Capítulo 84
2027palabras
2022-09-28 11:56
PDV Isabel.
– En tres meses – había respondido mi ahora prometido cuando le preguntaron cuando nos casaríamos.
– ¿Tres meses? Amor es muy poco – no me imaginaba preparando una boda en tan corto tiempo. – Como voy a organizarla tan pronto.
– No te preocupes cielo, estoy seguro que doña María y Pilar te ayudaran y todo estará listo.
– Por su puesto que si – respondieron las mencionadas muy emocionadas.
– Y yo también voy a apoyar – agregó Christine.
– ¿Ves? Ahora sobran manos – me dio un corto beso y ni modo, en tres meses sería la señora de Quant.
Ese fin nos fuimos a Madrid, pero Luka vino con nosotros solo a recoger mi ropa y uno que otra cosa que me encantaba, al fin y al cabo, ese apartamento lo mantendría para estar cuando viniera al bufete y para darle la vuelta a D´Noir, del cual quería hacerme una parte, mientras hacíamos maletas luego de una candente sesión de se** le consulté a Luka.
– Quiero ser tu socia – él me miró extrañado.
– Serás mas que mi socia, serás mi esposa, lo mío será tuyo. – le hice un puchero, este hombre era tan romántico como candente.
– Me refiero a que Fernando quiere vender sus acciones de Liberty, pues su esposa no le gustó que estuviera en ese antro del se** como lo llamó – me sonreí al recordar la cara de Fernando al contarme por una video llamada.
– Si me enteré, pensaba comprárselas, realmente son muy pocas.
– Lo sé por eso quiero comprarlas yo – Luka alzó la ceja y ya sabía lo que venía.
– ¿Con que te gustó el negocio o solo quieres estar sonsacándome cada vez que vengamos?
– Las dos cosas – le guiñe el ojo y salí corriendo al baño antes de que me atrapara.
– Me vengaré – gritó detrás de la puerta, lo imaginé riendo.
– Necesitamos terminar de empacar y tu no me dejas.
– Y tu brava.
No escuché más pues abrí la regadera.
– ¿A dónde vas? – preguntó mi bello alemán.
– Amor al bufete, debo reunirme con Fernando y Paolo, quien se va a encargar de mis cosas, bueno de las que requieran de mi presencia.
La cara de mi futuro esposo cambió cuando le mencioné a Paolo.
– Ni modo, te dejare ahí, e iré a Liberty.
Cuatro Semanas después.
– Augh – se quejó Pilar cuando nos bajamos de mi auto para ir a probar los pasteles para mi boda.
– ¿Qué te pasó? ¿te sientes bien?
– Si, espera un momento, es un cólico menstrual – pidió mientras se recostaba del coche y respiraba profundo.
– Uy, pediremos un té al llegar lo caliente te ayudara.
– ¿Y tú? Al parecer ya nos desincronizamos – la miré sin entender a que se refería mi mejor amiga.
– A que te refieres?
– Al periodo, que nos llegaba juntas. ¿ya lo pasaste?
– Ah ya, pues no, no me ha venido.
– ¿No? Si a mi se me retrasó dos días y corrí al médico para hacerme una prueba, como salió negativa me mande a poner un implante, aun quiero seguir disfrutando de mi Ajax –
– Supongo que debe ser el trauma por el que pasé – me quedé pensando. Cosa que no pasó desapercibida Pilar.
– ¿Acaso, no te estas cuidando?
– Claro que sí, solo que cuando pasó lo del accidente recuerda que estuve varios días hospitalizada y en ese tiempo me salté la píldora, pero luego la retomé.
No hablamos más del tema porque llegaron con las muestras de postres, me quedé con uno de chocolate y vainilla caramelizada que me comí como dos pedazos. Y así pasaron los días de cita en cita unas veces con mi mamá, otras con Pilar, con Christine a veces con las tres y unas pocas con Luka.
