Capítulo 64
1576palabras
2022-08-28 14:17
PDV Narrador.
Isabel estaba en una reunión con su equipo, pero su cabeza estaba pensando cómo sería la fiesta de mañana, Mario había sido muy celoso con los preparativos y no quiso decirle nada, fue con Fernando y tampoco le soltó ni un adelanto, más que sería genial y nada de él hubiera visto antes.
Bueno si le había dicho algo que no esperó, que llevaría a su esposa y las amigas, es decir, sus amigas de la universidad. Ella no se las imaginaba en un espacio como ese, pero en fin tampoco era su problema. Y lo que más le extrañó fue la información que se compartieron los socios delante de ella, no sabían si Luka vendría, al parecer se le había complicado algunos asuntos en Frankfurt y no estaba seguro de venir.
Al terminar la reunión se fue a su oficina, no sabía si sentir alivio o desilusión al saber que Luka Quant no estaría cerca, luego espantó ese pensamiento recordándose que iba con Paolo, que el otro era un hombre X para ella por estar casado.
Isabel se disponía a redactar un comunicado cuando su asistente tocó la puerta pidiendo permiso para pasar.
–Adelante – la chica pasó informándole.
–Isabel, la señorita Christine Albertch, quiere verla, no está agendada para hoy, pero me dijo que está de visita en la ciudad y que no le tomara mucho tiempo.
–La señorita Christine – se preguntó la abogada levantando las cejas – pídele que me espere unos diez minutos, necesito terminar esto, yo te llamaré para que la hagas pasar.
Le respondió finalmente, ella solo conocía a una Christine Albertch, pero no era señorita sino era la señora Quant, ¿Qué querrá? Se preguntó, pero no le dio mucha vuelta y se concentró en lo que tenía que hacer. Luego llamó a su asistente para que la hiciera pasar.
Ese tiempo Christine tomó el vaso de agua que pidió pues estaba evitando el café y el té debido a su estado de gravidez para pensar si su idea sería aceptada de buena manera, ella tenía las mejores intenciones, pero de pronto sintió que debió contarle a Luka. Pero en fin ya estaba ahí y se echaría a la suerte.
–Hola Isabel, lamento venir sin avisar antes, ¿Cómo estás?
–Hola Christine, bienvenida, estoy muy bien gracias, toma asiento.
Ella se sentó con la elegancia que la caracterizaba y ambas mujeres por primera vez y en su pensamiento se alabaron, algo le decía a Christine que la chica que tenía al frente era la indicada para su mejor amigo.
–Bueno Isabel, entiendo que estas ocupada así que iré al grano.
–De acuerdo, soy todo oídos, en que puedo servirte. – respondía la abogada políticamente ya que podría ser algo asociado a la empresa que ella había registrado y no las locuras que le habían pasado por la cabeza.
–Ante todo es bueno que sepas que estoy aquí por mi cuenta, Luka no vino conmigo a Madrid y mucho menos sabe que estoy en tu despacho hablando contigo.
Isabel se sintió curiosa y extrañada de esa introducción por lo que solo puedo asentar. Por su parte Christine tomó una respiración profunda y empezó.
–Isabel, tú le gustas y mucho a Luka – la abogada abrió los ojos con esa oración y se sintió nerviosa.
¿De verdad es real que la esposa esté aquí hablando de lo que siente su esposo por mí? Esto parece irreal. Se dijo internamente. Mientras continuaba su interlocutora.
–Yo no sé lo que sientes tu por él, pero esto que te voy a decir siento que se lo debo a Luka, una vez que tengas la información completa, confío en que sabrás que decisión tomar.
Así que sin más le soltó lo que la llevó a estar ahí.
–Luka y yo estamos casados, por un favor que yo le pedí, no somos una pareja real.
Isabel sintió que algo la movió de su asiento y fue ella misma que se alejó de su escritorio sin darse cuenta.
–¿Qué estás diciendo? ¿Quién en su sano juicio se casa como un favor?
–Un verdadero amigo – le respondió la alemana subiendo los hombros. – no me fue fácil convencerlo, pero gracias a que acepto mi propuesta no perdí todo lo que me correspondía y le doy gracias todos los días por ello.
–Discúlpame Christine, no estoy entendiendo el punto.
–Bueno, esto es algo muy personal y estoy segura de que es la razón por la cual Luka no te lo contó antes, es mi secreto y él es un caballero. Lo cierto es que por dos años tuve o mejor dicho he tenido una relación con mi asistente Adela.
