Capítulo 16
1250palabras
2022-07-15 14:06
Narrador.
Mario había ideado un plan un tanto arriesgado para recuperar a su viejo amor, al final era ahora o nunca, si las circunstancias se habían dado de esta forma y tenía la oportunidad de no solo hablar con ella sino demostrarle lo buen amante que ahora era, no debía perderla.
Llamó a uno de los amigos de Luka y le mostró a la mujer que deseaba.
– ¿Estarías dispuesto hacerme un favor con aquella pelirroja? – indagó.
– ¿Qué tipo de favores? porque no es mucho de mi estilo, prefiero las pelinegras y dispuestas a todo, ella parece un conejito extraviado.
– ¡Perfecto! Porque solo quiero que la invites a una habitación, le hagas creer qué quieres estar con ella, pero con los ojos vendados.
– ¿Y luego? – preguntó un poco desorientado.
– Yo entraré y tú saldrás. – dijo sin más.
– Eso sería un engaño, y no entra dentro de lo consensuado, ella creería que está conmigo.
– No voy a lastimarla, solo no quiero que sepa quién soy por un momento, realmente es mi amiga y sé que no se acostaría conmigo si se lo propongo, en cambio viene aquí dispuesta a estar con un desconocido, y pues me haré pasar por uno.
– Me caes bien, Mario, pero creo que no te ayudaré. – se negó rotundamente el hombre griego.
– Lo que pretendes hacer, va contra las reglas del se*o que aquí se exigen y las cuales yo valoro mucho, no quiero engañar a esa chica y exponerme a un escándalo si ella se disgusta. Además, si de verdad estás enamorado de ella, no andes por las ramas y dile de frente lo que sientes, a las mujeres, mi amigo, les gustan los hombres directos y valientes.
– ¿Me estás llamando cobarde? – le preguntó un Mario algo herido ante las palabras de ese hombre que acababa de conocer.
– De ninguna manera quiero ofenderte, los amigos de Luka son mis amigos, solo te doy un consejo como alguien que ha vivido más que tú.
A Mario no le quedó de otra que admitir que aquel hombre que no le debía de llevar más de cinco años tenía razón, sin embargo, en ese lugar donde también está su socia que además es amiga de su aún esposa de por medio, no podía ir directo con Pilar por muy valiente que quisiera ser. Sin más que hacer por ahora decidió retirarse del bar.
Aunque de buenas a primeras la pelirroja no era del estilo de Ajax, una vez se fue Mario se quedó observándola un poco más y la curiosidad le hizo bajar, él no sabía lo que era un no como respuesta, mucho menos de una mujer que está en busca de sensaciones en el ámbito sexual, había visto que había rechazado a algunos así que eso le reto más a aquel hombre que frecuentaba los sexbar.
Él irradiaba testosterona y su buen físico siempre le había ayudado, así como la seguridad en sí mismo. Ajax se acercó a la mesa donde estaban las chicas que a leguas se veía era la primera vez en un lugar como ese.
De principio pensó en llevarse a las dos, pero ya había visto como Eric quien solo busca trio y orgias lo había rechazado, así que pensó que por ser novata no buscaba eso, además, de que al estar tanto rato mirándola, su amigo y socio del bar se le había acercado y para darse cuenta de que la otra chica vestida de oficina era la misma de hacia un tiempo que lo provoco en la inauguración del bar de los Albertch.
– Buenas noches, bellezas – saludó con su sonrisa patentada tendiendo la mano primero a la pelirroja, luego a la chica guapa y seria que la acompañaba. – Ajax – se presentó.
– Hola Ajax, soy Pilar y ella es mi amiga Isabel – contesto sonreída y evidentemente afectada ante el físico del griego que tenía al frente.
– Me haría muy feliz si me acompañaras a subir – dijo con tono que hizo que ambas mujeres se les erizaran los vellos.
Ajax miró como la conejita perdida se despidió de su amiga, diciéndole algo en el oído y esta respondió sonreída.
Le tomó la mano y la enganchó en su brazo como un caballero mientras caminaban hacia el ascensor.
Él se conocía muy bien el local de su amigo y ya sabía a qué habitación la iba a llevar, ese día había tenido dos operaciones y una de ella complicada, inicialmente no fue por se*o pero algo lo llevó a conocer a la conejita, quizá algo nuevo le haría bien.
En el camino no se dijeron nada, él como siempre acertó en leerla, como imaginó, está debía ser la primera vez de la chica con un cuerpo delicado y una piel que se le apetecía tocar, no se tardó en hacerlo, pasó su dedo índice desde el cuello y suavemente recorrió por el brazo.
Entraron a la habitación con una gran cama redonda, decorada con paredes de color beige y naranja que simulaban los colores de un león, tenía una cueva y en el techo estaba una reja de la cual colgaban cadenas con muñequeras para atar al sumiso y poderlo hacer caminar por toda la estancia si así se quería. Escuchó como ella tomó una respiración profunda al ver los detalles de la habitación.
Al fondo a la derecha estaba un vestier con atuendos nuevos relativos al tema de la habitación y el baño a la izquierda. Cerca de la cama estaba una silla vibradora con piel de tigre y como parte de la seguridad había botones de llamada por toda la habitación.
– ¿Estás nerviosa? – fue lo primero que se le ocurrió preguntar.
– Algo – respondió con las mejillas coloradas – es mi primera vez aquí y… – Ajax no la dejo terminar y con una sonrisa de cazador le comentó.
– Y estoy honrado de ser yo el primero, cuéntame qué te gusta, belleza. Quiero satisfacer todos los deseos que me sean posible por lo que queda de noche.
Esas palabras, con ese tono tan sexi hizo que Pilar tuviera una contracción en su zona pélvica, no sabía qué pedirle, era obvio que quería probar cosas distintas para saber si podían gustarle, al no saber qué decir, actuó.
Tomó al guapo griego que tenía en frente, se inclinó más para alcanzarlo y le plantó un beso tan rápido que perdió el equilibrio y cayeron en la cama.
– Wow – dijo riendo él y ella se sonrojó.
Normalmente no era penosa pero esa situación tan nueva le estaba provocando unos nervios aún desconocidos por ella. Respiró profundo, cerró los ojos y optó por la verdad.
– Sinceramente no sé qué quiero ni qué quiero sentir, como te dije, esta es mi primera vez aquí y no solo eso, sólo he estado con un hombre en mi vida y si estoy aquí es para saber que él es el mejor y que lo que me hace sentir está bien – dijo sin poder mirarlo a los ojos.
Ajax se quedó tan impresionado con sus palabras, ella podía ser lo más cercano a una virgen que podía tener en sus brazos, en un lugar como ese; por lo que decidió usar su tiempo lo más efectivo posible y demostrarle que el sexo es más que llegar al orgasmo, es conocer tus límites, es sentirte y fusionarte con el otro.