Capítulo 83
1210palabras
2022-09-13 00:01
Esta vez, Quentin estaba de buen humor cuando fue a ver a su padre.
"Papá, ¿sabes que he firmado un contrato con CM hace poco? Esto significa que tenemos una gran inversión en nuestra empresa, ha sobrevivido a la crisis".
Sin embargo, Wilson miró el rostro demacrado de su hijo y se sintió muy triste.
Siempre quiso recordarle a su hijo que le prestara atención a su tío, pero nunca tuvo la oportunidad.
Mientras Quentin estuviera aquí, siempre habría gente en la sala. Wilson no se atrevía a hacer siquiera un ligero movimiento.
Los ojos del hombre se llenaron de empatía y lástima por su hijo. Sabía que a él le podía ir bien.
"Joven maestro Lance, es hora de que su padre descanse. El doctor Lance estuvo aquí hace un rato. El paciente necesita descansar". Su enfermera le ordenó a Quentin que se fuera.
Quentin le dio unas palmaditas con suavidad en el dorso de la mano a su padre, lo tapó con la colcha y luego, de mala gana, salió de la sala.
Al salir, Quentin pensó en ir a la oficina de Henric. Sin embargo, recordó que la última vez que tuvo un conflicto con él por Eleonora, una multitud de personas en el hospital los había rodeado. Sabía que volverían a discutir y no sería bueno que la gente los viera.
Entonces dio media vuelta y bajó las escaleras.
En el auto, llamó a Henric y le pidió que fuera a su club social.
No mucho después, Henric bajó las escaleras de mala gana, abrió la puerta del auto de Quentin y se sentó en el asiento del pasajero delantero.
No hablaron nada durante en el camino.
En poco tiempo, llegaron al club social propiedad de Lance's Group.
Quentin y Henric fueron directamente a la sala VIP principal.
"Primo, no necesitas un lugar tan lujoso para que te peguen, ¿verdad?", amenazó Henric en cuanto entró en la habitación. Acto seguido, cerró la puerta de una patada.
Quentin levantó ligeramente la comisura de los labios y miró a Henric con arrogancia a través de sus profundos ojos. "¿Que me peguen? ¿Hoy también estás enojado?"
Henric no tenía mucha paciencia. Así que se acercó y agarró a Quentin por el cuello. "Quentin, sabes de lo que quiero hablar contigo. ¿Por qué te llevaste a Eleonora cuando te fuiste a Inglaterra? ¿Por qué? Ella ya no tiene nada que ver contigo".
Sin embargo, para su sorpresa, Quentin estaba completamente sereno. Apartó con calma la mano de Henric y le dijo: "Henric, me temo que no es asunto tuyo si tengo algo que ver con Eleonora o no".
"¡Sabes que la amo!" Henric pensó que Quentin fingía estar confundido.
Quentin se dio la vuelta y se sentó en el sofá de cuero europeo detrás de él, cruzando las piernas con elegancia.
A Henric le disgustaba la actitud de Quentin.
"Te lo diré una vez más. ¡Más te vale que no molestes más a Eleonora!", dijo Henric, enfatizando palabra por palabra.
Quentin sacó una caja de cigarrillos de su bolsillo, sacó un cigarrillo y lo encendió lentamente. Le lanzó una mirada profunda a Henric y no se dio prisa en hablar.
"¿No escuchaste lo que te dije? No molestes más a Eleonora". Henric se acercó a Quentin. Agarró el reposabrazos del sofá con una mano y se inclinó para mirarlo. Se le marcaban las venas del dorso de su mano conforme crecía la rabia que sentía por él. La actitud de Quentin solo hacía que Henric quisiera golpearlo con fuerza.
No obstante, Quentin formó un anillo de humo con el cigarro y se lo lanzó directamente en la cara a Henric, lo que hizo que frunciera el ceño con repugnancia.
"Henric, deja de hacer creer que te comes a la gente. ¡No es agradable!", dijo Quentin en tono juguetón.
