Capítulo 34
1455palabras
2022-07-25 15:24
PDV Relator.
Era un hecho, al despertar Luka se fijó que estaba ya de tarde, vio a una Christine desnuda bajo la fina sabana plácidamente dormida, no quiso despertarla se dio una ducha, se vistió y salió a la proa, al no ver a sus suegros, preguntó por ellos.
–La señora pidió ser llevada a tierra firme una vez ustedes bajaron al camarote – respondió con eficiencia el hombre que los estaba atendiendo.

Con que la señora ah, pensó Luka, no podía comprobarlo, pero estaba casi seguro que Aida, tenía que ver mucho con lo que había pasado, la verdad que estaba loca por un nieto. ¿un nieto? se detuvo un momento, seguro que Christine no se cuidaba, ¿querría ella tener un hijo? No pudo seguir dándole vuelta al asunto, porque fue interrumpido por el timbre de su teléfono.
– ¿Hola?
– Luka ¿qué tal?, es Mario – dijo el amigo español.
– Hey Mario, hombre, ¿cómo estás?
– Todo bien, sabes que he estado pensando que sería bueno que te des una vuelta por acá por Madrid, creo que pudieras montar un bar de esos tuyos.
– ¿Con que quedaste interesado eh? – preguntó con picardía Luka mientras tomaba una copa de agua, no más licor por hoy hasta que desintoxicara su cuerpo.

– Te mentiría si te digo que no, ¿qué te parecería hacer una sociedad conmigo? Con mi bufete pudiéramos gestionar todos los permisos y registros que necesites.
– Interesante propuesta, la conversaré con mi esposa, quizá te demos una visita.
– ¿Esposa? – se preguntó Mario, no se imaginaba al casanova de Luka casado.
– Pues sí, estoy recién casado – le respondió, la verdad no sabía porque lo estaba haciendo, con su nueva herencia podía crear el negocio por el mismo.

