PDV. Isabel.
– Además te haría bien mi compañía, al estar de chaperona y no subir al primer piso, evitaré que se te acerquen más caballeros – dijo con el vaso en sus labios y una sonrisa de medio lado.
Suspiré, Aunque no le daría razón, sinceramente a estas alturas de la madrugada me haría bien que no se me acercaran más hombres, ya me resultaba incómodo sus insinuaciones sabiendo que sólo querían subir a una habitación.

– Esta bien, te pagaré tu bebida, sin embargo, creo que tú me debes una camisa de 200 libras.
– ¿En serio pagaste 200 libras por ese extracto de camisa de tiros negros?
" Oh también es romántico, viste que se acordó del color de tu camisa” apareció nuevamente mi consciencia porrista con su uniforme rojo y blanco dando unas piruetas hacia atrás y sonreída con picardía.
A decir verdad, a mí también me sorprendió que se acordara de mi vestimenta de esa noche, ya habían pasado unos cuatro meses o algo así.
Creo que se dio cuenta que me sorprendió y se sonrió triunfante guiñándome el ojo. Seguidamente extendió su brazo para presentarse oficialmente.
– Luka Quandt.

" Ya me imagino gritándolo en un orgasmo" solté un respiro sonoro, me irritaba no poder callarla.
Qué hice yo para que me tocará una consciencia tan zorra. Le discutí.
Abrió la boca ofendida y me dio la espalda. Espero que con eso se calle por el resto de la noche.
– María – respondí sonreída.

Me salió de manera natural la mentira, casi como si la hubiese practicado. Pero no estaba en mis planes venir aquí y revelar mi nombre a este hombre por más guapo que sea, no debo olvidar dónde estamos.
– ¿Eres española? – preguntó curioso.
– Sí, vivo en Barcelona. – dije asintiendo sonreída.
Una nueva mentira salió de mi boca como si nada, no acostumbro a mentir, pero no vine hacer amigos aquí.
–¿A qué te dedicas, Luka Quandt?, aparte de bañar a las chicas con tu bebida, y espiar a las clientas.
Soltó una risa contagiosa, pero yo debía seguir haciéndome la fuerte y no hacerle creer que estaba cayendo en sus redes, por lo que solo me sonreí mordiéndome el labio inferior.
Lo que hizo Preguntarme una vez más por qué me ponía tan nerviosa.
" Dilo, se ve sexi y te lo quieres llevar a la cama, recuerda que yo soy una extensión tuya"
– Soy estudiante de economía – dijo sin más.
Ahora fui yo la que reí.
– Estás bromeando, ¿cuántos años tienes, veinte?
Esta vez se puso serio, su sexi sonrisa se había esfumado. Sin embargo, respondió altivo.
– Aunque te parezca de veinte, la verdad es que tengo veintinueve.
Me apreté las manos en mi regazo sin que él lo notara, quizá no debí reírme, tampoco estoy aquí para juzgar.
Mi consciencia intelectual alzó una ceja.
“Bueno, no podía ser tan perfecto”.
Puse una sonrisa cordial de esas que doy en el juzgado para dar la respuesta más política que podía.
– Interesante, ¿además trabajas aquí?
– Así es – su mirada de azul eléctrico fijada en mis ojos.
Hubo un momento extraño, se volvió como tenso el aire, pero Luka pronto lo esfumó ante la pregunta que me hizo.
– En un supuesto caso que no estuvieras de chaperona, ¿a cuál de los hombres que se te acercaron hubieses aceptado? – Quiso saber y lucía realmente interesado.
– La verdad es que nunca hubiese pisado este lugar, pero sí de suponer se trata, creo que a ninguno.
– ¿Por qué, niña bonita? ¿Tienes estándares altos?
" Anda dile que es a él a quien te quieres llevar al primer piso, ah cierto… como tienes esos tontos estándares y él no es abogado, prefieres quedarte con las ganas"
Soltó mi CP cruzada de brazos y haciendo un mohín.
Tomé de mi bebida para pensar en una respuesta, pero antes de que pudiera decir algo, Luka recibió una llamada.
– Disculpa, debo atender – dijo poniéndose de pie y alejándose de mí.
Mientras veía su escultural cuerpo de espalda incluido una retaguardia muy sexi. Recibí un mensaje de Pilar.
Pilar
" Hermana, todo perfecto puedes tomar el carro e irte me iré en taxi"
Isabel.
"Estás segura? Puedo esperarte a que salgas"
Pilar.
" Lárgate este hombre parece incansable. A menos que decidas probar.
Isabel.
"Olvídalo, sigue disfrutando, bye"
Tomé mi bolso y giré para ver si encontraba al guapísimo Luka Quandt, pero había desaparecido, pagué la cuenta me fui preguntándome si algo había pasado para que desapareciera por esa llamada.
De vuelta, mientras manejaba me quedé pensando que tan loco sería si me dejara llevar y probara a ese galán, rápidamente sacudí ese pensamiento, em recordé que ya tenía novio, aunque no hubiésemos hecho el amor aún.