Capítulo 16
2371palabras
2022-08-03 15:00
El día comienza, y yo ya estoy exhausta.
No logre dormir ni cinco minutos.
Estuve con los ojos cerrados hasta que sonó el despertador, pero tremendamente frustrada por no conciliar el sueño
De solo pensar en lo que paso ayer y lo que va a pasar hoy, me provoca quedarme en la cama y no salir jamás.
Pero el deber llama.
Las clases de hoy son imperdibles y eso es bueno. Voy a estar toda la mañana ocupada en ellas. Y luego tengo varias actividades en la universidad que requieren mi atención.
Mantenedme ocupada y en movimiento, siempre ha sido la forma más efectiva que he encontrado para evadir mis sentimientos. Y hoy lo requiero más que cualquier otro día.
Necesito olvidar que: en tan solo unas horas, Mateo va a estar a unos pasos de mi ventana.
Sam y yo compartimos todas las clases del día de hoy.
Dilan nos recoge a ambas para llevarnos a la universidad. Ella está muy callada y siento un poco de pena por su estado. El ambiente es pesado. Ninguno de los tres sabe qué decir. Y nos quedamos así el resto del camino.
Gracias a los dioses solo fueron 20 minutos de viaje.
—Recuerda que me lo prometiste —me advierte Dilan al bajarnos de auto y llevándome a un lado para que Sam no nos escuche. —Y aunque puede que no se disculpe… trátala como si nada hubiera pasado.
— Si claro, porque evadir las cosas nos ha funcionado tan bien. —El sarcasmo en mi voz, lo molesta.
—Iv, Por favor… Yo nunca te pido nada. Si no lo quieres hacer por ella, hazlo por mí. Solo olvídalo.
—Está bien… —Digo a regañadientes.
Dilan se va hacia la facultad de medicina, mientras Sam y yo caminamos hacia nuestra primera clase.
—¿Ya terminaste el proyecto de fotografía? —Pregunto para romper el hielo entre nosotras.
—No. Mi mente está en blanco. No sé qué hacer.
—No importa. Hoy termino el mío y luego nos podemos dedicar a hacer el tuyo.
—¿En serio me quieres ayudar? —ahí están otra vez sus ojos tristes.
—Sí. Claro. Mira Sam, somos amigas, y a pesar de lo que paso ayer, espero que continuemos siéndolo. Y no me malentiendas, no me arrepiento de lo que dije, pero podemos resolverlo. Siempre lo hacemos.
La expresión de mi amiga se relaja un poco y sonríe.
—Y ¿Qué va a pasar con Juan? ¿También lo vas a resolver?
“Por dios mujer, dame un respiro.”
—Mira Sam, si de verdad quieres que las cosas entre nosotras estén bien, vamos a tener que colocar límites. Y el primero de ellos es, que mis asuntos contigo, los resuelvo contigo, y mis asuntos con Juan, los resuelvo con Juan. Si no puedes aceptarlo, dímelo de una vez.
Sé que prometí tratarla con delicadeza, pero si no le digo esto, va a ser como retroceder en todo el camino que avance ayer. Y no estoy dispuesta a volver a lo mismo.
—Si, lo puedo aceptar.
Sus palabras no me convencen, Pero no quiero alargar la discusión.
La mañana transcurre rápido y logro sobrevivir a ella, gracias a los dos cafés cargados que me bebí antes de salir de casa.
Pero ahora es medio día y como todo lo que sube tiene que bajar. Mi energía ahora está en el suelo.
Sam y Dilan almuerzan, mientras yo apoyo mi cabeza en mis brazos sobre la mesa e intento tomar una siesta corta.
—Iv, ¿De verdad no vas a comer nada? —Pregunta Sam.
Niego con la cabeza. No tengo fuerzas para hablar.
—Si yo fuera tú —comienza a decir Dilan—, me hubiera quedado en casa. Esa mano lesionada es una buena excusa. Con un par de lágrimas de cocodrilo, la madre de Sam te daría una incapacidad y ningún profesor podría criticar tu ausencia.
“No gracias, si me hubiera quedado en casa, mis pensamientos terminarían volviéndome loca”
—Así que eso es lo que tú haces —reclama Sam— Manipulas a mi madre para que cometa fraude. No quiero imaginar en qué clase de médico te vas a convertir.
—En la clase, de los que ganan mucho dinero —dice Dilan, hinchando su pecho de orgullo—. Bueno, mujeres mías. Me voy, Tengo… algo que hacer.
Y aunque evita decirlo, sé que lo que significa ese “algo”.
Va a al aeropuerto por Mateo.
Sam y yo nos quedamos solas. Y su intento de animar asperezas me deja perpleja.
—Y ¿cómo se llama?
—¿Quién?
—El chico del concierto.
—Sam no… —no me siento segura de sus intenciones y tampoco de querer compartir información con ella de ese tema en específico.