"Quentin, mi paciencia tiene un límite. ¡Solo quiero advertirte que te mantengas alejado de Eleonora!" La mirada penetrante de Henric ardía en llamas. Cuando Quentin observó su mirada, una pizca de descaro apareció en sus labios. "No sé qué tiene de bueno Eleonora para que compitas conmigo una y otra vez. ¿De verdad quieres que nos enfrentemos por ella? ¿Vale la pena?".
"Quentin, no importa lo que pienses de Eleonora, ella es la persona más importante de mi vida. Si insistes en molestarla, ¡no me culpes si renuncio a nuestros lazos familiares!"
Quentin apartó a Henric. Se echó hacia atrás y chocó contra las tazas de té de jade.
Con garbo, se acudió la ceniza.
"Henric, creo que te has vuelto muy olvidadizo últimamente. Me hiciste la misma pregunta la otra vez y mi respuesta seguirá siendo la misma. Aunque Eleonora se divorciara, sigue siendo mi mujer. ¡Mientras yo no la deje, nadie más podrá tenerla!".
Justo después de hablar, Henric le dio un puñetazo.
Quentin no tuvo tiempo de reaccionar cuando recibió un fuerte golpe en la cara.
La sangre comenzó a brotar por la comisura de su boca.
Miró directamente a Henric, quien volvió a darle un puñetazo. "¡Solo quiero que recobres el sentido común! ¿Qué es exactamente lo que quieres hacerle antes de dejarla ir?"
De ninguna manera esperaba que ese puñetazo lo interceptara Quentin.
Henric se esforzó por liberarse, pero Quentin tenía mucha fuerza.
"Henric, ¿de verdad quieres pelear conmigo por esa mujer? Su familia hizo que mi padre estuviera en ese estado. La sangre se paga con sangre. ¡Y más con un padre desaparecido, su hija será la que pague por ello!".
"Quentin, ella no fue quien lastimó al tío. ¿Por qué guardarle rencor cuando pertenecía a otra generación? ¡Ella es inocente, inocente!".
Quentin sonrió con frialdad y le respondió: "Nuestra familia es la inocente. ¡Casi morimos por culpa de la familia de Simon!".
"¡Quentin, estás siendo un insensato! Quiero proteger a Eleonora. La amo. ¡No dejaré que la lastimes de ese modo!" Henric apretó el puño. En ese momento, comprendió por qué su primo trataba así a Eleonora y era por su odio hacia Simon.
Pero no entendía por qué culpaba a Eleonora por el rencor que sentía hacia su padre. Quentin no era un bobalicón.
La familia Balton ya era bastante desgraciada. Simon había desaparecido repentinamente, mientras que la madre de Eleonora murió de una grave enfermedad. Solo quedaba Eleonora y tenía que soportar tanto dolor. Henric sintió que debía estar a su lado y protegerla.
"¿Tú vas a protegerla? ¿Tú?", se burló Quentin.
"Quentin, seguiré a Eleonora hasta los confines de la tierra. Me comportaré como un novio de verdad. ¡Pase lo que pase, la protegeré! Por favor, aléjate de ella de ahora en adelante. ¡Si es necesario, no dudaré en usar medios legales para hacerle justicia!" Los ojos de Henric brillaban con un destello especial, mientras fruncía los labios delgados y enfatizaba cada palabra a Quentin. Luego, se dio la vuelta para marcharse.
De pronto, Henric escuchó las palabras agresivas que Quentin le dirigió. "Me gustaría recordarte que Eleonora puede menospreciar tu buena voluntad. Durante los últimos días, cuando estuvimos en Londres, ella disfrutó de su tiempo conmigo en la cama. Ah, por cierto, fui un poco duro con ella, así que probablemente siga muy cansada. Si aún tienes compasión, ¡deja que se recupere!".
"¡Desvergonzado!" Henric se negaba a discutir más con Quentin.