Capítulo 34
1208palabras
2022-08-10 16:18
Sheehan se apresuró a sonreír y dijo; "Hermano Obrien, mi hijo está de licencia en esta oportunidad, así que él y tu hija pueden reunirse otro día. Además, me parece una gran idea; Rosy es muy educada y hermosa. Ella y Henric nacieron para estar juntos".
"¡Genial! Es un trato!". Obrien le dio una palmadita en el hombro al joven y su mirada continuaba mostrando su aprecio hacia él.
"Papá, ¿no te lo he dicho ya? No quiero tener una cita...". Henric estaba realmente desconcertado. ¿Acaso su padre lo instó a venir solo porque quería arreglar su matrimonio? ¡Eso sería imposible! A él no le interesaba otra mujer que no fuera Eleonora.
"Henric, por favor, tienes veinticuatro años, ya es hora de pensar en ello. ¿No te acuerdas cuando eras pequeño y Rosy venía? En aquella época, te gustaba estar con ella, ¿no? Ahora es una chica muy guapa en verdad, y cada vez lo es más. Comparada con tu nueva cuñada, ¡ella no es menos bella!". El hombre miró a Yvonne atentamente y siguió alabando a la hija de la familia Obrien.
"Ja, ja, Sheehan, en verdad la has elogiado mucho. ¿Cómo puede mi hija compararse con la prometida del Joven Amo Lance?". Aunque el Sr. Obrien dijo eso, estaba muy feliz en su interior, pues Henric era un genio con un buen fondo familiar. Sin duda, era la mejor opción como su futuro yerno.
Desde luego, Sheehan sabía que aquel hombre era miembro de la junta directiva de Euro-Asia International Corporation. Por lo tanto, si su hijo y la hija de Obrien se comprometían, su fondo sería aún más poderoso, lo cual lo hacía estar secretamente orgulloso de ese arreglo.
Cuando Henric siguió la mirada de su padre para mirar a Quentin, éste también lo miró y, después de que se susurraran al oído con su prometida, ambos caminaron hacia esa dirección.
El joven realmente no quería enfrentarse a su primo, pero era demasiado tarde para que lo evitara.
En cuanto lo vio venir, lo primero que recordó fue la mirada extremadamente impotente de Eleonora.
"¡Tío, Tío Obrien, encantado de conocerlo!", saludó Quentin.
"Ja, ja, joven Lance, realmente estás de buen humor. Tú y tu esposa son una pareja perfecta. ¡Felicitaciones!", lo halagó de inmediato Pollard.
"¡Sr. Obrien, es un gran honor para mí que esté aquí, en mi ceremonia de compromiso con Quentin!". Yvonne se comportó decentemente. A primera vista, parecía una dama noble de una familia rica. Lógicamente, gracias a su riqueza, conocía a casi todas las figuras influyentes del mundo de los negocios.
"Ja, ja, Srta. Moore. Aunque, creo que es hora de cambiar el título. Joven Señora Lance, ¡felicidades! Si estoy libre en otra ocasión, visitaré a su abuelo. Dígame, ¿Cómo está él?".
"Gracias al Tío Obrien, el cuerpo del abuelo es fuerte y vigoroso. A menudo menciona a viejos amigos como usted". La mujer socializaba libremente con él.
Por su parte, Henric se apartó con su mirada seria y solo los vio saludar. Por supuesto, no estaba para nada interesado en acercarse a ellos, lo cual también era un problema para Sheehan.
En un inicio, esperaba que su hijo aprendiera negocios y se convirtiera en un exitoso empresario. Sin embargo, Henric cambió en secreto la especialidad a medicina sin su consentimiento. Evidentemente, cuando él se enteró, se enojó mucho, pero ya no podía hacer nada.
Ahora, su hijo solo estaba de pie a su lado, muy serio y callado. El hombre, algo molesto, le dio un empujón, indicándole que hablara. Sin embargo, Henric lo miró y le preguntó sin tapujos; "Papá, ¿estás bien?".
