Capítulo 56
1837palabras
2022-08-14 18:06
PDV Narrador.
Al llegar al apartamento, Christine sentía que necesitaba pensar y organizar sus ideas, había sido mucho lo que le había dicho Luka para el corto viaje en auto, sin contar con que debía hacerse una prueba de embarazo.
–Me has dado mucho en que pensar y creo que deberías irte al bar con los demás, yo estoy bien – quiso convencer a su amigo.
–¿Estas segura que estas bien?
–Por supuesto que sí, lárgate a conquistar a la abogada, me parece que será un hueso duro de roer.
–Ya me lo han dicho.
Y sin perder mas tiempo se fue al lugar donde la había visto por primera vez. A Luka Quant siempre le había sido sencillo tener a la mujer que quisiera, pero últimamente no sabia como hacer con una sola, cuanto antes había sido capaz de convencer hasta tres de estar en una sola cama.
Se preguntaba si el amor era así de complicado, pero luego se acordó de sus padres y abuelos y eran sencillos se amaban y ya, solo eso hacia que las diferencias se arreglaran rápido. No se trataba del amor sino de su situación, la chica que le gustaba tenia suficiente moral para no estar con un hombre casado, él estaba casado con su mejor amiga, no por amor sino como un favor.
Pero ahora con el descubrimiento de Adela, las cosas no se veían tan claras, por otro lado, no podía contarle a Isabel sobre la situación de su amiga, eso seria traicionar su confianza y él no haría eso, así que se sentía por primera vez atado de manos. De pronto se sintió enojado así que llegó al bar y no se acercó al grupo, pidió un whisky para relajarse el primero se lo tomó de un solo trago, la música estaba alta y pegajosa, el ambiente estaba alegre, así que se dejó contagiar.
Al tercer trago, se sintió mejor y se dijo –a la mierda la voy a buscar.
Se acercó a la pista donde Isabel estaba bailando muy animada con George, ella estaba meneando sus caderas al hombre y surgieron dos efectos, en Luka, el primero, molestia por verla así con otro y el segundo se excito de verla moviendo su cuerpo perfecto en esa ropa que lo único que provocaba era arrancársela. Luka venia como un tigre dispuesto a casar.
George lo miró como venia hacia ellos y sabía que quería jugar, solo dependía de Isabel que lo aceptara, así que le sonrió a su amigo y lo dejo acercarse y que le bailara a la chica, Isabel ya estaba achispada, desde que llegaron se dedicó a beber rápido, no quería pensar en lo que había pasado temprano.
Pilar estaba cerca también bailando con Ajax, cuando miró que Luka había aparecido y se le acercaba a su amiga sin que esta supiera, quiso moverse a advertirle, pero fue detenida por Ajax.
–Conejita, deja que sea ella quien decida.
–Pero el está casado – se quejó la pelirroja defendiendo a su amiga – como pudo dejar a la esposa sola y venirse.
Ajax quien sabia la historia completa, menos que su amigo estaba cayendo en las redes del amor de Isabel, le dio un beso casto en los labios lo que sorprendió a Pilar y aprovechó para decirle.
–Hay cosas que no son fáciles de explicar y el matrimonio de Chris y Luka es una de ellas, pero te aseguro que ella avala lo que él haga.
La volvió a besar y Pilar no solo se dejó, sino que le devolvió el beso y sin querer queriendo se olvidó de su amiga.
Por su parte Luka, empezó a moverse pegado a la espalda de Isabel al ritmo de la música, esta por un momento se sorprendió, pero pensó que seria alguien por accidente, hasta que en alzó la vista vio a su compañero de baile sonreído a quien estaba detrás de ella y sintió un bulto pegarse más a su espalda.
Ella se giró solo para ver quien era, con su estado de embriaguez y querer divertirse poco le importaba hacer un sándwich de baile. Pero para su sorpresa por segunda vez en la noche ahí estaba él y sus ojos azul eléctrico que la desvestían.
“Oh por la virgen, vino por ti” le grito entusiasmada la CI.
Isabel le puso las manos en el pecho fuerte del alemán para empujarlo y esté la agarró por las caderas.
–Deberías buscarle una bebida, yo la cuido – le dijo subiendo la voz a George y este último se fue tranquilo, ellos ya habían compartido mujeres así que no le dio importancia, al fin y al cabo, él solo quería una noche de sexo y se lo pediría más tarde a Isabel.
Si ella le decía que sí, para George estaba bien, y si no también, la abogada era sexi sin dudas, pero no era su estilo a el le gustaban las mujeres mas voluptuosas con carne que el pudiera pellizcar, no muy lejos de su mesa halló a una y se distrajo.
–Que rayos haces aquí,
–Aquí trabajo – le respondió tranquilo. Ella le volteo los ojos.
–Puedes soltarme, no quiero bailar contigo.
–¿Por qué no?
–Porque eres casado, además ¿dónde está tu esposa? – le preguntó Isabel sintiéndose un poco celosa o molesta.
–Se llama Christine, no seas celosa, además como sabes si George no es casado, ¿acaso ya se lo preguntaste?
Ella lo miró con ojos sorprendidos, obviamente no le había preguntado eso al hombre, porque no le interesaba más que para bailar.
