Capítulo 78
1147palabras
2022-09-08 00:00
Cuando Sheehan regresó a casa ya era tarde.
El ama de llaves lo vio cuando llegó y le acercó unas pantuflas. "Señor, ¿ha vuelto? ¿No salía del hospital hasta mañana?".
"¿Sabes dónde está Henric?".

"El joven no ha regresado".
"¿No ha vuelto?", Sheehan frunció el ceño.
Henric se había ido repentinamente y no contestó su teléfono. ¿Adónde habrá ido?
Sheehan estaba muy cansado, se sentó en el sillón y se frotó las cienes, le dolía mucho la cabeza.
Como era de esperar, ya había noticias de Inglaterra. Ante la tremenda crisis que enfrentaba la empresa, Quentin estaba ahorcado y no le quedaba otra opción más que firmar un contrato de colaboración con Karl's CM Company muy poco ventajoso. En este, Karl obtendría el 20% de las acciones del Grupo Lance.
Parecía que todo iba en la dirección de lo que había planeado, aunque ese porcentaje era una gran pérdida para Quentin. 

En un futuro próximo podría perderlo todo. Si llegara ese momento, Sheehan sería la cabeza de la familia Lance.
Al pensarlo, esbozó una sonrisa.
"Señor, su baño está listo". Dijo el ama de llaves.
"¡Gracias... Ahora voy!".

Después de su baño, salió con una bata muy delgada.
Sheehan se acomodó en la silla de mimbre, luego se recostó y el ama de llaves le dio un masaje.
De pronto, se escuchó el sonido de la puerta principal.  
El ama de llaves y Sheehan se voltearon a ver. Era Henric que entró tambaleándose.
Verlo de esa manera lo hizo enojar de inmediato. Le dijo en tono muy serio: "¿A dónde estabas? ¡Es muy tarde y ni siquiera contestas el teléfono!". 
El chico estaba muy borracho. Entró y solo se le quedó viendo.
Henric respondió con desdén."¡Ash, entiende de una vez que no quiero contestar tus llamadas".
La señora Zac, el ama de llaves, se apresuró para recoger los zapatos de Henric.
Ella pudo percibir el fuerte olor a alcohol. 
Era sumamente extraño que Henric se comportara de esta manera.
Aunque era obvio, Sheehan le  preguntó: "¿Tomaste?". 
Henric respondió fríamente: "¡Eso no es asunto tuyo!".
La situación se estaba poniendo muy tensa. ¿Qué estaba pasando entre padre e hijo?
"Señora Zac, parece que Henric está muy borracho, ¡sírvele un plato de sopa!", ordenó. Ella inmediatamente se fue a la cocina.
Dedujo que si estaba tomando, era por Eleonora.
Sheehan estaba completamente decepcionado. A él le gustaría que se diera algo entre Rosy y su hijo. No entendía por qué no sentía nada por ella. Era una chica muy hermosa y de buenos sentimientos. 
La señora Zac no tardó en traer un plato de sopa para Henric.
El muchacho se tenía que agarrar de la pared mientras trataba de subir las escaleras.
Sheehan se levantó y se plantó frente a él.
Mientras miraba a su padre, el chico dijo de forma insolente: "¡Quítate!".
"¿Sabes con quién estás hablando?, ¡Ya va siendo hora de que entres en tu sano juicio!".
Su hijo nunca antes había sido tan grosero. Sin embargo, esta noche se estaba pasando de la raya. Verdaderamente lo había hecho enojar.
Al escucharlo, el chico preguntó con apatía: "¿No me digas que estás molesto?".
Se acercó a su padre y lo miró de arriba abajo, se comportó como si estuviera viendo a un extraño.
Sheehan puso mala cara al percibir el fuerte olor a alcohol.
"¿Cuánto bebiste? ¿Y solo por esa mujer? Me has decepcionado".
"¡Ah, eres mi papá! ¡No te reconocí! ¿Sigues siendo el padre a quien admiré y respeté desde que era pequeño?". Se inclinó para verlo, Henric medía 1.83 y tenía que encorvarse ligeramente pues Sheehan era más bajito, pero no podía sostenerse por lo mucho que había bebido. 
 
