Capítulo 67
1220palabras
2022-08-30 00:00
Mientras tanto, en la sala de Wilson.
Petty estaba de pie lejos de la cama del hombre, mostrando una mirada de disgusto.
Por su parte, cuando él vio venir a la mujer, no pudo evitar exaltarse y su respiración se aceleró.

Además, sus ojos estaban llenos de odio.
"Oye, Viejo Maestro, ¿puedes dejar de mirarme así? ¿No sabes que puedes matar a la gente con esos ojos?".
"¡Solo quiero matar a esta mujer disoluta!", pensó él con rabia.
Sin embargo, por muy enfadado que estuviera, no se movía. Obviamente, no podía hacerlo, pues si la mujer que tenía delante se enteraba que podía moverse, uniría fuerzas con Sheehan para matarlo de inmediato.
Hace más de un año, ya había pasado por las garras de la muerte.
No obstante, insistió en seguir con vida por la sola razón de querer decir la verdad algún día.

Mas, nunca le dieron una oportunidad.
Los médicos de guardia del lugar, así como los guardias especiales superiores eran todos su gente.
Por eso, aunque Quentin viniera a verlo, siempre habría gente a su alrededor.
Además, él sabía que en su habitación habían instalado en secreto cámaras de vigilancia.

Por lo tanto, no tuvo más remedio que esperar con mucha paciencia su oportunidad.
Petty se acercó a Wilson y lo miró a los ojos. Estiró sus delgados dedos, los cuales estaban cubiertos con esmalte de uñas, y le pellizcó con fuerza la cara. "El médico te ha condenado a muerte, pero, ¿por qué sigues vivo? Viejo idiota, si mueres, todo lo de la familia Lance nos pertenecerá. ¡Pero eres tan terco que no morirás aunque estés tan enfermo en la cama! De todos modos, eso es bueno. Podrás ver cómo terminará tu hijo en el futuro. Crees que es muy poderoso, ¿verdad? ¡Pero eso será tan insignificante! No se podrá proteger de las flechas ocultas detrás de él".
Ante esto, Wilson apretó los puños debajo del edredón y pensó; "Esta p*rra está ansiosa por verme morir".
"Quentin, ¿dónde estás? No puedo hablar contigo, pero si ellos supieran que estoy mejorando, ninguna de nuestras vidas estarían a salvo. Quentin, hijo, tengo que aguantar hasta encontrar una oportunidad".
Mientras Wilson pensaba eso, comenzó a llorar inconscientemente.
"¡Pero, cómo te atreves a llorar! Viejo maldito, ¿no sabes que Sheehan y yo llevamos 20 años esperando el día para apoderarnos de la familia Lance? Durante todo ese tiempo, he estado a tu lado. Pero tú, ¡tú eres tan astuto! De lo contrario, todo lo de la familia Lance no habría sido tuyo. Ahora quieres llorar pero no tienes lágrimas. ¡Perdí mis 20 años de juventud contigo! Por supuesto que la familia Lance debería ser mía. ¡Debería ser nuestra!".
Wilson realmente quería agitar su puño, pero no podía hacerlo, no debía.
"Estuve contigo siendo tan joven, pero esa mujer siempre fue lo primero en tu mente. De hecho, dejaste que el viejo Simon la ayudara a mis espaldas. Sé que tienes una buena relación con ella, por lo que no me sorprendería que aún quieras que esa mujer sea la Señora de la familia Lance algún día. ¡Desafortunadamente, no tienes ninguna oportunidad! Si no fuera por Simon, el chivo expiatorio, ¡nuestro plan no habría ido tan bien! Ja, ja, ja...".
Las palabras de Petty, quien no podía esperar a verlo morir de inmediato, exaltaron al hombre e hicieron que le doliera el corazón.
Cuando él hizo todo lo posible por sobrevivir hace un año, sabía que tenía que contener su ira en el fondo. De lo contrario, ¡realmente moriría!