–La verdad no se lo pregunté, no me interesa.
–Umm interesante – Luka se acercó a la oreja de la chica para decirle provocativamente – entonces yo si te intereso.
–Puedes soltarme ¿por favor? Estoy tratando de ser educada contigo.
–No lo seas me gustas cuando eras una fierecilla bonita, aunque me aruñas o me muerdas.
Ella lo miró mal e intentó salirse de su agarre, pero no pudo, y sus barreras se estaban cayendo.
–¿Que te pasa conmigo? – le preguntó molesta – por que no me dejas en paz.
–Ok, no quieres bailar, entonces hablemos.
Él no la soltó solo se mantuvo tomándola de las caderas y la subió hasta que sus pies no pegaran del piso, y salió a zancadas de ahí. Ella se quejó con las pocas fuerzas de voluntad que le quedaban, ese hombre era un imán para ella también y para completar su Ci le repasó la película de cuando ella por fin había gritado su nombre.
La bajó, cuando entraron en el ascensor que los llevaría a la oficina y como no se contuvo la besó antes de dejarla en el piso. Eso la excito, pero también la molestó así que levanto la mano para abofetearlo, Luka sabia que no se le iba a poner fácil así que estaba preparado y detuvo a mano de ella, antes de lo golpeara.
–Ya veo que eras muy obediente fierecilla v le tomó ambas manos y la volvió a cargar para salir del ascensor.
Al entrar a la oficina la bajo, pero la abrazó con todo y brazos para inmovilizarla.
–Me preguntas que me pasa contigo, pues me pasa que me gustas y me gustas mucho Isabel Martin, se que lo la tengo fácil, peor no soy un hombre que se rinde fácil.
–No se trata de te rindas o no, yo no soy un premio a alcanzar Luka. –le dijo ella tratando de mantener la calma – se trata de que estas. – él la interrumpió cansado de escuchar lo mismo.
–Lo sé, de que estoy casado – casi lo gritó frustrado – pero eso lo voy a solventar pronto, ya te lo dije.
Isabel quiso gritarle mientes porque vas a tener un hijo, pero recordó que la rubia había pedido que no dijeran nada, además de que no el correspondía a ella dar esa noticia.
–Eso no lo sabes, que tal si Christine no quiere divorciarse de ti – quiso intentar otra salida y hacerlo dejarla por las buenas.
Luka soltó un bufido como una risa.
–¿Me creerías si te digo que ella me pidió que viniera aquí?
–Por supuesto que no.
–Lo imagine, pero si te puedo decir que ella quiere divorciarse tanto como yo.
Ella se quedó atónita al escuchar eso, si bien era cierto que la había escuchado decir te amo a quien definitivamente no era su esposo y posiblemente era una mujer, no entendía lo que estaba pasando, pero si sabía que ella estaba embarazada.
–¿Que hacen casados entonces? –se aventuró a preguntar.
–Es complicado y muy a mi pesar no puedo ser yo quien te diga el por qué seguimos casados.
–Mira Luka, la verdad que yo no quiero complicar mi vida, es mejor que no me sigas buscando, ya sabes que mientras estes en tu matrimonio complicado de entender la respuesta será no, no, gracias.
Isabel dijo estas palabras y le dolieron, al parecer se había enamorado de ojos eléctricos y estaba siendo una despedida, quiso creer que la lagrima que se le escapó fue por el exceso de alcohol que tenía.
Luka respiró profundo, no podía obligarla eso él no lo hacia con nadie, sus palabras le dolieron, pero debía dejarla ir, por ahora no podía hacer nada más. Pero como el no se rendía tan fácil hizo por hoy una última petición.
–Está bien – dijo él, ella por un lado se sintió aliviada, pero por el otro, esperó que no la dejara ir tan fácil, hace poco le había dicho que no se rendía tan fácil.
“eso no era lo que pediste pues, ahora te molestas porque acepto, ¿quién te entiende abogada?” no podía faltar el sarcasmo de su consciencia porrista
–Te dejare en paz, mejor dicho, solo hablaremos de negocios a fin de cuentas eres mi abogado. ¿Así que tal un beso de despedida? – pidió casi como un suplicio.
–Me has robado mas de lo que deberías.
–Entonces uno mas no quiere decir nada, además de que te lo estoy pidiendo.
Isabel se rio ante su argumento, definitivamente él estaba loco, y quizá ella otro poco, porque parecía que esa actitud de él le encantaba, no le dijo que si, pero se acercó a el y fue ella quien lo besó. Luka se sorprendió y la abrazó tanto que no quería dejarla escapar, la subió y pronto las ganas que se tenían ambos broto como una cascada, ella abrió las piernas para afianzarse de la cadera de él, el la pego a la pared y la apretó para que sintiera como su vigor se erguía por su solo olor. El le mordió el labio ella le halo el cabello, pero la consciencia intelectual le recordó
“Era un beso de despedida vámonos antes de que sea demasiado tarde”
Isabel abrió los ojos y se detuvo, cuando él sintió el abrupta parada la miró con los ojos ya no azul eléctrico sino como el mar profundo.
–Me tengo que ir – dijo ella recuperando el aliento.