Sheehan se sintió repentinamente avergonzado. Después de todo, no pretendía obtener algo bueno de una persona como su hijo.
En ese momento, Quentin sonrió ligeramente y preguntó con algo de culpa; "Henric, no te vi hoy en la ceremonia del mediodía, ¿qué pasó? ¿Por qué no me buscaste cuando volviste?".
"Primo, tienes muchas cosas de las que ocuparte todos los días y ahora, también necesitas prepararte para algo tan importante como tu compromiso. ¿Cómo podría molestarte?", contestó seriamente.
Yvonne miró la actitud de aquel hombre, y entendió que su enojo se debía a Eleonora. Cuando él estaba en la universidad, se había esforzado mucho en conquistarla. ¡Entonces, su primo los separó, solo para que luego de casarse con ella, la abandonara!
"Joven Henric, ¡no nos hemos visto en mucho tiempo! ¡Es un gran honor verlo regresar del Reino Unido para asistir a nuestra ceremonia de compromiso! Muchas gracias". Yvonne mostró una gran sonrisa y trató de ganarse su favor.
El hombre la miró a Yvonne con seriedad y le respondió; "Srta. Yvonne, le has dado las gracias a la persona equivocada. Yo no he vuelto para asistir a tu ceremonia de compromiso, yo no estuve en su destacada ceremonia. ¡Por favor! Es solo una ceremonia de compromiso. ¿Cómo podría eso valer la pena?".
Al escucharlo, todos los presentes se sintieron avergonzados y, al instante, Sheehan habló en nombre de su hijo.
"Quentin, sabes que tu primo siempre dice una cosa por otra. No te lo tomes a pecho. Es evidente que si regresó del Reino Unido fue para asistir a tu ceremonia de compromiso. ¿Acaso hay algo más importante que eso?", explicó con una sonrisa forzada en su rostro, mientras pensaba en lo decepcionante que resultó Henric.
"Bueno, Henric siempre dice tantas cosas excéntricas. Tenemos una relación muy buena, ¿cómo no saber lo que está pensando?". El hombre encontró una manera de aliviar la vergüenza también.
Casualmente, él se había enterado de lo que había sucedido entre Henric y Eleonora. Por eso, con la publicación de Internet, lo entendió más detalladamente. Su primo debía estar descontento con él por culpa de esa mujer. Lo más probable era que hubiera regresado al país por ella.
Pero, si acababa de divorciarse con Eleonora y Henric había regresado, ¿significaba eso que él quería volver a estar con ella? Pensar en eso solo hizo que se sintiera un poco infeliz.
"He vuelto por un deseo que no he cumplido en estos años. Ahora creo que fue un error que me haya ido sin decir nada en ese entonces". No importaba cuándo, ni quién fuera infeliz o no, Henric no se preocupaba por ellos. El motivo por el que volvió fue muy claro: Eleonora.
Quentin sabía que las palabras de su primo iban dirigidas a él, ya que, en aquel entonces, Henric le había preguntado por qué quería casarse con aquella mujer.
Mas, él solo respondió fríamente; "De hecho, es un placer para ella casarse conmigo. Si tienes alguna duda, puedes preguntarle a Eleonora".
En ese momento, solo había un objetivo en la mente de Quentin, el cual era no dejar que la familia Balton viviera una buena vida.
"Joven Henric, tengo una consulta que hacerle en privado, vayamos un poco más adelante". Yvonne sabía que si Henric continuaba hablando, todos los presentes saldrían mal parados. Entonces, como conocía su temperamento obstinado al haber sido compañeros, creyó que era mejor llevarlo a un lado.
"Srta. Yvonne, no nos conocemos tan bien, ¿verdad?". El hombre no aceptó su sugerencia, pues, en ese momento, solo estaba disgustado con la pareja que tenía enfrente. "Oh, por cierto, estoy un poco incómodo. ¡Discúlpenme!", dijo antes de irse.