—Solo quiero saber… A menos de que no sepas su nombre, eso sí sería…
—Alex —digo antes de que empeore las cosas—, Se llama Alex y estudia música, aquí. En esta universidad.
—¿Entonces, lo volviste a ver?
—Si, ayer me vi con él otra vez.
—Y por eso faltaste a clase de fotografía.
—No. Falte a clase de fotografía, porque no quería verte.
—¡Iv! —Reniega demostrando el dolor que le producen mis palabras.
—¡Sam! Si no puedes lidiar con las respuestas, entonces no preguntes.
—Te estás volviendo muy… violenta a la hora de hablar.
—No soy violenta. Solo que ya me cansé de irme con rodeos. Mi relación con Alex, tú no la entiendes, y yo no tengo ganas de explicártela, así que ese va a ser nuestro segundo límite.
—Si me vas a llenar de límites entonces no vamos a tener nada de qué hablar.
—No se trata de eso. Solo que hay cosas que prefiero compartir cuando yo crea que es necesario. El día que necesite un consejo, te lo voy a pedir. Y el día que necesite que solo me escuches, espero que estés dispuesta a hacer solo eso.
—Okey, prometo hacer todo lo posible por respetar tus límites. Pero que sepas que, en algún momento yo también puedo tener los míos.
—Estoy segura de que sí. Y yo los respetaré.
—Muy bien. Cambiando de tema ¿Qué quiere hacer para tu cumpleaños? Ya solo faltan tres semanas. Y no hemos planeado nada.
—No sé. Tal vez nada. Ya sabes lo mal que termino el del año pasado.
—¡Oyeee! No. El cumpleaños es una fecha sagrada. Nunca has dejado que pase desapercibido. Ivana Ferrer siempre celebra por todo lo alto.
—Sí. Pero, ¿Qué voy a hacer? Mis padres van a estar de viaje en esa fecha. Las cosas entre todos nosotros están muy raras y no creo que se solucionen pronto. Y no tengo tantos conocidos, como para decir que voy a hacer una fiesta.
—Podemos celebrar por todo lo alto, solo nosotros tres. Déjamelo a mí. —Su emoción deja ver a la Sam de siempre y eso me alegra. Darle algo que hacer y que planear siempre sirve para que su estado de ánimo cambie.
—Está bien, pero… comencemos con los planes otro día. Hoy tengo mucho sueño.
—Pues será mejor que busques la manera de despertar y limpiarte la saliva. En quince segundos vas a tener tu Estrella de Rock en frente de ti.
“¿What?”
Su comentario me alerta y cambio mi postura. Me cercioro de que no es una broma y efectivamente ahí está, Alex, caminando hacia nuestra mesa. Verlo le inyecta adrenalina a mi cerebro y me despierta un poco.
“Dios, que sexi es.”
Hoy lleva su cabello suelto, Una camisa de manga larga blanca, un pantalón negro y unas gafas de sol. Es tan sencillo y a la vez tan deslumbrante.
Sam tiene razón. Es toda una Estrella de rock.
—Bunas tardes señoritas.
Sigo embelesada por la aparición repentina de Alex y no respondo a su saludo.
—Hola, mucho gusto, mi nombre es Samara, pero todos me dicen Sam.
—Mucho gusto Alex.
—Si, ya sé.
Ambos se quedan mirándome. Pero yo no logro decir nada.
“Solo abre la boca y di, hola.”
—Bueenoo, yo me voy —Sam se pone de pie—. Y tú —dice dirigiéndose a mí—, tomate por lo menos un café, pareces un zombi.
Sam se va, sabrá Dios a donde, y Alex toma su lugar en la mesa.
—Te vez muy mal.
—Dormí muy mal.
—Si yo soy la causa de tu insomnio, me disculpo —Y ahí está, esa sonrisa irresistible que pone en alerta roja todas mis hormonas.
—Ya quisieras —Digo orgullosa.
—¿Estas molesta conmigo?
—No.
—Ayer parecías molesta y en vista de que no respondiste mi mensaje, solo me queda concluir que estás muy enojada.
—Ayer te comportaste muy raro, y eso me hizo sentir incómoda, lo aceptó. Pero no respondí porque se me presento un problema y la verdad, leí tu mensaje en la madrugada.
—Supongo que ese problema es la causa de tus ojeras.
—Sip.
—¿Y puedo saber de qué se trata?
—Nop —No quiero hablar de Mateo con nadie.
No sé qué abra visto o leído en mi mente, pero no insiste en el tema.
—¿Podemos hablar? Quiero explicarte por qué me comporté ayer como un puberto torpe.
—Okey, te escucho.
—¿Y si vamos a otro lugar? Aquí hay mucha gente.
—No prometo llegar muy lejos.
—Solo vamos a la zona verde, incluso puedes dormir un rato antes de entrar a tu próxima clase.
—Okey.
Caminamos en silencio por algunos minutos.