Sheehan estaba furioso, lo hizo a un lado de un empujón. Tratando de controlarse le dijo: "¿Qué estás haciendo? ¿Cómo te atreves a hablarme así?".
 
El rostro de Henric estaba desencajado. Lo miró con los ojos llenos de tristeza: "¡Pffff! ¿A poco te desilusioné? ¡Pero si tú eres el que me ha defraudado!".  
Sheehan le dijo: "¡Henric, estás muy borracho! ¡Tómate la sopa y vete a dormir! ¡Mañana hablamos!", se dio la vuelta y se fue a su estudio.
El chico lo siguió, sacudiendo y negando con la cabeza. "No estoy borracho. Estoy muy sobrio. ¡Nunca había estado tan cuerdo como ahora!".
No quería hablar más con su hijo en ese estado, así que continuó caminando.
Henric lo siguió todo el camino hasta arriba.
Se apoyó en el marco de la puerta, miró a su padre, que se  sentó en su escritorio con cara de decepción.
Sheehan arrugó la frente y dijo: "Todavía tengo que revisar unos documentos. Baja y tómate la sopa de la señora Zac, ya vete a descansar. ¡No quiero hablar contigo en este estado!".
Mientras las lágrimas comenzaron a correr incontenibles por su rostro, el muchacho se quedó sin moverse en el mismo lugar. Rara vez lloraba así.  
Sheehan miró a su hijo completamente desconcertado.
"¿Ahora qué te pasa?".
Con voz baja respondió: "Papá, te quiero preguntar algo ¿cuánto tiempo han estado juntos tú y la tía Petty?". 
Sheehan se puso sumamente nervioso, esa pregunta lo tomó por sorpresa.
Durante tantos años, habían sido muy reservados o eso pensaban. ¿Cómo lo sabía? 
"No entiendo de qué estás hablando Henric". Se preguntó si habría notado algo en el hospital. De lo contrario, ¿por qué desaparecería inesperadamente y regresaría tan borracho?
"Ahora resulta que no sabes de que estoy hablando. Si no los hubiera descubierto, ¿hasta cuándo planeabas ocultármelo? Han ido demasiado lejos papá, ella es mi tía... ¡es la esposa de tu hermano! ¡Es completamente anti ético! La voz de Henric sonaba cada vez más fuerte.
En efecto, el chico se había enterado de todo al escucharlos en el hospital.
Su padre estaba tan sorprendido que no sabía qué decir.
"Todas las cosas que tenemos nos las dio mi tío. Sin él, no tendríamos nada; creo que hubiéramos sido pobres y nos hubiéramos convertido en mendigos". Henric estaba muy molesto, casi gritando le dijo: "Papá, estás siendo muy desagradecido. Habiendo tantas mujeres, ¿por qué te tenías que involucrar con su esposa? ¡Eso es extremadamente asqueroso!".
"¿Cómo te atreves a hablarme así?". Sheehan preguntó bruscamente. Su rostro estaba tan pálido como una hoja de papel. Se había esforzado por mantener la imagen de un buen padre frente a él. No esperaba que su hijo se enterara, ni que se emborrachara por ello, no deseaba que su imagen se derrumbara en el corazón de su hijo.
En ese momento, Sheehan sintió que su corazón se partía en mil pedazos. 
Pese a que acababa de recuperarse, sintió una opresión y puso su mano suavemente sobre su pecho. 
"Cuando mi madre murió, yo solo tenía cuatro años. Trabajaste duro para criarme y llegué a pensar que eras el mejor padre del mundo. Puedes encontrarte una nueva esposa y buscar tu felicidad. Pero ¿por qué así? ¿Por qué?".