Habíamos decidido que la boda fuera en la que sería nuestra casa, yo quería algo hermoso pero íntimo, y los jardines del pequeño castillo eran hermosos para la ocasión, además de que la casa contaba con un salón que entraban unas cincuenta personas.
Escogí un vestido color champagne de corte sirena, mangas cortas las cuales estaban hechas de encaje y piedras brillantes al igual que el diseño de la espalda y bajabapor el frente hacia el escote en forma de corazón, mi madrina, por su puesto Pilar iba de azul lila y a Christine que no la podía dejar por fuera, aunque su panza ya estaba bastante avanzada, iría de dama.
Me parecía medio irreal, l ex esposa de mi esposo como dama de honor en mi boda, bromeamos mucho con eso, al punto que ya mis padres y los Albertch se unen a las bromas.
Todo estaba listo, incluso la sorpresa que teníamos preparada para ese día, a solo cuatro días para mi gran día, le pedí a mi madre que me acompañara a la pastelería que nos iba a hacer el pastel, quería comprar uno igual al de mi boda que me había encantado, pues tendríamos una cena familiar esa noche.
Pedí una porción y apenas la olí me dio nauseas.
– No lo quiero mamá, quítalo de aquí – dije mirando con asco el pastel.
– Isa, y este no es el sabor del de tu boda mi niña.
– Si, pero no soporto el olor.
La gerente quien me había atendido en todo momento se fijó de mis gestos.
– Algo malo con el pastel señorita Isabel.
– Me da mucha pena decirte esto a tan poco tiempo, pero no quiero ese sabor. – la pobre palideció.
– Esta segura, pero si a usted le encantó.
– Lo siento, pero justo ahora no.
– Me estas acordando de mi misma cuando estaba embarazada de ti, no soportaba ni el olor del perfume de tu padre.
Me quedé de piedra, según yo si me había llegado el periodo el mes pasado, pero la verdad había sido dos días como de manchado. Cambie el pastel por uno de limón y puse a correr a la pastelería.
– Mamá, creo que necesito pasar por una farmacia.
– ¿Estas embarazada?
– Estoy 80% segura de que no, pero quiero descartar.
Al llegar a casa, tres pruebas después lo único que descarté era que estaba equivocada, pues todas las pruebas dieron positivo, estaba embarazada, me aterré mas cuando apenas pude esconder los dispositivos antes de que mi esposo entrara con una sonrisa de oreja a oreja.
– Hola mi vida – dijo antes de enfocarme bien – ¿estas bien? estas como pálida.
Lo abracé fuerte.
– Tengo miedo, y si te cansas de mí, y si no funciona, yo no se ser una buena esposa – aunque en realidad quería decir que yo no sé ser una madre. Luka me tomó la cara con sus dos grande manos.
– Cielo, respira, todo estará bien, yo te amo y ¿tú me amas verdad?
– Te amo con locura – dije entre una sonrisa y una lagrima.
– Entonces estaremos bien, aprenderemos juntos, solo debemos amarnos respetarnos y siempre hablar con la verdad. Además, seremos unos buenos padres, porque si todo sigue bien, en veinte días llega Aitana e iremos practicando con ella – dijo feliz al hablar de su hija con Christine.
Al día siguiente me fui sola a un consultorio que busqué por internet, si quería mantener el secreto no podía ir a la clínica de Ajax ni ninguna sucursal, además quería que Luka fuera el primero en enterarse, el amor por su hija que aunque no fue planificada es tan grande que me aseguraba que amaría a nuestro bebe también, aunque tampoco haya sido planificado. El eco arrojo un hermoso ser con once semanas de gestación.
Casi me desmayo, como fue que no me di cuenta, mi cuerpo no arrojó ninguna señal o yo no la vi.
Guarde la primera foto de mi bebe, que a Dios gracias estaba perfecto, a pesar de que yo había seguido tomando la píldora. Este seria mi regalo de bodas para mi esposo, así que mi día de boda será un día de sorpresas.
