Capítulo 63
1873palabras
2022-09-08 15:00
Me muevo nerviosa y me hago a un lado de la cama alejándome de su cuerpo.
—Esa es la razón por que la que no había querido hablar contigo en estos días —Alex se tensa y se incorpora lo suficiente para mirarme a la cara mientras le sigo hablando—. ¿Sabes quién es Brenda Sáenz?
—Sí. La directora de cine.

—Bueno. Pues ella me ofreció ser su aprendiz. Voy a trabajar en sus próximos proyectos y a estudiar cine en Los Ángeles. —evito su mirada por miedo a encontrarme con el dolor de hace unos minutos o peor aún, con enojo, por haberle dado esperanzas de un futuro juntos para luego salir con que me voy del país.
—Entonces si te vas…
—Sí. A finales de agosto me voy y no tiene vuelta de hoja. Ya todo está organizado. Contratos con la productora. Matrícula en la universidad, incluso mi hermano me regalo una casa para que no me preocupe en donde vivir. No puedo echarme para atrás Alex, y tampoco quiero hacerlo.
—Todavía faltan un par de meses para eso Iv. En ese tiempo pueden pasar muchas cosas.
—Lo sé, pero ya tuve una relación a distancia, no quiero volver a pasar por algo así. Y si sigo alimentando esto. Lo que tenemos, irme va a ser muy difícil. Y me voy a ir Alex. Incluso si Brenda me dice que después de todo ya no. Quiero estudiar en esa escuela porque estando en esa ciudad va a ser más fácil que pueda realizar mi sueño.
Alex se acerca, acaricia mi cabello, baja sus dedos por mi rostro y me observa como si quisiera guardar en su memoria cada detalle de mi cara.

—¿Me quieres? —pregunta con voz ronca.
—Sí.
—Yo también te quiero. Y jamás te pediré que renuncies a una oportunidad como esta.
—Lo sé. Pero si seguimos juntos…