Y si eso sucediera, ¿qué debería hacer Quentin? ¿Qué pasaría con Eleonora?
¡La familia Lance le debía justicia a la familia Balton!
Él solo atinó a cerrar los ojos, ya que no quería ver a la mujer que tenía delante, quien era tan hermosa como una flor pero tan cruel como una serpiente.
"¿Qué? Viejo idiota, ¿no quieres verme?". Petty alargó la mano y trató de abrirle los ojos. "¡Abre los ojos, ábrelos!" Las largas uñas de la mujer agarraron con fuerza los párpados de Wilson.
"¡Mamá! ¿Qué te pasa?".
La fría voz de Jason se escuchó detrás de ella, por lo que apartó su mano en seguida y se enderezó.
"Tía, ¿cómo está mi tío?".
Henric y Jason solo la vieron de pie frente a la cama de Wilson, así que no pudieron notar lo que estaba haciendo.
Petty vio que los párpados del hombre estaban rojos porque ella misma los jaló, por lo que se puso algo nerviosa y solo pudo decir; "He visto que los párpados de tu tío están un poco rojos. Quiero ver si están dañados. Después de todo, no es sería raro que tenga un orzuelo".
Henric se acercó a su tío para verlo, pero Petty lo jaló y comentó; "Tu tío acaba de quedarse dormido. No lo molestes. Mejor dime, ¿cómo está tu padre? Iré con Jason a verlo ahora".
"Oh, mi papá está mucho mejor. ¡Puede ser dado de alta mañana mismo!".
"¡Oh, vaya. Eso es bueno!".
Jason se acercó a Wilson y le tendió la mano. "Papá, ¿cuándo mejorarás? ¿Por qué estás durmiendo? ¿Por qué no me miras?".
La mujer levantó a su hijo con el rostro lleno de ira. "¡Te dije que se quedó dormido! ¡Lo estás molestando!".
Ante esto, el chico se sintió un poco agredido.
"Henric, bajemos para ver a tu padre. El tío tiene un guardia especial aquí. Déja que descanse un rato".
El joven se dio la vuelta un poco preocupado y miró a su tío. Sus párpados estaban rojos y parecía haber lágrimas en las esquinas de sus ojos.
Aquello lo desconcertó un poco, pero Petty ya lo había instado a abandonar la sala.
"Mamá, acabo de llegar. ¿Por qué no me dejas pasar más tiempo con papá?", preguntó su hijo de manera impotente.
"Jason, ¿no ves que tu padre está durmiendo?".
"¿Y eso qué importa? Igual puedo acompañarlo. ¡No voy a molestarlo!".
"Está bien, ¡puedes verlo mañana!", contestó de manera impaciente.
Una vez más, Henric no sabía por qué sentía que su tía actuaba un poco rara.
"Mamá, ¿qué vamos a hacer?".
"¿No me has escuchado? ¡Vamos a ver a tu tío!".
Jason hizo un puchero y dijo; "Mamá, si no vienes a ver papá tan seguido que lleva meses aquí, ¿por qué visitas tantas veces a mi tío que apenas se internó ayer?".
El rostro de Petty se llenó inmediatamente de vergüenza. "Niño, ¿de qué tonterías estás hablando? Estamos aquí para ver a tu papá, pero ya que tu tío también se encuentra en el hospital, ¿por qué no visitarlo? ¿Acaso él no te adoraba?".
Henric escuchó su conversación mientras los seguía, pero no sabía cómo interrumpirlos.
"Tía, a decir verdad, la afección de su esposo no es tan grave. Me he puesto en contacto con mi mentor en el Reino Unido, quien es muy bueno con la parálisis por accidente cerebrovascular. Él me ha dicho que cuando tenga tiempo, vendrá a China para revisar a mi tío".
"Henric, ¿de qué estás hablando? ¿Vas a pedirle una consulta para tu tío? ¡Eso es innecesario!", dijo Petty algo conmocionada.
Al verla en estado de shock, el joven pensó; "¿Qué le pasa? ¿Acaso no quiere tratar al tío?".
La mujer miró la extraña expresión de su sobrino y se dio cuenta de que había perdido la compostura.