió embobado antes de bajar su boca y besar justo debajo de mi ombligo. Su lengua recorrió mi piel y mis ojos se cerraron. Me pellizcó la suave piel que cubría mi cadera y grité de sorpresa. Succionó la piel entre sus labios. Me dolió, pero había algo tan sensual en ello que no me importó el dolor.
"Tyler, por favor". Suspiré. Necesitaba algo para aliviar su lenta tortura de provocaciones. Sin previo aviso, su lengua presionó mi piel, haciéndome gritar de placer. Me dio pequeñas caricias con la lengua y mis manos apretaron el edredón de la cama.
Me retorcí bajo su hábil lengua y él apretó más sus brazos, sujetándome. Sentí el roce de los dedos de Tyler junto con las caricias de su lengua y el ardor empezó a crecer en mi abdomen.
Sin mi permiso, deslizó lentamente un dedo en mi interior, pero lo introdujo con suavidad. Cerré los ojos con fuerza, esperando que la incómoda punzada desapareciera.
"¿Estás bien?" Levantó ligeramente la cabeza. Sus carnosos labios brillaban por mí.
Asentí, sin poder decir nada, y él retiró el dedo con lentitud y lo volvió a introducir. Se sentía increíble en combinación con su lengua. Gemí y pasé mi mano por su suave cabello, enroscando mis dedos y jalando de el.
No paraba de introducir y sacar su dedo lentamente. Los truenos retumbaban en la casa, resonando en las paredes, pero yo estaba demasiado entretenida para preocuparme.
"Tyler". Gemí cuando su lengua encontró ese punto tan sensible y empezó a lamerlo con suavidad. Me imaginé a la mujer que acababa de ver en su teléfono y mi cuerpo se sintió lleno de placer y satisfacción. Así que esto era lo que ella sentía cuando ese hombre le hacía lo mismo.
Miré de reojo a Tyler, quien se veía muy sexy entre mis piernas, los duros músculos que tenía se contraían mientras él metía y sacaba su dedo de mi interior.
"¿Debería hacerte venir?" Me preguntó. Por lo que, yo me quejé por el abandono de su lengua y asentí frenéticamente.
Entonces él sonrió y volvió a tocarme con la lengua, pero esta vez con movimientos rápidos en el lugar que tanto me gusta, y en otros sentidos.
"Oh, Dios". Respiré y él soltó un gemido sobre mi piel, enviando las vibraciones hacia mi interior. Mis piernas se endurecieron y murmuré su nombre una y otra vez mientras me sentía extasiada.
Se me nubló la vista y cerré los ojos. Tyler me abrazó y pasó su lengua a un ritmo más rápido. Aparté la mano que tenía en su cabello y me cubrí la boca con ella, mordiéndola para asegurarme de no gritar.
Segundos después, mi cabeza golpeó la almohada y mi pecho empezó a agitarse mientras intentaba recuperar el aliento. Mi cuerpo seguía padeciendo el intenso estado de éxtasis en el que me encontraba. Apenas fui consciente de que el cuerpo de Tyler se movía en la cama y se tumbaba a mi lado.
Se apoyó sobre su codo y acercó su pulgar para acariciar mi mejilla. Entonces me hizo volver a la realidad e intentó hacerme hablar.
"¿Qué tal estuvo?" Preguntó, su voz contenía un matiz de incertidumbre mientras yo giraba la cabeza para mirarlo.
"Mmmm..." Asentí con la cabeza y él se rio. Fue increíble, muchísimo más que eso. Ahora sabía por qué todo el mundo hace este tipo de cosas.
"Así que te gustó". Me dijo. La yema de su pulgar rozó mi labio inferior. Saqué la lengua para mojarme los labios y toqué el pulgar de Tyler.
"Gracias, Tyler". Sonreí con timidez. "Te agradezco que me hayas enseñado todo lo que necesitaba saber". No sabía por qué me sentía tímida después de lo que acabábamos de hacer, pero así era. Tyler me había visto en mi estado más vulnerable, un estado que nadie más conocía y que me aterrorizaba tanto como me excitaba.
"Debí haberte preparado antes de usar mis dedos. Intenté ser suave". Se disculpó y yo negué con la cabeza.
"No te preocupes, se sintió bien". Me sonrojé. Él sonrió y me acomodó el cabello detrás de la oreja.
Me recorrió un pequeño escalofrío y Tyler frunció el ceño. "¿Tienes frío?" Preguntó, y yo asentí. Entonces me sorprendió levantando el edredón de un lado y cubriendo mi cuerpo casi desnudo.
Con una extraña sensación de cercanía, tuve la valentía de acercarme a él. Sus ojos me miraron con atención mientras yo enroscaba mi cuerpo y apoyaba la cabeza sobre su duro vientre.
Su piel estaba más fría de lo que esperaba, aún se sentía la brisa de la tormenta en la habitación. "Puedes quedarte esta noche, Tyler. La tormenta está empeorando".
"Me iré cuando pare la tormenta". Dijo y luego jaló el edredón para cubrir nuestros cuerpos.
Tarareé y me dio un beso en la frente hasta que cerré los ojos y me quedé dormida.
...