– Felicidades entonces, unos empiezan y otros terminan, así es la vida – continuó un Mario con las confesiones.
– ¿Te estas divorciando? – quiso validar Luka.
– Si después de nueve años, me di cuenta de que me equivoqué de esposa – rio sin ganas. – pero bueno ya parecemos dos chicas poniéndose al día– ambos rieron y Luka acordó volverlo a llamar con noticias.
– ¿Con que alardeando con el estado civil? Preguntó a su espalda Christine, no podía seguir fingiendo que dormía, al final eran dos adultos que habían tenido se**.
Venia algo nerviosa, no sabía cómo comenzar la conversación con Luka, luego del arrebato que tuvieron, le daba vueltas al anillo de matrimonio una y otra vez, al final optó por romper el hielo haciendo una broma con lo que había escuchado. Lo que le causó gracia a su esposo y lo alivió de tener una incómoda conversación.
– Qué te parece si vamos de luna de miel a Madrid y vemos posibles negocios, me están ofreciendo una sociedad para expandir los bares como D´Noir.
Ya habían llegado a un terreno neutro y que les apasionaba a ambos, los negocios, así que se dedicaron a conversar sobre eso mientras pedían regresar al puerto. Una vez dentro del vehículo, Christine decidió no postergar más tenían que hablarlo.
– Luka, lo siento – fue lo primero que le salió.
– ¿Lo sientes? – volteó a verla con el ceño fruncido – que es lo que sientes específicamente.
– No sé lo que pasó en el barco la verdad, sé que fui yo quien saltó sobre ti, no podía controlar mi cuerpo – confesó con algo de pena.
– Yo creo que consumimos mefedrona, o algo parecido– dijo con sinceridad Luka, aunque no quería acusar directamente a sus suegros, en específico a Aida.
– ¿Qué? Acaso eso no es una droga.
– Si, lo es y no encuentro otra explicación para lo que sentiste de pronto, y yo también lo sentí, lo que pasó iba a pasar con cualquiera, así que bueno que estemos casados, y no rompí tu honra– dijo de forma teatral para relajar a su compañera que lo veía como si los ojos se le fueran a salir.
– Pero si solo estábamos con mis padres, ¿quién nos podría haber puesto algo así?
Luka se encogió de hombros, y soltó de forma casual – alguien que quería que tuviéramos se**
– No – casi gritó Christine al darse cuenta de lo que podía estar insinuando su mejor amigo.
– ¿Crees que mis padres fueron capaces de hacernos eso? – preguntó casi horrorizada.
– No digo que si, pero tampoco digo que no, no lo sé Chris, tú los conocerás más que yo – él no quería darle mayor importancia que la que tenía, así que cambio el tema.
–¿Hablando de otra cosa, se puede saber por qué Adela nos miraba como si quería desaparecernos? Parecía asombrada de vernos juntos – se giró a ver la cara de su amiga.
Quien carraspeó y nuevamente empezó a girar el anillo en su dedo anular.
– Puede que no se haya enterado que nos casamos.
– Que estás diciendo Christine Albertch, acaso no le contaste tus planes, ¿le mentiste?
Luka no quería sonar como si se estuviera molesto al final ellas llevaban su relación como querían, pero no le pareció justo la actuación de Chris, esto era algo importante.
– Mira quien habla de engaño el que le dijo a la chica que no estaba casado para llevarla a la cama.
– No respondas como una niña Christine por favor, no hay punto de comparación, a María a penas la conozco era solo una noche, en cambio ustedes tienen una relación, por Dios – ahora si se había enojado con la respuesta de niña mimada de Christine.
Ella respiró pesadamente, su amigo tenía razón y de hecho era un error que tenía que enfrentar hoy mismo al leer un mensaje de Adela pidiendo o más bien exigiendo verla hoy mismo.
– Tienes razón Luka, no supe cómo manejarlo y quise que se fuera para tener tiempo de pensar – suspiro bajando la mirada nuevamente a su teléfono donde se leía el mensaje, “te espero en mi apartamento y es hoy que me aclaras todo esto” – Adela no es muy fácil de tratar a veces.
Lo dijo tan bajo que no esperaba que Luka la escuchara, pero este estaba atento a todo.
– ¿A qué te refieres con que no es fácil? Son una pareja y tus no tenías de otra, pronto buscaremos la manera de divorciarnos y podrán seguir con su vida, de hecho, pueden seguir como vienen – como o veía él era fácil de entender.
– Es solo que ella – Christine se calló, ni con su psicólogo había hablado de ello. Pero Luka la apremió y sabía que, así como lo había involucrado en su vida debía por lo menos sincerarse, aunque no del todo.
– No es nada, es solo que a veces me cela mucho, ella no lo vería tan sencillo como lo hacemos tú y yo – de hecho, todos los gigolos que contraté los buscó ella, para asegurarse de que fueran gays y no me tocaran ni por error.
– Eso no es como muy controlador – la increpó su amigo.
– Me puedes dejar en su departamento, necesito conversar con ella, pidió Christine algo decaída.
– ¿Quieres que te acompañe?
– No – respondió rápidamente la rubia, podía tener una idea de lo que le esperaba.
Luka hizo lo que le pidió y se dirigió a D´Noir, entró a su habitación recordando la última vez que estuvo allí, solo que ya estaba ordenada y limpia, se acercó a la barra y ahí encontró par de objetos, un labial y una tarjeta de presentación, los tomó y leyó.
Licenciada. Isabel Muñoz
Abogado. Asesoría legal Mercantil
Buffet de abogados la compañía.
Leyó el teléfono y supo que era de España, un recuerdo vino a su mente, ver a la bella fiera en su mesa sola girando una tarjeta. Ésta era la única pista que tenía sobre la bella María, la dejó a un lado y se encargó de lo que debía y pidió iniciar una búsqueda de alguien que lo suplantara ya que ocuparía un cargo en la compañía de los Albertch, pero más tarde lo ganó la curiosidad y googleo el nombre.
Lo primero que le pareció fue una página de Facebook, quizá se trataba de una amiga de María y la podría hallar por ahí.
Miró la foto de perfil el cual estaba bloqueado y observo una chica de grandes curvas y con lentes de pasta vestida de toga y birrete la poca información que decía era que era estudiante de derecho, lo otro que llamó la atención de Luka fue que tenían un amigo en común, Mario susurro el alemán sonreído. Esta era la señal, iría a Madrid.