Capítulo 32
1507palabras
2022-11-02 16:01
Gracie
Él me confundía; en el pasado, no importaba cuánto le suplicara, nunca mostró misericordia.
Entonces, ¿por qué estaba siendo tan amable conmigo ahora?

Siempre pareció disfrutar de mis súplicas; de hecho, sabía que todavía lo disfruta, siempre parecía excitarlo y ponerlo cachondo cuando le rogaba.
Pero aquí estaba ahora, tratando de consolarme a su manera obsesiva, pero aun así, lo estaba intentando.
Sus dedos pasaban suavemente por mi cabello. Todavía no estaba acostumbrada a este lado amable, la intensidad y ferocidad de él me ponían la piel de gallina.
¿Quizás después de lo que le dije anoche estaba empezando a confiar un poco en mí?
Pero no estaba segura de que ese fuera el caso. Una gran parte de mí sospechaba que él sabía el juego que estaba jugando.
Que sabía que me estaba sometiendo a él solo para que bajara la guardia. De alguna manera, sentía que simplemente había decidido seguirme el juego.

Un juego del gato y el ratón, en el cual, como siempre, él era el depredador.
La sensación era inquietante.
Sus nudillos rozaron mi rostro suavemente.
Demasiado suavemente; estaba empezando a desconcertarme.