El gran día llegó y yo me moría de nervios por la boda y por el secreto que levaba conmigo, la madre de Christine acompaño al altar a Luka, por ser su madrina, mi padre me entregó a él con lagrimas en los ojos, todo estaba hermosamente decorado como lo había imaginado, parecía un jardín de cuentos de hadas y aquel ocaso fue el mas bello de todos mientras nos dijimos nuestros votos de amor y el sí acepto.
Pasamos a la recepción comimos, bailamos y llegó la primera sorpresa de la cual estaba preparada, llamamos a las pocas solteras que estaban en nuestra recepción para lanzar el ramo.
– A la una, a las dos y a las tres – Hice que lo iba a lanzar y cuando todas gritaron, me voltee y caminé hasta mi mejor amiga y hermana para entregarle mi ramo. Todas las demás chicas abrieron espacio a nuestra espalda mientras Pilar me veía asombrada.
– Esto es trampa. – solo le negué con la cabeza y le pedí que volteara.
Ajax quien era por su puesto nuestro padrino, estaba con su esmoquin con una rodilla en el suelo y mostrándole un hermoso anillo que yo le había ayudado a escoger.
– Ante nuestros seres queridos y amigos, te pido que me des el honor de ser tu esposo Pilar.
Con lagrimas en los ojos Pilar saltó – sí, si, si quiero.
Se abrazaron y besaron y todos gritamos de alegría.
La segunda sorpresa seria para mi esposo y por su puesto para todos, le entregaría el sobre luego de cortar el pastel, pero antes de eso bailamos nuevamente, luego Luka se fue a hablar con mi padre y Ajax mientras que en la pista quedamos Pilar, Christine y yo bailando tomadas de la mano con Mario cerca, pues no dejaba a su prometida sola.
Pero, fuera de todo pronóstico la segunda sorpresa fue para mí, bueno para todos.
Medio me resbalé y miré al piso para encontrarme con un charco de agua.
– ¿Qué es esto? – pregunté y al alzar la cara Christine se sostenia la gran panza.
– Creo que rompí fuente.
– ¿Queee? – gritamos las mujeres luego se escuchó mi grito sobre la música.
– Lukaaaa. – mi esposo corrió desde donde estaba y me tomó por los hombros.
– Que paso amor.
– Es Aitana ya viene.
Miró la cara de terror de Christine quien le movía la cara diciéndole que si y todos corrimos al hospital.
Luka y Mario se miraban las caras quien iba a entrar al quirófano. Pero antes de que dijeran algo fui yo quien hablé.
– Tu eres el padre de la beba, entra y acompaña a Chris. – ambos hombres asentaron y Luka corrió.
Tres horas después estábamos embelesados y con nuestros atuendos de boda viendo a una hermosa rubia llorar a todo pulmón. Cuando todo estuvo mas en calma, en la habitación de Chris, Luka cargaba y miraba con adoración a su pequeña y yo con lagrimas en los ojos de la emoción. La cargué y un amor se destapó en mí, supe que quería ver a mi bebe pronto conmigo.
Aitana lloró pidiendo a su madre, se la entregué a Christine y aproveché para sacar el sobre y entregárselo a mi esposo.
– Tu regalo de bodas – Luka me dio un beso y se dispuso a destaparlo.
Al ver la foto y leer el informe. Me miraba y miraba los papeles.
– Acaso… – no lo deje terminar.
– Si en unos seis meses tendremos a nuestro bebe.
Luka soltó todo y me cargo para darme vueltas ante la mirada de todos los presentes y como un loco riendo dijo.
– Siii voy a ser papá.
– Acabas de ser papá – le dijo mi papá.
– Quiero decir voy a volver a ser papáaaa.
Entre amor, risas y lágrimas de alegría fue el día mas feliz de mi vida, hasta hoy.
Fin