Capítulo 75
783palabras
2022-09-18 15:41
PDV Narrador.
La doctora iba distraída pensando en el avance que había tenido su paciente de hoy, la llamaron, contestó si teléfono justo antes de abrir la puerta de su camioneta, cuando sintió un empujón desde la espalda que la hizo pegar la cabeza del borde de la puerta, aturdida fue empujada hacia el puesto de piloto, ella volteó a ver a su atacante, pero este se estaba montando en la parte de atrás de su auto.
– ¿Quién eres y que quieres?, llévate el carro si quieres, pero déjame – le pidió la mujer aterrada. Tratando de mirarla por el retrovisor, pero no pudo ver más que era rubia y de ojos azules y definitivamente era una mujer.

– No me mires– le gritó la intrusa y sin esperar le puso una bolsa en la cara y la apretaba contra la posa cabeza.
La doctora intentaba gritar, tomar aire mientras con sus manos arañaba los brazos de aquella mujer que la estaba asfixiando, pero aquella era fuerte, pero sobre todo decidida.
Cuando ya sentía que se le acababa el oxígeno dejo de luchar, Adela se confió que ya estaba muriendo, sin embargo no espero que al bajar las manos casi laxas, sobre el posa brazos del medio presionará un botón de pánico y la camioneta empezó a sonar la alarma y encender las luces delanteras.
La maldijo y salió corriendo por la puerta trasera del auto, cuando unos transeúntes se estaban acercando por la parte de adelante, un par de ellos la vieron correr pero se apuraron en auxiliar a la mujer que estaba tratando de quitarse una bolsa de la cara.
Adela corrió dejando el alma en ello, cruzó calles, plazas, cuando sintió que nadie la perseguía se calmó un poco, entró a un café pidió un agua y se metió al baño a quitarse la sudadera negra que tenía puesta con capucha y se quedó con una franela negra ancha.
Salió caminando tranquila hasta su auto y para su sorpresa, cuando tomó su teléfono tenía un mensaje de su amada diciendo que la quería ver. Parecía un milagro y por un instante agradeció que haya vuelto en si para volver con ella sin haber tenido que matar a la psicóloga.

Decidió llegar a su departamento darse un baño y prepararse para responderle a Christine, sin embargo, cuando tomó nuevamente el teléfono tenía otro mensaje que la sacó de su pequeña alegría.
Nena (Christ)
Lo siento Adela, tendré que ausentarme por un tiempo, lo lamento, pero como están las cosas no podemos seguir esto se acabó, espero puedas ser feliz.
¿Que pueda ser feliz? Se preguntó Adela, apretando el teléfono tan fuerte que le dolió la mano, pero a ella no le iba a tomar el pelo y dejarla, así como así con un mensaje de texto. Así que respondió

Adela.
Pues yo creo que si quieres ver a tu psicóloga viva otra vez vas a tener que reunirte conmigo.
Cuando Christine leyó ese mensaje el teléfono se resbaló de sus manos y fue a parar al piso, por suerte estaba en su habitación sola. Se preguntaba que habría querido decir Adela con que si quería ver a su psicóloga viva. ¿Sería capaz de lastimarla, y por qué?
No quería contarle a Luka, porque había sido ella quien contactó a Adela aún cuando él le había pedido que se alejara. Tampoco podía decirle a Mario pues no sabía nada de ella. De pronto se mareo y se acostó como pudo en su cama.
Era muy tarde para llamar a la doctora, podía ser una mentira para manipularla. Sin embargo, le envió un mensaje y por más que revisó hasta que se durmió, no había sido leído.
En su habitación específicamente en su sala de baño ajeno al tormento que pasaba su ex esposa estaba Luka lavándose luego de haber tenido una vídeo llamada con su fierecilla ñ.
Ésta lo había retado a tocarse haciéndole un baile y tomando uno de los vibradores que él le había regalado.
Era tan ardiente y tan desatada cuando estaban en la intimidad que cada día agradecía haberla encontrado, era perfecta para él, ambos se más*******n frente a la cámara para darse place aún en la distancia.
Para su suerte mañana vendría ella a visitar y ya le tenía preparada una mazmorra en D’Noir, la castigaría por haberle hecho correrse en su propia mano como si fuera un adolescente. Y ese era el objetivo de Isabel, buscar un castigo de su amo, para su disfrute.
Mientras tanto Christine esperaría hasta mañana para intentar contactar a su doctora, de lo contrario se reuniría con Adela tomando ciertas previsiones, debía actuar rápido pues en la tarde llegaría Mario.