La zona verde está en el centro de la universidad. Se puede llegar a ella desde cualquier facultad. Es un lugar muy grande, lleno de árboles y vegetación. Incluso tiene un lago con patos. Cuando llegamos, Alex me guio hasta el centro, donde se encuentran los árboles más grandes. En el camino vemos grupos de personas haciendo pícnic, otros estudiando, o concentrados con algún juego de mesa, y como no, parejitas que creen que están en un motel al aire libre.
Alex me señala un lugar bajo un árbol y nos sentamos en la sombra.
Respiro la calma que se siente a mi alrededor.
“De verdad podría dormir aquí.”
Estamos solos. Las personas tienden a quedarse un poco más cerca de su respectiva facultad para no llegar tarde a clase.
Pero no logro disfrutar por mucho tiempo de la paz y el sonido de la naturaleza, porque Alex comienza a hablar.
—No quiero darle muchos rodeos al asunto.
—Eso es lo que estás haciendo al traerme hasta aquí —digo un poco mezquina, y al darme cuenta de mi grosería, no me queda de otra más que disculparme—. Perdón, cuando no duermo bien, mi tolerancia baja a niveles bajo cero.
—No te preocupes, a mí me pasa lo mismo cuando tengo hambre. Pero bueno, al grano.
<< Me gustas. Eso es obvio. Desde el día que te vi en la exposición de fotografía, fantaseé con besarte. Bueno… no solo con eso. Pero el punto es, que me deje llevar. Lo que paso en el auto, no debió pasar. Y no es que no quisiera, si quería y sigo queriendo. Lo que pretendo decir Iv, es… Que, antes de que las cosas llegaran tan lejos, debí haber tenido esta conversación contigo. Pero no me esperaba que las cosas se fueran a poner tan… intensas, en tan poco tiempo.
Me gusta pensar que soy la clase de persona que sabe lo que quiere. Y estoy dispuesto a hacer lo que tenga que hacer para conseguirlo. Y mi único objetivo ahora, es ser musico profesional. Quiero vivir de mi pasión, no me imagino haciendo nada más. Pero esta vida que elegí, no se trata solo de talento. Se requiere disciplina, esfuerzo, y sobre todo, sacrificio.
Con toda esta historia, pretendo que entiendas que, estoy terminando mi carrera, tengo una banda, y aunque mucho pueden pensar que es un hobby, todos los del grupo no la tomamos muy en serio. Tenemos la ambición de llegar a todos los lugares del mundo que sea posible. Además de eso, tengo tres empleos. Hasta que mi música me dé lo suficiente para vivir, debo seguir buscando la forma de sobrevivir. Aunque mis padres siempre me dieron todo, no son ricos como los tuyos y la vida en la ciudad es el doble de cara que en el pueblo.
En conclusión. No tengo tiempo, ni energía para una relación sentimental. Cuando decido involucrarme en algo, lo hago con todo. Y ahorita mismo, toda la responsabilidad emocional y drama que conlleva un noviazgo, son cosas que no necesito. Tengo toda mi concentración puesta en la música.
Iv, mis relaciones, los últimos años, han sido solo casuales o físicas. Porque vamos a hacer sinceros. El cuerpo quiere lo que quiere. Y antes de que pase algo más entre nosotros, quiero ser claro.
No puedo ofrecerte nada más. >>
La declaración de Alex me da mucho en que pensar.
Esto es lo que quería. Una relación sin drama. Solo sexo.
Pero, yo nunca he tenido una relación así.
¿Podre hacer a un lado mis emociones?
“En ese tipo de situaciones, el 90% de las relaciones heterosexuales, la que termina llorando es la mujer”
No sé si esas fueron las palabras exactas de Sam, pero esa era la idea.
¿Mi corazón está listo para salir lastimado otra vez?
“Alex está siendo sincero. Nada tiene porque salir mal. El corazón se rompe por la decepción que causa esperar algo de alguien y que resulte todo lo contrario. Simplemente no esperes nada más de lo que él te ofrece y vas a estar bien.”
—Muy bien. —Digo en voz baja para responder a mi voz interior, pero Alex escucha.
—Muy bien ¿Qué?
—Así como fuiste honesto conmigo, yo también lo voy a hacer. —respondo decida a hacer algo que nunca he hecho y que, siendo realista, me puede perjudicar— Nunca he tenido una relación así. Solo física. Pero antes de conocerte, lo había estado pensando. Tener relaciones convencionales no ha resultado para mí y he considerado probar algo nuevo. No puedo prometerte que las cosas salgan como tú quieres, pero lo voy a intentar. Controlare mis emociones y disfrutare de esto, sea lo que sea y dure lo que dure.
—¿En serio? —la sorpresa en la cara de Alex es un poema.
—Sí. Vamos a dedicarnos a coger y a pasarla bien.
Mi respuesta sorprende y emociona tanto a Alex que, en cuestión de segundos, siento sus labios devorar los míos, y me dejo embriagar de toda la pasión que pone en ese acto.