Isabel recordó rápidamente el nombre que vio en aquel mensaje.
–Por todo este tiempo a excepción de Luka y Ajax sabían que estaba relacionada con una mujer. Mis padres son muy criados a la antigua y desde que me gradué y asumí una posición importante en industrias Albertch donde mis padres son los socios mayoritarios y por ser hija única me corresponde toda su herencia. Empezaron a pedirme que me casara y formara familia.
–Pasé todo ese tiempo pensando en cómo confesarle y cada vez se me hacía imposible. No me siento muy orgullosa de lo que te voy a contar, pero hasta les pagaba a gigolos para que fingieran ser mis novios y mi familia no sospechara nada.
Isabel, estaba haciendo su mejor esfuerzo en no hacer ninguna expresión, no quería que la chica que se estaba abriendo en completamente con ella se sintiera avergonzada, ella no veía mal que estuviera enamorada de una chica, sino más bien porque no tenía la valentía de ventilar su amor.
–En fin, para resumirte la historia hace unos seis meses me dieron un ultimátum de que si no me casaba toda mi herencia la donarían a instituciones públicas. Así que no me quedó de otra que pedirle a Luka que se casara conmigo, que por cierto es mi mejor amigo desde que tengo diez años y siempre hemos estado juntos, pero nos queremos como hermanos, sabía que con él podía seguir teniendo mi relación con Adela y por su puesto él seguiría con su vida normal, solo que ya no tan expuesto, ese fue el arreglo al que llegamos.
Isabel la escuchó atenta, pero solo tenía una pregunta y por su puesto la iba a hacer.
–Si se quieren como hermanos, ¿Cómo es que estas embarazada? ¿Por qué si estas embarazada, cierto?
Christine cerró los ojos, esa era una pregunta difícil de responder, pero más se sentía avergonzada por la actitud de sus padres.
–Bueno… si estoy embarazada, y es de Luka, pero, bueno esto es vergonzoso, pero estoy aquí para que sepas toda la verdad así que como te dije antes mis padres querían matrimonio y familia, es decir nietos y en una reunión familiar, nos pusieron en la bebida o en la comida un afrodisiaco – Christine se tapó la cara era evidente su vergüenza – te puedo decir que Luka no quería, pero yo no lo supe controlar y terminamos en la cama.
La abogada abrió los ojos, de verdad que los padres de la chica eran de armas tomar, como podían manipular la vida de su única hija de esa manera.
–Yo no te conozco, pero algo me dice que serías la chica ideal de Luka quien es un hombre atento, caballero, buen amigo, fiel y hasta diría yo enamorado de ti. Esa es la razón por la que estoy aquí yo quiero que él sea feliz y si te preguntas que vamos hacer con el bebe, seremos sus padres, pero si alguno de los dos encuentra el amor, nos separaremos y lo criaremos.
–¿Y qué hay de tus padres o tu pareja? Aceptaran eso que estás diciendo.
–Con respecto a mis padres, no permitiré que se inmiscuyan más en mi vida, ya les di lo que querían, y por Adela, solo estoy esperando que regrese de un viaje para terminar nuestra relación. Estoy pasando por un momento de confusión y no estoy segura de querer seguir con ella.
La puerta de la oficina de Isabel fue tocada y ella dio el permiso para que pasara la persona.
–Hola Isa, gracias por el comunica… – Mario se quedó sin habla al ver a la belleza rubia que estaba sentada frente a su socia, sintió que su corazón se le aceleró y otra parte de su cuerpo también reaccionó.
–Christine, hola, que alegría y sorpresa verte aquí – la sonrisa de Mario abarcaba oda su cara e Isabel se quedó mirándolo asombrada, parecía que se había olvidado a que vino cuando solo pasó y se acercó a darle dos besos en las mejillas a su invitada.
Ella no se quedó atrás una sonrisa y un leve rubor pasó por las mejillas al saludarlo.
–Hola Mario, también me alegra de verte.
–Estas hermosa como siempre – la alabó el madrileño – otro rubor en las rubias mejilla de Christine se asomó.
–¿Acaso vino Luka contigo?
–No, yo vine para la fiesta de Liberty. Él aún no sabe si vendrá.
–Entonces si no tienes planes te invito a cenar.
–No, no tengo planes.
Isabel carraspeó para hacerse notar.
–Ah Isa lo siento, quería decirte que ya lo vi, lo firme y aquí tienes para que estampes tu firma y enviarlo a la fiscalía.
–Ya me preguntaba a qué habías venido – le respondió ella con una sonrisa de lado.