Capítulo 24
1541palabras
2022-11-22 08:44
Videollamada
Pasamos días espectaculares en los cuales disfruté la cercanía de Matth al máximo, pues intentabamos vernos todos los días, salir juntos y con nuestras familias y amigos aunque no fue tan buena idea ya que mis amigas les reclamaron por el dia que llegue tarde y lo culpe a él, pues la filosofía de mis amigas es perdona pero no olvides, asi que pasaron más de quince minutos reclamandole a Matth y explicando del porque ellas tienen más derechos que él ya que para ellas yo soy más de ellas que el, luego de ello llegaron a un acuerdo en el cual obviamente mi voz no contó pues para ellos no era asunto mio, asi que decidieron que el tiempo será repartido a la mitad, algo que no paso pero igual fue la única forma en la que Matth logró librarse de ellas por un rato al menos. Luego de eso fuimos a comer y a bailar un poco para limar asperezas, ese dia regrese a las tres de la mañana a mi casa pues luego de bailar fuimos al karaoke, al llegar a casa y despedirme de Matth subí a mi cuarto para ponerme mi pijama y ver mis mensajes ya que por salir corriendo de mi casa ya que como de costumbre se me había hecho tarde había olvidado mi móvil en la recamara.
Ya mas comoda y acostada decidi contestar los mensajes que tenía que eras mas que todo de  Triz e Isaías, preguntando que cómo estaba y que me extrañaban a lo cual les conté que me encontraba bien y que yo también los extrañaba y esperaba verlos pronto. Luego de ello me respondió enseguida Isaías preguntando si podíamos hacer una videollamada a lo cual le dije que sí pues no tenía sueño.

—Holi —salude al momento de contestar la llamada..
—Holiii. —saludo entre risas.
—¿Cómo estás? que bueno que te acuerdas que tienes amiga, ya te iba a mandar señales de humo porque no sabía nada de ti —respondí mientras sonreía 
—Hay Sam que exagerada eres, aparte la que no contesta los mensajes eres tu. —contesto a lo cual reí pues tenía toda la razón ya que una de las cosas que olvido a veces es contestar mensajes.
—De mi no vas a estar hablando —dije entre risas —pero dime ¿a qué debo el honor de tu llamada? —pregunte pues normalmente solo hablabamos por mensaje y en persona.
—Es que te compre unas cosas y te las quería mostrar —contestó un poco nervioso.

—¿Enserio? ¿Qué es? —pregunte emocionada ya que lo que más amaba en esta vida son los obsequios de cualquier índole aun una carta o nota me emocionaba.
—Por supuesto, se cuanto te gustan los obsequios y cuando vi estas cosas no pude evitar pensar en ti. —respondió mientras se levantaba de su lugar para mostrarme unas cosas que tenía en una mesa.
—Wow son demasiadas cosas —viendo las cosas que tenía en la mesa aunque unas estaban cubiertas y no lograba ver que eran.
—Si, es que eso de pensar en ti últimamente me pasa muy seguido —respondió a lo cual pensé que estaba bromeando como siempre.