—Amor. Vamos a seguir juntos. No voy a volver a perderte por miedo a lo que pueda o no pasar en el futuro. ¿Te dije que gane mucho dinero? Pues vamos a pasar el mejor verano de nuestras vidas. La única razón que voy a aceptar si decides dejarme, es que no me quieras. Estos días he pasado imaginando eso, y ha sido un infierno. Es la razón por la que me mantuve alejado. Pero ahora que sé lo que sientes…
Alex deja de usar sus labios para hablar y comienza a besar mi cuello.
—Alex…
—Mmm
—Tengo miedo. Tengo miedo de enamorarme y luego tener que dejarte.
—No te preocupes amor. Confía en mí. Vamos a intentarlo. Vamos a hacerlo bien y cuando llegue el momento prometo…
—No me prometas nada que no sabes si puedes cumplir.
—Lo único que tengo claro ahorita es que quiero estar contigo. Ya terminé mi carrera, y con contrato o sin contrato voy a ser músico. Pero eso puedo hacerlo desde cualquier lugar del mundo. Yo vine a esta ciudad persiguiendo un sueño que ya cumplí. Y puedo irme a otra persiguiendo otro sueño más grande. Los Ángeles es el hogar de las superestrellas. Si voy a ser una, estar hay es un buen inicio.
—¿Estás hablando en serio? ¿Te mudarías conmigo?
—Si haciendo eso puedo tener todo lo que quiero, claro que sí.
Los ojos se me llenan de lágrimas y por primera vez en mucho tiempo son de felicidad.
Me aferro a él con fuerza. Lo abrazo y lo beso, doy un giro y quedo sobre él.
—Te quiero —le digo mirándolo fijamente a los ojos y Alex sonríe.
—Yo también te quiero —Se levanta y ambos quedamos sentados en la cama con mis piernas rodeándole la cintura— ¿Quieres ser mi novia?
La emoción no me deja hablar y solo logro asentir con la cabeza.
Nos besamos y a los pocos segundos ya estamos listos para volver a estar juntos.
Alex me levanta un poco y se une a mí haciéndome gritar de placer.
Por la prisa y la ansiedad de antes no note algo muy importante.
No estamos usando preservativo y la sensación de estar carne con carne es indescriptible.
“Definitivamente, esto es mucho mejor.”
Me muevo hacia adelante y hacia atrás, buscando estar más cerca de él, unimos nuestros labios, mientras los gemidos se pierden en besos apasionados y llegamos al cielo nuevamente.
Caemos rendidos, nos acariciamos y nos besamos mientras recobramos el aliento y volvemos a comenzar.
Ambos estamos decididos a recuperar los días que estuvimos separados y hacemos el amor una y otra vez hasta quedarnos sin fuerzas y finalmente rendirnos ante el sueño.
Un cosquilleo en mi espalda me saca de los brazos de Morfeo y me devuelve lentamente a la vida real.
Los labios y la lengua de Alex suben por toda mi columna vertebral hasta llegar a mi oído.
—Amor despierta. —dice con voz ronca mientras acaricia mis nalgas.
“¿De verdad, quiere hacerlo otra vez?”
“¿De dónde saca tanta energía este hombre?”
—Alex, tengo hambre —me quejo medio dormida.
—Yo también...
Siento su erección creciendo y a pesar de esta acostada, mis piernas tiemblan.
—Cariño, de verdad quisiera hacer esto todo el día. Pero hay otras partes de mi cuerpo que necesitan saciar su necesidad y en este momento mi estómago está a punto de sufrir un colapso.
—Y yo quiero ser quien te provea de todo lo que necesitas, así que despierta y mira lo que te traje.
Me rindo, termino de abrir los ojos y me levanto para ver frente ami una bandeja con diferentes delicias.
Fruta picada, huevos, tocino, panqueques con crema de avellana, jugo de naranja, café, macarrones con queso, carne azada, papas fritas y una botella de agua.
—¿Pero qué…? —miro sorprendida el banquete que tengo en frente y no puedo parar de sonreír.
—Son las 3 de la tarde, pero apenas despiertas y no estaba seguro si querías desayunar o almorzar. Así que traje varias cosas para que escojas.
—¿Cuándo preparaste todo esto?
—Estoy tan feliz de que estés aquí, que no he podido dormir.
—Alex… —lo regaño porque pasar la noche en vela no es muy saludable que digamos.
“¿Cómo es que puede estar tan enérgico si ni siquiera ha dormido?”
—No te preocupes amor. Ya habrá tiempo para descansar. Mientras tanto come.
Lo miro con un gesto de reproche, pero le hago caso y como un poco de todo lo que me preparo hasta que me siento satisfecha.
—Si me vas a consentir así, en unos meses en vez de caminar voy a rodar.
—Y todavía falta el postre.
—Alex, no creo que pueda…
No logro terminar mi frase porque mi novio se para emocionado de la cama y sale de la habitación para volver a los pocos segundo con un pequeño pastel de chocolate y sobre el una pequeña vela.
—Feliz cumpleaños amor. Pide un deseo.
Me muerdo el labio inferior para tratar de retener las lágrimas, pero igual siento como se cristalizan mis ojos.
Soplo la vela y en mi mente lanzo una plegaria pidiendo que el único problema que tengo en mi vida se solucione pronto.
“Que mi familia y yo encontremos la forma de estar bien.”
—Sam me dijo que este es tu pastel favorito. Vamos, come un poco —me anima, pero no creo poder complacerlo.
—Me comí casi todo lo que me preparaste. Tal vez debamos dejar el pastel para más tarde.
—¿Estás segura? —me mira de forma sensual mientras con un dedo quita un poco de la crema que cubre el postre y se la pone en el cuello.
Ahora que mi estómago no cruje, verlo hacer eso hace que mi entrepierna lo necesite de nuevo.
Camino como un gato sobre la cama hasta alcanzarlo y paso mi lengua por todo el camino de chocolate que dejo en su piel.
—El mejor postre del mundo —le susurro al oído mientras tomo un poco más de crema y se la unto en los labios para luego besarlo.
Jugamos así hasta que la crema se termina.
Alex también come de mi cuerpo poniendo dulce en mi vientre, en mi pecho y en lugares muy cerca a mi intimidad. Luego vamos a la ducha para limpiarnos y allí volvemos a hacer el amor.
—Creo que soy adicto a ti —me susurra mientras me penetra y me aplasta con su cuerpo contra la pared.
Yo gimo más fuerte con cada embestida hasta estallar en un grito.
—si seguimos así, algún día te vas a aburrir de mí.
—¿Te estás quejando?
—No, pero no quiero que esto acabe. Quiero que en unos meses o años me siga deseando tanto como hoy.
—No me voy a cansar de ti Iv. No podría. ¿No has entendido que me vuelves loco?
—Alex… —suspiro mientras el agua me corre por el cuerpo, le doy un beso en el pecho y lo abrazo— todo esto ha sido demasiado abrumador. Siento tantas cosas cuando estoy contigo que a veces parece como si tuviera la temperatura a grados mortales y me asusta terminar consumida. Te juro que nunca me había sentido así.
—Lo sé. Yo me siento igual. Todo contigo es nuevo para mí y sé que es muy pronto para decir esto, pero es lo que siento Iv —Alex toma mi rostro en sus manos para que lo mire—. Te amo.
Mis lágrimas se camuflan con el agua de la ducha, pero están hay derramándose por la emoción.
—Yo también te amo.
Y con beso dulce cerramos la promesa de esforzarnos y luchar para permanecer juntos y ser más que solo amantes.
*****
El verano comenzó, y a pesar del drama que rodea mi a mi familia, promete ser uno de los mejores de mi vida.
Ya tengo todo planeado.
Alex y yo vamos a pasar todo el tiempo posible juntos.
Su banda, a pesar no haber ganado, fue escuchada por personas muy importantes en el medio de la música y para suerte de ambos, una productora ubicada en Los Angeles, les ofreció su primer contrato discográfico. No es tan grande como el que buscaban en la batalla de las bandas, pero si es un muy buen paso para comenzar sus carreras.
Por ello, mi novio debe mudarse a la ciudad, que va a hacer nuestro nuevo hogar, un mes antes de que yo deba presentarme en la oficina de Brenda Sáenz, y decidí aprovechar este tiempo para hacer el viaje anual que hago con mis amigos.
Usaré el regalo de Mateo y lo voy a compartir con Dilan y Sam. Esta va a ser nuestra despedida, porque después que volvamos de Islandia nuestras vidas van a ir por caminos diferentes.
No quise siquiera mencionárselo a Alex, porque sé que no aceptaría hacer un viaje que mi exnovio patrocino. Pero también tenemos planeado hacer nuestro propio viaje e ir juntos a conocer a sus padres y a visitar a mi papá, que se quedó solo, en París.
Sé que cuando estemos separados por unas semanas lo voy a extrañar como una loca. Pero imaginar nuestro reencuentro me emociona aún más.
Y así es como estoy hoy. En un auditorio, viendo como mi amor, cumple uno de sus sueños al graduarse como músico profesional y con la expectativa de que juntos vamos a llegar aún más lejos de lo que nuestra imaginación puede visualizar.
Fin.