"Te llevaré a casa."
"Ya no tengo casa." Respondí sin pensar.
"Estaba hablando de la mía, te quedarás conmigo."
No estaba preguntando, ni siquiera era una declaración, lo pronunció más bien como un edicto, uno que no tenía más remedio que obedecer.
"P..pero la escuela..."
Puso un dedo largo y fuerte en mis labios cortando lo que estaba a punto de decir.
"Sin peros, vendrás conmigo, ¿de acuerdo?" Asentí lentamente sin querer molestarlo, todavía estaba siendo amable y no quería que eso cambiase. Tampoco podría descubrir nada si me quedaba, después de todo, aún estaba conmocionada por las noticias.
Me llevó a su auto y, caballerosamente, me abrochó el cinturón de seguridad. En aquel instante, sostuvimos una mirada sin mediar palabras y, de repente, sus labios encontraron los míos.
Sus manos viajaron debajo de mi camisa, acariciando mi estómago desnudo y sus dedos se deslizaron hacia abajo y juguetearon con la cintura de mis bragas.
"Tengo ganas de darte vuelta y tomarte ahora mismo, aquí, en el asiento trasero", gimió y rozó el lóbulo de mi oreja con sus dientes al tiempo que dos de sus dedos se deslizaron suavemente dentro de mis bragas. Lentamente, hicieron que mis pliegues se abrieran.
"H..Hayden..." mi voz salió como un jadeo estrangulado.
"O podríamos quedarnos aquí y follar... una... y otra vez." Sus ojos estaban vidriosos; parecía estar consumido por aquel pensamiento.
Se rio de mi expresión horrorizada; estábamos al aire libre, expuestos ante cualquiera que pasara y nos viera.  No podía entender si estaba bromeando o no, pero no estaba dispuesta a que se saliera con la suya.
Para mi alivio, sacó los dedos de mis bragas y se dirigió al asiento del conductor, entró y encendió el motor para alejarnos.
Por el rabillo del ojo, vi una figura negra encapuchada.
Estaba observándonos, pero estábamos demasiado lejos para ver su rostro. Por su estatura, definitivamente era un hombre. Aunque no podía estar completamente segura, no pude detener la ansiedad que sentía en mi estómago.
***********************************
Apenas habíamos entrado en la casa cuando me apoyó contra una pared...
Comenzó a desabotonarse la camisa, pero un mensaje llegó a mi teléfono con ruido estridente.
Frunció el ceño y me lo arrebató de las manos; parecía que estaba a punto de estrellarlo contra la pared, pero se detuvo en el último momento.
Su cuerpo se puso rígido, su mirada, dura como el pedernal mientras se alejaba un paso de mí.
Miré para ver qué lo había provocado.
Había fotos... de Hayden y mías entrando en su coche.
Él tocándome.
Pero, en la foto, no salía mi cabeza, me la habían arrancado...
Los pelos de mi cuerpo se erizaron; era algo aterrador y repugnante, ¿cómo podría alguien hacer esto?
era algo aterrador y repugnante, ¿cómo podría alguien hacer esto?
Venía con un texto que decía:
"Te atraparé pronto, No habrá dónde esconderse."
De repente, toda la sangre se drenó de mi rostro. La persona que me amenazaba se había detenido por unos días y solo pude preguntarme, ¿por qué empezó todo de nuevo?
Todavía estaba aturdida, cuando Hayden salió corriendo para desaparecer de mi vista y regresó menos de cinco segundos después.
Me quedé mirando el arma que sujetaba entre sus dedos en estado de shock, totalmente alarmada.
¿Por qué tenía un arma?
¿Por qué alguien poseería una si no fuera para matar...?
Por la forma casual en la que la sostenía, asumí que debía estar acostumbrado a usarla. Ese pensamiento hizo que me estremeciera visiblemente, puesto que, entonces, todas sus amenazas no fueron simples alardes.
Su mirada se encontró con la mía e, instintivamente, me encontré dando un paso atrás con miedo.
"¿Q... qué vas a hacer?"
Su mandíbula hizo tictac como si estuviera tratando de reprimir su ira.
"¡Maldición, le advertí! Quédate aquí, no vayas a ningún lado."
Solo pude mirarlo en silencio.
"¿Entendiste lo que acabo de decir?", espetó.
Me sacudí y asentí con la cabeza frenéticamente.
"Sí... no iré a ningún lado."
Una vez satisfecho con mis palabras, salió corriendo de la casa; me quedé mirándolo más confundida que nunca.
¿Qué había querido decir?
Decidí dar un paseo por la enorme casa, aunque no era una casa, sino una mansión; cada curva, cada diseño moderno y hermoso.
Me pregunté por qué tendrían una casa tan grande para él solo.
Y, por supuesto, su hermano.
Había pasado casi una hora y, todavía, no había regresado. La expresión en su rostro al marcharse aún me asustaba muchísimo; estaba llena de intenciones asesinas.
¿Iba a matar a alguien?
Caminé por toda la casa sintiendo que me volvería loca si me quedaba quieta en un solo lugar.
Me acerqué a una puerta; no había estado antes en esa parte de la casa. La puerta se veía algo polvorienta.
La curiosidad se apoderó de mí, giré la perilla y, sorprendentemente, descubrí que no estaba cerrada.
La habitación se encontraba tenuemente iluminada; parecía una especie de bodega o depósito puesto que había muchas cosas tiradas por doquier.
Decidí entrar lentamente, no sabía exactamente qué estaba buscando, sin mencionar que me sentía como una intrusa.
Me llamó la atención un enorme marco de fotos que descansaba sobre un cajón.
Me di cuenta que debía ser una foto familiar, mientras me acercaba a inspeccionarla.
El hombre mayor tenía un parecido sorprendente con ellos, no había duda de que él era su padre; al fin, comprendí de dónde sacaron esa mirada. Debía ser un gen dominante fuerte. El hombre se veía poderoso e intimidante incluso desde el foto. Luego, dirigí la mirada a la mujer que supongo que era su madre.
De hecho, era muy hermosa y tenía una sonrisa encantadora en su rostro.
Observé la foto con detenimiento: parecían estar en un picnic familiar, todos tenían una gran sonrisa en sus rostros, incluso Hayden.
De repente me sentí como una intrusa que no debería estar aquí en primer lugar.
¿Qué pasó con esta familia de aspecto feliz? ¿Realmente todo había sido por mi padre?
¿Realmente había matado a su hermana y a su madre como había dicho Hayden?
De repente surgió la pregunta que me había estado rondando por la cabeza desde los últimos días sobre mi madre biológica.
sobre mi madre biológica.
Me preguntaba dónde estaba, si todavía estaba viva o...
"¡Qué estás haciendo!" Una voz aguda y hostil me increpó.
Me sacudí tan rápido que casi perdí el equilibrio.
Solo que no era Hayden.
Era su hermano mayor de pie contra el marco de la puerta; su mirada fría y distante fija en mí.
Mis dedos temblorosos cedieron y, lo siguiente que se escuchó, fue un fuerte sonido de vidrio rompiéndose.
Sus ojos se oscurecieron mientras cargaba hacia mí con determinación; mis entrañas temblaron violentamente.
Parecía que quería matarme.
Podía sentir la tensión que irradiaba de su cuerpo mientras miraba el marco de fotos roto.
"¿Quién carajo te permitió entrar aquí? ¡Vete!"
Tragué saliva y me apuré hacia la puerta para salir corriendo cuando habló de nuevo.
"No debiste haber entrado, eres..."
"La hija del enemigo." Solté, resistiendo el impulso de abofetearme a mí misma.
¿Era realmente tan estúpida?
Me miró fijamente por un momento, pero rápidamente, desvié la mirada.
Ese era otro hecho que me confundía; si realmente era la enemiga de su familia, ¿por qué Hayden me traería aquí?
A su casa.
"¿Dónde está mi hermano? Busqué por la casa."
Me di cuenta de que era la primera vez que hablábamos.
"Nn...no sé, simplemente s...se fue", tartamudeé, todo lo que quería hacer era huir tan rápido como mis piernas me lo permitieran.
Asintió lentamente, parecía que estaba a punto de decir algo, pero decidió no hacerlo. Sin otra palabra, se agachó y comenzó a recoger el marco roto.
Salí corriendo de la habitación, no me detuve hasta que regresé a la habitación de Hayden, donde cerré la puerta detrás de mí. Nunca hubiera pensado que estar dentro de esa habitación me haría sentir segura...
Hasta ahora.