—Ahora falta que digas que parezco piojo porque no algo de tu cabeza —respondí siguiéndole el juego de la broma.
—Hay Sami. —respondió entre risas. —Mejor te mostrare todo. —Agrego a lo cual solo asenti. —Bueno esto que está acá son dulces típicos del pais que te gusta, Guatemala asi que pense que te encantarian, lo de acá es una caja de chocolates en la cual se esconden diferentes sabores extraños los cuales quiero que probemos juntos los dos ya sabes como en una cita pero más divertida, bueno estos son libros de tu escritora favorita y uno lo conseguí autografiado, y por último el un álbum de tu grupo favorito ese que no habías conseguido, pues ya lo tienes. —terminó de mostrarme todo a lo cual no podía de la emoción, aun no podía creer todo lo que me había comprado, porque no existen más amigos así.
—wow estoy sin palabras, enserio que muchísimas gracias, no puedo de la emoción y ya quiero probar esos chocolates para saber que tan raros son los sabores, pero enserio muchisimas gracias  —fue lo único que dije pues estaba muy sorprendida por todo lo que me había regalado.
—De nada. Bueno te dejo porque me muero del sueño —respondió bostezando. A lo cual instintivamente bostece.
—Ves ahora que lo mencionaste me dio sueño, me compartiste tu sueño—respondí entre risas.
—Si tan solo te pudiera compartir también los sentimientos. —dijo en susurros.
—¿Qué?  —pregunte pues el sueño y los bostezos no me dejaron escuchar lo que dijo.
—Que tengo sueño. Feliz noche, descansa Sam —respondió con una media sonrisa.
—Okey está bien, descansa y sueña con los angelitos bye.  —respondí sonriendo
—Creeme que siempre sueño con un angelito. Bye Sami bella —respondió para después terminar la llamada.
Luego de cortar le escribí a Matth para desearle una feliz noche, a lo cual me pregunto que porque aun estaba despierta y le conté que estaba hablando con Isaías a lo cual es simplemente me dijo que durmiera ya que era tarde a lo cual luego de desearle una linda noche y decirle que lo amaba, me fui a dormir ya que los ojos se me cerraban del sueño que sentía.
La última semana se fue muy rápido, sentía como el tiempo se desvanecía como arena entre mis dedos ya que sentía que no era suficiente como para soportar separarme de Matth,  pero lastimosamente el tiempo se había acabado y cada uno tenía que regresar a su respectiva universidad. Después de ir a dejar a Matthew al aeropuerto junto al pequeño Tyler, regresé a mi casa muy triste, ya que el tiempo que pasamos juntos fue muy corto y lo extraño el doble que antes, despedirme y alejarme de él nunca será fácil.
Después de llegar a mi casa me despedí de mi familia, agarre mi mochila, mi teléfono, mi hijo y me subí al auto para agarrar camino hacia la universidad y esta vez no regresaba sola aunque no lo crean regresar con el osito me daba un poquito más de alegría, ya que sentía que Matthew me acompañaba ya que en estos días su olor se había impregnado en él, lo cual agradeció.
Luego de ocho horas de camino, las cuales casi me dejan sin columna, llegue al edificio y gracias al cielo el elevador ya funcionaba así que me subí y me fui directo a mi habitación pues me sentía muy cansada, al llegar me encontré con Triz y hablamos por unas cuantas horas para después despedirme de ella y dirigirme a mi cuarto a dormir, lo curioso de todo es que desde que tengo a mi oso-hijo no puedo dormir sin él. Después de unos minutos caí profundamente en los brazos de Morfeo.
Al dia siguiente me desperté porque mi móvil no dejaba de sonar con las notificaciones así que un poco de mal humor lo tome y encendí para darme cuenta que eran mensajes de Isaías los cuales solo decian *Despierta, despierta, dormilona despierta* a lo cual sin más me levanté dispuesta a ir al apartamento de Isaias y reclamarle por despertarme a las diez de la madrugada luego del viaje que hice. Al componerme mi moño y colocarme mis pantuflas salí de la habitación con el ceño fruncido cuando sentí como me envolvían en un abrazo levantándome del suelo. Lo cual casi me mata del susto, y cuando me bajaron me di cuenta que se trataba de Isaías con una enorme sonrisa en el rostro.
—¿Qué te pasa? casi me matas de un susto, aparte me despertaste de un sueño muy reparador. —dije entre enojada y confundida por su comportamiento tan extraño.
—¿Cómo estás? ¿si yo también te extrañe? gracias por preguntar por el viaje y por estar feliz de que esté vivo. —respondió dramáticamente 
—Perdón, pero sabes perfectamente que si me despiertan no me levanto de buen humor. —respondí intentando controlar mi carácter
—Si lo se, perdón pero acabo de venir y te extrañaba mucho así que no dude en venir a verte. —respondió entre risas.
—Yo también te extrañe pero tenemos seis meses para pasarla juntos, pues recuerda que recibimos los mismos cursos asi que tranquis. —respondí ya más tranquila
—Si eso es genial, agradezco que estudiemos juntos. —contestó feliz. —bueno ya que te vi ire a desempacar, nos vemos en la noche para que te de tus regalos y de paso comer los chocolates, traeré comida así vemos películas.
—Me parece genial, le dire a Triz para que se nos una. —respondí emocionada.
—No, ya la invité yo y me dijo que ya tiene planes. —respondió nervioso mientras posaba su mano en su cuello
—Okey está bien, entonces nos vemos en la noche. —respondí no muy convencida, asi que igual yo también le preguntare para confirmar.
—Si nos vemos, adios Sam. —finalizó, para después darme un beso en la mejilla he irse del departamento.
A lo cual yo solo me di media vuelta para regresar a mi cuarto y volver a dormir ya que el cansancio aún reinaba en mi por lo cual no me fue difícil volver a quedar profundamente dormida.